Marcos Brito
(CHILE, 1896-1975)
Escritor chileno, autor de varios libros de poesía: Las plumas de mi nido (1916), Luciérnagas (sin fecha) y Polvareda (sin fecha). Escribió también la novela Horóscopo de medianoche (1934).
Las plumas de mi nido
Autor: Marcos Brito
Santiago de Chile: Zig-Zag, 1916
CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1916-09-04. AUTOR: OMER EMETH
Inútil es decirlo: el autor de “Plumas de mi nido” no pertenece al número de los poetas que dejan satisfecho a los tres jueces.
Él mismo parece concederlo, pues en su primer verso nos dice: “Lector, soy uno de tantos”. Es un hijo de la selva araucana:
“Sin ley que el paso coarte
doquier me encuentro y batallo,
y como siempre en lid me hallo,
mi amistad ama y respeta
un lebrel, una escopeta,
un revólver y un caballo.”
A ese caballo (¿por qué no al poeta su dueño?):
“Toda virgen por acá
le sonríe cuando pasa
y sabe que su anca rasa
es más suave que un sofá…
Cuando cerca de ellas va.
No es raro que muchas tremen…”
¡Pobres vírgenes! Más tranquilas eran las doncellas y las dueñas que cuidaban, unas de don Quijote, y otras de su rocín.
¿A qué escuela pertenece nuestro “sportsman” poeta? Esta es su respuesta:
“Con fiebre […]
tras hierático exorcismo,
fui arrancando de mi mismo
toda ansia de innovación,
y modeló mi canción
el crisol del clasicismo…”
Pero más adelante agrega que:
“también he oficiado miras
en el sacrílego altar”
Del modernismo:
“Rendí a esta edad el tributo
que a todo llama vestigio (?)
y maduró el sol del siglo
de mi musa el pobre fruto.
“Desversifiqué”… Hirsuto
ritmo esparcí en varios cantos
para embozarme en los mantos
de este gran siglo coloso
y decir puedo orgulloso:
lector, soy uno de tantos…”
Ya que el mismo autor confiesa sus “desversificaciones”, cruel sería reprochárselas. Para que le sean perdonadas, citemos otra estrofa, cuya sinceridad y sencillez son hermosas:
“Son estos versos desprendidas hojas
del árbol inmortal de la ilusión,
y piden que indulgente las acojas
pues son sinceros aunque pobres son.”
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