SILVIO AMBROGI
Nació en Jinotepe, Carazo, Nicaragua (1956). Poeta y novelista. Graduado en Derecho por la Universidad Nacional de Nicaragua. Es autor de varios libros de poesía, entre los que cabe destacar: Oscilaciones, Thanatos Halucinada, El Laberinto de la Raíz y El Arquero Invisible. Es editor de la revista literaria Los Conjurados. Reside en la actualidad en Miami, Florida, EE.UU.
COMPLICIDAD
Existe entre nosotros algo mayor que un amor,
Una complicidad.
Marguerite Yourcenar
No morderá la dura frialdad de la distancia
El visitado rumor de tu imagen
Dulce tenacidad en la memoria
Que ha guardado tu sonrisa
De muda oquedad entre nosotros
Como implícito secreto entre el tejido de miradas
Que fabricamos en la tela invisible
De nuestra complicidad.
Se abrió tu dormido pecho
Con el canto inmaculado de la alondra
Y penetró mi vaga sombra
Aprisionando la escondida verdad
Que en tu alma de tímido Gitano
Simulaba otra ajena prisión que descubrí al instante.
Las itineradas noches que en tu búsqueda
Fui deshojando entonces…
Corrió entre silencios mutuos, ecos de parola sobre orejas
Dulce canción que detenía tu ruiseñor en mí…
Logrando taladrar viejas angustias
Enterrados padeceres
Navegado deseo perpetrado en ese juego inacabado
Del destino que nos advierte puertas.
Atravesados pechos de dardos sutiles
Etéreos lamentos de los astros lejanos
Cruzando ese misterio desangrado:
De abierto costado
Por negra, certera, fugaz e intermitente herida
Que complica algún posible viaje entre tus manos
Y la abierta oposición de poseer
Tu voz, o algo más
Que nos cambie y se eternice entre nosotros
Como frío mármol de epitafios.
ARMÁNDOTE
A Arso
“Hay que amar mucho a una persona para
Arriesgarse a padecer, tengo que amarte mucho
Para ser capaz de padecerte”.
Marguerite Yourcenar
¡Hay! … si en tu silencio de amapola
Cortara tu secreto de carne próxima
Distancia cotidiana que se estira
Agitando mi Corazón constantemente.
¿Cómo puedo construir un mundo
Con tu aliento de ángel
Tu caricia de velo
Tu beso tibio
Y tu hirsuto pecho?
¿Por qué en tu sangre
Corren los misterios de un jardín sereno
Y crecen en mi angustia: tu piel,
Tus manos,
Tu cuello,
Tu cabeza de ágil pensamiento?
¿Cómo tenerte al fin si la presencia de tu cuerpo?
¿Cómo crecer en tu sueño?
¿Cómo no padecer de nostalgia
Con el agitado paso del viento?
En la luna amarré esta pena de tenerte lejos
Y en el desorden ordenado del mar
Las borrascas del deseo.
Como Puerto iluminado de luz próxima,
Pues el sol levanta banderas
De futuros reencuentros.
Deja que en tu joven perfume me disperse lejos
Deja que mi sangre teñida de alegría
Levante este inflamado pecho
Traspasado con el dardo de Eros…
Los ribeteados panoramas de esta vida
Que se nos vuelve sueños.
¿En qué sexsoledades de profunda memoria
Se empinan los senderos de dulces recuerdos?
Construiré un dorado ruiseñor
Con los dedos de Apolo
Y tejan las abejas,
La perenne miel de tu dulzura
Que cambió de una vez y para siempre
La alegría de poseerte
Con la furia natural y tenaz,
De un remolino de mar, o de viento
Que sin vos, me deja,
No solamente solo sino:
Vacío
Y
Muerto…
CUESTIONARIO DEL TIEMPO
“Tiempo donde estamos tú y yo
Yo que vivo en ti y tú que no existes.”
Alfonso Cortés
El tiempo con sus inflamantes aguas
Fluyendo desde que todo es….
Implacable torbellino invisible
Cuyos tentáculos invaden el todo
Arrastrándose desde la propia eternidad
No nace no muere, sencillamente es…
El tiempo que levanta muros de olvido
Enterrando pasados, esfumándolos
Hasta borrar sus huellas…
Y el presente con su erupción de instantes
Convirtiéndose las horas en preciosas gemas
¡En diamantes de fulgor supremo!
Abriendo su voraz garganta sigilosa
Al incierto futuro sorprendente
Que abre la pandórica caja de cambios
Que la expectativa agota
Este tiempo que nos convierte en sus cómplices fatales
En un escenario de ingenuidad infantil
De siempre jamás….
O será ese sueño su límite feroz donde
Descansa abierto y sin límites el antitiempo
El salto atrás, la memoria ese codificado misterio
Que nos remacha la conciencia, y nos culpa o nos dispensa.
¿Hacia que aguas navegamos?
¿Hacia que disco volátil se dirige esta espiral
Torbellinica de espíritus, que unidos a la tormenta eternal
Nos licua y nos disuelve
A las causas de todos los orígenes?
