Kentaro Tanaka
(Japón, 1963). Poeta. Miembro del Japan Poets Club y del PEN Japón. Sus libros de poesía publicados comprenden Mancho-ji (Marea alta) (1984), Hai-iro no Chichi (El gris más allá) (1991), Shinkai-Tansaku-Tei (Sumergible de aguas profundas) (2007), and Inu-Kugi (= Dentellada de perro) (2013). Se desempeña en la administración de la Universidad de Toyama y se ocupó de asuntos internacionales para la Agencia de Asuntos Culturales del gobierno japonés. Es tenor en coros líricos desde 1996 y un entusiasta de la pintura, el arte moderno y las artesanías de su país.
Bonsho: las campanas de un templo budista
El joven doctor le informa a un hombre:
“He abierto y cerrado su abdomen
sin que pudiera hacer nada”.
Es el paciente mismo el que al doctor responde:
“No se aflija”. Sonríe y le palmea la blanca espalda.
No contabilice los errores que haya hecho.
Arrojemos al cielo
nuestras inolvidables heridas,
cada vez que oigamos sonar una campana en la lejanía.
Se bañan de luz las hojas,
después de remontar un empinado camino de peregrinos
me aferro a un megalito en la falda de la montaña.
No voy a dejar nada sobre el mundo.
El mínimo caudal de vida que me sea concedido
me atreveré a cortarlo yo mismo,
como una pequeña venganza
por mi nacimiento en la tierra.
Suena una campana del templo en la montaña.
Si es una enfermedad incurable,
¡Acortemos la agonía!
Si es un dolor irremediable
¡Olvidémoslo por un momento!
Me despierta el sonido
de mi amada que cocina.
Si puedo vivir aunque sea un segundo más
tendré un futuro infinito.
Una campanada de oración hace eco en la montaña.
La traducción de este poema pertenece a Nora Isabel Delgado.
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