Bragi Ólafsson nació en la capital islandesa, Reikiavik, en 1962. Para información de nuestros lectores hispanohablantes, señalaremos que se interesó desde muy pronto por la lengua y la cultura españolas, que estudió en la Universidad de Islandia y, más tarde, durante un año, en la Universidad de Granada. En algunos de sus poemas introduce expresamente aspectos relacionados con la geografía y la cultura españolas. De hecho, Bragi Ólafsson, como a otros poetas que empezaron a escribir en la década de 1980, tiende a apartarse de la visión crítica de la situación islandesa propia de las generaciones anteriores y a buscar su inspiración en sus propias experiencias como viajero, lo que da a sus versos, en ocasiones, un tono cosmopolita e incluso “culturalista”.
Su primer libro de poesía, Dragsúgur (“Corrientes”) apareció en 1986, y entró con gran fuerza en la escena literaria islandesa. El segundo de ellos, Ansjósur (“Anchoas”) es de 1991, y supuso un paso más en la liberación estructural y lingüística que había caracterizado la obra anterior. En ella profundizará en sus libros posteriores, Ytri höfnin (“El puerto exterior”), de 1993 y Klink (“Cambio”), publicado en 1995, del que proceden los textos seleccionados para nuestra revista. Bragi Ólafsson compone sus poemas tanto en verso libre como en prosa poética (lo que no puede sorprendernos, pues ambos tipos de estructura están, en realidad, muy cerca, y otros autores, como hemos visto en números anteriores, también se han visto tentados por estas combinaciones dentro de un mismo libro), con un estilo sencillo, muy próximo al registro coloquial. En ellos, y especialmente en su último volumen (Klink), suelen aparecer personajes humanos más bien ordinarios, pero en situaciones oníricas o claramente absurdas que parecen poner de manifiesto el aislamiento y el vacío existencial del hombre contemporáneo. La obsesiva preferencia por los detalles anodinos y triviales nos habla también de la falta de horizontes, de la autosuficiencia y la marcada indiferencia al significado profundo de las cosas. Todo esto queda acentuado, desde el punto de vista lingüístico, por una interesante tendencia al juego y al ajuste semántico.
Como viene siendo habitual, las traducciones de los textos son nuestras.
Síðdegið. Sá tími dags
sem engum ætti að leyfast að líta á klukkuna.
Út um risglugga á steinhúsi
sem mig grunaði aldrei að hýsti neitt annað
en verslanir og skristofur
birtist höfuð sem ég greini ekki hvort er höfuð manns
eða konu. Það skimar í kringum sig
eins og lítið barn
sem heimurinn hefur ekki ennþá
fengið að kynnast. Ég lít á klukkuna
og lít upp aftur
en þá er ekki lengur neitt höfuð;
eftir er himinninn
opinn gluggi
og tvær og hálf klukkustund til kvölds
vista sobre la colina
La tarde. Ese momento del día
en el que nadie debería permitirse consultar la hora.
Por la ventana de un piso alto de un edificio de piedra
donde nunca sospeché que podría haber
nada más que tiendas y oficinas
aparece una cabeza, y no sé distinguir si es de hombre
o de mujer. Mira a un lado y a otro
como un niño
al que el mundo todavía
no se ha dado a conocer. Consulto la hora
y miro de nuevo hacia arriba
y ya no hay ninguna cabeza;
queda el cielo
una ventana abierta
y dos horas y media para la noche.
hátíðleikinn
Það er miðja vegu
milli fullorðins og barnadeildar
bókasafnsins
sem hann situr með ljósbláa uppþvottahanska
á höndunum
og les.
solemnidad
A medio camino
entre la sección infantil y la de adultos
de la biblioteca
se sienta con unos guantes de fregar azul claro
en las manos
y lee.
Þrjár systur í Salamanca
Í stofunni var ekkert
nema dívan og borð. Á borðinu
var öskubakki og lampi. Í loftinu
nakin pera.
