Paul-Jean Toulet
Paul-Jean Toulet (Pau, Francia 1867 - Guéthary, 1920) fue un poeta francés. Es también autor de obra narrativa, teatral y miscelánea. Debe su lugar en las letras francesas a su obra poética, reunida bajo el título de Les Contrerimes (1921).
Toulet pasó su infancia y adolescencia en su Béarn natal. De 1885 a 1888 residió en Isla Mauricio, donde su familia tenía negocios. De vuelta de Mauricio pasó un año en Argel. En 1889 se instaló en París. En la capital francesa frecuentó los medios literarios, donde su figura, descreída y mordaz, nunca encajó. De noviembre de 1902 a mayo de 1903 viajó a Indochina. En 1912 dejó definitivamente París y se instaló en la provincia francesa. Su vida estuvo marcada por la pérdida de una juventud dorada, la experiencia colonial, el opio y el alcohol. Fue amigo del gastrónomo y periodista Curnonsky y del compositor Claude Debussy, con el que trabajó en un proyecto de ópera inacabado.
Obra poética
Ante todo, Toulet es el autor de Les Contrerimes (Contrarrimas), una de las obras maestras de la poesía francesa. La contrarrima es una estrofa de su invención, que sigue el siguiente esquema de versos franceses: 8a 6b 8a 6b. Con ella compuso el grueso de su obra poética.
Toulet es un poeta que sobre un molde expositivo y lingüístico clásico opera fisuras elípticas, irónicas y argóticas. Su sintaxis sinuosa y refinada es una de sus principales características. Su visión es melancólica y descreída, a ratos indolente, a ratos provocadora.
Poeta teóricamente “frío” y “perfecto”, su visión de la poesía queda resumida en una de sus frases:
No es cierto que la valía de los poetas esté en proporción a su sensibilidad. La mueca sobrepasa al sentimiento, y la felicidad de la forma a todos los gritos de la pasión.
Obra en español
Contrarrimas, Edición y traducción de Jorge Gimeno, Valencia, Pre-Textos, 1998
“Las tres imposturas”, Presentación y traducción de Jorge Gimeno, Revista de Occidente, nº 198, noviembre de 1997
Bibliografía en español
Jorge Gimeno: “Notas al margen de una traducción de las Contrerimes de Paul-Jean Toulet”, Revista de Filología Románica, nº 14, vol. II, 1997, Universidad Complutense
Notas al margen de una traducción
de las Contrerimes de Paul-Jean Toulet
Por JORGE GIMENO
Ce n‘est pas drôle de mourir
Et d'aimer tant de choses:
La nuit bleue et les matins roses,
Les fruits lents á mûrir
Paul-Jean Toulet
No existen, ni en España ni en Hispanoamérica, traducciones de la obra de Paul-Jean Toulet (1867-1920). Apenas tres contrarrimas vertidas por Jorge Guillén y cuatro por Enrique Díez-Canedo. Guillén, intenta la rima en una de sus versiones, y no malversa demasiado el tono del original; Díez-Canedo en todas, con resultados retorizantes y poco ajustados a la poética de Toulet. Así traduce Díez-Canedo las contrarrimas IX y LXI (ofrezco más adelante el texto francés y mi traducción de estas y de otras cinco contrarrimas):
IX
Mar, en la hueca noche, siento
tu temblor anhelante
como el pecho de una amante
que no durmió un momento;
Da el viento en la roca, sin tino...
¿Qué sirena un burlón
cantar alza en mi corazón?...
¡Oh malestar divino!
Y no más llanto, y no tener
quien piedad dé a tu vida...
La lluvia, sangre de una herida,
suave, empieza a caer.
LXI
Mañanita gris de febrero,
color de tortolilla,
ven y aplaca nuestra rencilla:
grité; me desespero.
Harto fue mi pluma cuchilla,
para ella, del tintero...
mañanita gris de febrero,
color de tortolilla.
