María Rumaja Córdova
Lima, PERÚ - 1984
Licenciada en Educación en la especialidad de Literatura (UNE) y promotora cultural. Fue directora del círculo literario Ecce Femina. Sus poemas han sido publicados en revistas, páginas webs, blogs, plaquetas y antologías. Actualmente se desempeña como docente y prepara un poemario que llevará de título “Confesiones de Medianoche”.
Existencia
Mi infancia
yo la creía perfecta:
enfrascada en un mundo paralelo.
La sociedad se destruía mientras yo jugaba a las muñecas.
Cuando reventaban coche-bombas
mis padres decían que eran los cortejos a la patria
y cuando sendero se tumbaba los postes de luz
me decían que era un castigo por ver tanta tv.
Hacía largas colas de la mano de mi madre,
yo confiaba que recibiría un premio
pero un buen alimento era suficiente,
para ese entonces era una niña dócil,
fácil de satisfacer.
En los noventas estuve en la escuela,
la represión /dictadura/
no tocó a mi puerta
pues no sabía lo que era.
Tenía libertad de expresión
porque igual nadie me escuchaba.
El Perú para mí era entonces
Los Libertadores
el barrio donde nací
la capital era mi escuela
y yo dominaba al sector estudiantil
desde mi idealismo ridículo.
Mi casa era un diminuto castillo
donde tomaba decisiones pueriles
lastimando a los que buscaban paz;
ya empezaba a despertar mi rebeldía,
me entregaba a la carencia del amor.
Mis horizontes se expandían.
Mi mente comenzaba a liberarse.
Dios comenzaba a ser ajusticiado,
condenado por jóvenes sin sueños
que coreaban sobre un andamio
su intento de renovar al mundo entero.
Dios era representado por seres sin pasatiempo
y yo
justo a tiempo tomé otro rumbo lejos de ellos.
Mientras caía la dictadura
completaba mi adolescencia
y la mediocre secundaria.
Entró la transición,
luego la democracia
con el líder de los suyos
coreado por el pueblo
(cinco años después sería repudiado)
Estudié en una universidad
a miles de millas lejos de mi nido
manifestaciones, vigilias, arengas
“...todos hacemos la patria,
Compañera tú tienes la palabra...”
Y luego la anarquía,
el delirio de querer ser intelectual,
subsistir en un grupo rebelde
lleno de libros, historias,
melodías, bohemia
y miles de versos...
Me protegí en un círculo ambivalente,
caí en una dualidad explosiva
que al término me envió por esta vía
y me protegí en simples poemas
ocultando mis temores,
olvidando la inocencia,
despertando a la verdadera vida.
Algunos dicen que escogí un mal camino
o el camino del mal,
me dicen un sin fin de palabras
que escuché un eco siniestro
en alguna fosa maltrecha.
Mi existencia no es perfecta,
pero ya puedo ver más allá
de cuatro paredes
y reconocer el verdadero valor de una bandera.
Existencia (1)
Cómo puedo escribir una historia
(mi verdadera historia)
que no abarque más de cuatro paredes
que gire en torno al diminuto espacio del pensamiento
que es extenso y a la vez estrecho.
Cómo moldear mis adjetivos sobre un piso invisible
Cómo desnudar cada palabra intangible,
sin sentir culpa de haber violado ciertas normas.
Cómo vivir partiendo desde el angosto pasaje de la muerte,
con la medianoche catapultando mis palabras
envolviendo cada fracción mía en un acta de defunción.
Cómo podría contar lo que he vivido,
mis batallas con el delirio…
Simulando alegrías frente a mi propia destrucción.
Cómo podría contar lo que no he vivido…
Podría alterar mi realidad,
poseo el don del eufemismo,
decir que fui feliz,
que mis mañanas corrían al ritmo de un violín,
sin tardes tormentosas,
con las noches recostada en las sábanas del cielo,
entregada a la armónica creación de la palabra.
Podría mentir y decir que tuve vida.
Te vi...
fiel al silencio,
bajo la luna
entre las nieblas ligeras
que en otoño se forman.
Bajo un árbol estéril
solicité tu presencia
como quien reza a un dios muerto
sin esperanza.
y al tocar tus labios
mecí un adiós sereno.
Un adiós simple y sin credo,
sin esa fe trémula
que suelo forjar al cimentar una historia sin fin.
Te vi...
y ahora estoy satisfecha.
En mi compleja verborrea
descubrí el secreto,
que me permite ser dueña de tu imagen.
Ahora me despido de tus sombras
sobre este sofá de cuero
donde dejo de jadear tu nombre.
donde dejo de descifrar
tu subversiva personalidad.
Recordaré esos ojos siniestros...
tan ambiguos
que hasta resultaron tiernos
esa mirada
que me congelaba los sentidos,
que pulverizaba mis nervios,
esa sensibilidad que tanto exclamaba mi vulva
entre sicalípticos versos.
Soñaré,
bajo sábanas impregnadas de sudor,
con tus manos...
que no recorrieron mis dunas,
mi anatomía extravagante.
Idealizaré
tu dialecto difuso.
tus labios discretos
tu figura de párvulo semental
transmutable en el tiempo.
