Angelina Gatell Comas
Nació en Barcelona el 8 de junio de 1926 - Falleció el 7 Enero 2017.
POESÍA
“Poema del Soldado” – Premio Valencia de Poesía – 1952
“Esa oscura palabra” 1963
“Las Claudicaciones” – 1969 (Reeditado en 2010)
“Los Espacios Vacíos” 2001
“Desde el Olvido” – 2011
“Noticia del tiempo” (100 sonetos de ayer y de hoy)- 2004
“Mujer que soy” (La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años cincuenta) – 2007
“Ceniza en los labios” – 2011
“En soledad, con ella” (Antología 1948 – 2005) – 2015
“La oscura voz del cisne” – 2015
LIBROS PARA NIÑOS:
MIS PRIMERAS LECTURAS POÉTICAS. Ediciones 29, barcelona, 1980.
MIS PRIMEROS HÉROES Biografías cortas para niños. "Ediciones 29, Barcelona 1981
EL HOMBRE DEL ACORDEÓN Novela para niños. Ed. "Espasa Calpe". Madrid, 1988 (Varias ediciones)
LA AVENTURA PELIGROSA DE UNA VOCAL PRESUNTUOSA. Novela para niños. Ed. "Aliorna". Barcelona 1988. Publicada en castellano y catalán. Traducida al catalán por Dolores Baliella.
LA AVENTURA PELIGROSA DE UNA VOCAL PRESUNTUOSA. Novela para niños. Ed. "Grupo Anaya". Madrid 1994. Col. El duende verde. Edición castellana y catalana
-"Memorias y desmemorias". Autobiografía centrada en su labor como actriz y en la que fue su profesión hasta que se jubiló en 1991, actriz y directora de doblaje. Con series como "Heidi", "Marco" o "Había una vbez el hombre"
BIOGRAFÍA
NERUDA. Ed. EPESA, Madrid. 1971
ESTUDIOS
DELMIRA AGUSTINI Y ALFONSINA STORNI: DOS DESTINOS TRÁGICOS
ANTOLOGÍAS
POESÍA FEMENINA ESPAÑOLA, En colaboración con Carmen conde. Ed. Bruguera, Barcelona. 1971
POESÍA AMOROSA CONTEMPORÁNEA. En colaboración con Carmen Conde. Bruguera. Barcelona
MUJER QUE SOY (La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años cincuenta) (Prólogo, selección y notas de Angelina Gatell) Ed. Bartleby. Madrid. 2006
CUENTOS
KILCHU (Premio "Casa Pedro". Valencia. Publicado
UNA EXTRAÑA IMPRESIÓN Premio "hucha de plata". Publicado
EL MENDIGO . Publicado
SENSACIONES. Publicado
Ha ejercido la crítica literaria y ha publicado artículos en :"Poesía Española", "Sábado Gráfico", "Cuadernos hispanoaméricanos", "El Urogallo" y otras revistas.
TRADUCCIONES
Ha traducido más de cien libros. En su mayoría para niños y jóvenes. Idiomas: catalán, italiano y francés.
LIBROS INÉDITOS
POESÍA:
DE MAR A MAR
CANTATA
UN LARGO SILENCIO
CUENTOS:
ASÍ CAYÓ LA NOCHE
EL PANTANO
LO HABRÍA ENTENDIDO MAL
MIEDO
y otros
LIBROS PARA NIÑOS
LA EXTRAÑA AVENTURA DE QUICO VERA
UNA HISTÒRIA DIFERENT NOMÈS PER LA BONA GENT (En catalán)
OTRAS ACTIVIDADES:
Con José Hierro, Aurora de Albornoz y José Gerard Manrique de Lara, creó la Tertulia "Plaza Mayor", inaugurada por Vicente Aleixandre, en la que leyeron sus obras los más importantes poetas, críticos, novelistas, ensayistas y dramaturgos españoles -y varios extranjeros- de los años sesenta.
Ha traducido, adaptado, doblado y dirigido el doblaje de cientos de películas de Cine, y de T.V. Entre los textos por ella adaptados figura el de la ya mítica serie de dibujos "Heidi".
Ha trabajado en T.V.E. como actriz y guionista. Entre sus muchos trabajos para T.V.E., figura la biografía de María Curie, emitida en cinco capítulos.
Ha dado conferencias y recitales en innumerables ateneos y centros culturales.
EL SONETO
El soneto es el rey de los decires
Blas de Otero
Lo di al amor. Al sueño. Al embeleso.
