lunes, 1 de octubre de 2012

7963.- YOLANDA ARROYO PIZARRO




Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, Puerto Rico, 29 de octubre de 1970) es una novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña.
Yolanda Arroyo Pizarro comenzó a escribir desde temprana edad en periódicos y boletines escolares y ganó certámenes de dibujo y ensayo en el Colegio San Vicente Ferrer de Cataño. En 1989 ganó el certamen intrauniversitario de la Universidad Central de Bayamón con el cuento Vimbi Botella. En 1990 dirigió una obra de teatro titulada ¿A dónde va el amor? (de cuyo guion fue autora) que se exhibió en su pueblo de crianza, el barrio de Amelia en Guaynabo. En 2004, publicó su primer libro de cuentos Origami de letras y al año siguiente publicó su primera novela Los documentados que retrata las condiciones migratorias dentro del Caribe, específicamente desde La Española hacia Puerto Rico. Esta novela ganó el Premio PEN Club 2006. En 2007 publicó su libro de cuentos Ojos de Luna en el que explora la marginalidad desde diversos puntos de vista como el desahucio, la solidaridad, las barreras espirituales, entre otras. Este libro fue seleccionado por el periódico El Nuevo Día como uno de los mejores del 2007. Ese mismo año fue elegida como una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá. Fue la única representante de Puerto Rico.
Imparte talleres de Escritura Creativa con Terranova Editores en San Juan, PR. Ha sido merecedora de varias premiaciones literarias a nivel nacional e internacional: Argentina, Colombia, Chile y Puerto Rico. Su colección de cuentos Ojos de Luna fue premiada con el Premio Nacional del Instituto de Literatura de Puerto Rico 2008. Ha participado de cuatro antologías latinoamericanas: El futuro no es nuestro, Narradores de Latinoamérica (Colombia, Piedepagina.com, 2008), Antología de cuento latinoamericano Bogotá 39 (Colombia, Ediciones B, 2007), Antología en honor a Alfonsina Storni (Argentina, Pegaso Ediciones, 2003), Antología en honor a Sor Juana Inés de la Cruz (Argentina, Pegaso Ediciones, 2004).
La labor editorial de Arroyo Pizarro comienza en el 2010 con la creación de la editorial Boreales. La editorial es responsable de la publicación de la Revista Boreales, las antologías Cachaperismos 2010, Antología de narrativa y poesía lesboerótica de escritoras puertorriqueñas y Antología Ejército de rosas.1
Ha publicado artículos y reseñas en los periódicos El Nuevo Día, El Vocero de Puerto Rico, Claridad y La Expresión. También ha publicado cuentos en revistas como Identidad, Revista Púrpura, Preámbulos y Tonguas. Pertenece al equipo de trabajo del portal literario CiudadSeva.

Bibliografía

Novela

Los documentados, 2005, Editorial Situm, Puerto Rico.
Infusiones, 2008, Alfaguara, Puerto Rico.
Caparazones (Salir del armario), 2010, Egales, España.

Cuentos

Origami de letras, 2003, Publicaciones Puertorriqueñas, Puerto Rico.
Ojos de luna, 2007, Terranova Editores, Puerto Rico.
Las ballenas grises, Fuga Editores, Panamá.
Avalancha, 2010, CreateSpace.

Poesía

Saeta, 2011, CreateSpace. (bilingüe: en español e inglés)




Extrañas nuestras charlas 

Extrañas nuestras charlas
y si es eso lo único que extrañas
te conjuro a que te conviertas en viento
en humo
en sílabas que viajan con el polvo del desierto del Sahara

Si eso es todo
fuimos nada
poco más que una ventisca
una lluvia de Orionídas de octubre
un caracol granulado
el cascarón de un cobito
con veintiún años de melancolías

Si no maldices mi ausencia
entonces no quiero haber sido presencia
no quiero haber besado
sido besada
haber jugado a ser tu virgen
tu parto
tu princesa sin castillo
tus estrías con sabor a miel

Sigo aquí y me entretengo
despeinando orquídeas, madreselvas
despintando marquesinas
descascarando el primer beso
deshojando las primicias de un apretón de pechos
arrancándome de adentro los dedos falotizados
marchitando tu lengua colonizadora
Y aborrezco cada sístole y diástole
porque cada bombeo de sangre
lleva marcado tu andrógeno nombre

Extrañas nuestras charlas
y si no me sueñas
si no te duele
si no se te acongojan los ojos
si no salivas por mi memoria
ni se te hincha el anhelo de reclamarme
ni sacudes la cabeza para echar a un lado mi recuerdo
Y si no te muerdes los labios
ni te sangran
si no gimes con los puños
ni las manos se te acalambran
entonces no me extrañes







I

Ella ha opacado al eclipse
despide constelaciones en cada poro.
Es de un rojo exquisito.

Su luna se viste de mejilla derecha
danza cuano ríe
se menea caderosa si abre la boca
cuando discursa o sólo se acomoda
para hacer ruidos de geiser.

Jadeos que bailan salsa
en una plaza de mercado
en una glorieta de pueblo
en unos ojos esperanza
que por primera vez
se dejan seducir
ante el terremoto de sus versos.

Se vuelve manantial de estrellas
una sobre el tabique
otra en el hombro contrario a la diestra
tres en el valle que se ladea desde el cuello
nuca
monte de inicio de pecho
monte de inicio su belleza
espero primigenia que trae consigo historia
que trae consigo alumbramiento
piensa sortear, girar
darle la vuelta al mundo mientras se disfraza de ente
alma pura con hebras rojas.

Es roja.
Y seguro lame, bebe, pulsa adentro
como una supernova susurrando promesas
es roja
como el invento de mis ojos dormidos
besos en cada parpado
cada pestaña
cada novedad
Porque esto es inicial
es inaugural
mounstruoso
y flota en el lago de una sin igual laguna negra
Es visceralmente etérea.