Moriría virgen...
si la virginidad existiera.
si el placer no fuera tan placentero.
Moriría virgen
si los hombres se cercenaran el sexo.
o
si tuviera la bendita vulva complaciente,
pero viviré complaciente con una vulva ensortijada
Hace años descubrí el enigma
que me abrió
a la sonrisa diaria.
No dejaba de atribuirme
el derecho a ser inocente
y ya me abría al placer
al goce de una caricia comprada
por promesas
por simples mentiras
Hace años que me envuelvo en aromas de mujer
con dos oídos prestos a simular que escuchan.
Repito:
moriría virgen
si de verdad la virginidad existiera.
María Magdalena
Hoy seré María Magdalena, no la canonizada como llorona.
Menos la hermana de Lázaro. Pues era más puritana que cualquiera de mis vecinas de enfrente.
No seré ninguna imagen religiosa digna o no de respeto.
Me convertiré en la puta que fue condenada por amar a un hombre iluminado.
Un hombre prohibido,
digámoslo así,
pues nadie confirma esta teoría.
Qué es lo prohibido. Cuáles son los cánones de lo permitido.
Hacia a dónde apunta la libertad.
Él también sintió lo que es la carne, sufrió de alegrías y tristezas. También tuvo gripe y hasta a veces tosía.
De hijos, no se cuantos tiene. No vislumbro más de uno en el camino, a lo mejor un par para mantener la especie.
Quiero la penitencia, por gozar al ver sus ojos.
Quiero la excomunión por besar sus labios.
Quiero el repudio público por acariciar sus formas.
y sus formas son divinas… él es perfecto.
Y su perfección suena a pecado.
María Magdalena no fue pecadora pública, ni prostituta, ni adultera.
Sólo llevaba consigo un amor ardiente.
… sólo fue su puta privada.
Y si eso es delito…
pues es el más plácido existente.
Suicida
He pensado tanto en el suicidio,
sé que vivo infiel a mi maridaje con la muerte.
- sigo aún con vida -
He pensado en mil formas de acabar con el suplicio
de vivir,
de sentir,
he batallado con mi condición de mujer.
He buscado mil formas de sellar mi entrepierna,
de mutilar mis senos.
Cada segundo me encamina a la demencia.
He creado un discurso bien planificado…
con palabras sin intención de reproche
dictadas ahora por mi garganta,
mi garganta siempre temblorosa y traicionera,
He planificado mi suicidio
mientras irradiaba una luz sobre el escritorio…
con un revólver en la mano menos hábil
y en el corazón la cobardía de existir
sabiendo que nada esta perdido.
Hoy he tropezado con mi alma,
pienso más en el suicidio,
cohabito con su sombra
y desde mis liadas diatribas
le creo himnos de alabanza
y frases trilladas
Colores
Solo podré ser yo
cuando destierren los reglamentos
de la libertad.
Cuando el mundo
deje de ser rojo
y mis paredes blancas
puedan desgastarse con el color del tiempo.
El charco carmín
de mi vereda
no es un veneno expandido
es mi tristeza humectando el polvo.
Es mi furia
pregonando que no soy más violeta
que soy violenta
que estoy con vida.
Las chicas de la esquina
Las chicas de la esquina
viven felices
en su universo de fantasía
constituido por 10 cuadras,
su avenida principal
es la calle que da al mercado.
Al caer la noche chismosean con sus amigas
debaten sobre las relaciones sociales del barrio
intercambian filosofías del maquillaje.
Los vagos de la cuadra las pretenden,
ellas se sienten muy superiores
para aceptarlos
pues se creen mujeres de mundo
e intelectuales, después de leer a Coelho.
Yo observé su insignificancia desde mi ventana,
Terminaba con el orgullo y prejuicio de Jean Austen
-mundo no has cambiado-
Todavía se puede escribir sobre mujeres
que a cierta edad
se siguen desesperando por tener marido,
buscan al mejor candidato,
uno al que puedan dominar desde su simpleza.
Comparé a las Bennet con las chicas de la esquina
-fatal contraste-
Igual la segunda sigue siendo la más bella,
lástima que sea la más tonta,
de no ser así sería la prefecta Isabel
una damisela hermosa y llena de astucia.
En algún tiempo quise colarme en su mundo,
por poco y me asfixio en tanta tontera,
media semana me duró el reto
tenían buenos libros en la cabeza
les servían para modelar su postura.
Agradecí a la razón salvarme de ese desafío
mi inconformidad me abre los ojos al verdadero mundo
pero a veces la vida es más fácil cuando sabes nada
cuando ignoras el más allá de tus pestañas rizadas
la vida gira sobre risas
y la muerte-la pobreza-la hipocresía-el dolor-la soledad
son solo palabras desconocidas.
Déjame en ese rincón...
Si te dejo
prométeme que romperás
el espejo más grande de la habitación.
Que pintarás tu cabello del tono más escandaloso
o que te cortarás las venas y
escribirás mi nombre con tu sangre.
Prométeme que serás patética.
No, no leas novelas de amor...
No llores...
No me olvides...
menos me recuerdes,
déjame en ese rincón...
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