Astilla de mi voz, madera triste.
Lo di al asombro cuando el labio asiste
a la frutal celebración del beso.
Lo di al recuerdo. Al mágico suceso
de volver a soñar lo que no existe.
Lo di al dolor, cuando su lanza embiste
algo que otra lanzada dejó ileso.
Bebí su luz y consumí su aroma
y en el puro cristal de su redoma
guardé el licor que fui, que soy, que entrego.
En su reino habité. Y aún perdura,
fundida con mi piel, la quemadura
de las catorce palmas de su fuego.
A QUIEN CORRESPONDA
devuélvenos también nuestros cadáveres,
enséñanos también los asesinos.
Ángel González
Una vez más quiero volver al tiempo
del que siempre hablaré
porque le pertenezco
como el azul al mar,
como la luz al alba.
Y quiero
bajar a su memoria
como quien baja
al sótano que guarda
objetos, actos, versos, actitudes,
días, que con frecuencia hojeo
como páginas,
y con ellas pegadas a los dedos
salgo a la calle, aparto con denuedo
la oscuridad y pregunto,
_por si alguien lo supiera_
dónde están los cadáveres,
desde dónde nos mira
la ausencia de sus ojos,
en qué lugar esperan
la cercanía de una rosa,
su fragancia vedada por la ira,
el aire
que disipe el silencio.
Y pregunto también
los nombres de los asesinos,
aunque los sepa bien, sílaba a sílaba,
pero los quiero dichos en voz alta,
a gritos,
no guardados con celo en sus estuches
de dorada penumbra
desde el instante mismo en que el invierno
dejó caer su frío sobre el suelo
que ya nunca fue patria,
sino desgarradura.
Muy pocos saben de qué hablo.
Sin embargo, no falta quien se aleje
obviamente molesto.
Y están los que, confusos,
se llevan a los labios
el índice gastado por el miedo
y se alejan también
aunque más lentamente,
no sé, quizá afligidos.
Otros, susurran evasivos: hace
ya tanto tiempo... Y vuelven la cabeza,
como si alguien de pronto los llamara.
También los hay que opinan sin sonrojo,
como haciendo equilibrios
sobre el filo de la conciencia,
que sería mejor dejarlo todo
dormido en el sosiego,
cubierto de benignos crisantemos
y así nadie podría
dañarse con su roce.
Después se van a Roma y, conmovidos,
debajo de los pórticos
donde Bernini,
hace ya más de cuatro siglos
guardó la luz del mármol,
recogen, con unción, sin miedo a herirse,
los nombres trémulos de gracia
de otros cadáveres,
los guardan en sus dijes con cuidado
y sonríen en paz.
No consigo entenderlo. Escucho. Miro.
Me quedan ya muy lejos las palabras
que con el tiempo cambian de sentido,
y acomodan sus dúctiles metales
a la oscilante
valoración de los conceptos.
Y más lejos aún, mucho más lejos,
perdida entre la niebla,
la luz que fue habitada por la idea,
o el aroma, no sé, tal vez por nada.
No consigo entenderlo.
Reúno amargamente mis preguntas
y releo las páginas
donde mi tiempo amarillea y sufre.
Como yo está cansado. Y como yo no entiende.
Y como yo, se niega a ser destruido
por esa desmemoria
más grave que el olvido porque en ella
crece y se ramifica,
estercolada por la indiferencia,
la planta obscena
de la conformidad y el beneplácito.
Mujer en la esquina
Ya no tienes siquiera un borbotón de llanto
para llenar tus ojos...
Mujer rota en la esquina, esqueje silencioso
de un arbusto que fue tronco lozano,
¿qué celeste criatura se te apagó de golpe
para que tú te alzaras en medio de tu ruina
como un sórdido canto?
El hombre te transita, socava tu amargura
y abreva entre tus aguas su sed interminable;
pero nunca detiene sus ojos en los tuyos,
ni piensa que tú fuiste una dulce muchacha
de trenzados cabellos...
o una niña que amaba su muñeca,
a un hermano, a un árbol, a una rosa...
Mujer rota en la esquina, pregón que nos delata
otros mundos siniestros
donde el alma es tan sólo una palabra triste;
y la sangre un charco sin transcurso;
donde los ojos son torpes caminos
para llegar al lodo;
donde los labios son gritos en pugna
y las bocas cavernas infranqueables
con un manar de voz como impacientes
marejadas de fuego, turbio, impuro...
