André Salmon (4 de octubre de 1881, París - 12 de marzo de 1969 Sanary-sur-Mer). Poeta, crítico de arte y escritor francés. Fue uno de los defensores del cubismo con Guillaume Apollinaire y Maurice Raynal.
André Salmon nació en París, en el hogar de Julie Cattiaux y el grabador Emilio Federico Salmon.
En 1896 se trasladó a San Petersburgo, con su padre y su abuelo paterno, Federico Salmon, también aguafuertista. Allí permaneció hasta 1902, luego de servir como asistente en la cancillería del consulado francés. Ese año regresó a Francia para prestar el servicio militar, pero por su débil condición física fue despedido pocos meses después.
A partir de ese momento se relacionó con los círculos literarios del Barrio Latino de París. Allí conoció al joven poeta Guillaume Apollinaire, entonces desconocido. Con Apollinaire y un grupo de jóvenes formaron un grupo artístico.
En 1904 se trasladó al Bateau-Lavoir, junto con artistas como Picasso, Max Jacob, y Apollinaire. Con ellos fundó la revista El Festín de Esopo, convirtiéndose en uno de los principales promotores del cubismo y las nuevas tendencias pictóricas.
Amadeo Modigliani, Pablo Picasso y André Salmon, 1916, frente al Café de la Rotonde
Amadeo Modigliani, Pablo Picasso y André Salmon, 1916, frente al Café de la Rotonde
El día de su matrimonio con la parisina Jeanne Blazy-Escarpette, el 13 de julio de 1909, Apollinaire le dedicó el que es considerado uno de los más bellos poemas al amor: Poème lu au mariage d’André Salmon.1 El pintor Moise Kisling hizo el retrato de la Señora Salmón, obra que será rematada por la casa Christie´s en el año 2013.
Poema leído en la boda de André Salmón el 13 de Julio de 1909, compuesto por su amigo Apollinaire.
El 13 de julio de 1909
Esta mañana al ver banderas no me dije
He aquí la rica indumentaria de los pobres
Ni el pudor democrático quiere ocultarme su dolor
Ni la preciada libertad hace que se imite ahora
A las hojas oh libertad vegetal oh única libertad terrestre
Ni las casas arden porque nos marcharemos para no volver
Ni esas manos agitadas trabajarán mañana para todos nosotros
Ni siquiera se ha colgado a los que no sabían gozar de la vida
Ni siquiera se renueva el mundo retomando la Bastilla
Sé que sólo lo renuevan los que están fundados en la poesía
Se ha engalanado París porque mi amigo André Salmon
Allí se casa
Nos conocimos en una bodega maldita
En tiempos de nuestra juventud
Fumando los dos y mal vestidos esperando el alba
Apasionados apasionados los dos por las mismas palabras
cuyo sentido habrá que cambiar
Engañados engañados pobrecitos sin saber aún reír
La mesa y los dos vasos se transformaron en un moribundo
que nos echó la última mirada de Orfeo
Los vasos cayeron se rompieron
Y aprendimos a reír
Partimos entonces peregrinos de la perdición
Cruzando calles cruzando comarcas cruzando la razón
Lo volví a ver a orillas del río donde flotaba Ofelia
Blanca flota aún entre los nenúfares
Él iba en medio de pálidos Hamlets
Tocando con su flauta tocando los aires de la locura
Lo volví a ver junto a un mujik moribundo contando las bienaventuranzas
Admirando la nieve semejante a las mujeres desnudas
Volví a verle haciendo esto o aquello en honor de las mismas palabras
Que cambian el rostro de los niños y digo todas estas cosas
Recuerdo y Porvenir porque mi amigo André Salmon se casa
Regocijémonos no porque nuestra amistad ha sido el río que nos fertilizó
Terrenos ribereños cuya abundancia es el alimento que todos esperan
Ni porque nuestras copas nos echan una vez más la mirada de Orfeo moribundo
Ni porque tanto hemos crecido que muchos podrían confundir nuestros ojos y las estrellas
Ni porque las banderas ondean en las ventanas de los ciudadanos que están contentos
desde hace cien años de tener la vida y cosas menudas para defender
Ni porque fundados en la poesía tengamos derechos sobre las palabras que forman y
deshacen el Universo
Ni porque podemos llorar sin temor al ridículo y sabemos reír
Ni porque fumamos y bebemos como antaño
Regocijémonos porque el director del fuego y de los poetas
El amor que como la luz llena
Todo el espacio sólido entre las estrellas y los planetas
El amor quiere que hoy mi amigo André Salmon se case.
GUILLAUME APOLLINAIRE
De " Alcoholes"
Traducción: Claire Deloupy
André Salmon, Max Jacob, Amedeo Modigliani y Manuel Ortiz de Zárate en una calle de Montparnasse, 1916
Obra
Entre las numerosas obras de Salmón se destacan:
Ensayo
El arte vivo, 1920;
Cézanne, 1923;
El vagabundo de Montparnasse: vida y muerte del pintor A. Modigliani, 1939.
