miércoles, 12 de diciembre de 2012

TCHICAYA-U-TAM' SI [8.778]


Tchicaya-U-Tam'si.          


REPÚBLICA DEL CONGO
Tchicaya U Tam'si nacido Gérald-Félix Tchicaya (Mpili, 25 de agosto de 1931 - Bazancourt, cerca de París, 22 de abril de 1988) escritor congolés
Pasó su infancia en Pointe-Noire, República del Congo y más tarde se fue a estudiar a Francia, donde más tarde ejerció de periodista y volvió al Congo en 1960. Allí siguió ejerciendo de periodista y mantuvo contacto con el político Patrice Lumumba. En 1961, comenzó a trabajar para la Unesco.
Como escritor, su poesía contiene un gran surrealismo y vívidas imágenes históricas y comentarios sobre la vida en África y la humanidad en general.
Desde 1989, el galardón Tchicaya U Tam'si se entrega en la localidad marroquí de Assilah.

Obra

Ces fruits si doux de l'arbre a pain 1990
Les Cancrelats 1980
La veste d'intérieur suivi de Notes de veille 1977
À triche-coeur 1960
Feu de brousse 1957
Mauvais Sang 1955



VOCES DESCONOCIDAS DEL ÁFRICA
traducida por Javier del Prado


EL DESEOSO

A Catherine Bailly

Bebo en tu honor dios mí’o
Túœ que me has hecho tan triste
Me has dado un pueblo que no es destilador de caldos
Y entonces, qué vino beberé yo en tu jubileo?
En este suelo que no es suelo de viñas
En este desierto en el que todos los arbustos son cactus
¿Es posible que llegue a ver en sus flores cada año
Las llamas de la zarza ardiente de tu celo?
Dime por qué Egipto mi pueblo arrastra sus cadenas

Cristo me río de tu tristeza
Mi dulce Cristo.
Espina a cambio de espina
Tenemos una corona de espinas compartida
Me convertiré pues me tientas
Allégate a mi José
Ya estoy mamando del pecho de tu madre la virgen
Sin contarte a ti ya cuento algún Judas más por mis dedos
Mis ojos le mienten a mi alma
Donde el mundo es cordero tu cordero pascual - Cristo
Bailaré yo mi vals al son de tu tristeza lenta

Pero ¿soy yo tu hermano simplemente?
Ya me han matado en tu nombre
¿Acaso era culpable de mi muerte?
Tenía flores de amor hechas sólo de sombra en los ojos
Mis manos agitaban los abanicos de las latanias al atardecer
Por haber besado tu cruz la sangre me enrojece la boca

¿Acaso no era yo tu hermano?
Danzo en honor de tu tristeza
No llamo en mi defensa como testigos ni a padre ni a madre
Y sin embargo mi dolor iguala al tuyo
El agua de mi río es dulce - golondrinas llegad
El peñasco ama al mar que la azota - tan lasa

Me tientas
Y disfruto
Me extravío por la música de tu alma
Y son sólo las truchas las que cantan no obstante desafinadas
Y muerto bailo yo por la tristeza lenta

Los vicios en mi piel son los tres clavos de hierro en tus pies
[en tus manos
Qué sucio estás, Cristo, por haberte juntado con los ricos
Su lujo es un ternero de oro colgado de los cuellos de sus ricos
Camina por el camino de mi pueblo por el que voy cojeando
Me dirás en qué Egipto se aflige mi pueblo
Mi corazón no es el desierto habla Cristo
¿No fuiste tú el que puso el oro vívido en mi vino de alegría?
¿Te debo mis dos fuentes?
Tanto mi corazón como mi alma
¿No fuiste tú el que le hizo a mi corazón dos ventrículos tan
[diminutos?
Un árbol de vida muerto florecía mi olvido.

Permaneces inmóvil
Hiende el Congo su pena
Pero qué sucio estás, Cristo, por haberte juntado con los ricos
Cristo Cristo de mi Santa Ana
Dime qué vino podré beber
Para mentirle a mi pueblo
Mi alegría es demasiado evidente
Mi tristeza demasiado sucia
Para ser un fuego de sabana

Perros iban tras de mí
Cuando era mendigo
Para celebrar la Eucartstía yo mendigaba el vino la levadura
[y la sal

Judío errante fui
Para traicionarte a ti que me habías traicionado
Ya me han matado en tu nombre
Traicionado y luego vendido

El atardecer marchitaba las rosas
Que perdían sus hojas de dolor

Mi María Magdalena se llamaba Anita
Menos sucia que la tuya y por consiguiente menos abierta al
[perdón

Moriré pues sin ella
No tiene levadura el pan de exilio
Y soy judío por simple locura
Mi locura es un pozo de oasis
Pero el oasis no es tu llaga en el costado izquierdo

Cristo escupo en honor de tu alegría

El sol es negro a causa de los negros que sufren
A causa de los judíos muertos que buscan la levadura de
[su pan.