En Toulet, como en Max Jacob o en Wallace Stevens, la rima está al servicio de esa intensificación semántica del significante propia de buena parte de la poesía moderna.
Ofrezco a continuación una selección traducida de 7 de las 70 Contrerimes.
Traduzco los versos franceses de 8 y 6 sílabas por eneasílabos y heptasílabos castellanos.
IX
Nocturne
O mer, toi que sens frémir
A travers la nuit creuse.
Comme le sein d'une amoureuse
Qui ne peut pas dormir:
Le vent lourd frappe la falaise...
Quoi! si le chant mon coueur
D'une sírene est dans mon coeur
O coeur, divin malaise.
Quoi, plus de larmes, ni d'avoir
Personne qui vous plaigne...
Tout bas, comme d'un flanc qui saigne,
II c’est mis á pleuvoir.
IX
Nocturno.
Oh mar, que oigo bullir
Tras la noche y su nada.
Como seno de enamorada
Que no puede dormir;
Grave, el viento tunde el cantil...
¿Que hay un canto burlón
De sirena en mi corazón?-
Corazón, diosa vil.
No más lágrimas, ni querer
Ser de nadie consolado...
Quedo, como sangra un costado.
Se ha puesto a llover.
X
Fó ha dicho...
“Ese tapiz que urdimos tal
"Gusano su sudario,
“En que sólo el haz es palmario:
‘‘Es el sino fatal.
‘‘Mas tal vez a otra mirada
“El otro lado regala
‘El sueño, las flores, la gala
“De una pintura hadada.”
Del negro oro de tisanas
Borracho, y de su arte.
Tal canta Fó, y al zig zag parte
Entre dos cortesanas.
XXXIX
“—Abrázame pequeña Emilia.
Sí, juntos... Lo celebro.
¿Has dado al fin con el cerebro
Que falta a tu familia?
Di, ¿es cierto que el capellán
Está a mal con Correos?
¿Y qué tal Fulano... Loréos.
El que va con Mailland?’’
En la penumbra, con apuro,
Te quitabas las medias,
Gorrión: alentabas a medias,
El cuarto estaba oscuro..
XLIV
Los que retornáis de Cathai
Con las Mensajerías,
Acunados en las folías
O del opio o del shai.
En palacio de venturina
Do el día dice abr,
¿Habéis visto a Boudroulboudour,
Princesa de la China.
En su panlalón negro clara,
Nácar en concha bruna?
Jean Chicaille, al claro de luna,
¿A veros se acercara.
Como asfódelo lacrimoso
De las islas Ouac-Waco,
Jurando coser en un saco,
A su esposa, el celoso,
Tal y como de la corriente
Del mar sobre la orilla
Un pavo virgen se alza y brilla
En el sol naciente?
LV
A Bella, en Londres, conocí.
Princesa más cercana
Que un marido en nao capitana
Que nunca estaba allí.
Acaso le gustaba el mango.
A Bella, el buen francés
De boca en boca: que asaz es
Comer lengua de rango.
Y la tuya vale un talego.
Bella, mas tan reacia...
Sí. Y eso que ganas en gracia
Con el baño y su juego.
LXI
Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz,
Ven, apacigua nuestra lid
Me harté de desespero.
De sangrar para la infeliz
Más de un negro tintero...
Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz.
LXX
La vida, más vano un fracaso
Que la sombra en el muro,
Aunque el jeroglífico obscuro
Que en él traza tu paso
Me encanta, y tu risa pareja
De las armas al Oro;
E incluso ese tu falso lloro
En que el sol se refleja,
Morir, apenas sombra vana.
De noche, cuando el miedo,
No te asuste latir tan quedo:
Es la triste desgana.
Este poeta francés es mi tatarabuelo y me siento muy orgullosa de él. Ahora puedo entender mejor el porque a mí me gusta tanto la escritura de la historia, claro, es otro género muy diferente a la poesía. Pero a fin de cuentas, también es escribir. No cabe duda que los genes a veces se manifiestan varias generaciones posteriores.
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