sábado, 9 de julio de 2011

ERNEST PÉPIN [4.112]




Ernest Pépin 

Nació el 25 septembre 1950 en Lamentin (Guadalupe)

Ernest Pépin. Hombre de letras, novelista y poeta de Guadalupe. Ernest Pepin es una de las figuras de avanzada de la creolité. Este autor ha dejado una huella en la literatura caribeña de expresión francesa por su manera moderna de abordar la identidad como el resultado de culturas múltiples.

Ernest Pepin nació en la isla de Guadalupe, en la comuna de Lamentin , el 25 de septiembre de 1950. Su brillante recorrido como estudiante lo llevó de la Escuela Normal de maestros en Guadalupe a la Facultad de Letras de Bordeaux donde obtuvo después de la licenciatura una maestría en Letras.

De regreso al Caribe, trabajará como profesor de francés en Martinica y en Guadalupe. Paralelamente, desarrolló la actividad de crítica literaria en diversos medios de comunicación, lo que le permitirá formular juicios muy acertados sobre las letras y la cultura guadalupeña y caribeña, los que perfilarán su vocación caribeña y su gran cultura literaria. 

Sus actividades de crítico y de activista cultural lo llevaron a presentar programas de televisión, particularmente en la cadena televisiva France 3.

Su primer poemario,  «Au verso du silence» (Del otro lado del silencio), fue publicado en 1984 con un prefacio de René Depestre. A partir de entonces, Ernest Pepin ha recibido múltiples premios literarios por su obra; pero en su carrera ha marcado un hito el poemario «Boucan des mots libres» (Remolino de palabras libres), que obtuvo el premio Casa de las Américas en 1991.

«L’homme au bâton» (El hombre del bastón), publicada en 1992, fue su primera novela, obra tragi-cómica en la que el autor trata el folklore caribeño con humor. Esta obra le dio reconocimiento literario y el Prix des Caraïbes.


Posteriormente publicó otra novela, «Tambour-Babel», 1996, obra en la que Pepin aborda la pluri-cultura creole y que le valió el Premio Radio France Outremer (RFO) del Libro.



En 1999 vio la luz «Le Tango de la haine» (El tango del odio), que narra una historia de celos feroces y de la separación dolorosa de una pareja que ha hecho durante 20 años una vida en común. Esta novela recibió el Premio Arc-en-Ciel de Radio Media Tropical (París).


El resto de su obra alterna entre poesía y prosa creole, ejemplos de sus poemarios son: «Cantique des tourterelles» (Cántico de las tórtolas), 2004, y «Babil du songer» (Balbuceo del soñar), 1997.


Sus poemas han sido publicados en edición bilingue en La Habana (Salve et Salive, 1991), en Montreal y en París, por parte de prestigiosas casas editoriales.



En 2006, con su novela « L’Envers du décor » (Detrás del decorado), Pepin destruye el cliché de la Guadalupe de tarjeta postal donde el  ron y la despreocupación enmascaran una realidad mucho más sombría.



Pépin define la Creolité como la toma de conciencia de la diversidad del mundo caribeño, como una “identidad-mosaico”. Según su criterio, la Creolité no debe replegarse sobre sí misma. Por el contrario, debe abrirse y asumir los orígenes que la construyeron.



Para este autor, la Creolité debe ser un instrumento, y no un marco rígido fijado con antelación a la obra. Es una actitud ante la realidad caribeña, ante todas las realidades que son a la vez caóticas y estructurales.



Su obra y su trabajo como activista cultural lo han hecho merecedor de distinciones francesas. Ha sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Ministro de la Cultura y la Francofonía. Recibió también la Orden nacional del Mérito y fue elevado al grado de Caballero de la Legión de honor.


Obtuvo Mención en el  Premio Casa de las Américas 2016 en la categoría Literatura caribeña en francés o creole con el libro de poesía  Guadeloupe ouvresesailesfroisseés


Bibliografía activa


« Le jeu répétitif dans Pluie et vent sur Télumée Miracle ». Textes, Études et Documents 2, 1979.