El tiempo tiene lágrimas de fuego que nos marchitan la piel
Y calcinan nuestros huesos
Su hambre de vacíos arrastra los sistemas, las civilizaciones,
Las galaxias, los universos y los súper universos
Que gravitan las mansiones de la deidad…
Esa cósmica realidad que nos construye y nos destruye
En una dialéctica constante, donde crece seres imprecisos
Innombrables, inimaginables, intangibles
Donde todo es quietud dicha suprema, donde
El tiempo, ese paisano cósmico y eterno no existe.
GIRASOLES MIS OJOS
Amielados y vivos girasoles mis ojos
Liban abejas el deseo
Gravitando torbellinos de imagines
En la vida los colores
Pliegues de piel, el ceño cejijunto
Curvan las cejas, al cansado acertijo.
Devela el espejo su agua quieta
Que preludia un rastro pensativo
Huella sobre el abierto laberinto
La luz penetradora de los bruñidos contornos
Oscila su misterio mecido:
En fuente fatua, feliz la llama…
Que de azul se precipita al oro-anaranjado de lo puro
Lágrima de fija transparencia
En el pétalo−mejilla se resbala
Es el rocío desgranado de los dioses
Que humedecen el alma sensitiva
La abierta imaginación que se desliza suave
Cinta infinita en la magia de las formas
Y el grato conciliar del punto roto
Con la eficacia tenaz de la verdad desnuda
Y la ausencia mortal que muerde el oscuro caos
De no mirar con los huecos vacíos
El zigzagueo ilusazo de ausente imagen
A plena luz se niega visión cortada
Sino cegado al álgido sentido para mirar adentro
Con plenitud total…
La sonámbula sorda El alma va flotando…
Despojando las nieblas detenidas
Brillando el yo en los contornos del espíritu…
IMÁGENES GREGARIAS
En casa de ARSO
Un grito en la tarde es vuelo de nube
El tigre diluido en el verano ardiente
Somos solamente sombras de un pasado inmóvil
¿Cómo he podido pensar en la posibilidad del amor
Cuando solo somos un destino imperfecto…?
¿Qué vieja esperanza nos convida: al espejo
Las llaves, la copa vacía, el cerrojo ciego, la guitarra sorda
Y un fuerte aguacero?
No puedo sostener el balance de la luna
En un eclipse abierto y total.
Existe la posibilidad de la fuga: En el mirar,
En un suspiro, en el ojo inquieto, en el gesto
En la tristeza de la piel, en el sabor de un ayer
En la evaporada caricia, en los pasos de un camino recorrido
En el llanto, en la búsqueda de una nueva estrella…
Yo creí que todo camina hacia la ruta de la felicidad
Tal vez me haya equivocado, una vez más.
La Gloria es de los triunfadores tecnócratas,
Los planificadores del trabajo ajeno,
El desbordado dinero de los plutócratas,
Los perfectos calculadores del mundo material.
Afectados en la vivencia de una rutina automáticamente sórdida
¿Cómo haber tejido silencios, maneras de hacer posible algo
Que no he podido entender?
Álgido el tiempo enaltece la melancolía de un delirio…
Aceptamos lo banal en el viento,
El vuelo intermitente de un gorrión
El limón ácido y limpio
Los fosos angustiados del alma
La incertidumbre de un pétalo buscando el misterio marchito
Cuando lo arrastra el viento en agujero abierto
Una mañana de invierno, en laberinto húmedo
Un susurro de lamentos tempranos
El vuelo de una cortina en la ventana abierta
El quejido de un sueño en el sigilo de un sótano
Cómo no desbocarnos en la indefinida duda
El invisible arquero que acepta los venablos
Del Eros vendado y cruel…
Este ejercicio no levanta soles en la sombra de un girasol
Cundo construye puentes entre el alma y la razón
Abre un espacio que solo será posible sosteniendo la misma Mirada,
[en el momento preciso.
Sin la sequedad de las formas y la angustia de un espejo
La definida comisura labial de un rictus
En el obtuso laberinto de la imagen
En el ángulo preconcebido de la esfera
Sin perder la posibilidad de un cambio en el vuelo del espíritu
Y la entrega perfecta de un sentimiento.
MEMORIAS: AQUILEOS MITEMAS
¿Hasta donde el escondido Eros nos arrincona
Contra espadas invisibles que amenazan
La calma del viajero?
¿Por qué la daga del desdén
Provoca tempestades de instantes?
Reojo de los dioses jugando los destinos
El arquero de transparente posibilidad
Dispara el certero dardo, penetrando
El abierto pecho enaltecido.
Corazón destapado, divisando
La cerrada puerta del deseo
Detrás del velo blanco que se adelanta
Para guardar el rito…
La sonrisa es la posibilidad del labio
Mudo, entreabierto pacto.
No palabras, no muecas, no beso, no suspiro
No quejido, no voz, no lágrima, no risa.
