Pedro Fuentes Riquelme
Pedro Fuentes Riquelme (Carahue, Chile – Mérida, México, 1998). Poeta y narrador. En 1973 debe escapar al exilio, y parte rumbo a México. En este país vive el resto de su vida. Publica el volumen de cuentos “Canción de septiembre”. Mientras estuvo en Chile, alcanzó a publicar la novela “Miguel Tauro” (1958) y el libro de poemas “El oscuro guerrillero” (1959), ambos firmados como Pedro F. Riquelme.
Fuente: “Pedro Fuentes Riquelme”. (La hoja verde, Santiago de Chile, N°88, 22 enero 1999).
EL OSCURO GUERRILLERO (FRAGMENTO)
Yo soy el oscuro guerrillero
y mi batalla
dura ya veintisiete años.
No llevo al pecho terciado
un cinturòn de balas.
Pero, ya lo dije:
soy el oscuro guerrillero
Si nosotros quisièramos
(si no fuèramos tan estupidos
digo a veces) formariamos mañana.
hoy mismo, el gran ejèrcito
¡El gran ejèrcito!
¡Y temblaria la tierra!
Y el gigante
azotado y hambriento
pisaria cràneos
caminaria riendo
por una alfombra de huesos.
Tienes que ser mi compañera
le digo:
mi compañera
¿sabes?
estoy es muy importante
ser la compañera
de un guerrillero oscuro
sin batallas simples
y grandes
La batalla diaria del pan
de la cebolla,
del alquiler,
de la carne,
y los dias de fiesta,
de un vaso de buen vino.
Yo voy a amar tu vientre redondo
apoyarè en èl mi oìdo
para escuchar a nuestro hijo
en sus primeros devaneos.
Y en nuestro rancho de calamina
habrà un calor nuevo
con sabor a pan.
Mientras escribo
en un rincòn cualquieta,
temblarà tu risa
en el humo azul de mi cigarrillo.
El oscuro guerrillero
Autor: Pedro Fuentes Riquelme
Padre Las Casas: Impr. San Francisco, 1959
CRÍTICA APARECIDA EN EL SIGLO EL DÍA 1959-06-14. AUTOR: YERKO MORETIC
Desde Carahue, donde reside, ha llegado este poemario de Pedro F. Riquelme, el autor de “Miguel Tauro”, la tan promisoria novela publicada el año pasado.
Una intensa vibración juvenil, que funde la amarga protesta y la ternura, anima estos poemas llenos de vigor y sugestiones. Herido en lo vivo por las injusticias, la explotación y miseria que ve a su alrededor, el poeta, “oscuro guerrillero”, se yergue con un desafiante grito que impresiona por su honda sinceridad. Estigmatiza a fuego a los culpables y quiere luchar contra ellos y que en esta lucha participen todos, hasta su amada. Para convencerla, se lo dice reciamente en un poema conmovedor:
“Tienes que comprender estas cosas
saber del gusto amargo que ellas tienen,
adentrarte aquí rompiendo murallas,
con el cuerpo y el alma amanecidos.
Escúchame:
antes de mí tu casa de tres pisos
sobre los hombros de tus cien inquilinos…
Ahora serás mi compañera,
vaso de agua en el pie de mi esperanza
y no al borde
sino al centro de mí mismo,
con tu risa, tu voz y con tu sangre…”
No en todos los versos existe perfecta asimilación entre el concepto y la imagen poética; a veces la imprecación brota desnudamente panfletaria. Sin embargo, y pese también a los tanteos en los procedimientos expresivos que dejan asomar la técnica de Guillén, “El Oscuro Guerrillero” constituye una pequeña obra de gran riqueza vivencial, solamente vitalizada por sus claras proyecciones sociales.
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