II


Dame tu espalda
quiero escribirte en ella
yo sí me atrevo.

Dame ese relieve de costilla ladeada
de hueso hendido
esculpido por un dios
adorador de maravillas
delineados por las yemas de sus dedos
mis dedos.

Dame tus cuñas
las cicatrices de ese órgano ausente
hueco
arremolinado en torno a tu cuerpo
en vías de conocerme
arrullarme
y serás mi pimpollo.

La masa que vomitaba
que expelía tu nomenclatura
y que ya no está
no hace falta
Te ha vuelto canela.

Cómo dolía
ahora cómo calma cuando la beso
cuando cincelo sus contrapartes
cuando la escupo con saliva eyaculada
traduce mis uniformes círculos alrededor suyo
con las heridas
que a final de cuentas
van a pertenecerme.





III


El silencio es ese punto que penetro
en las sienes de las paredes
en el seto de tus músculos alertas
y el concreto despierto de mi epidermis
cuando me siento y miro el olvido
y observo la pelambre de las sombras
te han traído a destiempo
te han regado en mi regazo
unos días antes de la desesperanza.

Es ese invento que nace de mis ecos
aderezados de gargantas libres,
suspiros bajos
jadeos adornados de tus decibeles disciplinados
los que no deben derramarse al otro cuarto
en donde echa canas la abuela
en donde va a escucharme la casa,
tu hogar que es cómplice de mis lamentos
conspirador de mis arqueadas de espalda.

Silencio de rotura de manguillos de trajes blancos,
bajura de temperaturas,
lenguas frías después de los orgasmos
los múltiples
los de colores traslúcidos como vitrales.

Silencio de accesorios que no titilan
de campanitas que no trepidan
de dientes que te recorren en el absoluto insonoro
y en la carencia muda de fuegos
niña de fuego
bruja blanca de fuego
vapores y volcanes sigilosos.

El silencio es ese espacio en donde me vuelvo monocromática
en donde me duelen las cicatrices y no hay azules
en donde se vuelcan los mantras empeñados en permanecer
en no disasociarse de la cama de pilares
de las venas que pulsan nuestro entorno
del terreno baldío en donde busco la ausencia de ruidos
donde elimino la concentración de la nada
la monotonía del ya no soy.





Todos los miedos, el miedo
  
Es la primera vez que hace maletas 
Todos los miedos 
Larga travesía 
Gavetas de aire 
  
Primera vez de este tipo de odio 
Todos los besos 
el beso 
adioses sin espuma de olas 
la palma de la mano se mueve y gira 
no quedan mejillas para mojar 
ni anillos para portar 
pero sabe tanto a respiro 
sabe tanto a locura 
a sueños clínicos 
a mar de tranquilidad, como la luna 
  
la despedida arrasa cuencas 
los ríos arrugan párpados 
la crema de licor irlandesa  
mezcla bien con el Ambien 
  
Todas las furias, mi incienso 
todo el bravío, mis pechos 
Todo humo, siempre fuego 
Nunca he dormido así, 
Se ha ido consigo y sin mí. 
  
Soy la hipótesis de un mar 
Piedras que se frotan contra la espuma 
Marea que mantiene la penumbra 
Que alza los tsunamis  
pulsación etérea 
soy de un hombre sin sexo 
soy de una brisa que retumba 
que grita entre las sienes de un coral 
entre las maldiciones de un arrecife. 
  
Soy la hipótesis del Rojo 
De un color sin apellido 
Me derramo dentro, fuera,  
por debajo coagulo y palpito 
Soy un dolor 
una línea que se pinta 
amo y dejo de ser diabla 
emano y dejo de ser fuego 
gritos 
lunares 
pujos 
veintiséis. 
  
Soy la hipótesis del Mar Rojo 
Me abren y atraviesan 
Entran 
Pocos salen a la arena. 
Los ahogo 
Algunos me sobreviven. 





Devorado 

Soy un hombre Sagrado. 
No hay quien me geste de nuevo, 
quien se acoja a los pujos, 
estertores de piel vomitada 
de mi pecho enmarasmado 
de mi vistazo frontal y recio 
barba quemada 
rasgada a filo de cuchilla. 
  
Te froto y no conoces de este acto 
de mis haberes que son piedra maciza  
de mis flechas  
ballestas lanzadas 
puntas de dragón adormecido  
hasta el ahora. 
  
Soy Caín al desearte  
más que la ofrenda de frutas 
y Nemrod más que convertirte  
en su penacho de plomo 
Pieles con pieles que quieren tocarte, 
hacerte niña 
robarte la mejilla 
abrirte toda  
jugar con tus partes estrechas. 
Soy el Gemelo que cambia su guisado por tu nombre 
por saberte, y sorberte y granularte. 
  
Te eyaculo despeinada y sobre el rostro, 
Pruebo a qué me sabes. 
Para que no te olvides 
Soy emisario de la espuma que te apetece 
te revienta y te embiste. 
Sacerdote que canjea los 21 gramos 
por las respiraciones del recinto 
en donde se cuecen las habas 
y se entonan los salmos, 
por penetrarte los inciensos arenosos de mi promesa espermicida 
Los dedos a la siniestra presionan, 
aúllan, 
exprimen. 
Los dedos a la diestra cercenan, 
inmolan, 
extinguen tu orgasmo. 
  
Junto a ellos mi médula se hace grande, se alarga, se viene 
y soy arcángel 
ya no más un nefelim devorado por el fuego, 
ya no más un demonio caído 
borrado de la faz de la tierra, 
ni un ente que se traga las tinieblas mientras es eliminado. 





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