Kabir
(Hindi: कबीर, Punjabi: ਕਬੀਰ, Urdu: کبير ) (1398 o 1440, Benarés - 1518, Maghar, cerca de Gorakbpur) fue un poeta, músico, místico, filósofo y santo de la India cuya literatura influenció en el movimiento Bhakti (devocional). Se le conoce también como Bhagat Kabir Ji (San Kabir).
(Hindi: कबीर, Punjabi: ਕਬੀਰ, Urdu: کبير ) (1398 o 1440, Benarés - 1518, Maghar, cerca de Gorakbpur) fue un poeta, músico, místico, filósofo y santo de la India cuya literatura influenció en el movimiento Bhakti (devocional). Se le conoce también como Bhagat Kabir Ji (San Kabir).
Kabir es el poeta místico más venerado de la India e influenció grandemente a la comunidad Sikh, se le considera integrante de la primera generación de santos del norte del país.
No se definió ni como Hindú, Musulmán, Sufi o Bhakti. Desdeñó credos, denominaciones, ascetismos y religiones llevando la filosofía oriental a un nuevo rumbo. Para Kabir la vida se reduce a un juego entre el alma de cada hombre (Jivatma) y Dios (Paramatma); lograr la unión de ambos es la misión de la vida terrenal.
Según Kabir "Dios es el aliento de todo cuanto respira” y “Quien ha hallado el amor y la renuncia, jamás conoce la muerte.”
Vida y obra
Como en la mayoría de las vidas de las personas significativas de todas las tradiciones religiosas, la de Kabir está envuelta de mitos y leyendas, por lo que resulta difícil discernir lo real de lo fictício. Hilador, tejedor y artesano de la India, fue criado por una pareja de musulmanes sin hijos que lo hallaron cerca del lago Lahara Tara en las inmediaciones de Benarés donde vivió el resto de su vida, hasta su muerte en Maghar, lugar que escogió voluntariamente pues según la tradición hindú los que morían allí se reencarnaban en burro, en 1518.
El origen de su nacimiento está rodeado por un aura de leyenda y no se sabe si nació en 1398 o en 1440. Otra versión dice que fue el hijo abandonado de una viuda Brahmin siendo adoptado por la pareja musulmana.
Nada es tan cierto respecto a Kabir como su nacimiento en una familia de musulmanes pertenecientes a la casta de los yulaja.
En sentido estricto, las castas no existen entre los musulmanes;sin embargo en la India, ese ideal ha perdido fuerza como resultado de las conversiones masivas de hindúes de las castas bajas, quienes tratando de superar sus dificultades de inferioridad de casta sólo lograron trasladarlas al Islam. Así parece haberle occurido a los yulajas, una casta Sudra convertida en masa al Islam entre los siglos XII a XIV. La palabra yulaja quiere decir "tejedor" en idioma Persa, ya que los miembros de esta casta son por lo general, tejedores o agricultores. Su ubicación en la escala social era y continúa siendo muy baja, y su condición no mejoró ante los ojos de hindúes o musulmanes por la sola razón de su conversión al Islam.
La tradición dice que se casó con Loi y tuvo dos hijos, Kamal y Kamali. Se cuenta que el emperador Sikandar Lodi enfurecido porque Kabir no lo reverenciaba lo aprisionó y torturó pero finalmente lo liberó por su bondad, sagacidad e inteligencia.
Una de las torturas había de ser la de ser aplastado por los pies de un gran elefante, pero cuando el animal se colocó sobre Kabir, éste se negó reiteradamente a pisarlo y causarle la muerte. Otra de las torturas, fue la de sumergirlo en el Ganges con piedras atadas a los pies, pero según parece sobrevivió, o resucitó –según las fuentes-. Tampoco las llamas consiguieron acabar con su vida, salvándose de morir abrasado.
Según algunos fue iniciado por el asceta del Vishnuísmo, Ramananda Swami.
