miércoles, 21 de diciembre de 2011
5506.- JESÚS J. BARQUET
JESÚS J. BARQUET
Jesús J. Barquet (1953). Poeta y crítico literario. Nace en La Habana, Cuba, en 1953. Llega a los Estados Unidos en 1980, vía Mariel. Desde 1991 reside en Las Cruces, Nuevo México.
Autor de los siguientes poemarios:
Sin decir el mar. Poemas (1971-1978). Introd. Carlos Miguel Suárez Radillo. Madrid: Playor, 1981. Sagradas herejías (elegías). Introd. Lourdes Tomás Fernández de Castro (Miami: Sibi. 1985). Ícaro (Plaquette) (Nueva Orleáns, 1985). Un no rompido sueño (Santo Domingo: Punto Creativo, 1994). Segundo Premio en el 19o. Concurso de Poesía Chicano/Latino", University of California-Irvine, 1993. El Libro del desterrado (Chihuahua: Azar / Universidad Autónoma de Chihuahua, 1994). El Libro de los héroes (Plaquette) (Escuela de Diseño de Altos de Chavón, República Dominicana, 1994). Jardín imprevisible (Plaquette) (Las Cruces, Nuevo México, 1996-1997). Naufragios. Transacciones de fin de siglo (1991-1998). Introd. Virgilio López Lemus (Chihuahua: Azar, 1998). Primera Mención de Honor en el 3er. Concurso Internacional de Poesía "Frontera Ford Pellicer-Frost′98", Cd. Juárez, 1998; y Mención de Honor en el 1er. Concurso Internacional de Poesía "Gastón Baquero", Madrid, 1998. Selección de Naufragios / Shipwrecks. En Entre líneas III. Trads. Claudia González y Jeannette Geiman (México: Instituto Nacional de Bellas Artes, 1999, pp. 103-119). Naufragios / Shipwrecks. Edición bilingüe. Trads. Gilberto Lucero y el autor. Introd. Pío Serrano (Puerto del Sol, vol. 36, no. 1, 2001, pp. 43-195).
Autor de los siguientes libros de crítica literaria:
El grupo Orígenes y la eticidad cubana: recuento de un proceso. Disertación Doctoral Tulane University, 1990 (Ann Arbor: UMI, 1990). Consagración de La Habana. (Las peculiaridades delgrupo Orígenes en el proceso cultural cubano). (Coral Gables, Fl: University of Miami, 1992). Premio
“Letras de Oro” 1990-1991 en Ensayo, University of Miami, 1991. Escrituras poéticas de una nación: Dulce María Loynaz, Juana Rosa Pita y Carlota Caulfield (La Habana: Unión, 1999). Premio “Lourdes Casal” de Crítica Literaria, Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, La Habana, 1998. De próxima aparición: Teatro y Revolución Cubana/Subversión y Utopia en Los siete contra Tebas, de Antón Arrufat. Autor de la "Bio-bibliografía de Eliseo Diego", Revista Interamericana de Bibliografía / Inter-American Review of Bibliography (vol. 44, no. 3, 1994, pp. 501-550), y de la traducción al inglés de Study in Black and White, de Virgilio Piñera (en colaboración con Esther Lezra, Claude Fouillade, Richard Rundell) Horizontes (vol. 39, no. 77, 1997, pp. 132-142).
Co-editor de las antologías Más allá de la Isla: 66 creadores cubanos (co-editora Rosario Sanmiguel) Puentelibre (vol. 2, nos. 5-6, 1995), y The Island Odyssey, 2001: Contemporary Cuban Poetry (co-editora Kathleene West) Puerto del Sol (vol. 36, no. 2, 2001).
Sus artículos, ensayos y poemas han aparecido en revistas de las Américas, el Caribe, Japón y Europa, tales como Encuentro de la Cultura Cubana (España), Mariel (EE.UU.), Unión (Cuba), Casa de las Américas (Cuba), La Gaceta de Cuba (Cuba), Eureka (Japón), Revista Nacional de Cultura
(Costa Rica), Caribe (EE.UU.), Latin American Theatre Review (EE.UU.), Svet Literatury (Rep. Checa), Revista Iberoamericana (EE.UU.), Revista Casa Silva (Colombia), La Palabra y el Hombre (México), Afro-Hispanic Review (EE.UU.), Revue Française d′ Etudes Américaines (Francia), The Americas Review (EE.UU.), Cuadernos Hispanoamericanos (España) y Plural (México).