Qué sabes de New Bell
En Durban dos mil mujeres,
En Pretoria dos mil mujeres
También en Kin dos mil mujeres
Y en Antsirabé dos mil mujeres
Qué sabes túœ de Harlem

Pesa el vino en mi corazón sufro porque gozo
Cristo odio a tus cristianos
No tengo amor para amar a todos tus cobardes
Escupo contra tu alegría
Por tener a mi derecha a mi izquierda
Las mujeres de los ricos
Me siento mal por haber bebido
Tu templo está lleno de mercaderes que venden tu cruz
Yo vendo mi negritud
A cien perras redondilla
Y la galera navega
Hacia unas Indias de saldo

¡Ay! ¡Qué continente no tiene sus falsos negros?
A mí me sobran hasta podría vender
Incluso África tiene los suyos
El Congo tiene sus falsos negros
Tan cristianos, ¿son acaso por eso menos sospechosos?
Oh muero en tu honor
Pues me has tentado
Al hacerme tan triste 

(Del libro Epítome)


CANCIÓN DE CUNA 

Yo te quiero mi niño
 duerme si quieres a tu madre
 -Mujer en el niño duerme bien
 -El duerme bien
 las mariposas danzan en ronda
 sobre su cabeza
 Si duerme bien no llores más
 - El duerme bien
 las mariposas danzanen ronda
 sobre su cabeza.


OFRENDA

Inicia Y aquí en la llanura que habito
 mi mano es ancha sobre mi puerta
 dadme mi ración de fruta 
aunque yo no sepa de qué árbol viene 
dadme mi ración de llanto
 aunque yo no sepa que corazón consume 
No tardéis
ya estoy lejos de mis fuentes
 No tardéis
 puedo ser útil
 ya arregle mis uñas
 rasuré mi cabeza

 estoy limpio ante la noche.


EPITAFIO

¡Somos esta unión
de sal de agua de tierra
de sol de carne
salpicándole al sol
no en torno ya de los jugos amargos
sino porque existe este canto
que todos los abismos extraviaron
y que vuelve a inventar un nacimiento
rosa de los vientos carnes y tiempo!

¡Auguro una babel
de acero inoxidable
o de sangre mestiza
mezclada con la hez de todas la crecidas!
Después del hombre rojo,
después del hombre amarillo,
después del hombre negro,
después del hombre blanco,
tenemos ya el hombre de bronce
única aleación a fuego suave
que podemos franquear ya vadeando. 

(Del libro Arco musical)



Tchicaya U Tam’si –  Poeta del sufrimiento

Poeta del sufrimiento, es así como califican Marie-Rose Abomo y Jean-René Biyiti al gran poeta y escritor congoleño Gérard Felix-Tchicaya, que tomó el nombre de Tchicaya U Tam’si.

“Conjugo el verbo ser
en el interior de un ser que viene a
pulir un astro que oxidó un viento triste”

Con esta estrofa, Tchicaya define toda su poesía. La afirmación de una existencia en marcha, en busca de su ser, de su esencia, de sus raíces, una existencia ya viciada por el tono triste que baña esta poesía.

Tchicaya declara en 1979: “Mi propio itinerario está marcado por las obras que publiqué y cuyos títulos son significativos, en 1955, Mauvais sang (Mala sangre), se trata de la angustia,; en 1957, Feu de brouse (Fuego de matorral), es el fuego del exorcismo; en 1960, À triche coeur (Trampeando al corazón) , habla del compromiso, que no es un acto cobarde sino aceptar las diferentes partes de uno mismo, casi una suerte de balance para la etapa posterior« .

La aparición de Mala sangre inaugura la primera toma de palabra de la nueva generación de escritores negros que suceden a los tenores de la negritud. El poeta muestra cuanto su vida y su historia personal siguen siendo el tema principal del libro.