« La femme antillaise et son corps ». Présence Africaine. 141, pp. 181-193, 1987.
Au verso du silence. Préface de René Depestre, L’Harmattan, Paris, 1984.
L'Homme au Bâton. Gallimard, Paris,  1992.
Coulée d'or. Gallimard, Paris, 1995.
« Itinéraire d'un écrivain guadeloupéen ». Penser la créolité (sous la direction de Madeleine Cottenet-Hage et Maryse Condé). Karthala, Paris, pp. 205-210, 1995.
Tambour-Babel. Gallimard, Paris, 1996.
Babil du songer. Ibis Rouge, Kourou ; 1997.
« L'école, lieu de transmission de la culture traditionnelle ou agent de modernisation? » La Revue des Échanges, 14.1, 1997.
« The Stakes of Créolité » avec Raphaël Confiant. Caribbean Creolization: Reflections on the Cultural Dynamics of Language, Literature, and Identity, Kathleen M. Balutansky and Marie-Agnès Sourieau, (éds.). University Press of Florida, Gainesville, 1998.
L'écran rouge. Gallimard, Paris, 1998.
« Les langues régionales nourrissent l'imaginaire. Laissez passer le créole! » Libération, 2 juillet 1999.
Le Tango de la haine. Gallimard, Paris,  1999.
Doucine. Sur une musique originale de Gilles Floro. Disque CD-audio. Liso Music Production (LM 6247-2), 2000.
Africa-Solo. Éditions A3, Ivry-sur-Seine, 2001.
Lettre ouverte à la jeunesse. Éditions Jasor, Pointe-à-Pitre, 2001.
La soufrière. Agence de la francophonie (CEDA) / Hurtubise, Paris / Montréal, 2001.
Cantique des tourterelles. Écriture, Paris, 2004.
« L'envers du décor ». Paradis Brisé, nouvelles des Caraïbes. Hoëbeke, Coll. Étonnants Voyageurs, Paris, pp. 171-197, 2004.
L'Envers du décor. Du Rocher / Le Serpent à Plumes, Paris, 2006.
Dit de la roche gravée. Mémoire d'encrier, Montréal, 2008.
UltraMarine / UltraMarina ; cinco poetas de Francia. Livre-CD, édition bilingue (français/espagnol). Traductions et musique de Pablo Urquiza. Abra Pampa, Paris, 2008.
« La femme-fleuve ». Nouvelles de Guadeloupe. Magellan & Cie / Desnel, Paris / Fort-de-France, pp. 83-97, 2009.
Toxic Island. Desnel, Fort-de-France, 2010.
Le Ciel pleurait. Vents d'Ailleurs, La Roque d'Anthéron, 2011.
Remolino de palabras libres / Boucan de mots libres (éd. bilingue). Traduction de Nancy Morejón. Casa de las Américas, La Habana, 1991.
L'uomo col bastone. Traduction de Marie-José Hoyet. Edizioni Lavoro, Roma, 1996.
La pantalla roja / Écran rouge. Traduction de Lourdes Arencibia. Casa de las Américas, La Habana, 2001.
De man met de ivoren stok / L'homme au bâton. Traduction de Pauline Sarkar et Manik Sarkar. De Geus, Breda, 2003.



