Fernando Carrera (Guadalajara, MÉXICO 1983) es autor del poemario “Expresión de fuego” Mantis Editores-Sec. de Cultura, 2007. Recibió el Premio Nal de Literatura joven Salvador Gallardo Dávalos 2010 por su poemario “Donde el tacto”. Recibió Menciones honoríficas en el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén 2009 y en el Premio Nal. de Poesía Efraín Huerta 2006. Becario del Programa de estímulo a la creación y al desarrollo artístico, del CONACULTA y la SC de Jalisco 2008-2009 y de nuevo en 2010-2011. Publicado en diversas antologías y en medios impresos y electrónicos a nivel nacional e internacional. Ha sido invitado a dar lecturas en diversos encuentros de escritores, foros culturales y académicos del país, y recientemente en algunas ciudades de España y Venezuela.
Expresión de fuego
perderé la sabiduría de sus sabios,
y eclipsaré el entendimiento de sus entendidos
Isaías 29:14
Principio
En el paraíso de lo innombrado,
antes que la voluntad de la carne
fijara vocablos
en la materia sorprendida
Ya era la luz
el pensamiento intacto de toda esencia:
Amanece
El tiempo se deslíe de sí mismo
más allá de los objetos
Luz fría
El alba está llena de peces,
la red del pensamiento
está llena de trinos,
algunos escapan por el aire
El bosque:
árboles de instantes en el verde
y de pronto el hombre
que recorre este paisaje
: elabora su resumen de huellas,
escribe su memoria de espumas en la nada
salta el día más allá de la memoria
el azul piensa las ascuas del instante
todo es el alma de un sólo reflejo
(las nubes reflejan un pensamiento que viaja)
Los pájaros estallan en sílabas que cantan,
el lago reposa en la quietud del movimiento
hasta que la distancia se funde con los ojos
- transparencia, la tarde es ya milenios de tardes -
Miremos hasta ser hierba
Viento del paisaje
De soslayo miro que el sol reverdece
encuentra nidos en los ojos de las moscas,
transmuta la piel de los objetos
en luz de su propio pensamiento
Domina
Se infiltra en la memoria
hasta nublarla de tan amarillo
- Se
evaporan
las
imágenes
en fatuas claridades –
Maduran las frutas del calor
sobre la espalda
indefensa ante el incendio permanente
El viento como un rumor de cuerdas
bambolea en movimientos escalares
arpegios
que melodizan nostalgias
hasta volverse punta del gris
en el matiz sin precedentes que es la tarde
(alfiler que junta los dos rostros del día)
Un nombre con cuerpo de mujer
se estira hasta ser ramaje en la arboleda
olor de la primera lluvia
Ola
que insistente segura de sí misma
penetra los ojos de una sequía añeja
: paisaje que deja letras
como testimonio de un mar inexistente
Sí
raspa la voz ante la insinuación
de la palabra por el aire oscuro,
el espacio tiempo de la garganta
Palpa la noche su tentación
Siglos
desiertos de silencio claro
vueltos dunas en su propio oleaje Luz
acústica, temblores luminosos
dentro del manantial del pensamiento
Lenguaje / cuerpo de mi cuerpo
Flama
crepitante que se cuestiona
a sí misma para no ser minuto
medida absurda del fluir del tiempo
Para inventarnos a nosotros mismos
verdad
es que inventamos el lenguaje
Viento
rico en galaxias y raíces:
universo que nombra al universo
Estanque con Mujer
Escribo tu nombre como quien traza coordenadas de un lugar inexistente, de otra manera omnipresente: cuelgan los fonemas de una imagen y la imagen del tacto: memoria de las manos, aprendizaje de peces en el tiempo de la carne: universo destinado invariablemente a consumirse
: contracción de la memoria al paso del río transparente: se abre la caja china hasta alcanzar la más infinita, la imposible: se funde la distancia entre las células del pensamiento, sus moléculas se mueven más lentas, se aletargan: la memoria es un caldo espeso, cada vez más homogéneo, cada vez más indiferente
- todas las piedras ya reposan en el fondo –
: todo lo que es baila en el mismo (víbora víbora de la) mar: escribo tu nombre que cada vez es más letras / polvo que presume ser palabra en la punta de la lengua, luz que salta y se despeña
El niño se asoma entre la arboleda: llueve, el cielo se cae del cielo: todo se rinde ante la grave idea del que piensa este paisaje, todo se sabe el efecto de una misma causa, las ideas se licuan en la Idea, todo nada todo: el anciano se asoma entre la arboleda, sólo se distingue un cuerpo de mujer en el espejo.
a 150 años de Hojas de hierba
Soy un hombre consumido por el presente
Rubem Fonseca
Sed de espacios abiertos. Ir por la carretera y de pronto ser maguey, azul erecto hacia el azul mayor del cielo y luego blanco volverse nube que piensa al que la piensa, al que la contempla desde el automóvil que traza el camino al recorrerlo: creación para la recreación del movimiento. Saltar de la ventana y sin ecuaciones ni milenios de historia por delante, convertirse en ese árbol que solitario existe en el cuerpo de aquella montaña, plena y transparente en la boca de la deshora. Ser palabra del tiempo, visión de un pensamiento hecho a imagen y semejanza del maizal: palabral del oro para la boca hambrienta, sol fragmentado hecho estacas o flechas: dedos para el ojo ávido.