Historia personal, pero también rebelión contra lo insoportable, tanto más cuando el colonizado no reacciona.

“La ruptura marca mi escritura” escribe Tchicaya. La primera ruptura es familiar. Siendo muy niño es arrancado de los brazos de su madre, por razones oscuras ligadas a la costumbre. Ese día comienzan sus desgracias.


“No aceptarán que el niño tenga las tripas duras como hierro y la pierna rígida y coja
Iba yo terrible y negro y fiebre en el viento
El espíritu, una roca, me hacía entrever un agua”
Su nacimiento ya no es una alegría, sino una pérdida:
“Nacido de madre desconocida, venal
Mi falta crecerá el olvido
Fui trocado contra el mal”


Fuego de matorral, segunda etapa de este itinerario, se impone como un momento de exorcismo. El dolor llega al paroxismo. Tchicaya se vuelve hacia una escritura testimonial, asocia su destino de hombre al de su país, el Congo.



“Soy hombre, soy negro, ¿por qué toma esto el sentido de una decepción?


Trampeando al corazón es el momento del compromiso, gracias a la omnipresencia del árbol que significa vida, el arraigo en la madre tierra.
Y esta es la llanura que habito
Mi mano es amplia en mi puerta
tomad mi parte de fruta
aunque no sepa de qué árbol provienen
tomad mi parte de llanto
aunque sepa que corazón destruyen
No tardéis
Ya estoy lejos de mi fuente

No tardéis
quiero ser útil
ya limpié mis uñas
afeitado mi cabeza
estoy limpio ante la noche


Cuando se produce la independencia, Tchicaya va a Léopoldville. Asiste allí a la tragedia de Lumumba, figura que domina Épitomé. El héroe se vuelve el Cristo de los Negros, víctimas de numerosos genocidios.

Al mismo tiempo que Épitomé aparece L’arc musical (El arco musical), en 1962, donde todavía domina el simbolismo del árbol.

Le ventre (El vientre) muestra una cierta vuelta a la angustia inicial.

El último libro, La veste intérieure (La chaqueta interior), seguido por Notes de veille (Notas de vigilia), recompensado por el premio Louise Labbé, son al mismo tiempo una poesía militante y política y una literatura de la desilusión.


“Aquí están los caciques
los macacos de ayer
los príncipes de hoy
espulgándose, despojándose
espulgándome espulgándote
el culo en el piso
pueblo-soberano-las-masas
se sodomizan a golpe de slogans”


La fuerza del grito se condice con la decepción. Esta ira anuncia El glorioso destino del mariscal Nnikon Nniku, Príncipe que se saca, sátira ubuesca sobre los dictadores africanos.

Tchicaya es un artesano de la lengua que ha sabido domar la temática prestada para expresar su dolor de ser Negro y de ser. “Lejos de imitar a un poeta bien definido, Tchicaya encontraba aquí y allá acentos tomados de numerosos poetas lo que muestra una cultura poética real, de tal manera que se trataba menos de préstamos que de resurgencias de lecturas enamoradas de poesía” han escrito Roger et Arlette Chemain-Degrange.

La evidencia de estos préstamos no quita nada a la singularidad de la obra de Tchicaya U’Tamsi, una obra durante mucho tiempo salvaje y bárbara y que arrastra de todo como el río Congo.

En 2014 apareció en la editorial Gallimard su obra completa con el título de Estaba desnudo para el primer beso de mi madre.


De pié

Y pasa
como se muere como se baila
sin confesión
la ola se lleva un poco del mar
en vano

tengo la edad de los fósiles
mi mal no curará a nadie
una noche anula los corazones
que cargué con ebriedad

quien habla aún
como las luciérnagas
de la muerte antigua

cómo vivieron
cómo se amaron

la hierba crecía
nadie lo sospechaba

el bosque me vistió de noche
sin la luz
de lo que es familia
de lo que es unión
de lo que es carne contra corazón tierno
de lo que mata al amor

el amigo traicionará
y ambos morirán
sin confesión

dos brasas sobre mi corazón
oh denme sus ojos
para mi corazón arable
denme sus ojos
para mi sueño

unos niños se hacen los locos
vuelvo a los agujeros de mi memoria
encuentro mi infancia desnuda
perdónenme mi infancia

la hierba crecía
dije a la hierba
soy frágil como el rocío
y la hierba está muerta
sobre las brasas de mi corazón

