domingo, 19 de febrero de 2012

ANA FRANCO ORTUÑO [5.935]


Ana Franco Ortuño

Ana Franco Ortuño nació en la Ciudad de México en 1969. Es poeta, editora, profesora, crítica literaria y difusora cultural. Obtuvo los grados de licenciatura y maestría en Literaturas hispánicas en la UNAM, donde se especializó en poesía mexicana y procesos postestructurales. Como poeta ha publicado De la lejanía (2005); “Tiempo de dioses”, en Sólo 8 poetas (2007); Parques o el imán de la tierra (2009, con epílogo de Jorge Santiago Perednik) y El libro de las ideas (2012). Como narradora, fue primer lugar en el Sexto Certamen de Relatos cortos para la Igualdad (Morón de la Frontera, Sevilla, 2002) con el cuento “Casa vacía”. Realizó la selección de poetas argentinos en Animales distintos: muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesenta (2008), la de poetas jóvenes de México para la revista semestral Fórnix 8-9 de Lima (Perú), y actualmente prepara una selección de jóvenes poetas españoles. Colabora en revistas como Blanco Móvil y Punto de Partida, en México; Baquiana, en Miami, y Lamás médula en Buenos Aires. Desde 2008 es Coordinadora editorial del Periódico de Poesía de la Universidad Nacional Autónoma de México (publicación mensual y anuario impreso). Ha participado en encuentros y festivales en México, Argentina, España y Portugal.


Primera paradoja

I

Oscurece
(pensé que llovería)
no es nada sino el tiempo de la noche
No lo sentí llegar
el oscurecimiento me vino de sorpresa
Vino
dulce
que llueve
Construyes lo complejo
y yo me rompo náufraga en un barco de plumas
(poescribes
de lejos el instante
que se deshace en el instante mismo)

Primera paradoja:
crezco decrezco
vigilia en que se mece la esperanza:
botella que llega - que se marcha
contorno que se incumple o se sueña

Si mi decrecimiento es el instante,
si estar en la caída es indigencia
de luces
o las luces
viene lo oscuro
como anuncio de un tiempo arrebatado en sueños
atardecer del sueño que dijo tu presencia

Y si de lo contrario,
(precisión del instante)
crezco
¿crecería la sorpresa/la esperanza?
de que nos lleve el tiempo o el espacio
túnel
El sueño que despierta
(no el tiempo de la lluvia y su oscurecimiento repentino;
intiempo del abismo
nocturno que coneja un reloj
que reloja un conejo
instante regresivo de lo dulce:
decrezco crezco



NOSTALGIA DE PALABRAS

Nostalgia de palabras
de deseos
como un sabor amargo en la garganta
sueño de lluvia el aire
como olor a naranjas

Una escalera de caracol al infinito
un barco encadenado:
estás entre las sábanas y el miedo

Un personaje
que gira y jime
(es una geometría)
mira
la casa que se escurre
se deteriora
no como un árbol como
un edificio
árbol falso de piedra
de pisadas que suponen
un camino que se va haciendo angosto
Hay ventanas y puertas
y la niña se asoma
aspira el aire de la ciudad que gruñe
pretende el aire fresco de la lluvia

Y tu no sabes cuánto cada verso es una biografía
estoy cansada
y ni la noche se queda para siempre

Una tormenta se anuncia en un relámpago

Y tú no sabes cuánto
cada verso
es una mariposa.




SUEÑO DE MAR

Porque revientan las olas del viento en mis oídos
tiemblo
adormecida
al centro del universo
entre el vuelo del ave y de la nube

Sueño de mar
en el que se liberan estos ríos
(los ríos que me recorren)
contengo la eternidad,
la respiración:
la cima

fuimos viento y llovizna
hubo una noche que desveló los juncos
la inmensidad lo inmenso del recuerdo
en el atardecer
andar el viento

y en él el hombre
sus palabras
del lado de la magia

cuarenta manos que tejen un instante
en medio de lo eterno

principio de delirio y de cascada
montaña y horizonte

yo sueño ser la piedra
el patio que rumora:
alas de mariposa
andar de caracoles





ETLA

El camino es de tierra y no de mar.
No puedo yo cansarme de andar
este camino que lleva a la ventana:
Ahí está el mundo
y su sonido
en verdes: Ahí la sal del viento y el sol
que hurga mi cabeza.