Ser estar de lleno en el vacío de lo que imaginamos ser maguey, azul concretado en el movimiento, en el camino por trazarse del otro, ese otro que es y que nos mira.
Hoy quiero ser pasto, hoja de hierba: elemento innumerable y simple, como lo son los astros cuando se miran desde lejos, sin artificios ni ciencia que los comprenda. Nadar en un enjambre de luz, comer claridades en una mesa sencilla. Proclamarme a mí mismo en la punta de una peña sin mapa. Danzar el segundo que todo lo retrata y consume:
Debo callar / callar profundamente
abrir todas las compuertas del silencio
hasta que éste inunde el aire los ojos
tanta quietud
que la hoguera del nacimiento
crepite en el oído
a pesar de los años de la luz y la distancia
Debo escuchar
ser confesionario de mí mismo
para que los oráculos nos pertenezcan
Por fin la letra hable por nosotros
Consuma el centro del mundo
la voz / caiga la voz
en el abismo del instante hasta perderse
Cae de la mañana
la hora en que la nostalgia abre su canilla
despliega sus horizontes hasta exigirle
al fauno que baje el cuello y paste,
beba el charco con la lengua
: Reciba de la tierra la revelación oscura
Puedo hablar del fuego y referirme al nombre
a lo efímero de la palabra hecha carne
Puedo hablar de la flama (de su expresión infinita)
y explicar la eternidad en las letras
que forman el Nombre
o simplemente puedo hablar de un árbol
tocar su plegaria vertical
el movimiento verde en su presencia
y de pronto estalle un pájaro
puedo jugar al trompo y descifrar el universo
salir por las mañanas a correr
pensando en ver aunque sea de reojo
un milagro
Hay algo que espera / yo no espero
con metáforas de juguete me divierto
aunque me digan que me ponga a trabajar / que crezca
la mañana: es un café endulzado con augurios
El café con su exquisito cuerpo amargo
es una sola incertidumbre exacta
: la urdimbre de una sola vela blanca
que me ha de llevar a los confines del verso:
He llegado a los confines del verso
bajo la vocación azul del día
el lóbrego canto se oficia en la luz
la palabra es un fotón desprendido
caído
desde el espacio tiempo sin recuerdos
Altura universal / solo el presente
existe sólo
cárdena paloma
en la cual nos hemos embarcado
yo y la muerte única palabra
que no conozco / la sola realidad
de la deshora del ninguno tiempo
-hervidero de significaciones–
Es en la playa blanca del lenguaje
donde el lento caracol se hace albatros
Principio de Incertidumbre
I
Todo es incertidumbre
A nuestro laberinto
le añadimos muros
y cuando de pronto la pared se transparenta
nos sabemos minotauros
y esperamos
esperamos
II
Todo se mueve
el movimiento es la única certeza
¿Cuántos alfabetos perdidos
en este viaje sin regreso?
¿De cuánta oscuridad se vale este vértigo?
a nuestro ojo sólo llega el pasado
pero qué importa
si nos cubre el azul
respiramos el verde
el amarillo omnipresente nos piensa
El color se mueve
el abanico de la luz se abre
y llena de belleza nuestra ignorancia
(Al tiempo sólo le miramos la nuca)
III
Si te toco
si atrapo tu oscuridad primigenia
si palpo el misterio insondable
de tu cuerpo,
el presente intacto de tu presencia
Si cierro los ojos
si renuncio a la ceguera luminosa de ver,
si me entrego al instinto ancestral
del tacto / a la siembra de ruinas
como soles transparentes / lecturas en tu piel
Si te olvido
si destruyo fatalmente tu imagen
si te inserto en cada poro del presente
(plena, total)
y te sé de pronto faro
en una isla incierta, huérfana de mapas
si cansado el poema se calla
y descubres mis manos recorriéndote
igual que la niebla en la montaña sorprendida
Si te sabes de pronto
Árbol:
no cuestiones más el azul profundo
ni recuerdes tu antiguo nombre
No existen certezas
Cae la hora de huir
partamos a Troya
Helena
Mutación
a Oscar de Pablo
Dualidad
En el centro de la flama
palabra y caricia
forman un sólo silencio
En el centro del silencio
la palabra
es una caricia que arde
En el centro del concepto
caracol y pájaro
forman un sólo movimiento
En el centro del movimiento
el pájaro es concepto
hecho caracol en el instante
En el centro
blanco y negro funden
una sola transparencia
el aire el aire elviento eeeel aireeeeee vientovientoviento vien toooo eeel
Aire juegan las palabras de lo transparente a formar las planicies del tacto: de lo que todo el tiempo te toca: de lo que en el tiempo forma otra piel más tangible y más de acá Aire que renueva la fuga de la sangre y en el pulmón estira las ramificaciones de un árbol que nos vela desde el principio del mundo
Esta palabra se adelgaza aire: se estira / subebaja / hasta formar nubes que remolinan espirales en las hojas: espiran en el pensamiento formas hasta ser una sensación de viaje e invasión en la camisa – en la arruga inesperada canta el movimiento de lo que ya no pertenece: de lo que ya nos pertenece
