Leonardo Rodríguez Borges
Nació en Montevideo, Uruguay en 1969. Comunicador social. Docente en diferentes centros educativos tanto públicos como privados. Se ha desempeñado en diferentes cargos en las áreas de educación y cultura, entre ellos los de director del Centro Educativo de Capacitación y Producción del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y director de Ciudadanía Cultural del MEC. Ensayos, artículos y prólogos suyos han aparecido en diversas publicaciones. Ha publicado libros en colaboración en temas relacionados con la educación y la cultura.
Publicó los libros de poesía: Registro de un amor (Rumbo Editorial,2012) y Si el fuego con el fuego no perece (Ediciones Cuatro Lineas, 2014)
Crepúsculo
que el sol poniente ilumine
nuestro camino incierto
y que cómplices sin saberlo
lleguemos juntos a destino
Descanso
Nos hiciste para ti, oh Dios, y nuestro corazón andará en desasosiego, hasta que halle descanso en ti.
San Agustín
mi corazón no halla sosiego
día difícil
calor
gente complicada
justicia escondida
escasez de amor
llego a casa
el sol se refugió
en el cielorraso
sin ganas de dormir
¡Dios! ¡cuántas veces dije!:
¡qué calor!
tomo una coca helada
como pizza
miro televisión
otra vez
calor
hastío
apago la tele
leo un rato a Salinas
e intento dormir
como siempre
otra maldita vez
aparecés vos
en esfinge
clandestina
te rechazo
escapo
me doy media vuelta
acomodo la almohada
cierro los ojos
y me escondo en el sueño
buscando descanso en ti
Precipitud
Alguien leyó un poema que te escribí
comentó: Los versos adolecen de precipitud
es cierto
toda mi alma se precipita en ti
locamente sin reflexión
palabras con sed
se sumergen en sueños
de lágrimas quemadas
certidumbre sin fe
que un instante apenas perceptible
atraviesen tu tiempo
es cierto
toda mi vida se precipita en ti
avanzando lentamente
cargada de recuerdos
que claman
en noches suicidas
a un dios sordo por tanto olvido
es cierto
todo mi futuro se precipita en ti
palabras apuradas
me hacen caminar
en oscuridad sin espanto
números sin sentido
buscan
la penumbra afónica
de tu voz
Mi biblioteca
Lomos dispersos
vivos
estantes perfectos
muertos
llenos de placer
realidad en éxtasis
sueño de conquista
incumplido
gloria escasa de mi ser
humedad frágil
contenido de perpetuidad
absoluto de noche sin sueño
tobogán de feliz llegada
tierra virgen sin fin
vanidad
no correspondida por el común
colores vivos
excepto el amarillo
que Borges
me enseñó a odiar
habitación última
límite
del universo
finales
que algún día
espero
me conduzcan a ti
Letanía
un grito
me despierta
sos vos
aparecida
ya no
purísima
admirable
venerada
te recuerdo
virgen potente
te siento
virgen impura
fuerza oculta
que no descubro
una y otra vez
no te cansas
no me rindo
tierra mojada
búsqueda
mutua eternidad
una y otra vez
tu pubis invencible
arremete delira
espesa selva que
oculta infecundidad
una y otra vez
tus pechos invencibles
crecen sin amamantar
semen sudor demasiado
mezcla
nuestra
pura
irrepetible
una y otra vez demasiado
todo termina
en la histérica noche
sólo tu grito
todavía existe
Fotografía
nosotros
esos que nos conocimos
nosotros
foto que jamás existió
Tus manos
dame tus manos ásperas de tiza
las acariciaré con anticipado
hartazgo
hasta ser infiel
no olvidaré mi desierto
serás
zanja cerrada
de lluvia estanca
haré un monumento
de pasto recién cortado
a tu memoria
tabernáculo tosco
de mi pulcra religión
en la noche
lo penetrará mi sombra
en atardeceres oxidados
sacrificaré
intimidades rebuscadas
papeles con olor a nafta
arderán para ti
y recordaré el dogma
te amaré como a mí mismo
Vos y yo
vos y yo
paralelos
incomunicados
vos mi amor
yo tu sonrisa
ambos solos
rodeados
impuros
vos sin mí
yo sin ti
mutuamente anulados
rotos
desparejos
vos sin mí
satisfecha sin placer
arrumbada teología del no
yo sin ti
búsqueda insatisfecha
versos que vuelan sin dirección
Tu nombre
Siempre quise escribir un poema
con tu nombre
ese que repetí
setenta veces siete
nunca lo conseguí
intenté rimar tu nombre
con la palabra amor
fue imposible
no existió reciprocidad de vocablos
busqué rodearlo de adjetivos
linda triste ausente
esperé el milagro
nada pasó
volví a intentarlo
desamor dolor frío
esperé
que los versos
nacieran hablaran odiaran
nada ocurrió
papel en blanco
con una sola palabra
suena a vidrio estrellado
Maga
incienso eterno
siempre arde y nunca se trasforma
Maga
nombre que sabe a futuro
y no me animo a predecir
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