Dicen que los poemas no sirven para nada

Dicen que los poemas no sirven para nada
Que los fusiles son más fuertes que las palabras
Pero es la guerra lo que hay que matar
Las palabras de paz son inocentes y débiles
No cargan heridos en sus brazos
No sepultan cadáveres
No vociferan en las fronteras
Avanzan como
Lentas semillas amadas por un destello
Graves tortugas de carapacho celestial
Aves indispensables al amor
Todos los días en marcha
Todas las noches en acción
Para que muera la guerra del hombre contra el hombre
La tierra es tan solo un pretexto donde se incendian sus ojos
Las religiones iluminan hogueras
Y las manos, apagadas al encontrarse de nuevo con la muerte, días
Las palabras de paz se parecen a las palabras de los cobardes
Las encontramos a menudo en los ojos de los cadáveres
Bajo los techos derrumbados por todo el peso de la sangre
En las banderas donde se arropan los sarcófagos
Mientras repiten
Hay que matar a la guerra
La guerra cualquier guerra
La guerra del que enarbola sus razones
La guerra del que se avergüenza de su sin razón
La guerra que prende fuego a los poemas indefensos
La guerra
Que retuerce las palabras
Que aplasta las flores
Que corta el cuello del sol
Y que convierte al día en un humo sin nombre
Las palabras de paz
Pidieron socorro
Siguen detrás de los fantasmas de los pueblos masacrados
Denuncian
Protestan
Firman peticiones que son balas de tinta
Piden perdón a la madre
A la hermana
A la esposa ahogada en sus cabellos viudos
Al viejo postrado en un jardín de horrores
Al niño cuya infancia juega con criminales
Dicen que un poema no sirve para nada
Que la fuerza le pertenece a las bombas
Que la verdad se impone sobre la espalda de los más débiles
Yo digo que este es un poema
Depositado al pie de la locura
Un poema sin fusil
Sin las botas de la desesperanza
Sin un grito de odio
Sin armas y sin medios
Un pequeño poema que teme a los humanos
Que pelean por la causa
Que aplastan hormigas bajo las esteras de los tanques
Un poema de agua pura y de aire sin contaminación
Un poema que sostiene en su mano una cuchara
Que deberíamos beber
Como un te hecho por una campesina
Como un sorbo de amor
Como una gota de tolerancia
Porque lo que hay que matar es la guerra
Nunca han servido para nada las guerras
Digo que este es un poema
Un poema color de hoja verde
Cuyas palabras desarmadas
Sostienen la paz
Oponiéndose a las invasiones
A las colonizaciones
A los muros sordos y ciegos
Y reclaman que Palestina sea una tierra de paz
Un Estado de derecho
Una vida que fluya y cante como un poema

Faugas, 3 de enero de 2009
Traducción del francés por Nancy Morejón
Revista Casa de las Américas No. 255 abril-junio/2009 pp. 102-104



Los árboles no tendrán frío esta noche

Los árboles no tendrán frío esta noche
tu amor está en marcha
va desde la fuente de la Vía Láctea
hasta los confines secretos de las honduras marinas
va
sobre una sonrisa florida
dormido en su sueño de pájaro-mosca
va
sobre una nube de mejillas henchidas
de canciones de arcángeles
se casa con la energía saltarina de los cerros
antes de acurrucarse en los frescos de mi amanecer
los árboles no tendrán frío esta noche
nuestro amor está en marcha

Traducción de Nancy Morejón.






Versos de Ernest Pépin para Haití 




Profundamente afectado por la reciente tragedia que han sufrido sus hermanos haitianos, el poeta guadalupeño Ernest Pépin acaba de escribir unos conmovedores versos que nos ha hecho llegar.




Pépin nos brinda aquí una cruda y desgarradora crónica de ese terrible suceso que, poco a poco, se va transformando en un grito de dolor cargado de rabia e impotencia. Sin embargo, sus palabras retumban en nuestros oídos con ecos de esperanza y de solidaridad con el pueblo de Haití.




VERSIÓN Y NOTAS: JOSÉ M. OLIVER Para Haití (2)




Las velas de la muerte han llegado hasta nuestras puertas. Las olas de la tierra han empolvado los rostros. El cielo es demasiado pequeño para acoger a los muertos y las calles aúllan como fantasmas heridos bajo la máscara de los vivos.



¡Haití!



¡Haití!



Al rostro de ceniza, al cielo ensangrentado, reza con voz sonámbula el polvo de los dioses.



Hay un padre, una hermana, una sobrina, cuya ausencia nos llama a gritos. Viven en lo invisible en medio de las moscas.


Hay quien duerme de pie o en las mismas aceras. Sus ojos calcinados se niegan a cerrarse.



Hay quien en la cabeza lleva su desespero dentro de una vulgar maleta.

Hay la que muere encinta bajo piedras infaustas que en vano se retiran para que llore el sol.


¡Haití!



Haití está de rodillas al lado de edificios estallados, de cuerpos tumefactos, y la ciudad entera camina con el paso de los sepultureros.


Catástrofe que llevan en fortuitas mortajas.



Catástrofe de entrañas cuando en miradas de agua muerta se evapora la vida.