Hay una niebla gris que envuelve el perseguido objeto
Evaporando la voluptuosidad itinerante
Que se pierde deslizándose a lo lejos…
Guardado pájaro, ave de carnes hondas
Desplumados asombros brotan de las copas ebrias
Siguen poblando esos desiertos de abierta angustia
Descansa árbol de vida, vertical savia semen...
Hechas de vitales corrientes
Más que la dividida fuente, me llama
La clepsidra sinuosidad del agua
Que nos recuerda vivos
Adheridos a tus sordos oídos: la natural
Musicalidad de las cosas
Beban de las costumbres de los pueblos
El enhiesto gamo y la deshecha águila
Brillan en sus mieles de eterno sabor áureo
Esa mirada suplicante: ¡Este rapto absurdo!
Que se vuelve sueño navegable de vacío
Héroes carcomidos en la nada
Peregrina historia de trovadores ciegos
Sombra alada de no saberse despedida
Sino densas gaviotas de ligeros adioses
Barco encallado en silentes marejadas
Voraz intensidad de rotos momentos
Que estallaron sin brillos en los espejos negros
Del día aquél, del ilustre Equus
Ecos de cuerno roto, chillido ronco del cuerno
Amordazada la ilusa ilusión se imada
Sexolada, invernada, asolada la amurada ciudad
Sin rostro victorioso, llama y ceniza en el sueño
De Casandra, gemido de Hecuba, pena de Príamo
Vulnerable sandalia de Aquiles el mestizo
Dioses y hombres se apagan bajo lacerada
Lanza de Paris tembloroso que ha traspasado
Ocultos talones del que goza la Gloria de morirse
Alcanzando la ola invisible del barquero nocturno
Cuya moneda surca infiernos helados
Y glorias en llamas: semidivinidades,
Semiderruidas, semiciudades, semireinos
Que se apagan en la memoria
Sin Briseidas ni Patroclos, pavo real encueste
Guardado escudo, prestado casco
Sandalias que los aíslan, y los deshojan
¡Evaporándolos!
FÉNIX
Alzó aliabierta ave en llamas
Que retornaba de la ceniza
En cuyo nido dorado
Cascareaban nuevas plumiformas
De eterno enigma
Mitos de edades idas, desdoblándose
Desmayado dulce horror
Decires despistas
Déspota instante
Taladrando: Piel
Pecho
Pierna
Pie
Piélago plumado…
Pretil
Pilastra
Piedra…
Hasta llameante flama
Rasgando el Corazón del mitema
Donde siempre y sin secretas memorias
¡Renaces!
PRESENCIA DE AUSENCIA
A la ausencia de mi Madre
Caudales de ausencia azul sus ojos
Ingrávidos
Dulcemente sencillos
Aguas naufragas en su quietud dormida.
Deshojadas alamedas en doradas rutas
Donde crecen los cipreses,
Susurran un lamento obstinado.
Enero viento me consagra:
Un alto dolor vertical y seco.
Laberinto marmóreo de lazos rotos
Hondos de Corazón sangran los pechos.
Abierto río umbilical se quiebra
Nueve lunas acunaron en tu vientre
Para bordar mi aullante grito
Al abismo de la vida
¡Y fue el milagro!
Y en tu mar Madre tejiste:
Mis huesos, mi piel, mi iluminado cerebro,
Mis ojos abundantes de lluvia,
Pues junio se desangra en aguaceros tempranos
Y así me echaste a andar
Hasta construir mi puente de esperanzas
Con prudencia de albas y dulzura de ocasos
El misterio de la vida en espiral de oro
Desgarra al arco iris.
Una bandera blanca con círculos azules
Y concéntricos en triple emanación
Atraviesan constelaciones y galaxias.
Una cadena de perfumes del invisible jardín
Abre su ruta de luminosas clepsidras
Una cítara dormida y un naranjo
Un higo tembloroso en la bandeja
El profundo olor de la canela
Y el agridulce sabor de la toronja.
Hilo que corta la parca lila
Lívida hilandera del destino humano
Rígida brisa
Azucena recostada en el cojín de Thánatos
Cruzan nuestros ojos las heridas aguas
Que cortan una a una
Mi corriente interna, hueca, casi vacía.
La cara desmedida del tiempo
Que se doble en los rígidos momentos de Ella,
Evaporando relojes, fechas memorables
Simpleza de adioses
Congelando las uñas y los labios
Blancas rosas de invierno
Tejen su velo amortajado
En alamedas de olvidos crecen los sueños
Al cruzar ese río del Leteo
Tiñe la mañana el canto del jilguero
Suave y misterioso en el íngrimo pino violinado
Una oración de luz del ángel que se posa
En su silente espera donde te aguarda
El rechinar de la cuerda sorda en el foso seco
Las coronas, y los dormidos ramos…
Que la luna donó a tu sueño
Una ruta de misterios en tu vía de infinitos
La mágica vertiente eternal en los silencios
Te acompañan en presencia del Altísimo
Y lo eterno de su luz.
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