lunes, 1 de agosto de 2011

4368.- DAVIDE TRAME


Davide Trame es italiano, enseña inglés y escribe exclusivamente en inglés desde 1993. Su obra ha sido editada en más de cien revistas literarias desde 1999, en el Reino Unido, en Estados Unidos, y en otros países, más recientemente en Poetry New Zeland y New Contrast (Sudáfrica). Reside en Venecia, Italia.


Después

La arena se asienta sobre las huellas de las pezuñas,
realizada en una tranquilidad renovada,
las conchas nuevamente proyectan los puntos
de su mirada feroz impasible,
la vaciedad se extiende en el sol del mediodía
y oyes el paso de los siglos que regresan
por el aire, volviendo al zigzagueo
de sus fantasmas vibrantes de remos y velas
y los cachones hasta el despliegue
de su soledad brillante, siseando.

Entonces, pasos en la distancia
y un arrastrar de pies entre las dunas, una cola,
y un rayo de patas serpenteando,
y el arco largo y dorado de alguien que silba,
miras fijamente las dos formas oscurecidas por la claridad
y estás calmo por esta nota de los siglos, encantado
por el ímpetu precioso que demora
en la orilla guiñando, tienes ganas
de echarte sobre la flecha
apaciguada del silbido, el horizonte
en su infinita hamaca se tambalea.

(Traducciones a cargo de Mariana Past)




After

The sand resettles over the hooves’ prints,
accomplished in a renewed stillness,
the shells once more cast the dots
of their undisturbed glare,
emptiness stretches in the midday sun
and you hear the pace of the ages coming back
through the air, returning to the weaving
of its vibrant ghosts of oars and sails
and the surf to the displaying
of its hissing, bright aloneness.

Then, steps in the distance
and a shuffling among the dunes, a tail,
a zigzagging flash of paws,
and the long, gold arc of someone whistling,
you stare at the two shapes blurred by brightness
and are lulled by this note of the ages, allured
by the precious momentum lingering
on the blinking shore, you feel
like lying down on the whistle’s
appeased arrow, the horizon
on its infinite hammock swaying.






Aire

Una mirada canturreando
que te enfrenta estando solo.

Brisa del mar, el apenas audible
rumor de las crestas de las olas
o en un campo una línea susurrando
de los tallos de hierba.

O en la cima de la montaña
cuando al final de la elevación
has doblado los últimos
dedos de abetos,
raíces expuestas entre tierra y cielo.

Sobre la cumbre despejada,
sobre la desnudez nítida y gris de la piedra,
en la vigilancia silenciosa
de las sombras viajeras.

Allí donde de niño
susurrabas—Voy y no voy—
y querías hacer
votos definitivos, una corriente
de promesa imperturbable.

Ahora sólo intentas
decir nada, dejar los pensamientos
irse lentamente como un rumor,
oyendo nada más que el momento—
que nunca ha cambiado.

(Traducciones a cargo de Mariana Past)







Air

A humming gaze
facing your being alone.

Sea breeze, the barely audible
hiss of the wave crests
or in a field a rustling line
of grass blades.

Or on the top of the mountain
when at the end of the rise
you have passed the last
fingers of fir-trees,
roots exposed between earth and sky.

On the cleared top,
on the neat grey bareness of the rock,
in the quiet alertness
of travelling shadows.

Where as a child
you whispered—I will and I won’t—
and wanted to make
definitive vows, an unshakeable
stream of promise.

Now you simply try
to say nothing, to let thoughts
hiss away slowly,
hearing only the moment—
that has never changed.






Martín pescador

El día era calmo, el mar manso como una marisma.
Todo tranquilo, su bajo cuerpo encaramado, posado tranquilo
en la punta de una piedra al lado de la represa,
un grupo de puntos impasibles alrededor de la espalda azul,
el pecho anaranjado y el pico largo.
Justo antes de descubrirlo te había detenido
la quietud misma, arena y aire
en su terciopelo absolutamente inmóvil y vasto.
Un paso más y levantó vuelo
rozando la piel del agua, una línea
silenciosa y recta de alas agitándose rápidamente.
Todos los sonidos se habían amortiguado
en este día de niebla baja y radiante,
así que podrías decir que estaba en el aire
el paso alabado de estas líneas
— En el momento suspendido del mundo que gira... —
con el sencillo temblor de una verdad que escapa a las palabras.
Ninguna ala entonces respondió luz a la luz,
los colores de su cuerpo lo retendrían todo.
Pero a pesar de todo percibiste
la plenitud muda que da movimiento al globo,
el corazón de quietud donde la mirada
receptiva a las maravillas simplemente espera.

(Traducciones a cargo de Mariana Past)





Kingfisher

The day was calm, the sea still like a salt marsh.
Everything still, its short perched body still
on the tip of a stone along the dam,
a cluster of still dots around the blue back,
the orange breast and the long beak.
Just before spotting it you had been stopped
by stillness itself, sand and air
in their absolutely settled vast velvet.
One step closer and it flew off
skimming the water-skin, a silent
straight line of fast beating wings.
All sounds were muffled
in this day of low, glowing haze,
so you could say it was in the air
the praised pace of those lines
—At the still point of the turning world… —
with the simple shiver of a truth beyond words.
No wing then answered light to light,
the colours of its body would retain it all.
But you sensed all the same
the mute fullness that makes the world turn,
the heart of stillness where the gaze
ready for marvels just waits.




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