La mula del desastre va corriendo como una mujer loca.

¡Haití!


Estamos con vosotros, hombres de barro seco y mujeres que el silencio desgarra.


Estamos con vosotros, niños de muerte trágica, cuando el país se va, de temblor en temblor, a devorar la infancia.



Estamos con vosotros y os brindamos palabras solidarias.

Palabras desvestidas en las que solamente una lágrima reina.


Sois todas nuestras guerras y un cementerio enciende como una vela nuestra sangre.


Sois la sombra tendida de nuestra desmemoria. El duro resplandor del silencio de antaño.



Los siglos han gritado maltrechos por los gritos, se han nutrido los árboles del silencio de los pájaros.

¡Pero queda la tierra!


¡Pero queda la vida!



¡Pero quedan la sangre y la fe de los vivos!


Pues Haití no está muerto debajo de sus párpados de noche.




Haití no morirá, ¡numerosos poetas lo han creado!



Llamamos con sus nombres el mañana, las palabras nacientes, la garra de la fe, al pueblo llano que hace los milagros.

¡Haití! Sol de las confluencias, que prosigue su andar de luz convulsa, de imprevisible vida entre los cementerios y la grafía de los vientos.


¡Pero queda la tierra!



¡Pero queda la vida!


¡Pero quedan la sangre y la fe de los vivos!


¡Haití no morirá!



Le tendemos las manos llenas de ancestros hermanos y lloramos porque necesitamos llorar, pero en todos los muros que han caído, en nombre de esa niña resucitada al final de su pesadilla, escribimos:


¡HAITÍ NO MORIRÁ!



¡HAITÍ NO DEBE MORIR!



Faugas, 16 de enero de 2010







Sed


La sed de estar en el portal de las islas

el incandescente sol
en dulces palabras fosforescentes
en la aurora que sonríe
ante las fauces de lo oscuro
La sed de desenterrar
exámenes nocturnos
la perla del alba
La sed de hacer fundir
la nieve endurecida de la duda
en metales de Primavera
Vendrá serpenteando
la verdad
nada más que la verdad
con sus pulmones nuevos
henchidos de soledad
y su luz de amarguras
su cinta de sol
y su silencio de sangre
Vendrá
El penacho de las ceñes
para le dulzura del día
en breve crepitar
La sed de las bailarinas
usando zapatillas de lunas
y bailando
sobre el hilo del futuro
Vendrá la cruz-roja del alba
para decir que ha llegado la hora
de estar solamente a la hora
de una mirada de amor.


Traducción de Nancy Marejón








Di Pépin le edizioni Kolibris hanno pubblicato l’antologia Il paese nudo (2013).

Da Boucan de Mots Libres
(Remolino de palabras libres, ed. bilingue. La Habana: Casa de las Américas, 1991)



Maléfice des larmes

Beau ciel comblé de bleu vif où s’ammassent les rêves
est-ce dans mes prunelles ce pourrissement de songes
et à ma langue remachée de lagunes
sous ma langue de vivant
Tous les maléfices des larmes
brisant leur miroir de perles
tout ce monde à refaire
par delà la barricade des cœurs
pour que surgisse le miracle d’aimer.



Voyage

Il n’y a pas de nuits noires
il y a seulement
la lumière macérée de nos corps
toute la jarre du jour
y fait son plein de foudre

O mon amour mon miroir du grand
soir

Que savent-ils du grand voyage
ceux dont la nuit n’habite pas
le soleil de midi ?




