Grant Caldwell (Australia, 1947)
Grant Caldwell ha publicado en poesía: The Screaming Frog Ralph Ate (1979), The Bells of Mr. Whippy (1982), The Nun Wore Sunglasses (1984) The Revolt of the Coats (1988), Einstein, Buddhism & My Stiff Neck (1990), The Life of Pet Dog (1992) y You Know What I Mean (1996).
Ha sido profesor universitario y aditor de la revista Meuse.
Minga-Minga-Minga
En la lectura de Poesía anoche
una mujer leyó un poema sobre Población Ecológicamente Sostenible
y yo noté
que las iniciales
eran las mismas de Percepción Extra Sensorial.
También nos hizo saber en otro poema
que Chernobyl significa ajenjo,
el cual, entre otras cosas,
es también un repelente para hormigas,
y eso me hizo recordar
a que decían los Anangu
que se parecía la gente
cuando escalaba el monte Uluru:
-Minga (hormigas)- decían.
Minga-Minga-Minga- mientras reían.
Luego, Myron leyó muchos poemas sobre la muerte
y eso a un público compuesto básicamente de ancianos.
Ya en el taxi de regreso a casa
el taxista -un húngaro- nos dijo
que todas las mañanas, cuando despierta,
da las gracias,
y que es feliz el resto del día.
A lo cual reposo Mayron: ¿Y qué tal los problemas del mundo?
¿no te molestan?
¿Cuales problemas? -dijo-
no hay problemas.
Cuando llegamos donde Myron
escuchamos la radio
y hablamos de todo bajo el sol.
Luego caminé a casa por entre el frío de las dos de la madrugada
y el mesón de mi cocina estaba cubierto de hormigas.
¡Minga-Minga-Minga!
les dije.
Contacto
Tú haces esto
yo aquello
nos unimos
brazos y piernas de pensamientos
y palabras
palabras que tocan
como ojos que sonríen
que sonríen de la jaula
pareces mucho más alta
cuando pienso en tí
¿es sólo transmisión sexual?
¿o es el ciclo
desubicándonos nuevamente?
¿es también para tí algo de temer
la dicha?
todas las montañas tienen su cima
y en invierno hay nieve
como hojas en otoño
me gusta cuando estás seria
cuando soy serio/ contigo
me siento como se sienten
dos pies izquierdos en la pista de baile
no bailo mucho
excepto en la primacía de mi cuarto
mi casa no tiene puertas
tan sólo la de enfrente y la del patio
y son como dos ojos
una hacia el mundo allá fuera
otro hacia mi jardín
me gustaría saber si la dicha
y el beso de tus ojos
y tu boca
que habla con el tacto
y que dice mucho más de lo que somos
con miedo de irnos
y mucho más que miedo de ser abandonados
es fácil
pensar que todo nos alcanza
y toca nuestro extraño destino
yo probablemente he pensado en la muerte
más que tú
más que cualquier otra cosa
me gustaría adormecerme
en nuestras conversación
relajado como opio
café y bizcochos
y el esplendor, que adormece la mente,
de contacto.
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