Sus poemas han aparecido en las siguientes antologías: Poesía cubana: La isla entera (antología), eds. Felipe Lázaro y Bladimir Zamora (Madrid: Betania, 1995). Bridges to Cuba/ Puentes a Cuba, ed. Ruth Behar (Ann Arbor: University of Michigan, 1995). Las palabras son islas. Panorama de la poesía cubana del siglo XX (1900-1998), ed Jorge Luis Arcos (La Habana: Letras Cubanas, 1999). La isla en su tinta, ed. Francisco Morán (Madrid: Verbum, 2000). Memorias recobradas, ed. Ambrosio Fornet (Villa Clara, Cuba: Capiro, 2000). ReMembering Cuba. Legacy of a Diaspora, ed Andrea O′Reilly Herrera (Austin: University of Texas, 2001).
Otros reconocimientos: Finalista del Premio ¨"Letras de Oro" 1990-1991 en Poesía con "Al borde de
la luz." University of Miami, 1991. Ganador de la Beca Cintas de Creación Literaria, Arts International, Institute of International Education, Nueva York, 1991-1992. Seleccionado para aparecer en Who′s Who among Hispanic Americans en 1992-1993, y 1994-1995. Escritor-en-Residencia, del Programa de Altos de Chavón, República Dominicana-Nueva York, verano de 1994.
Ganador de la Beca Fulbright, Universidad de los Andes y Casa de Poesía Silva, Bogotá, Colombia, 1997. Ganador de la Beca Rotary para Profesores Universitarios, Universidade de São Paulo, Brasil, 2000-2001.
Sobre su obra han escrito: Odette Alonso Yodú, Jorge Luis Arcos, Madeline Cámara, Héctor Contreras, Alejandro González Acosta, César Sotelo, Ba Heller, Rosario Sanmiguel, Mirta Suquet, Olympia Underwood y Nidia Vincent, entre otros.
La casa
Fui a ver la Casa
que se está construyendo en la frontera:
lejos de la ciudad, del polvo y las inundaciones
una mansión azul que contrastaba
con la rocosa aridez del terreno.
Pregunté a los vecinos de ambos lados
pero nadie me pudo hablar de sus constructores,
sino que cada mañana, al levantarse,
comprobaban, sin entender, el penetrante
olor de una pintura fresca, la reciente
aparición de una pared o un alero
que antes —están seguros— no estaba.
Pero nunca han visto a nadie construirla:
nadie les ha pedido café en las mañanas de frío
o un jarro de agua fresca para mitigar la jornada,
ninguna luz en la noche, apenas ni un sonido
en sus alrededores,
mientras que la Casa se hacía
para que alguien alguna vez la habitara:
un empresario arruinado, tres braceros de paso,
una familia con hijos, dos ancianos de mucha discreción
o un amigo del dueño para cuidarle los perros.
Alguien —no importaba quien fuera—
pero no este vacío
que pude observar instalándose ayer
en la hermosa mansión que se está construyendo
en la frontera.
Vi piel mejor
Me siento a pensar el universo
a veces, cuando cae la tarde
y el cielo se deshace en cambiantes
amarillos y rojos gutierreznajerianos.
Coloco el butacón más blando
junto al cristal de la ventana
y dejo a mi vista perderse en los colores
y formas de un diseño mayor que
nada, creo yo, me reclama.
Pienso el universo sin tener un motivo
y mucho menos un propósito aparente.
Me acomodo y protejo con un libro
—en caso de tedio y deseos de leer—
que no abro, con una pluma
que sola en mis dientes se recrea
poniendo música al paseo
incansable
de mis ojos
por esa piel mejor que se amulata
unos minutos después.
En éxtasis, nocturno, detrás de la ventana,
enciendo alguna luz que me ayude a
seguir pensando el universo:
La noche
cae
totalmente
por su peso
y dos o tres estrellas rielan en su mar.
Las
veo parpadear
mas
parpadeo yo y se me pierden
dentro de un cosmos que para mí ya es oscuro.
Quizás —pienso— me estén ahora, sin yo verlas, mirando:
viendo mi luz artificial, el butacón
plausible, mi libro sin abrir, el cristal
antiséptico, mi necia pluma entre los dientes,
y se hayan puesto con algún motivo
para mí inescrutable
a pensar la humanidad.
Parpadeo otra vez y reaparecen.
Parpadeo una vez más y ya no están.
O ya no estoy.
Ciudad Juarez-El paso
He visto varias veces
las fotos
de una vieja ciudad que hoy está dividida.