ya lo ven tengo la vida que me mata
desgraciadamente la hierba crecía

siguieron
abucheándome a mí y a mis pájaros
tenía las líneas de la mano
muy salientes muy salientes
y sin confesión
mejor que un cangrejo de tierra
viví el humus
de terracota
de brasas muertas
sin preocuparme por el sentido de los vientos
la hierba inclinaba el vuelo de los cuervos
era la sabana
el sol, bebía el agua de los charcos
y yo sufría de timidez

quise morir por la que me juró
amor
mis dos manos son desde entonces los dos platillos
de una balanza donde pesar mi sombra y la suya
no las tomen entre sus manos
nuestras sombras son pesadas

tengo la vida que mata
no se acerquen
el perro tomó cuernos y una honda
goliat pequeño goliat

el paseante busca su fémur
en la ternura de su amada
el fémur se ríe en sus narices

una joven husmea el aire perfumado de ron
un tango argentino en la noche
le dobla la carne en la comisuras
ella tiende sus brazos el encantamiento cae
ella se derrumba
la lluvia cae lentamente con pasos de mosca
sobre su cuerpo

joven
tengo la lepra que curará tus pesadillas no te rías
muero en cada canto de amor
si muero recuerda el brasero
ella me rió en las narices
su risa me hirió
bebía la muerte por la raiz
y devolví mi cerebro
la raiz bebida fue un brebaje lúcido
de esta manera descubrí
la sangre de las cortesanas en mis manos

madre cómo vivieron
cómo se amaron

qué susurra la luna
al paseante despedido
he tenido entonces mi mala sangre
por ocio
no quiero a nadie
a mi padre
a mi país
ni siquiera a annie
nadie quiero vivir

una adivina me dijo
estás perdido
no sos tan si
sos demasiado sucio
para ser un negro de muestra
blue jazz
no considerás a tus tripas
una piel de tam-tam
y tu cabeza no es buena ebonita

mimada

qué agonía




Luces

masque-africain-dan

Están lo que son las llagas
Las lentitudes del sueño
Sobre las playas otrora grises
está tu mano que el tiempo arruga

Vinimos a ver morir
un pájaro pillado por su canto
tres cuchillos de hojas vivas
en un sueño El mundo cae

De rodillas se levantan
Una a una las notas del canto
Tu boca triste las lame
Durante la fiesta de los cuerpos

Que yo incendie con un deseo que abucheo

Mañana en un rato
En el boca a boca sin fuego
Así el pan así el agua suave
Y esas luces que sangraron

Los ojos abiertos los piés grasos
La danza detrás del fuego de los nervios
El orgullo de los amrgos que rompieron
El obstáculo sobre el mar que va

Cae el mundo la alegría luego la muerte
El alma es una piedra al pié del cuerpo
Irse de los estigmas llameantes
Sobre la boca el mundo cae

El sol o la primera o todas las llagas
eyaculando luces frías o blancas
Ya no tiritar No más espasmo
La sed ya no tiene sangre del cáliz

Que sangre de dividendos seguros
Que jauja en la punta de esta lengua
En el punto de perdición el camino
Construye un árbol sobre la planicie

Jaspes ramajes de encaje
El árbol es una ciudad de plomo
Las calles son líquidas son cálidas
Las cabezas son cálidas son dóciles

El rey decapsula su glotis
Sus palabras son vómitos son ácidos

Los cuerpos se disuelven en ella
La noche aviva las luciérnagas

No hay más luces que esas.




Tchicaya U Tam’si – Poète de la souffrance 

Poète de la souffrance, c’est ainsi que Marie-Rose Abomo et Jean-René Biyiti qualifient le grand poète et écrivain congolais Gérard Felix-Tchicaya, de son nom de plume Tchicaya U Tam’si.

“Je conjugue le verbe être
à l’intérieur d’un être qui vient
polir un astre qu’un vent triste oxyda”

À travers cette strophe, Tchicaya définit toute sa poésie. L’affirmation d’une existence en marche, en quête de son être, de son essence, de ses racines, une existence déjà viciée par le ton triste qui baigne cette poésie.

Tchicaya déclare en 1979: “Mon propre itinéraire est jalonné par les ouvrages que j’ai publiés et dont les titres sont significatifs, en 1955, le Mauvais sang, c’est l’angoisse; en 1957, Feu de brousse, c’est le feu de l’exorcisme; en 1960, À triche cœur, c’est le compromis, le compromis ce n’est pas un acte lâche, c’est accepter les différentes parties de soi-même et n’en rejeter aucune; en 1962, Épitomé, c’est un précis d’histoire, presque une sorte de bilan pour l’étape ultérieure”.