Mujer rota en la esquina, desgajada
de los días hermosos, de los campos floridos,
cuando te encuentras sola con tu antigua criatura,
cuando sientes tus ojos arrasados de lluvia
y no puedes llorarla,
¿qué rencor se te enciende como hermosa bandera
para azotar el signo de tu vida?
¿Qué palabra pronuncias? ¿Con qué voz nos golpeas
a todos los que fuimos, tal vez, fariseos?
¿Y que desden te cubre la mirada?
¿Y qué odio voraz te quema el pecho?
¿Y qué mano levantas vengativa?
¿Y qué risa nos tiras a la cara
como lluvia pequeña
Primer recuerdo
A la memoria de mi padre
Había tantas palomas festoneando
ventanas y cornisas...
Y aquel olor a mar que se enredaba
a la tarde suntuosa;
y el aire, celebrando su invisible
fulgor en los cabellos
que alegremente ondeaban en sus manos.
En este espacio fue.
En esta esquina bella y sabia donde
ahora me detengo
y toco con cuidado las imágenes,
su sombra clandestina
pegada en la memoria, defendiendo
con lealtad un instante
que aventuró su luz como un relámpago
más allá de la noche.
Con desorden recuerdo aquella tarde,
su tiempo aconteciendo
bajo un claror como recién nacido
que sé que aún me concierne,
y advierto que aquel día tan lejano
se abre como una página
con bullicio de cantos y banderas,
y un lugar transparente
donde esta escrito mi primer recuerdo.
Fue un catorce de abril.
Obstinada me acude su fragancia,
la rosa conmovida
que iba a ser devorada por los buitres.
Mi padre había dicho:
“Es necesario que mis hijos vean
y guarden la memoria
de lo que hoy sucede y lo mediten”.
Algo así dijo, creo.
Y caminando entre la multitud
vinimos hasta aquí.
A hombros de mi padre mis cinco años
recibían la llama
que irradiaban los rostros, las miradas,
la humildad de las ropas,
las canciones...
Y nunca olvidaré
la humedad que de pronto
resbaló de sus ojos a mis manos
asidas a su cuello,
ni aquel extraño asombro de sentirme
por vez primera inscrita,
anudada a mi entorno y a mi gente.
Tan sólo percepción o sobresalto
debió de ser entonces
el estruendo que se quedó en mi pecho,
entendido mucho tiempo después...
El mismo estruendo que acarrea con júbilo,
aún con esperanza,
el corazón cansado.
Otoño 1974
Tan hermosa es la tarde,
tan de cristal el cielo,
que en mi frente se aniña
la tristeza que llevo.
Raya un pájaro al aire
con su pico de fuego...
en mis manos, sus alas
me derrama un momento.
Los árboles, al fondo
de la luz, mudos, quietos,
dejan caer sus últimas
alhajas en silencio.
Es otoño el motivo
de la hermosura. Siento
su pulso rumoroso
señoreando el viento.
Si yo pudiera ahora
ser como fui otro tiempo...
latido del paisaje,
total advenimiento
de la tarde que cruzo
¿hacia dónde? No tengo
ni siquiera caminos...
Los ha borrado el miedo.
A mi hijo Eduardo que cumple sus veinte en la cárcel de Carabanchel
Angelina Gatell.
__________________
1
Hoy se cumplen viente años y aún me dura
el calor de su cuerpo en las entrañas.
Nadie me dijo entonces qué alimañas
me rondaban golosas la cintura.
Nadie nombró los yunques del espanto
donde su corazón se forjaría,
ni qué herrero del terror podría
templar sus herramientas con mi llanto.
Nadie nombró tampoco la impotencia
que ataría mi sangre desolada
al pie del alto muro carcelero.
Ni qué cegado grito de inocencia
sería la bandera más airada
en las manos del hijo prisionero.
2
Taller fui de sus ojos, de sus huesos.
Forjé, construí, pulí su arquitectura.
Puse en su frente un signo de bravura
y el resplandor altivo de mis besos.
Alcé en el viento un puño, una sonrisa,
un pabellón de sangre sufridora,
un martillo de amor, una sonora
claridad enredada con la brisa.
Puse a un hombre de pie con sus oficios,
artesano de sueños y fulgores,
constructor de secretos edificios...
Y apagué una a una mis bujías
por sostener la sombra y sus dolores
con mis manos gastadas y vacías.