Ahí estoy yo cargada con mi vida
que amablemente nos conduce a veces.
a veces por las piedras por el sol.
Conozco este final y no he llegado pero me envuelve
un olor de árboles
y flores rojas
Corre el agua
Corren el viento y un grito de tambores de seda.
Un hechizo convirtió el deseo en millones de hojas
que nos cubren
en millones de insectos que cantan para ocultar la luz
en su mínimo andar multiplicado
Hay más aves y en su canto se opaca este silencio nube

También hay otros personajes:
una lechuza blanca que brilla por la noche
cuando cruza la plaza.

Se ha reclinado el tiempo
ya sólo suena el golpe de mis pasos. No sé si se aproximan
o se alejan
en este vuelo lento.
Viene el otoño (escucho su crujido)





BABEL

Qué hacer con este sol
cuando ni tú ni yo
ni polvo

Y en el discurso se abre la lluvia
y brota
un árbol de manzanas

hay pájaros que vuelan esta ausencia
Ni mar tampoco
hacia la tierra
en busca
de otra nave

Dónde quedó Babel
con todos esos muros que gritaron
la lengua adormecida
dónde el secreto
rumorando un abismo
su ser mañana
de tiempo encanecido

Trinan
aves mucho más ilusorias
las he visto mirar hacia otras direcciones
y convertirse en nube

también he visto el río
la sangre que se mece

Tú estás de pie
mirándote las manos conducir el recuerdo
y surge
el mito que rompió los sueños
Callas
haces de este silencio
llamas
de flores que se secan

Enséñame tu lengua enmudecida

Subes las escaleras
conducen
al fin de la montaña:
inauguras el grito a espaldas de los siglos

Inicia entonces:
miras adentro de tu sombra
(que gime como una rama rota)

Siente el principio:
el hágase la luz
y su caída

Eres testigo del comienzo del mundo
y has guardado el silencio necesario para volverte piedra
Entonces se confunden los dioses
y te miran
piensan que eres un grillo más
otra paloma
así
nunca dirás el color de la fruta
ni la llave del huerto
que tu sonido es letra entumecida

Sueñan

(equivocadamente)

que guardas el secreto.





RITMO

¿En dónde está el lenguaje?
me hiere su sonido:
caigo
en esta rueda
crepuscular
Vértigo:
caigo

está en la llama
(me hiere su sonido)

Silencio
Está en los ojos
(¿y la caída?)
es parte de esta muerte
fecunda
muerte

en las lágrimas
y el flujo de la noche
en este ser final
(deja que salga)
─un aliento lo envuelve
en esta danza
del cuerpo
y la caída
¿dónde el silencio?
en este andar de pájara sin rumbo

en dónde el mar
y la calma de su tenue vaivén:
reloj perdido
árbol de tiempo eterno
brillo
solar que aguarda

(callan el viento y sus mandatos de ceniza)





(BESA LA SABIA)

Besa la sabia
besa
memoria de reptiles
bésame ser la luna y la caída:

Si de luna no existes
entrégate en la fecha de tu anuncio
y dime tu no ser
ni tu prejuicio

Bésame la miseria
de este desierto eterno
(corre un niño)
sigue mi sigla vulva tu delirio
dame tu lengua
como si fuera día
la buganvilia
dame
como si fuera día la jacaranda
para que el polvo sea quien me avise tu paso
viento
y sepa la fortuna
de este tu orgasmo tibio entre manzanas

Entra
corre un río: recinto de la yegua
dime si no es tu piel el firmamento
(sueño)
dame al amanecer tus cicatrices:
cien batallas de piel agonizante
sombra si de nave se trata
(siglos de sueño)
camino en el augurio y en la llama

Marca

devela en el ascenso
el dogma de tus astros
y el áulico lenguaje de tu cama.



