RAMÓN MAYRATA
Ramón Mayrata nace en Madrid en 1952. Poeta y novelista, ha ejercido también el periodismo escrito y ha trabajado como guionista de radio y de televisión.
A los diecinueve años publicó su primer libro de poemas: Estética de la serpiente (1972).. Un año antes aparecieron sus poemas iniciales en la antología Espejo del amor y de la muerte, prologada por Vicente Aleixandre (1971).
Trabajó como antropólogo en el antiguo Sahara español en pleno proceso de descolonización. Su estancia en el Sahara Occidentcal significó el descubrimiento de una cultura singular que ha hecho posible la supervivencia en condiciones extremas.
Estas experiencias fueron la materia de su primera novela: El imperio desierto (Mondadori, 1992) donde narró los últimos momentos de la descolonización fallida del Sahara Occidental y los comienzos de una larga guerra.
Posteriormente ejerció el periodismo y trabajó como traductor en París. Desde entonces ha compaginado la dedicación a la escritura con el trabajo en medios de comunicación, como articulista y guionista de radio y televisión, y la labor docente.
Su relación con los medios de comunicación le sugiere un libro de relatos, Si me escuchas esta noche (Mondadori,1991) y su segunda novela El sillón malva (Planeta,1994), que es una vertiginosa panorámica de la España del fin del milenio.
Completan su obra narrativa: Alí Bey, el Abasí (Planeta 1995), traducida al árabe (War, Damasco, inspirada en la vida del ilustrado español Domingo Badía, quien adoptando la personalidad de un musulmán atravesó Marruecos, Libia, Egipto, Palestina, Siria y Turquía y logró penetrar en La Meca cincuenta años antes que el coronel Burton.
Y Miracielos (Muchnik, 2000), emocionante visión de la libertad y la desdicha, que relata las relaciones de una orquesta de refugiados judíos y un guitarrista flamenco, casi un niño, en Cádiz, durante la segunda guerra mundial, donde esperan un barco que no llega. Esta novela ha sido adaptada al teatro por el dramaturgo Carlos Rod y publicada por el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (2002).
Junto a Juan Tamariz fundó y dirigió la editorial Frackson especializada en libros técnicos de magia. Fruto de su relación con la magia y el ilusionismo son Por arte de magia. Una historia del ilusionismo. (1982) y La sangre del turco (1990), sobre el mundo de los autómatas y los avatares de la creación del hombre artificial.
Y dos incursiones en el teatro mágico. La Vía Lácteainspirada en las comedias de magia del siglo de oro y estrenada en Santiago de Compostela, (1993) por la compañía del Mago Antón. Y El viaje de los autómatas (Revista El Europeo, con escenografía y figurines de Sigfrido Martín Begué, Madrid)
En la última década del siglo pasado y en los primeros años de este prosiguió la publicación de su obra poética: Una duda de Alicia (1990), Sin puertas, (1996), Confín de la Ciudad (1998), su continuación Nuevos poemas del Confín (2002), Poemas del Café Estigia (2004), Iluminar la noche (2005) y El amor tuvo que ver con los gorilas (2007).
Ha escrito numerosos textos sobre arte, entre ellos La perplejidad del arte moderno, incluido en el libro colectivo Los espectáculos del arte (Tusquets, 1.993); El esplendor de la Tierra Pura en Viajes por Egipto y Asia Menor (Album, 1996) y en catálogos dedicados a los pintores Eduardo Arroyo, Ramón Gaya, Carlos Franco y José Luis Tirado y a los fotógrafos Isabel Muñoz, Ricardo Vinós y Ciucco Gutiérrez.
Secciones fijas en El País semanal, La Luna, Cinema 2002, Crónica, el programa En días como estos de RNE/Radio 1, etc.
La agencia Metropolitan distribuyó sus artículos de opinión sobre la actualidad cultural en una veintena de periódicos locales. Ha colaborado en las revistas Camp de l´arpa, Fablas, Sábado Gráfico, Revista de Occidente, Poesía española, Ozono, Nueva Lente, Arte Contemporáneo/Arco, Boletín de la Fundación Juan March, Reseña, La Luna, Fin de siglo, El Urogallo, El Europeo, La Fábrica, La Balsa de La Medusa, Revista Atlántica de Poesía, El rapto de Europa, etc..