EN DONDE SE CUENTA, CON TRES SONETOS ENCADENADOS Y UN ESTRAMBOTE, DE CÓMO FUE EL ORIGEN DE FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, CAUDILLO DE ESPAÑA Y CENTINELA DE OCCIDENTE POR LA GRACIA DE DIOS.
Un espermatozoide desmirriado,
poca cosa, canijo, flacuchento,
se quejaba a la sombra de un convento
-gallego por más señas- de su estado.
¿Cómo podré ganar una batalla
-gemía-, con tan mínimo abolengo,
si apenas a pie firme me sostengo,
y no es fácil que pueda dar la talla?
Lo oyó Teresa, y levantó su brazo
y sin pensarlo le soltó un tortazo
(la muy santa no andaba con ñoñeces)
y sin vivir en sí, gritó mil veces:
¿es que acaso no sabes, gran merdoso,
que no has sido elegido por hermoso?
No, no has sido elegido por hermoso
ni por alto, bizarro o pinturero,
sino por resentido y marrullero,
por bellaco, por pillo, por tramposo.
Porque sabes moverte en el damero,
no por sabio, sino por mentiroso.
Tu poquedad te hace habilidoso,
mareas la perdiz como el primero.
Y llevas, bien guardado en la escarcela,
suficiente cianuro para el caso:
se precisa de un tipo que, aunque escaso,
esté dispuesto a dar mucha candela.
Reúne pues la hueste y sin demora
apréndete el lugar, el sitio, la hora.
Apréndete el lugar, el sitio, la hora
-dijo Teresa-, y siguió fundando
(cualquiera sabe en dónde y hasta cuándo
pues era empecinada la Doctora.)
Cumplió el gameto y levantó su grito
-es un decir- de general futuro
reclamando un vehículo seguro
para llevar a cabo el encarguito.
Un galán de buen talle y calavera
en su ayuda acudió: –Vamos-, le dijo.
Experto soy en faenas a destajo.
Asió presto el gameto la bandera,
¡Adelante! –gritó con regocijo-.
Y, enérgico, ordenó: -¡Don Nico, al tajo!
Y de modo tan súbito y sencillo
se sentaron las bases de un caudillo.
Elegía imprescindible
A tu memoria, mi Nuria inolvidable.
A Fabien y a Laurent
Y a Amparo, que te lloró conmigo.
La sombra de tus manos, cedida por la muerte,
prestada a mi corazón,
está en esas orquídeas que cada enero
respiran en mi casa
lo que en ella dejaste: esa herida
que ya no tendrá tiempo de cerrarse
y diariamente sangra.
Ellas, con qué cuidado,
recogen mi tristeza en su blancura
y acercan a mis ojos
la piedra gris,
sabedora de lluvias y de fríos,
desde donde
tu sosiego de estatua me persigue.
Tus manos
entran en mi amargura por los hilos
más frágiles del aire y se deslizan
tranquilas, cariciosas,
hasta posarse en el vacío,
ese foso que siempre me circunda
preservando el verdín de los sillares
con los que, en días tan lejanos,
se edificó la torre que aún resiste.
Las líneas nacaradas de tus dedos,
emborronadas por la ausencia,
denuncian suavemente el atropello
que te llevó a la noche
y dibujan
la soledad que me dejaste,
la esculpen en el friso
en donde se reúne
la hermosa arqueología
de todo
lo que empecé a perder una mañana
del año veintiséis del siglo veinte.
Madrid, 2012
De: “La oscura voz del cisne”
Bartleby Editores 2015
Fosas
(Memoria histórica)
No dejéis que el silencio, como fría argamasa,
apague la memoria de aquellos que quedaron
hundidos en la tierra, en la linde del alba.
No dejéis que sus huesos, pulidos por el barro
permanezcan secretos. Izadlos como antorchas,
coronad con sus llamas el fuego que tuvimos
cuando todo era espanto, cuando todo era sombra.
Ellos fueron su amparo, su razón, su sentido.
Recobradlos. Traedlos hasta nuestro presente.
Dad al aire sus nombres como ramas crecidas
en la entraña secreta. Recordad que nos dieron
claridad y conciencia. No dejéis que la muerte
señoree el olvido ni su luz aterida
pues de ella crecimos. Somos sólo su efecto.
De: “Noticia del tiempo” (Cien sonetos de ayer y de hoy)
Generación
A mi hermano
Nada está hecho y ya nosotros
abandonamos la tarea.
Más que luchar, hemos soñado.