Je t’emmenerai en poésie

Je t’emmenerai en poésie
Là où les paroles sont des délires de beauté qui boivent à la
source du beau temps.
Je t’emmenerai en poésie
Là où le ventre n’est plus qu’un paysage aux mains tendres
du matin
le désir aux ravines chante son oraison
Je t’emmenerai en poésie…
Là où les fleurs et les yeux parlent même langue d’harmonie
accordée à la symphonie du soleil
Je t’emmenerai en poésie
Là où les lèvres ne sont plus que les deux plateaux
d’une même balance
à peser la volupté
je t’emmenerai en poésie.
Sur les routes interdites
aux voitures, aux bâteaux, aux avions
où seule la fusée du cœur fait l’aller-retour de toi à moi
Je t’emmenerai en poésie
A dos d’oiseau-mouche
en danse d’algues saoules
et monteront des fleuves
les fortes effluves du plaisir
nées de la première pluie
sur la tôle ondulée de nos reins.
Je t’emmenerai en poésie
Nous traverserons la soie végetale des continents
nous traverserons le sursaut des îles
surprises dans leur galop de mer
nous traverserons le feu de nos corps
d’un bel élan de séve dans le rêve des soufrières
Je t’emmenerai en poésie
nos bras épouseront la sorcellerie des rivières
pour étreindre le monde
notre monde
résumé
dans la lumineuse saison de ton temple de femme.




Dans la coffre de la nuit

Je palpe la nuit
Son masque de cendre chante
Le sacre des arbres
Voilà qu’elle respire mille cris d’insectes
fidèle à la garde des mystères
Des caresses en floraison éclairent ton visage
constellé de plaisir
et la douleur des Dieux couvre notre enseigne
Un vieux rituel d’étoiles amasse son trésor
au versant de la vie
Le drap bleu fête tous les rivages
et moissonne ton cri au profond
de la chair
La nuit n’est plus qu’une fenêtre
ouverte à nos envols
Depuis deux mille ans
en partance sur la pointe des désirs
les plus nus
Depuis deux cent mille nuits
cabrés sous le vertige
Nous sommes l’équilibre des choses
les plus écloses
Corsaires cupides riches d’alchimie
nous pillons éblouis le coffre de la nuit
Périssables amants d’éternité comblés
ivres convives errant dans des soifs
rebelles
nous nous désaltérons des présages du sel
De cosmiques courants nous conduisent
passagers clandestins
vers de secrets pressoirs
où le vin fait la vigne.



Carte au trésor

Minuit tourne sur les gonds
d’un visage de femme trés noire
tiède montée en sève des arécages
où les lianes sont des sorcières
capturant le désir au filet
de vieux rites yorubas
le silence se souvient
des coups de coutelas du rire
dans l’arbre de la joie
Reine éthiopienne
au balan magique
comme une carte au trésor
encore indéchiffrée
où des cillements d’étoiles
aux oursins de mon sang
adressent de très secrets messages
à afficher sur des grands pans de nuit.



Amants

Amants, beau sang ressurgi hors blessures
d’un galop de printemps
comblé de souffles d’harmonica-lumière
Tout bleu tout bleu la tremblance des dieux
danse violente
à grands tours de hanche
de paroles-ravines festoyant
coulement d’orages
cueilli à plein ciel
elle une magie d’ailes
attisant en folie la flamme des lèvres
et la cheveleure sur le feu
mont tel un lait oublié
et tout le soir dilaté
accueille en doux frôlement d’espoir
l’haleine souveraine de la mise à vie
Amants, tout ce que la nuit ne veut pas dire
naît dans la poche de vos silences
douces lampes lapées
à même les réverbères du rêve
un papillon rose pousse au cou
de la pudeur
Sourcillante sorcellerie
d’un sac de perles parfaites
remontant le courant des yeux.



Les arbres n’auront pas froid ce soir

Les arbres n’auront pas froid ce soir
ton amour est en route
il va depuis la source de la voie lactée
jusq’aux confins secrets des fonds marins
il va
sur un sourire de fleurs
endormi dans son rêve d’oiseau-mouche
il va
sur un nuage aux joues gonflées
de chansons d’archanges
il épouse l’énergie bondissante des mornes
avant de se blottir dans les frais de mon aube
les arbres n’auront pas froid ce soir
notre amour est en route.



Sortilegio del pianto

Bello il cielo colmato di blu vivo dove si accalcano i sogni
ecco nelle pupille questa gangrena di fantasie
e alla mia lingua che rimugina lagune
(sotto) la mia lingua di vivente
Tutti i sortilegi del pianto
che spezzano il loro specchio di perle
tutto questo mondo da rifare
e vai oltre la barricata dei cuori
dove sorge il miracolo di amare.