La parution du Mauvais sang inaugure la première prise de parole de la nouvelle génération d’écrivains noirs, succédant aux ténors de la négritude. Le poète monte combien sa vie et son histoire personnelle restent le sujet principal du recueil.

Histoire personnelle mais aussi rébellion contre l’insupportable, ce d’autant plus que le colonisé ne réagit pas.

“La rupture marque mon écriture” écrit Tchicaya. La première rupture est familiale. Très tôt, il est enlevé à sa mère, pour des raisons obscures liées à la coutume: C’est de ce jour que commencent ses malheurs:




“Ils ne conviendront pas qu’enfant j’eus les boyaux durs comme fer et la jambe raide et clopant
J’allais terrible et noir et fièvre dans le vent
L’esprit, un roc, m’y faisait entrevoir une eau”.
Sa naissance n’est plus une joie, mais une perte:
“Né de mère inconnue, vénale
Ma faute grandira l’oubli
Je fus troqué contre le mal”.


Feu de brousse, seconde étape de cet itinéraire, s’impose comme moment d’exorcisme. La douleur y atteint son paroxysme. Tchicaya se tourne vers une écriture de témoignage, il associe son destin d’homme à celui de son pays, le Congo.

“Je suis homme, je suis nègre, pourquoi cela prend-il le sens d’une déception?”

À triche coeur devient l’instant du compromis, grâce à l’omniprésence de l’arbre qui signifie la vie, l’enracinement dans la terre-mère.



Et voici la plaine que j’habite
ma main y est large sur ma porte
prenez ma part de fruit
bien que je ne sache de quel arbre ils viennent
prenez ma part de pleurs
bien que je sache quel coeur ils minent
Ne tardez pas
je suis déjà loin de ma source

Ne tardez pas
je peux être utile
j’ai déjà refait mes ongles
rasé ma tête
je suis propre devant la nuit



Dès l’indépendance, Tchicaya se rend à Léopoldville. Il y assiste à la tragédie de Lumumba, figure qui domine Épitomé. Le héros devient le Christ des Noirs, victimes de nombreux génocides.

En même temps qu’Épitomé paraît L’arc musical, en 1962, où domine encore le symbolisme de l’arbre.

Le ventre affiche un certain retour à l’angoisse initiale.

Le dernier recueil, La veste d’intérieur, suivi de Notes de veille, récompensé par le prix Louise Labbé, sont en même temps une poésie militante et politique et une littérature de la désillusion:


“Voici les caciques
les macaques d’hier
les princes d’aujourd’hui
s’épouillant se dépouillant
m’épouillant t’épouillant
le cul par terre
peuple-souverain-les masses
à coups de slogan on sodomise”


La force du cri est à la hauteur de la déception. Cette colère annonce Le destin glorieux du Maréchal Nnikon Nniku, Prince qu’on sort, satire ubuesque des dictateurs africains.



Tchicaya est un artisan de la langue qui a su dompter la thématique d’emprunt pour rendre compte de sa douleur d’être Nègre et d’être. “Loin d’imiter un poète bien défini, Tchicaya retrouvait ici et là des accents empruntés à de nombreux poètes ce qui témoigne d’une culture poétique réelle, dfe sorte qu’il s’agissait moins d’emprunts que de résurgences de lectures d’amoureux de la poésie” ont écrit Roger et Arlette Chemain-Degrange.

L’évidence de ces emprunts n’enlève rien á la singularité{e de l’œuvre de Tchicaya U’Tamsi, une ouvre longtemps restée sauvage et barbare et qui charie tout, à l’instar du fleuve Congo.

En 2014 parut son œuvre complète chez Gallimard sous le titre de J’étais nu pour le premier baiser de ma mère.