Una mujer danza en esta piel a la cual no se puede nombrar de nuevo, abstracta: somos el tiempo y este es el aliento que recoge los gestos transparentes del naufragio: somos lo que huye lo que en las manos era mancha detenida en la niebla del ojo que busca lo que en el viento (este viaje invisible) golpea en oleajes insistentes / marea única que sufre del suspiro, la asfixia contenida de los siglos que nunca nos supieron hasta ahora
Ahora nos saben, en la hora en que el instante se expande el viento te recorre y canta Sin palabras esta voz “no necesito del agonizante lenguaje para cantar” dice el aire sin decir nada Callar siente la mano que ahora te recorre y calla encallan en sí mismas estas letras que no pueden sostenerse más
A dónde van a dónde las palabras pasan de pronto la hojarasca de un minuto que danza volante loco con los brazos en alto hacia la nada que nada en el espacio abierto que abre y llama la flama de esta hoguera transparente que respiro lo que todo el tiempo te toca al fin te toca comprender la piel oleaje que insistente escapa en el moverse en el fluirpermanecelaire
A dónde van a dónde el viento y el vocablo que lo nombra esa palabra: letras en verdad polvo que ya no puede sostenerse más
El árbol frente a mí se inclina levemente y danza levemente mi pensamiento se inclina (y danza) al tocarme el aire habla de sí mismo
Paráfrasis lingüística sobre el tema para piano “The wind”interpretado por Keith Jarrett
Metáfora
No es la magia menor de la palabra
Es una concha que emerge
del mar que se percibe
Caracola desenterrada
que se encuentra
en la playa sin nombre
Expresión de tierra
añoranza de la mar
en su contemplación perfecta
Se abre la Idea
entro en el agua de lo intangible
el girasol del pensamiento baila
El movimiento tiende puentes transparentes
entre los trazos
que dibuja el día
garabato multicolor
en el espacio abierto
(virgen)
Flor y canto de la energía
de la prehistoria de la voz
escapa un pájaro
fruto que madura y cae
Se abre la Idea
Explorar el Silencio
En este punto de tiempo
donde el día se tuerce
abro la llama transparente del silencio,
un aroma de estrellas minerales
revela el paso
de los días exiliados
En este centro de piedra
(llanura esencial del movimiento)
el hombre desgranado
es la herrumbre que destila
sí
la
bas
La hora se funde en universos
que aparentan ser / metales
en el óxido de la locura
: siglos de noche abierta
en la luna deshojada de los ojos
Fuego Interno
De fuera adentro
dentro que se afuera
emerge por los ojos
nos traiciona
Inviolable potestad de la luz
de su sonido inhóspito
: franqueza voraz, hábil
entre oscuridades anegadas
En mi pecho se han anidado
nebulosas,
un relámpago quiebra esta noche interna
surgen de mi boca las raíces del espanto
se formulan oraciones rotas
Llevo dentro de mí el testamento
la semilla
caballos indomables surgen del abismo
rojos
negros
azules
entre la sangre se entrelazan
nos llenan de huellas estelares
la mirada
hacen del libre albedrío
una fábula ajena
Esta es la luz que nos combate
nos desampara,
cazadora de grietas
entre la telaraña de los cuerpos
Imagen de un instante infinito
que se debate entre el afuera y el adentro
Fuera
piedra que cifra todos su enigmas
Dentro
enigma convertido en piedra palpitante
Esta es la luz que nos traiciona
: portadora del nombre que nos falta
Niebla.
Niebla.
Blanco. En el azul del tiempo una mancha blanca. No nieva, niebla en la montaña sorprendida, en tu cuerpo blanco el azul se estira, se mueve, en el rojo nieve. Niebla. Sopla la carne encendida, un mundo por tus poros sopla. Aire, quema la memoria, bajo el paso de las manos un recuerdo se incendia. El instante es aire, se desviste el tiempo entre las manos. Nieva, fuego blanco
Plenitud de la carne en la visión quieta, detenida en el ojo inquieto, ávido. No existes, eres más allá de lo existente, quemas, qué más: fuego, llama el espíritu, llama la cabellera, tu voz llama. Sin decir nada eres astro. Se consume la estrella en su propio deseo, nieve blanca o explosión Niebla densa
entre mis manos que te piensan. Pensamiento eres de lo que no piensa. Deseo, blanco pensar del rojo. Llama de voces milenarias, hoguera del espacio transparente.
El Guardián
Arriba, el ojo vigilante
ápice de luz
estrella única
Un poco más abajo
la tierra
: madrépora de escrituras
apenas comprendidas,
presencia que ata las presencias
a su gravedad inefable
arriba
en todas partes
abajo
: el Tiempo
http://www.elcalamo.com/fernando.html
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