Era extraño que un maestro hindú aceptase a un estudiante musulmán, pero la tradición nos dice que el joven Kabir, encontró una ingeniosa manera de superar todas las dificultades. Se explica la historia de que en un día determinado del año, cualquier persona podía convertirse en discípulo de un maestro, si éste pronunciaba el nombre de Dios sobre el discípulo. Es frecuente que las personas que viven cerca del Ganges, vayan a tomar su baño matutino en las aguas sagradas. El Bhakti Ramananda, iba a tomar su baño diario, antes del alba. En ese di especial, Ramananda se despertó antes del alba y tomó su camino habitual hacia las escalera de las aguas. Mientras caminaba por las escaleras, una pequeña mano se le cogió del dedo gordo del pié y tomado por sorpresa, pronunció el nombre de Dios en voz alta. Mirando hacia abajo, vió a la luz de la mañana la mano del jóven Kabir. Después del baño, se dió cuenta de que en la parte posterior de la pequeña mano había escrito en árabe el nombre de Kabir. Lo adoptó como hijo y lo llevó de vuelta a su ashram, causando una fuerte perturbación en sus discípulos hindús, algunos de los cuales abandonaron su enseñanza en señal de protesta.
Aunque analfabeto, sus poemas se transmitieron de boca en boca en lenguaje vernáculo. Más de 500 de sus versos permanecen en el Gurú Granth Sahib Ji.
Empleó un método socrático dirigiéndose a todos los seres humanos sin distinción de casta, sexo, color, raza, religión u ocupación enfrontándose con los gobernadores invasores mogoles, sabios y sacerdotes hindúes de su era.
Predicó la unidad esencial de todas las religiones y fue crítico acerbo del hinduismo y el islam, sobre sus ritos sin sentido y repetición descuidada de mantras como consta en este poema:
No estoy en el templo ni en la mezquita,
ni en el santuario de La Meca,
ni en la morada de las divinidades hindúes.
No estoy en los ritos y las ceremonias;
ni en el ascetismo y sus renunciaciones.
Si me buscas de veras me verás enseguida;
y llegará el momento en que me encuentres.
Del hinduismo aceptó las ideas de reencarnación y la ley del karma pero rechazó la idolatría, el ascetismo y el sistema de castas. Del islam acogió el concepto de un solo Dios y de la igualdad de todos los varones.
Sus poemas altamente metafóricos se aplican a una filosofía universal. Insistió en la simplicidad y franqueza hacia la aproximación a lo divino, para él Dios era la manifestación de todo lo espiritual y lo material y el acercamiento hacia Dios, el deber y placer de todo ser vivo:
El Señor está en mí,
el Señor está en ti,
como la vida está en cada simiente.
Renuncia a un falso orgullo
y busca en ti a tu Señor.
Un millón de soles irradia Su luz.
Al morir, se cuenta en una leyenda que hasta hoy se enseña en las escuelas de la India, estalló una disputa entre musulmanes e hindúes que se disputaban su cadáver. Cuando abrieron el féretro, estaba vacío y en su lugar hallaron un libro donde los dos bandos escribieron todas las máximas que pudieron recordar.
Reverenciado igualmente por hindúes e musulmanes, es considerado un precursor del sijismo y su poesía fue incorporada dentro del Adi Granth.
Sus poemas alaban a los maestros que revelan la divinidad interior a través de la experiencia, prefieriéndola a cánticos, oraciones y rituales.
Sus ideas indujeron a la fundación de varios grupos y sectas, como la Kabir Panth, que lo reconoce como su principal guía o gurú.
El poeta y Premio Nobel de literatura Rabindranath Tagore hizo la más famosa traducción al inglés de sus poemas.
Veamos algunos de los poemas de nuestro autor:
I
¿Dónde me buscas, oh, servidor mío? ¡Mírame! Estoy junto a ti.
No estoy en el templo ni en la mezquita, ni en el santuario de La Meca, ni en la morada de las divinidades hindúes.
No estoy en los ritos y las ceremonias; ni en el ascetismo y sus renunciaciones.
Si me buscas de veras me verás enseguida; y llegará el momento en que me encuentres.
Kabir dice:
Dios, ¡oh, Santo!, es el aliento de todo lo que respira.
VII
Cuando se revela a sí mismo, Brahma descubre lo invisible.
Como el grano está en la planta; como la sombra en el árbol; como el espacio en el cielo; como infinidad de formas están en el espacio, así, desde el más allá del Infinito, el Infinito viene, y el infinito se prolonga en lo finito.
la caricatura está en Brahma y Brahma está en la caricatura; son para siempre distintos; aunque estén para siempre unidos.
El mismo es el árbol, el grano y el germen. El mismo es la flor, el fruto y la sombra. El es el sol, la luz y todo lo que se ilumina. Es Brahma, la criatura y la ilusión.
