JUAN SÁNCHEZ LAMOUTH
Nació en Santo Domingo (República Dominicana), el 24 de junio de 1929. El romanticismo inicial de sus versos (Brumas) perdura en su obra y en sus hábitos de vida, lo que hace de él un poeta bohemio e intuitivo, sin tiempo para una formación cultural sólida o para las grandes reflexiones que el arte exige.
Lee y escribe desordenada, apresuradamente, sin atender a la estructura interna de sus poemas que por lo general son brillantes encadenamientos de versos y metáforas. Razón por la cual naufraga en sus poemas extensos, pese a sus vuelos imaginativos, logrando en cambio asideros sensibles y conmovedores en el poema breve. Aprovecha las oportunidades que ofrece la dictadura a las obras de alabanza al tirano, a sus familiares, a su ciudad natal y a las nefastas circunstancias históricas que los rodean para, haciendo sus loas y panegíricos publicar sus libros a ritmo acelerado, lo que se puede observar aun superficialmente a través de su bibliógrafa. Y lo que le hubiera traído privilegios y garantías, como sucedió con otros escritores que se encontraban en el mismo caso, no le privó de dificultades a causa del hermetismo habitual en un tipo de poesía que escapaba a la penetración de los organismos represivos. Somos testigos de que varias veces los poetas de La Poesía Sorprendida fueron citados para que aclararan el contenido de los poemas de Sánchez Lamouth, especialmente de «Nieves verdes». Así pues, los elogios abiertos al dictador no le evitarán a este poeta sospechas e investigaciones. A la caída de la dictadura, y operando ya más libremente con sus peculiaridades poéticas y humanas, vemos a un Sánchez Lamouth combatiente, poeta de los humildes, abanderado de la negritud, reflejos de su condición física y social. Su libro El pueblo y la sangre merece el Premio Nacional de Poesía Gastón F. Deligne 1964. A causa de trastornos de salud provocados por el alcohol y de su vida un tanto desordenada muere prematuramente el 18 de noviembre de 1968. Es el poeta joven que mayores elogios ha recibido de sus contemporáneos, aun de los que se encontraban en posiciones opuestas. Fue llamado genio «demiurgo providencial», sucesor de Rimbaud, etc., mereciendo homenajes póstumos, lo que evidencia su popularidad de entonces.
OBRAS PUBLICADAS:
Brumas (1954), Elegía de las hojas caídas y 19 poemas sin importancia (1955), 200 versos para una sola rosa (1956), Memorial de los bosques (1958), Los cantos a Trujillo y una oda a Venezuela (1958), Canto a las legiones de Trujillo y otros poemas (1959), Los perros (1959), Otoño y poesía (1959), Granada rota (1960), El pueblo y la sangre (1963), Sinfonía vegetal a Juan Pablo Duarte y otros poemas (1966).
EN LA TORMENTA
Mi religión es la de los niños sordos
que suelen confesarse con el alma
mi templo es el más viejo de todos,
en su atrio todos los días
un niño sin sonrisa me pregunta por Dios.
Mi religión es la de los niños sordos
que suelen confesarse con el alma
mi templo es el más viejo de todos,
en su atrio todos los días
un niño sin sonrisa me pregunta por Dios.
AUTORRETRATO
La cara un poco herida por el aire aldeano
y en el alma una torre llena de golondrinas.
La cara un poco herida por el aire aldeano
y en el alma una torre llena de golondrinas.
FÁBULA DE LA TRISTEZA YLA ALEGRÍA
Hay cuatro niños subidos sobre el gran árbol
del misterio
los niños negros están más arriba,
los niños blancos están más abajo
los niños blancos buscan nidos y frutas,
los niños negros procuran a Dios.
Sobre ellos cruza el aire entonando su canción.
Hay cuatro niños sentados en el peñón del mundo
dos blancos
dos negros
los blancos mirando al occidente dicen no, no, no,
los negros mirando al oriente dicen sí, sí, sí.
Los blancos dicen «Tierra»
Los negros dicen «Cielo»
Hay un ángel que quiere unirle las manos
los negros quieren, los blancos no.
Hay cuatro niños dormidos bajo el cipresal del
tiempo
dos negros
dos blancos,
los blancos tienen monedas de oro en los puños
los negros tienen muchas flores en los labios
hay en el sueño de los niños blancos
un mar lleno de naves con cañones.
Hay en el sueño de los niños negros
un charco azul con barcos de papeles
sobre estos pobres niños vuela un ángel con su clarín
de fuego voceando a Dios.
Hay cuatro niños subidos sobre el gran árbol
del misterio
los niños negros están más arriba,
los niños blancos están más abajo
los niños blancos buscan nidos y frutas,
los niños negros procuran a Dios.
Sobre ellos cruza el aire entonando su canción.
Hay cuatro niños sentados en el peñón del mundo
dos blancos
dos negros
los blancos mirando al occidente dicen no, no, no,
los negros mirando al oriente dicen sí, sí, sí.