He visto su tranvía una vez deambular
por ambos lados,
un puente simple, de madera, abierto
para pasear sobre el río
que en vez de cicatriz era entonces lazo
de vida.
Miro esas fotos y pienso en mi antiguo país
y en mi gente de hoy,
divididos.
Transacciones
He estado en cárceles, en campos
de refugiados, en aeropuertos esterilizados
donde mostrando documentos mudos
no necesitaba decir quién no era.
He estado en ciudades donde nadie
—aún después de hacerme el amor varias veces—
me conocía, en trenes atestados de jóvenes
manoseados hasta la siguiente parada, en ruinas,
palacios, jardines, crematorios
repletos de turistas temerosos de perder
el último autobús de regreso al hotel.
He comprado mi ropa en grandes almacenes,
almorzado en restaurantes de buffet,
conducido horas enteras por autopistas
abiertas como túneles de una sola vía.
He dormido a pierna suelta y sin preocupaciones
con extraños que una azafata trasatlántica
sentó sin previa consulta junto a mí.
He hecho el amor en los baños, en los asientos
traseros de las guaguas, a la orilla de cualquier
carretera interestatal, y aún no sé si he llegado
a descubrir en mi piel los trazos de una entrega,
las marcas —no importa si jirones—
de alguna identidad que sólo a mí pertenezca
aunque me la devuelvan por inservible e imperfecta
en cualquier casa de cambio
internacional.
Rafting
Júbilo, fiesta,
dos llantas
de camión amarradas
con precariedad.
La rocín antes bandera
hoy remo y mucha fe,
tanta o más que
el mar.
XVI suburbio de jardÍn
Tras el cristal de mi ventana han puesto un
Jardín.
Yo había pedido mares, tormentas de estación,
y me pusieron rosas, arbustos deshijados,
tijeras y un latón para las hojas secas.
—Que un camión las recoge, que no me preocupara.
(Había sido modesto al nunca sugerir
un volcán aún latente, cualquier río
a punto de crecer, pero trajeron
un árbol acabado de podar y unas orugas
con la imposible pretensión de habitarlo...
¡Y todavía querían que yo aquí me quedara
a vivir o a pretender que vivía!)
Tapé el cristal en seguida con postales
del Iguazú, del Niágara,
del Orinoco y tres indios
impasiblemente
fumando en el
Amazonas.
No viajo ya en este tránsito
NO VIAJO YA EN ESTE TRÁNSITO que va
del trabajo a la casa, de la casa al trabajo.
Para viajar salto hacia otros espacios
donde un abrupto y marginal sucederme
no continúe desproveyéndome. Y paso
por ellos
sin identidad definida ni oficio desgastador,
sin amistades ni lazos
de familia: Pura tangencia
ocasional, volatinero puente de la vista
y el oído, pasajero sin riel ni vigencia
en ninguna memoria, mero bulto desnudo
hasta el momento mismo de regresar...
Y aun después del regreso, del eficaz
y rutinario traslado
de la casa al trabajo y del trabajo a la
—falaz espacio del lenguaje—
la Casa.
¿Llegué o naufragué?
¿Llegué o naufragué? le pregunto
a un compatriota en harapos
y aferrado a un tablón.
XXXVIII
No me enrolé en los hermosos ejércitos del César,
no enamoré a Cleopatra sobre las quietas aguas del
Nilo,
tampoco toqué emocionado las purulentas llagas de
Lázaro
ni fui invitado con los demás a la última cena con
Jesús.
No me entusiasmé en su momento con el asombrado
Diario de a bordo
ni me senté con Moctezuma a tomar chocolate bajo el
sol.
No visité a Marat en su enfermiza bañera
ni asistí a las sesiones del iluminado Marqués.
No atestigüé ni en contra ni a favor del victorioso
Osear Wilde.
No me alcé con los barbudos en la Sierra ni presencié
el asesinato de John FK.
No me senté a beber con Roque Dalton en su U Fleku
ni Marilyn ni John Lennon me dedicaron nunca ninguna
canción.
Pero di testimonio de mí cuando la historia no era
todavía
la Historia:
Salté de cueva en cueva,
pinté animales extraños y misteriosos objetos
voladores,
cuidé yo solo del fuego, deseé a las mujeres
del prójimo y también a mis prójimos,
maté para vivir así, sin nombre fijo ni patria que me
reclamara,
sin tiempo:
pura flama vital que el primer escribano
—dizque para ayudarme—
con un plumazo en la piedra o en la página
apagó.
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