Viaggio

Non esistono notti nere
c’è solamente
la luce macerata dei nostri corpi
tutta la giara del giorno
con il suo pieno di folgore

O mio amore mio specchio della grande
sera
Cosa sanno del grande viaggio
quelli che di notte non li visita
il sole del mezzogiorno?




Ti porterò con me in poesia

Ti porterò con me in poesia
Là dove le parole sono deliri di bellezza che bevono
alla fonte dei bei tempi.
Ti porterò con me in poesia
Là dove il ventre non è che un paesaggio per le mani tenere
del mattino
il desiderio dalle balze canta la sua preghiera
Ti porterò con me in poesia…
Là dove i fiori e gli occhi pronunciano all’unisono armonia
accordata alla sinfonia del sole
Ti porterò con me in poesia
Là dove le labbra non sono più che due piatti
di una sola bilancia
per pesare il piacere
ti porterò con me in poesia.
Sulle strade proibite
a macchine, navi, aeroplani
dove solo il razzo del cuore fa andata e ritorno da te a me
Ti porterò con me in poesia
Sulla schiena del colibrì
con danza di alghe ubriache
e risaliranno i fiumi
i forti effluvi della brama
nati dalla prima pioggia
sulla lamiera ondulata delle nostre reni.
Ti porterò con me in poesia
Percorreremo la seta verde dei continenti
percorreremo il sussulto delle isole
sorprese nel loro galoppo di mare
percorreremo il fuoco nei nostri corpi
con un bel salto di vita dentro il sogno delle solfare
Ti porterò con me in poesia
con le braccia sposeremo l’incantesimo dei fiumi
per stringere il mondo
mondo nostro
tutto racchiuso dentro
la stagione chiara del tuo tempio d’Eva.




Nel baule della notte

Palpo la notte
La sua maschera di cenere intona
Il canto degli alberi
Ecco che respira in mille grida d’insetti
fedele custode dei misteri
Carezze in fioritura schiariscono il tuo viso
costellato di piacere
e il dolore degli Dèi ricopre il nostro stemma
Un vecchio rito di astri ammassa il suo tesoro
sulla sponda della vita
Il manto blu festeggia tutti i fiumi
e miete il tuo grido giù
dentro la carne
La notte non è che una finestra
aperta ai nostri decolli
Da duemila anni
in partenza sul ponte dei desideri
quelli più nudi
Da più di cento mila notti
impennati sotto la vertigine
Noi siamo l’equilibrio delle cose
quelle più schiuse
Corsari smaniosi ricchi d’alchimia
saccheggiamo ammirati il baule della notte
Amanti perituri colmati dall’eterno
convitati ubriachi che per sete ribelle
vagano
ci disseteranno presagi di sale
Correnti cosmiche ci portano
passeggeri clandestini
verso frantoi segreti
dove il vino fa la vigna.



Mappa del tesoro

Mezzanotte ruota sui cardini
di un viso di donna nerissima
tiepida salita nel fiotto delle paludi
dove le liane sono le streghe
che catturano il desiderio nella rete
dei vecchi riti yorùbá
il silenzio poi si ricorda
dei colpi di mannaia che dà il riso
dentro l’albero della gioia
Regina etiopica
dalla barriera magica
come una mappa del tesoro
ancora indecifrata
dove battiti di ciglia indirizzano
ai ricci di mare del mio sangue
i messaggi più segreti da affiggere
alle grandi facciate della notte.



Amanti

Amanti, sangue bello che sborda da ferite
del galoppo di una primavera
piena dei soffi di armonica a bocca
Tutto blu tutto blu il tremolio degli dèi
danza dell’ira
a grandi cerchi d’anca
di parole-rapide in festa
tubare di tempeste
raccolte in pieno cielo
lei magia di ali
ravviva in follia la fiamma dei baci
e la chioma sul fuoco
sale come un latte scordato
e tutta la sera si dilata e accoglie
in uno sfioramento appena di speranza
il fiato supremo della procreazione
Amanti, tutto quello che la notte non vuol dire
nasce nella tasca di voi muti
luci soffuse lappate
come riverberi del sogno
una farfalla rosa va sul collo
del pudore
Incantesimo imbronciato
di un sacco di perle perfette
che risalgono negli occhi la corrente.



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