(NECESITAMOS MÁS HORAS DE LUZ)

Necesitamos más horas de luz
porque el cansancio
se ha ido haciendo muerte

Con ella los recuerdos:
la seda negra de noche cubre al miedo
y nosotros
sentados sobre el mar
en una sala-jaula de cristales.

Y es ese el mar
que sale del cuerpo entre sollozos
Y es la tempestad
que se durmió en el viento

Hay flores presas
el día llega en penumbra
pero tu mano prende fuego
incendia el alba
y permanece en las palabras
nada me asusta
ni siquiera los ojos sellados en el rostro
nada
tampoco la tristeza de un paisaje de noche
ni nuestros cuerpos juntos esperando la muerte

Las luces del candil haciendo sombras
La noche del verano convertida en cenizas

Los ojos se abren ciegos
cantan
tu espada es un objeto del comienzo del mundo
llena
que se hunde lentamente
en el centro del limo
y se ha fosilizado en la herida

Hay un charco de luz que aparece
y compartimos
lo tibio de la piel
la habitación
y el grito detenido
degollado

La noche está acabando
por descuido
tiene el rostro desnudo;
la espiral de la idea
el espanto:
─usted está perdido
no es la tierra

Las palabras enflacan
el sexo duerme
mudo

Ella va hacia el olvido
hacia su propìo ritmo lunar
hacia su sangre
y se tiende en el oro de la luz.

"Imagina claramente el olor de la flores encerradas,
el de un calor solar ahora preso en el frío"





SILENCIO EN MARIPOSA

¿Qué monstruo te palpita
te adormece
Quién levanta la piel de tus costumbres
y hace la cicatriz el alma de tus días
Qué reloj te grita el duro acento
para dejar la sábana irredenta
de flores
quién
ha dormido en tí
durante siglos

Qué mujer lame
tu tibio sedimento
cuando noche quebrantas una vez más la pelvis recorrida
Quién silba el eco que surge en las paredes?

Yo
desde mi extranjería
me sueño en el resquicio de tu sueño
tomo mi cuerpo como bagaje cierto
Parto
en esta paridumbre
y sigo mi camino de sedes
de esperanto
(sueño la costa de tu nave)

¿Quién te ha bebido?

Vienes a ser la tierra
en este suave espasmo de cometa
a liar sobre tu cama mi cabello: desatas
desde el dorado ser de tu pupila
el salvaje silencio en mariposa
y galopan mis ansias
de gusano
─luna fría apenas delatada
apenas suspendida
entraña de esta sed resplandeciente
y yo me vuelvo toda de desierto

Somos aquí y acaso
la estrella sutilísisma
tiempo
del que nada sabrán los que nos siguen
(sin embargo
la tarde brilla
y me llena de espliegos
la indiferencia de tu carne)
agonía que diluye
este kilometraje de universo
y niega mi deseo

Vives
en la materia prima
confusión de recuerdo
en la distancia (vives) entre el fuego y el agua
como una negación
trampa (que me hace otra mujer)
tu canto es el del ave
migratorio

(errancia de gitanos que revientan las palmas)

y tomas otra forma indescifrable
Eres la narración:
trama en mis intuiciones
(que a veces se equivoca; confunde
este
mi alado vuelo
entre el humo y la rosa).





Fabulación de los poetas actuales

I

Me muevo en el registro de las oquedades
(o del registro)
Busco la luz
Como quien busca los lentes que trae en la cabeza
siendo que lo mío no fue nunca
   
 ese

situar la latitud del pozo humano
O fábula de una vida llena/vacía
de bestias que sueñan que soñaron
(si soñaron)
Pero que tienen Hambre


II

—No fuimos nosotros quienes nos detuvimos
—No hubo nada que pudiéramos hacer

[Enfrente la construcción avanza: el ruido (voces y máquinas) de quienes construyen. Gritan y silban mientras tejen enormes hiladas de acero con los brazos. Y martillan la sinfónica polvareda de un futuro edificio que por lo pronto conjuga risa y pobreza. Los hombres, que sí cantan].







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