Los blancos dicen «Tierra»
Los negros dicen «Cielo»
Hay un ángel que quiere unirle las manos
los negros quieren, los blancos no.
Hay cuatro niños dormidos bajo el cipresal del
tiempo
dos negros
dos blancos,
los blancos tienen monedas de oro en los puños
los negros tienen muchas flores en los labios
hay en el sueño de los niños blancos
un mar lleno de naves con cañones.
Hay en el sueño de los niños negros
un charco azul con barcos de papeles
sobre estos pobres niños vuela un ángel con su clarín
de fuego voceando a Dios.
PÁJAROS, PÁJAROS
¿No comprendes que cada pájaro que hiende
el camino del aire es un mundo de delicias
cerradas para tus cinco sentidos?
WILLIAM BLAKE
Escuchad - son ellos
barriendo las flores
con la suave escobilla de su canto,
cerca de sus azúcares nostálgicos,
cerca de la forma de sus sueños,
cerca de su fuga hacia las cosas.
Escuchad - son ellos
en su mundo sin reproche,
vuelan respirando un aire especial,
más acá de la muerte del crepúsculo,
más allá de la calma de las flores.
Mirad - son ellos.
Poeta levanta tu venda de perfume
para que veas sus cuerpos llenos de
Primavera.
¿No comprendes que cada pájaro que hiende
el camino del aire es un mundo de delicias
cerradas para tus cinco sentidos?
WILLIAM BLAKE
Escuchad - son ellos
barriendo las flores
con la suave escobilla de su canto,
cerca de sus azúcares nostálgicos,
cerca de la forma de sus sueños,
cerca de su fuga hacia las cosas.
Escuchad - son ellos
en su mundo sin reproche,
vuelan respirando un aire especial,
más acá de la muerte del crepúsculo,
más allá de la calma de las flores.
Mirad - son ellos.
Poeta levanta tu venda de perfume
para que veas sus cuerpos llenos de
Primavera.
CORAZÓN SIN RUTA
Quiero agua del crepúsculo
para esta sed de distancia,
quiero la luz de las flores
para esta soledad blanca.
Quiero el abrigo el cielo
para este frío del alma;
lo que no quiero es amor
para el amor que me falta.
Tengo el corazón sin ruta
por estas verdes palabras
que van cayendo a la tierra
como flores deshojadas.
Mis canciones se han quedado
en ternura sin infancia;
por eso no quiero amor
para el amor que me falta.
Quiero agua del crepúsculo
para esta sed de distancia,
quiero la luz de las flores
para esta soledad blanca.
Quiero el abrigo el cielo
para este frío del alma;
lo que no quiero es amor
para el amor que me falta.
Tengo el corazón sin ruta
por estas verdes palabras
que van cayendo a la tierra
como flores deshojadas.
Mis canciones se han quedado
en ternura sin infancia;
por eso no quiero amor
para el amor que me falta.
DONDE EL POETA PRESIENTE SU TEMPRANA MUERTE
Lo mejor que me queda es esta muerte que trabaja
en mi cuerpo noche y día,
todo mi amor está próximo a este crepúsculo inventado,
ya casi estoy cubierto por los últimos caracoles.
Hoppi es la forma de mi atolondramiento.
¿Qué golondrinas volarán frente al espejo mis últimas palabras?
Presiento una muerte a fuerza de escopetas oxidadas
una muerte de presurosos fantasmas,
una muerte que aparente ser la vida de unos libros.
Hoppi, despacio,
no taconees sobre el tablado oscuro,
ya murió aquel poeta que hablaba de la lluvia.
Hoppi, despacio,
no uses más guantes blancos
recuerda que ofreciste darle uno.
Andando/andando
estos ámbitos tienen sus palabras,
morir le era tan dulce,
ahora podremos recordar su voz entre el silencio azul.
Andando, andando.
Señores cuántas lilas.
¿Dónde sembraron a aquel poeta negro?
http://www.obsidianapress.com/juan_sanchez_lamouth.htm
Lo mejor que me queda es esta muerte que trabaja
en mi cuerpo noche y día,
todo mi amor está próximo a este crepúsculo inventado,
ya casi estoy cubierto por los últimos caracoles.
Hoppi es la forma de mi atolondramiento.
¿Qué golondrinas volarán frente al espejo mis últimas palabras?
Presiento una muerte a fuerza de escopetas oxidadas
una muerte de presurosos fantasmas,
una muerte que aparente ser la vida de unos libros.
Hoppi, despacio,
no taconees sobre el tablado oscuro,
ya murió aquel poeta que hablaba de la lluvia.
Hoppi, despacio,
no uses más guantes blancos
recuerda que ofreciste darle uno.
Andando/andando
estos ámbitos tienen sus palabras,
morir le era tan dulce,
ahora podremos recordar su voz entre el silencio azul.
Andando, andando.
Señores cuántas lilas.
¿Dónde sembraron a aquel poeta negro?
http://www.obsidianapress.com/juan_sanchez_lamouth.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario