Montserrat Garcia Ribas
Nació en Castellbell i el Vilar, Barcelona en 1964 y reside en Manresa desde 1972.
En 2010 ganó el primer premio de la 25 ª edición del Certamen de Poesía Bernat Vidal i Tomàs, que concede el Ayuntamiento de Santanyí, municipio de Mallorca. La poetisa ganó el certamen con su primer poemario "Com l'últim joc de mai, Palma, Moll, 2010)" que le permitió publicar el libro en la Editorial Moll en la colección Balanguera de poesía. La manresana trabaja en recursos humanos como psicóloga del trabajo. Es licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Barcelona, y licenciada en Psicología y diplomada en Profesorado de EGB por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Próximamente publicará "Les harmonies frágils (Girona, Llibres del Segle, 2014)".
Colabora en la revista digital de cultura Núvol con artículos de crítica literaria, preferentemente poesía.
"Luz fue, (Curbet Edicions, Abril 2014)". XXXVIII Premio de Poesía Vila de Martorell, 2013.
Tal y como indica la autora se trata de un poema amoroso dividido en fragmentos que se inscriben dentro de la tradición poética de la palabra y el silencio. Una poesía que pone la palabra como centro, con su soledad esencial, rodeada de silencios. Palabra que remite al origen del lenguaje; palabra al desierto, errante y siempre fuera de si misma.
En los lugares forjados sin sueño florecen
pequeñas utopías, el eco fronterizo
o la mirada al borde de lo oscuro,
donde el rubor perdido aún existe
desdibujando lo más próximo.
El pálpito nos salvaría de la disolución
desde esta añoranza.
Hoy sueño con la luz fragmentada del alba
y su estela de nieve.
El olvido es una noche de ritos y mareas
que discurre lentamente
como prodigio.
Ningún otro labio amante
saciará esta hora.
La tentación discurre por la ladera oculta de los cuerpos,
diseminando soledades con su voz más suave.
Un impulso lejano recompone la voluntad
o el reto feliz que ciega furtivamente.
Temblor.
Como incienso entregado.
Insomne.
Vagando entre tus mitos.
Donde la huella. Donde el rubor.
recrea los signos maliciosos
con una lentitud feroz.
Ningún conjuro vuelve.
Junio es un espejo fugaz.
Nosotros somos eso todavía.
Algo tan suave a veces.
Acaso una flor rota.
O lumbre oculta.
Rumbo a la noche fiel
de las hogueras.
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