Einn daginn
voru þrjár systur frá Maldíveyjum
sestar í dívaninn. Það var falleg sjón
og eitthvað til að muna
lengi.
Þegar við sögðum
hvert frá annars högum
kom í ljós að sú elsta
var á leiðinm til Oxford;
í skólann sem er kenndur
við kirkju Krists. Sú í miðið
ætlaði hvergi
nema aftur heim.
Sú yngsta vildi helst af öllu
vera kyrr
þar sem hún var.
"En hvar?"
spurði ég,
og í framhaldi af því
fannst mér við hæfi að vera hátíðlegur;
ég bað þær um að staldra lengur við.
Við borðuðum fisk saman.
Það var dýrindis réttur frá Malé.
Ég hafði aldrei áður
smakkað neitt frá Malé.
Þær hétu Fathima, Aysna
og Amina. Ekki Irina,
Masha og Olga. Þær buðu mér í heimsókn
hvenær sem ég ætti leið um.
Tres hermanas en Salamanca
En la habitación solo había
un sofá y una mesa. En la mesa,
un cenicero y una lámpara. En el techo
una bombilla desnuda.
Un día
estaban tres hermanas de las islas Maldivas
sentadas en el sofá. Era una vista hermosa,
algo para recordar
durante mucho tiempo.
Cuando nos pusimos al corriente
de nuestras circunstancias
descubrí que la mayor
iba a marcharse a Oxford;
a una escuela que recibía su nombre
de la Iglesia. La mediana
solo quería volver
a su casa.
La más joven deseaba sobre todo
quedarse
donde estaba.
“Y ¿dónde?”
pregunté yo,
y como consecuencia
tuve la impresión de resultar festivo;
les pedí que se quedaran más tiempo.
Comimos pescado juntos.
Era un plato caro de Malé.
Se llamaban Fátima, Aysna
y Amina. No Irina,
ni Masha ni Olga. Me invitaron a visitarlas
siempre que pasara por allí.
Ég er ekki annar
Hvers vegna er það
að ég heyri
alltaf hundsgelt
þegar ég lít
hund.
Svo sjaldan
sem þeir opna á sér kjaftinn
við að sjá mann.
Um tíma
hélt ég þetta væri ímyndun
(líkt og ég
væri ekki ég en
einhver annar)
en ímyndun felur ekki í sér gelt
og hundur er heldur ekki
ímyndun.
yo no soy otro
Cómo es que
siempre oigo
ladridos
cuando miro
a un perro.
Las pocas veces
en que abren la boca
al verlo a uno.
En otro tiempo
pensé que se trataba de una ilusión
(como si yo
no fuera yo
sino otro)
pero en las ilusiones no hay ladridos
y el perro tampoco es
una ilusión.
Það
Það kallar ekki á kirkjubyggingu. Það hefur enga skoðun á henni. Það kallar ekki á Guð, það kallar ekki á neinn, ekki einu sinni prestinn sem af tilviljun er staddur í þorpinu. Það biður ekki um athygli, ekki einu sinni á sunnudegi, ekki einu sinni á hléi á bíósýningu á sunnudegi. Við sjáum það ekki heldur þegar við sitjum þegjandi með sykrað kaffið inni í gangandi bílnum við brimgarðinn.
Eso
No reclama la construcción de una iglesia. No opina nada sobre ella. No llama a Dios, no llama a nadie, ni siquiera al sacerdote que está por casualidad en el pueblo. No reclama la atención de nadie, ni siquiera el domingo, ni siquiera en la pausa de la sesión de cine del domingo. Tampoco lo vemos mientras permanecemos sentados silenciosos con una taza de café azucarado en un coche en marcha junto al rompeolas.
http://www.strokkur.org/Strokkur12/P%C3%A1gina_3___Page_3%3A_Poes%C3%ADa___Po%C3%A9sie.html
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