Poesía
Poemas, 1905;
Fantasías, 1907;
El libro y la botella, 1919;
Prikaz, 1919;
La edad de la humanidad, 1922)
Novela:
La negra del Sagrado Corazón, 1920
Memorias
Recuerdos sin fin, 1955-1961
Teatro
Natchalo (con René Saunier),puesta en escena por Henri Burguet, en el Théâtre des Arts, el 7 de abril de 1922
Dos hombres, una mujer (con R. Saunier)
Sangre de España (con R. Saunier)
La Academia Francesa le otorgó el Gran Premio de poesía en 1964.
Parti en guerre au coeur de l'été
Vainqueur au déclin de automne
Titubant d'avoir culbuté des tonnes
Et des tonnes
D'explosifs sur le vieil univers patiemment saboté,
Tu vas avoir quarante ans,
Tu as fait la guerre
Tu n'es plus l'homme de naguère
Et tu ne seras jamais l'homme que fut à cet âge ton père.
L'Art, c'est la pierre un jour jaillie
D'un bloc de feu
Qui ne tombe jamais, qui jamais ne se fixe, froide et qui s'irradie,
Si tu crois la saisir au compas de tes yeux.
Alors tes yeux seront la pierre
Froide jusqu'à ce que d'autres yeux
La saisissent pour mieux prolonger l'infini de sa course.
Que de génies éteints dans les foyers de la Grande Ourse!
En foi de quoi j’ai bien l’honneur
Monseigneur
D’être votre rebelle obéissant
Lui-même n’a plus de foi qu’en la poésie
À tout un univers libre d’horribles liens
Le verbe ouvre la porte.
La Marchande d’Images
C’est la vieille qui fume la pipe,
Elle est de Bruxelles en Brabant
Et vend l’Histoire du Juif-Errant,
La légende tendre et terrible
Du Petit-Poucet qui semait des cailloux
Sur son chemin ainsi que font les fous
Et les poètes qui vont semant des étoiles
Sans se douter qu’ils sont sur des vaissseaux sans voiles ;
Elle vend des chansons bleues et des romans noirs,
Elle a le Messager Boiteux de Strasbourg et l’Histoire
De la Dame du Lac et du beau Lancelot,
Elle vend du tumulte, du rire et des sanglots,
Des contes très pervers parfumés de morale
Et l’Histoire en couleurs du Petit Caporal.
Dans son vieux sac, il y a de petites choses qui brillent,
Elle porte, dit-on, des messages aux filles,
Mais je crois qu’on la calomnie.
Je l’ai vue souvent dans les champs,
Elle n’avait pas l’air méchant,
Sa jupe rouge dans l’herbe verte
Semblait flamber sur son échine
Et dans sa bouche entrouverte
Deux dents souillées de nicotine
Frémissaient comme ses narines.
Je crois qu’elle a toujours vécu
Et le Juif-Errant la connaît
Et peut-être a-t-elle tenu
Sur les marches du palais
Le beau manteau d’or sur fond blanc
De Geneviève de Brabant.
Vieux poète en jupon! viens donc, lorsqu’il fait soir
Dans mon cœur, m’enseigner tes plus belles histoires
Pour que mon âme épouse l’âme des amoureuses Qu’emporte la fumée de ta pipe crasseuse.
L’Aube Rue Saint-Vincent
Le jour doré s’accroche à l’aile
D’un moulin qui ne tourne plus Et l’on sent bouillonner le zèle
De Paris, moi je suis perclus.
Voici, beautés d’apothéose,
Merveilles du soleil levant,
Traînés par un jument rose
Des choux bleus et des coucous blancs.
La fontaine laborieuse
Redit, inutile leçon,
Une chanson d’esclave heureuse
Au ruisseau libre et vagabond.
On ouvre et l’on ferme des portes
Et des mains lèvent des miroirs
Lourds de lumière, que m’importe
Si je suis parfumé de soir ?
La lune a bu toutes mes larmes ;
Partageant mon vin, des filous
M’ont laissé caresser leur armes ;
Ma nuit fut belle. Couchons-nous.
Chanson marine
Si la mulâtresse qui peigne
Ses crins, de nuit, sous les thuyas
Aime le marin, c'est qu'il a
Le poil solaire quand il baigne
Sa chair forte dans le delta.
Et si l'enfant blanc de l'Europe
Aime l'amante de couleur
C'est pour sa nouvelle saveur,
Comme il aima le fils d'un pope
Et l'épouse d'un grand seigneur.
Ce soir, dans la case fleurie,
Chacun apaisera sa faim;
Sur des peaux aux rauques parfums
Ils connaîtront en des féeries
Selsibil et Paris lointain.
Debout sur le Sirath tragique
Il se reverra petit gars
Dévorant de vieux almanachs,
S'essayant à mordre la chique
Au clair de lune, hors des draps.
Et plus tard il conservera
"Son portrait" à l'encre de Chine
Entre une boussole, un compas
Et "Le passage de la ligne"
Par un copain resté là-bas.
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