Alejandro Massa Varela,(Ciudad de México, 1989). Estudiante de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ensayista, narrador y poeta. Ha participado en las revistas Perros del alba de la Universidad de Guanajuato, Punto de partida de la UNAM, Contra-punto del CIDE, la Opción del ITAM, y actualmente tiene dos futuras publicaciones en la revista Lenguaraz, la revista y la revista de poesía de la UNAM. En septiembre de 2011 inauguró su primera exposición de pintura en acrílico en las instalaciones de la SOGEM. Ha formado parte de los talleres impartidos por Eusebio Ruvalcaba, María Guerra y Carlos Pineda.
La liturgia
Conozco al dios de las estrías sobre la tierra, al que sabe aflojar los músculos de los que duermen.
Le pedí que nos quedáramos solos solos, uno sobre el otro, con tu clavel enterrado, el aire insondable.
Conozco al dios con su corazón flor de vidrio, al que sabe aflojar los músculos de los que duermen.
Le pedí hacer en tu pecho una veta de agua, encoger un mar entre mis manos, antiguo insecto de piedra.
En el arca
Bajo una lámpara para las polillas, gira el carnaval de la carne.
La liebre y la paloma tienen lumbre en las entrañas.
Mientras grita un corazón de cristal, estallan pequeños claveles blancos.
Una nube negra, las cenizas de un crisantemo.
Poemas mujer a mujer:
I
La muerte respira
como un pecho,
resucita, se fuma con prisa.
Te tomo con un trozo de luna en cada ojo, destemplada,
con el pubis aromado,
tierra doliente de semilla,
la larga quemadura de aire.
II
Preñez de bugamlbilia, noche,
amaneciste con la sangre infinita. Despertar
es llevar las pupilas cortadas,
los ojos fermentados,
doliéndonos tu respiración
quemada,
la muerte hundida
llenándose.
III
Sobre la cal del muro
queda la quemadura del sexo,
el pan de la comunión cortado
en la pared abierta,
la marca del vientre,
la mujer
con los labios goteando sobre la carne,
la pared quemada
en golondrinas.
IV
Madre entraña,
me gusta morderte los ojos,
noche convaleciente,
madre selva,
tu olor se parte como un labio,
derrumbe de sangre,
tu pubis.
V
El hambre nos alimenta, mujer,
amas con el olfato abierto,
como la muerte
aromada en mí pecho desde que desperté disecado,
antiguo entre tus manos,
como un trozo de tabaco,
luna hecha cenizas.
VI
Vagina del hambre,
jacaranda,
duérmete hecha un labio,
como el olfato que se llora, que se muerde despacio.
Tu aroma se levanta
como quien muere,
aliento de mi cuerpo sellado,
pulmón hundido,
gotera.
VII
La noche queda cortada
de adentro hacia fuera,
en una sola marca de aroma,
madre muerte cansada en el hambre, quiero respirar por tus manos,
recoger dos gotas de sombra,
marcas de sol,
tu seno obscuro.
VIII
Eres la rosa del sexo,
labio contra mi labio, y mi boca,
sed,
la rosa consumida,
rosa desnuda,
beso entre besos,
mi boca y tu labio,
labio es agua sexo,
la larga espera de la sed,
rosa labio
YING
mariposa estampa, boca de bugambilia, bugambilia fuego alimento, fuego polvo, la vitrina que se quema contra la pared del vientre, mariposa que gira sobre la carne…
fragmentos de una mariposa oral, boca dormida, bugambilia gigante, alimento de todas las casas, mariposa animal familiar, gata de polvo, alimento, gata en la ciudad del aire…
mariposa prieta encarnada, como las estrías sobre la luz, pan y cuerpo de aire, misa sobre la casa, pan y mujer prieta, polvo de la boca, fuego polvo, alimento mariposa estampa…
YANG
mariposa secreta, el cristo negro que duerme sobre la pared quemada, pólvora de la luz, noche sobre las manos de la casa, mariposa a fuego lento, hambre fuego de la muerte…
mariposa nube negra, una manera de salir de los instantes de la carne, mariposa casa invisible, casa de aire sobre tus manos, transfiguración, mariposa negra, sepultura…
mariposa energía de la luz, la risa del cristo negro, fuego soledad en tus manos gigantes, noche, cansancio de la luz, mariposa negra visitadora, pólvora, eterna mariposa secreta…
Jardín de haiku
serenidad,
misa llena de pájaros
en la ventana
lluvia de otoño,
las hebras de la luz
sobre las casas
atardecer,
la mariposa incendio
entrelazada
luz de montaña,
se encoge la voz líquida
de los gorriones
en el zaguán
la vida se diluye
en golondrinas
rompe un cristal
la mariposa de aire
inmaculada
ensueño y flor,
la mariposa blanca
en tus cenizas
crece en el aire
la cima de la nada
un azulejo
aquella tarde,
un corazón de liebre
incandescente
tarde serena,
cerezo de cristal
a media luz
la bugambilia,
el incendio crepita
en la ventana
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