Debout

Et passe
comme on meurt comme on danse
sans aveu
la lame emporte un peu de la mer
vainement

j’ai l’âge des fossiles
mon mal ne guérira personne
une nuit annule les cœurs
que j’ai portés avec ivresse

qui parle encore
comme les lucioles
de la mort ancienne

comme ils vécurent
comme ils s’aimèrent

l’herbe croissait
personne ne s’en doutait

la forêt m’a revêtu de nuit
sans la lumière
de ce qui fait famille
de ce qui fait lien
de ce qui fait chair contre cœur tendre
de ce qui tue l’amour

l’ami trahira
et tout deux en mourront
sans aveu

deux braises sur mon cœur
oh donnez-moi vos yeux
pour mon cœur arable
donnez-moi vos yeux
pour mon sommeil

des enfants font les fous
je retourne aux trous de ma mémoire
je retrouve mon enfance nue
pardonnez-moi mon enfance

l’herbe croissait
j’ai dit à l’herbe
je suis fragile comme la rosée
et l’herbe est morte
sur les braises de mon cœur

vous le voyez j’ai la vie qui tue
malheureusement l’herbe croissait

on a continué
à me huer moi et mes oiseaux
j’avais les lignes de la main
bien saillantes bien saillantes
et sans aveu
mieux que le crabe de terre
j’ai vécu l’humus
de terre cuite
de braises mortes
sans me soucier du sens des vents
l’herbe inclinait le vol des corbeaux
c’était la savane
le soleil buvait l’eau des mares
et je souffrais de timidité

j’ai voulu mourir pour celle qui m’a juré
amour
mes deux mains sont depuis les deux plateaux
d’une balance où peser mon ombre et la sienne
ne les prenez pas entre vos mains
nos ombres sont lourdes

j’ai la vie qui tue
n’approchez pas
le chien a pris des cornes et une fronde
goliath petit goliath

le passant cherche son fémur
dans la tendresse de son aimée
le fémur lui rit au nez

une jeune fille hume l’air parfumé au rhum
un tango argentin dans le soir
lui plie la chair aux commissures
elle tend ses bras l’enchantement tombe
elle s’effondre
la pluie tombe lentement à pas de mouche
sur son corps

jeune fille
j’ai la lèpre qui te guérira de tes cauchemars ne ris pas
je meurs à chaque chant d’amour
si je meurs souviens-toi du brasier
elle m’a ri au nez
son rire m’a blessé
j’ai bu la mort par la racine
et j’ai rendu mon cerveau
la racine bue fut un breuvage lucide
c’est de cette façon que j’ai découvert
le sang des courtisanes dans mes mains

mère comme ils vécurent
comme ils s’aimèrent

que chuchote-t-elle la lune
au passant éconduit
j’ai donc eu mon mauvais sang
par désœuvrement
je n’aime personne
mon père
mon pays
pas même annie
personne je veux vivre

une cartomancienne m’a dit
tu es perdu
tu n’es pas si
tu es trop sale
pour être nègre échantillon
blue jazz
tu ne prends pas tes boyaux
pour une peau de tam-tam
et ta tête n’est pas de la bonne ébonite

mimée

quelle agonie




Lumières

masque-ancien-ngbaka-rdc-zaire-soudan-masques-africains

Il y a ce que sont les plaies
les lenteurs du sommeil
sur les plages grèges naguère
Il y a ta main que le temps froisse

Nous sommes venus voir mourir
un oiseau pillé par son chant
trois couteaux à lames vives
dans un rêve Le monde tombe

C’est à genoux qu’une à une
se ramassent les notes du chant
ta bouche triste les lape
lors de la fête des corps

Que j’incendie d’un désir que je conspue

C’est demain tout à l’heure
au bouche à bouche sans feu
ainsi le pain ainsi l’eau suave
et ces lumières qui ont saigné

Les yeux ouverts les pieds gras
la danse derrière le feu des nerfs
l’orgueil des amers qui ont brisé
l’étrave sur la mer qui va

Tombe le monde la joie puis la mort
l’âme est une pierre au pied du corps
S’en aller des stigmates flamboyants
sur la bouche le monde tombe

Le soleil ou la première et toutes les plaies
éjaculant des lumières froides ou blanches
Ne plus frissonner Plus le spasme
La soif n’a plus le sang du calice

Quel sang aux dividendes sûrs
quel cocagne au bout de cette langue
au point de perdition le chemin
sur la plaine construit un arbre

Jaspes ramures de dentelles
l’arbre est une ville de plomb
les rues sont liquides sont chaudes
les têtes sont chaudes sont dociles

Le roi décapsule sa glotte
ses mots sont des vomis sont acides

Les corps s’y dissolvent
La nuit attise les lucioles

Pas plus de lumières que ça.





https://lachansondelacigale.wordpress.com/2015/07/ 



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