De nuestros sueños poco queda.
Más que cantar, es el silencio
nuestro destino y nuestra meta.
Más que vivir hemos pasado
sobre el cansancio de la tierra.
Más que sembrar, hemos dejado
henchido el cuerpo de tristeza.
Más que morir, hemos vivido
con tanta oscura muerte a cuestas.
Más que llorar, hemos sufrido
nuestra gran lágrima secreta.
Más que los hierros, es la noche
la interminable cárcel nuestra.
Más que el dolor, es la amargura,
el fruto cruel de la impotencia.
Más que trazar nuestro camino
es el camino el que nos lleva.
Desde el principio comprendimos
que era imposible la luz nueva.
Sombras tan solo, se apagaba
nuestra hermosura en la tiniebla.
De: “Las claudicaciones” – 1969
Reedición en 2010 – Editorial Torremozas
Recogido en: “En Soledad, con ella” – (Antología 1948-2015)
Silencio
Pero debo callar y callar tanto…
Blas de Otero
A Sabina de la Cruz
A veces te bastaba con llegar a mi casa
con aquel ángel fieramente humano en las pupilas.
Traías tu silencio y envuelto en él dejabas
que el tiempo transcurriera
igual que una corriente por los valles,
de la amistad que no precisa
de gestos, ni palabras, ni razones, ni méritos.
Ni siquiera de versos.
El agua,
ejercitada en ser cristal o abeja,
pasaba entre nosotros. Se llevaba la tarde
como una sombra trémula,
navegada
por todo lo no dicho.
Después, dejando el sufrimiento de us labios
al borde de una copa
o de una taza de café vacía,
nos tendías la mano,
(a mí solías besarme levemente),
y te ibas despacio hacia la puerta
donde mi madre,
salía también a despedirte.
Sólo quedaba, atestiguando tu presencia en mi casa,
un periódico muy leído
y aquella intensidad que eran tus ojos
De: “La oscura voz del cisne”
Bartleby Editores 2015
Meditación
Que extraño puede ser,
al cabo de los años, el amor,
o la memoria del amor, o el rastro
que deja, al apagarse, la memoria.
Joan Margarit
Amor y desamor como una misma
y ardua asignatura
nunca bien aprendida
Siempre
bordeando peligrosamente
las cifras del suspenso.
Anverso y cruz de una medalla. Filo
donde los sueños sufren
desasistidos. Solos.
Pienso
que sí, que es muy extraño verlo ahora,
sentirlo como a una paloma agónica
pegada a los cristales
en los que la memoria ha puesto sus visillos y todo
es como fue o no fue.
Algunas veces
me adentro en sus espacios
como si fuera el cuadro
de un pintor malogrado.
Recorro sus caminos,
la exaltación de sus paisajes
arrebatados a la sombra,
a los escalofríos, a las dudas…
Tiemblan en ellos los colores, las líneas
ensoñadas.
Tal vez aciertas.
Y en misteriosa veladura
se diluyen figuras que tuvieron
la consistencia incólume del mármol.
Palabras, gestos, actos se disuelven
desamparados, imposibles…
Qué extraño, si, qué extraño.
Acaso nunca
supimos comprender del todo.
Y cuando un día, inesperadamente,
necesitamos hablar de ello,
no tenemos más verdad que el dolor,
y la imprecisión de la palabra.
En “Cenizas en los labios”
Bartelby Editores 2011
-
A título de curiosidad. Algunos de estos poemas son casi inéditos y mi tía, Angelina Gatell, me los pasó y yo los colgué en algún blog de los varios que tengo. Verbigratia el soneto con estrambote sobre Franco, Primer recuerdo, A quien corresponda (ëste se ha ido difundiendo mucho, incluso leído por ella en el homenaje del 2013 en La Almudena). Falta añadir su último libro de poemas, "Cenizas en los labios", Bartleby el autobiográfico "Memorias y desmemorias" publicado por la Unión de actores. FaLTA el libro infantil "La aventura peligrosa de una vocal presuntuosa", con su traducción al catalán "L'aventura perillosa d'una vocal presumptuosa" i su pintoresca versión en catalán de Valencia, por supuesto con el mismo título.... No pretendo nada. Quizás que se actualice y se diga de dónde han salido los poemas "casi" inéditos.