Es la forma múltiple, el espacio infinito. Es el aliento, la palabra, la idea.
Es lo limitado y lo ilimitado, y más allá de lo limitado y de lo ilimitado, es el Ser puro.
Es el espíritu inmanente en Brahma y en la criatura.
El Alma suprema se ve en el interior del alma.
El punto último se ve en el Alma suprema. Y en ese punto aún se reflejan las creaciones.
Kabir es bendito porque goza de esta visión suprema.
IX
¿Cómo podría yo jamás pronunciar esas palabras misteriosas?
¿Cómo podría yo decir: El no es como esto y es como aquello?
Si digo que El está en mí, el universo se escandaliza de mis palabras.
Si digo que está fuera de mí, miento.
De los mundos internos y externos, El hace una unidad indivisible.
Lo consciente y lo inconsciente son los taburetes de sus pies.
Ni se manifiesta ni se oculta; no es revelado ni irrevelado.
No hay palabras para decir lo que El es.
XXVIII
Ante lo incondicionado danza lo condicionado.
"Tú y yo no somos más que uno", proclaman las trompetas.
El Maestro avanza y saluda a su discípulo: tal es la mayor de las maravillas. Gorakhmatte le pregunta a Kabir:
-Dime, ¡oh, Kabir!, ¿cuándo comenzó tu vocación?
¿Dónde nació tu amor? Kabir responde:
-Cuando Aquel cuyas formas son múltiples aún no había empezado su representación; cuando no había ni maestro ni discípulo; cuando todavía no existía el mundo,
cuando el Uno supremo estaba solo, entonces fue cuando me hice asceta; entonces, ¡oh, Gorakh! Brahma atrajo mi corazón a El.
Cuando me instruí en la doctrina de los ascetas, Brahma no estaba coronado, ni Vishnú ungido de rey, ni había nacido aún la potencia de Shiva.
Fue en Benarés donde tuve una revelación repentina, y Ramananda me iluminó. Traía conmigo la sed del infinito, he acudido a la cita de mi Dios.
Con toda simplicidad me uniré con la simple Unidad.
Y surgirá mi amor.
¡Marcha, oh, Gorakh, al ritmo de esa música!
LXXV
¡Abre tus ojos de enamorado y contémplalo a El, que reina en el universo! Considera el universo y persuádete de que ese es tu país.
Cuando hayas encontrado a tu verdadero Maestro, El despertará tu corazón.
El te dirá los secretos del amor y del sacrificio, y conocerás entonces que El sobrepasa al universo.
Ese mundo es la ciudad de la Verdad; el laberinto de sus senderos fascina el corazón.
Podemos alcanzar la meta sin cruzar la ruta, en un deporte que no acaba jamás.
Allí donde el círculo de los múltiples goces danza en torno del Creador, allí están los juegos de la eterna felicidad.
Cuando los conozcamos concluirá el ciclo de todas nuestras aceptaciones y renunciamientos. Entonces dejará de quemarnos la llama de la concupiscencia.
Es el reposo último y sin límite.
El ha extendido sobre el mundo entero las formas de Su amor.
Del resplandor, que es Verdad, surgen perpetuamente las ondas de las formas nuevas, y El penetra esas formas.
Todos los jardines, todos los boscajes, todas las masas de vegetación están pobladas de flores, y el aire juguetea con ellas.
Allí, el cisne juega un juego maravilloso. Allí, los sones de la misteriosa música giran en torno de la infinita Unidad.
Allí brilla, en el punto central, el trono de Aquel que contiene todas las cosas y donde el Gran Ser tiene su sede.
La luz de millones de soles se desvanece, confusa, ante el esplendor de uno solo de sus cabellos.
Por el camino, ¡qué dulces melodías hace oír el arpa! Sus notas traspasan el corazón. La eterna fontana de vida deja correr su chorro donde juegan sin fin el nacer y el morir.
Y se llama nada Aquel que es la Verdad de las verdades, Aquel en quien están contenidas todas las verdades.
LXXVI
En El se perpetúa la creación, superior a toda filosofía y que ninguna filosofía podría concebir.
Hay un mundo sin fin, ¡oh, hermano mío!,
y hay el Ser sin nombre, de quien sólo puede hablarse en silencio.
El mundo ilimitado sólo es conocido de aquel que lo alcanzó. Es muy otro de cuanto se ha dicho y escuchado.
Ni formas, ni cuerpo, ni extensión, ni aliento existe en él. ¿Cómo podría decirte lo que es? Está en el camino de lo infinito, sobre el que desciende la gracia del Señor, y el que lo alcanza queda liberado de nacer y de morir.
Kabir dice:
Estos sentimientos no pueden expresarse con palabras de la boca: como tampoco pueden escribirse en el papel.
LXXXI
En el comienzo, El estaba solo y se bastaba a sí mismo.
No había entonces ni comienzo, ni medio, ni fin.
No había ojos, ni noche, ni día.
No había tierra, ni aire, ni cielo, ni fuego, ni agua, ni ríos como el Ganges y el Jumna; ni mares, ni océanos, ni olas.
No había vicios ni virtudes, ni libros sagrados como los Vedas, los Puranas o el Corán.
Kabir reflexiona y dice:
Todo era entonces silencio y paz. El Ser Supremo permanecía inmerso en el seno profundo de sí mismo.
El Dueño no come, ni bebe, ni vive, ni muere.
No tiene forma, ni color, ni vestido.
No pertenece a un clan, ni a una casta, ni a nada...
¿Cómo podría yo describir su gloria?
No tiene forma y, sin embargo, no está sin formas.
No tiene nombre.
Carece de color y no es incoloro. No tiene morada.
LXXXII
Kabir medita y dice:
El que no tiene casta ni país, ni forma, ni cualidad, llena el espacio.
El Creador ha puesto en el Ser el juego de la dicha, y de la palabra "Om" nació la creación. La tierra es su gozo; su gozo es el cielo. Su gozo es el esplendor del sol y de la luna.
Su gozo es el comienzo, el medio y el fin. Su gozo es visión, sombra y luz.
Los océanos y las olas son su gozo.
Su gozo, las Saraswati, el Jumna y el Ganges.
El Dueño es uno: vida y muerte, unión y separación son los juegos de su gozo.
Sus juegos son el sol y el agua y el universo entero.
Sus juegos, la tierra y el cielo.
En el juego se desarrolla la creación; en el juego se establece.
El mundo entero -dice Kabir- reposa sobre su juego; pero el jugador permanece desconocido.
LXXXIX
¿Qué sabio podría escuchar la música solemne que se eleva hacia el cielo?
El es la fuente de toda música; El llena con ese surtidor, hasta los bordes, todos los vasos humanos, permaneciendo desbordante El mismo.
Aquel que vive corporalmente siempre está sediento, porque el objeto de sus afanes es
imperfecto, aunque siempre surgen en él, y cada vez más hondas, estas palabras, donde van fusionados el amor y el sacrificio: "El es esto; esto es El".
Kabir dice:
Esas son, ¡oh, hermano !, las palabras supremas.
XCIX
Sé, ¡oh, Narad!, que mi Amado no puede estar lejos.
Cuando mi Amado se despierta, yo me despierto; cuando El duerme, yo duermo. ¡Aniquilado sea quien aflija a mi Bienamado!
Allí donde se cantan Sus alabanzas, allí vivo yo.
Cuando El camina, yo camino ante El. Mi corazón suspira por mi Bienamado. Una peregrinación sin fin se sucede a Sus pies y millones de devotos se prosternan sobre ellos.
Kabir dice:
El Bienamado revela, El mismo, la gloria del verdadero amor.
C
¡Cuelga hoy mismo el columpio del amor! Suspende tu cuerpo y tu espíritu entre los brazos del Bienamado, para un éxtasis de los goces del amor.
Acerca los ojos al torrente de lágrimas de los nubarrones cargados de lluvia, y cúbrete el corazón con las sombras de la noche.
Aproxima el rostro a Su oído y murmúrale las más hondas aspiraciones de tu alma. Kabir dice:
¡Escúchame, hermano! Lleva la visión de tu Bienamado en el corazón.
Su obra ha llegado como fuente de inspiración y sabiduría hasta nuestros días siendo objeto de gran popularidad como el más sencillo, aceptado poeta de la India, en apariencia fácil de interpretar. Entre sus admiradores se cuentan artistas, poetas, escritores, músicos, el movimiento Radha Soami y otros grupos siendo mencionado a menudo como emblema de sabiduría e inspiración.
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