Ha ejercido la crítica literaria en El Sol, el País y ABC y dirigió un programa semanal sobre literatura en Radio 3. En la actualidad colabora en El Norte de Castilla donde se ocupa de crítica de libros de narrativa.
Desde 1982 y a lo largo de más de veinte años ha sido guionista de varias series de televisión (TVE y ANTENA 3) y programas de radio (RNE). Fue director del programa semanal, dedicado a la literatura, Las Tardes de Armagedón / Secretos para imaginar en Radio Nacional de España /Radio 3.
Bendiciones de la mañana
I
Salgo a correr hacia la luz.
Los charcos reflejan las nubes.
Desde hace días cada mañana
corro por ese cielo en el suelo
del parque. Es otoño y, a través
de los vanos de los campanarios,
de los arcos del acueducto,
las ramas de los pinos escurren
su brillo de plata sobre la ciudad
lejana y transparente.
II
Paz en abundancia, en esta primavera, pues corro,
y corro y no veo al perro negro, obstinado perro negro,
y mi cabeza repleta de la enormidad de su noche
no puede imaginar las matas de lilas entre las que corro
sin ese perro negro inflamado tras ellas, que me mira
y es el mismo perro negro que no me deja nunca y me acecha
y yo corro, incluso cuando duermo, y siempre el perro negro
de dientes blancos gruñe en su morada de obscuridad.
III
Paz para quien corre mortalmente cansado de la vida
sin esperar de ella otra cosa que parar.
Tras la carrera compro pan en la plaza
en la que el asfalto es como estaño,
un plato de estaño para su ternura blanca.
Cuando algo me molesta como pan.
La rebanada del tamaño de mi boca
es silencio que devora los sabores airados.
IV
Vayamos en paz efímeras imágenes, yo mismo.
Paso veloz por la plaza con idéntica celeridad
con que pasa la vida. El kiosco está abierto.
En el rectángulo iluminado, una cabeza solitaria
parece levitar, limpiamente, sobre imágenes
de aquí y allá. Es difícil a esta velocidad
y a esta distancia correr por un mundo real.
Las efímeras imágenes, yo mismo,
pasamos por la plaza con la incertidumbre
con que vuela una bolsa de celofán
que se lleva el viento. Vayamos en paz.
V
Corres hacia la luz por la ladera oscura
y al alcanzar la cima viene a tu encuentro
el cielo silencioso. Prosiguen tus zancadas,
sin orillas ni abismo, bienvenido instante transparente,
un poco de lumbre que en el azul se ciega.
VI
Cae la luz sin alas como hermética ceniza.
Corro por un eclipse y busco el sol
cuando los bordes grises del universo
sorben el resplandor verde de las briznas de hierba.
VII
Piso presión casi en carne viva, hendiduras,
rugosidad de caverna de un pedazo de tierra,
único testimonio de la verdad de la muerte
sin abajo ni encima. Pues es raíz pero fue cortada,
flotante víscera que se adueña blandamente
de su cuerpo con dureza. Corro sobre lo que me acosa.
La copa en la alacena
Como pie descalzo
se apoya en la alacena
esa copa vacía
que siente la madera
sobre la que reposa,
su peso y su firmeza
a través del cristal.
Transparencia tan cierta
que troca lo espeso en claro,
en aire la firmeza,
el peso en levedad,
casi en cielo la tierra.
Un vacío esencial
que la mirada llena.
Despojada y desnuda,
en el aire aprecia,
sin rasguño o desgaste,
sólo un fulgor apenas.
La realidad salvada
es sólo transparencia,
donde la madera es aire
y el aire es madera.
En su hondura el cristal
muestra el hueco que encierra
y también es trasluz
de cuanto le rodea.
La copa en la alacena fue publicado por vez primera en el catálogo de la exposición de Ramón Gaya en el Palacio Almudí de Murcia en marzo de 1995. En 1996 fue publicado en Sin puertas de la editorial Pre-Textos.
República
Para Ramón Gaya
En tus manos
las bridas deshechas.
Entre tus piernas
negro hueco el caballo.
Espuelas sin ijares
se topan y rechinan.
Y aún cabalgas
como sobre la noche
galopa el alba.
República fue publicado en la revista Arrecife, Murcia, 1995. Un año más tarde se recoge en Sin puertas de la editorial Pre-Textos.
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