ResponderEliminarhttp://lacomunidad.elpais.com/jordigraug/2009/1/24/primer-recuerdo-angelina-gatell-
ResponderEliminarHasta aquí, inédito.
me envías lo que desees añadir, y lo incluyo, a mi correo
ResponderEliminarsabido49@gmail.com
http://lacomunidad.elpais.com/jordigraug/2009/1/24/en-donde-se-cuenta-con-tres-sonetos-encadenados-y-estrambote
ResponderEliminarSi quieres actualizar... Lo que me ha sorprendido es que hay poemas que "casi" sólo conocía yo salvo que ella los haya mostrado en otro lado (el de los tres sonetos, el dedicado a su padre) y tengo curiosidad por saber de dónde los has sacado, si han sido de los links que te pongo. Hay más curiosidad que mosqueo. Y ningún enfado.
ResponderEliminarSí Jordi, mañana voy a actualizar con lo que me has enviado, y de paso intentaré decirte de donde saqué esos poemas, espero encontrarlo
ResponderEliminarahora ya no tengo tanto tiempo, porque antes del verano me editan tres poemarios más, pero hace tiempo, dedicaba horas y horas a buscar poetas y poesías para la Antología y se me escapaban pocas cosas, si leía algún poema que me gustaba y no conocía al poeta, buscaba su obra por todos los rincones de internet, así he logrado antologar joyas de todo el mundo y que eran conocidos en un entorno muy pequeño
mañana te cuento
abrazos
Hay un título incorrecto: "Los espacios vacíos y desde el olvido" (Antología 1950-2000).
ResponderEliminar"Las claudicaciones se reeditó en 2010.
Y los dos que te cito. En 2011, "Cenizas en los labios", finalista del P.N. de poesía.
Y "Memorias y desmemorias". Autobiografía centrada en su labor como actriz y en la que fue su profesión hasta que se jubiló en 1991, actriz y directora de doblaje. Con series como "Heidi", "Marco" o "Había una vbez el hombre"
Falta "Mis primeras lecturas poéticas", EDICIONES 29. Barcelona 1980. Antología para iniciar a los niños en la poesía.
Si me permites, un poema que nos es muy querido: "A mi hijo Eduardo que cumple sus veinte años...". Yo lo he publicado. En papel lo tienes en la p.136 (el primero que escribió) y 137 (escrito más tarde) de "Los espacios vacíos y desde el olvido", en el apartado sonetos.
mi querido Jordi
ResponderEliminar-rectifiqué los datos de la bibliografía, si hay algo que añadir me lo pasas
- añadí el poema que saqué de tu blog
- el poema de Franco, lo descubrí en esta página
http://coordinadoravictimas.blogspot.com.es/2009/01/cuatro-poemas-de-angelina-gatell.html
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te mando un poema sobre la memoria que he publicado en mi último libro
1936-1939
El general golpista mete el dedo en las llagas
del pueblo invocando causa justa y ocultando
la inmediación a ancestrales derechos de sectas,
familias y camarillas
A preguntas de los periodistas niega representar
a las derechas o las izquierdas, él es estrictamente
un Dictador
La razón humana es impenetrable, miles
de ciudadanos se lanzan a las calles jubilosos
desertando de su recién conquistada libertad,
del derecho a la educación, de las tierras rescatadas
a los terratenientes, para vociferar acusaciones,
heridas confusas, sinrazón
Sus alaridos revientan los tímpanos al tiempo
lamiendo el ego del tirano que esconde su obscenidad
maquillándola con estigmas de revolución
El combate es desigual, la razón contra la fuerza,
la libertad frente a la tiranía de otros dioses,
aunque mujeres, hombres, jóvenes, viejos y románticos
ciudadanos del mundo se unen para defender
la República, el futuro, la incipiente democracia
Derrotado, el ser se quebranta, el cobarde es dócil,
la Patria se yergue sobre perfiles invertebrados,
vertederos de palabras prohibidas y libros inéditos
de poetas asesinados o exiliados
La milicia modula a su antojo las débiles conciencias
que gimen orgasmos ajenos, es la erótica del poder absoluto,
el éxtasis precursor del sometimiento hasta la proclama
final del vencedor; Cautiva y desarmada la libertad…
hemos alcanzado nuestros últimos objetivos
Los ciudadanos emprenden el regreso a la cotidianeidad
en libertad vigilada, las víctimas de la delación y la barbarie
yacen desaparecidas en fosas comunes de carreteras
y cementerios y se exilia la justicia cabalgando sobre asnos
saciados de estrellas y entorchados
Consumatum est
abrazos
sabido49@gmail.com