Nací en Bahía Blanca, Argentina el 13 de junio de 1940. Es decir que soy de la generación de la Segunda Guerra Mundial para tomar una referencia internacional o de la generación que asistió al nacimiento del peronismo para una nacional. Estudié en la Escuela Nacional de Comercio en el secundario y en la Universidad hice la carrera de Ingeniería Química, a la que no pude o no supe dedicarme, pero de la que no reniego y menos de los conocimientos adquiridos, si bien luego mis intereses se encaminaron por otros derroteros.
Viví varios años en España en la década de los ochenta y tengo dos obras éditas y varias inéditas:
*Los laberintos giratorios (edición de autor en España)
*Memorial de sombras (inédita)
*Umbral del resplandor (editada en Bahía Blanca)
*Ciudades del invierno (inédita)
*Palabras asediadas (inédita)
*Una carpeta poética que abarca desde el 2001 al 2006 y no tiene título.
*Tiempos secretos (inédita, 2007).
Breve antología poética
• Selección de Álvaro Urrutia
La extraordinaria obra poética de Osvaldo Costiglia (1940) comenzó a gestarse en los agitados años setenta en la ciudad de Bahía Blanca. En esa ciudad bonaerense los sectores reaccionarios ganaron tanto la “guerra” –siempre del lado de las dictaduras militares– como la “paz”. Costiglia, silenciosamente, construyó su obra de resistencia y sutileza en una ciudad marcada por símbolos de invierno. Allí permaneció el poeta hasta ahora, con la excepción del período 1985-1995, lapso en que se radicó en Madrid.
La poesía de Costiglia ingresa por propio derecho en el corpus de las grandes obras secretas gestadas en lo que algunos llaman el interior de la Argentina, y dialoga con las de Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Jorge Leónidas Escudero y Ricardo Zelarrayán. Durante mucho tiempo “invisible” ante la emergencia de la militancia política, la obra de Costiglia llega a nosotros de su propia mano, cruzada con sus reflexiones de intelectual infatigable sobre la realidad.
LANA SECRETA & OTROS / POEMAS
LANA SECRETA
Lana secreta
trasquilada salió
cuando fue por ella
humilde oveja
balando en el corral nocturno.
Pero tu voz balaba
un be condigno
con la pudrición del mundo.
Tenías un presagio
de degollaciones;
no debías haber sido oveja.
Yo pretendo otras formas de morir:
en un bosque, a la carrera,
pero pretendo en vano
y la ciudad me permite
el arte del zorro
o el acecho del gavilán
en la hendidura.
Algo así es mejor
que ese maldito corral de balidos
bajo la pezuña acéfala
de los pastores de este mundo.
BAILARIN NOCTURNO
Había algo de cantor de tangos
si veía el calvel en el ojal de tu solapa.
nocturno, girando en el trompo
del deseo que en la pista de baile
imantaba a las parejas.
En tu hombro descansaba
la mas tierna cabellera
y para mí que preguntaba
quien fue el raro bicho
que te dijo che cuitado
que memoria heredarás
milongueando de charol esta noche
solo ahora podrías responder
que un dos por cuatro
no es el ocho sino el infinito
efímero de una danza entre caireles
y bombillas apagadas.
Mismamente un ciego que aporrea las paredes
Dando vueltas y vueltas
Sólo, en su danzar con una pareja
ida hace ya demasiado tiempo.
LENGUA EQUIVOCADA
Te han adjudicado una lengua que desconoces.
Hubo allí algún error,
pues te despiertas al final de las estaciones
con saliva ácida en los labios
y ella, como el tallo rengueante
de un mendigo
desaloja los sueños de tu universo.
Habla, suspendida en la noche,
cercenada de otros amores,
cuando se acuesta contigo
en el hueco de la boca.
Sospechas que llegará un día
en que ya no hablará, sorda a los clamores
de las pálidas siluetas del viaje
y terminará murmurando frases incomprensibles
devorada por las sombras de tu garganta.
ESTADO DE COSAS
Me refugio en la desnudez
como si fuera el buen salvaje de Rousseau
que no soy,
pero hay que tener en cuenta que la filosofía es ardua
y el sudor precede a su rigor mortis.
Está la ciencia y sus amaneceres que anochecen
por lo general antes de tiempo,
con su vena matemática que sólo aporta indiferencia.
A la literatura la corroe la desdicha
Si pasamos del sillón al patio derruído,
Y la poesía, bueno, la poesía se escribe ..... a veces.
RIMBAUD SE DESPIERTA EN HARRAR
la boca que no emitió ya verso alguno
la mano que se llevó sus anillos
por caminos calcinados
trocando la luz de las iluminaciones
por aquella de Abisinia
la mirada perdida
terminó allí ese cruzado de la lucidez
que se vió una temporada en las llanuras suavas,
en Bizancio o en las hechicerías profanas
de las ternuras por el crucificado
un leproso sentado contra un muro roído por el sol
ahora no sabe que preguntar al lastimoso hermano
replegado en la hendidura
que nunca más nombró
en esta insólita mañana helada
cuando siente que lo llama el jefe de los caravaneros.
A UN NIÑO MAYOR DE EDAD
a quien quiero un caduco dios
le ha llevado la cuenta perfecta
de mis imperfecciones
estamos a mano con tantas citas equivocadas
con ese rapaz< que elude la ceguera
y me la dona en gesto procaz
pero una mujer crecida como una fruta feroz
de hambre entre las madejas de la respiración
desmiente el olvido
y las lluvias de otoño en la perlada frente
de otras mañanas
sostiene lo que sabe con una sonrisa
cuando el corazón que destila su propio vino
mueve mi pena y mi contento
monedas de humo fugadas al aire nocturno
que he dado a ese vendado que me ha vendido
para que me lleve al borde del lecho
donde una voz emula la de un pájaro migratorio
todo viene así levantado sobre la memoria vacilante
ahora que al ciego que punta y atina
le digo que querés que haga
y me vuelvo hacia la puerta como en una pesadilla.
EPIFANICA
dioses escaneados para el archivo adjunto
en el mensaje violado del alma digital
no tocan la tierra creada sino la increada
disimulan la promesa del viento
con la transparencia de cuerpos
que no soportan la verdad que buscan
reacios a inclinarse sobre sobre un corazón hermético
salen como moscas de una fruta muerta
piden un puerto al servidor
que es otro dios que los deja hablar
hasta que se apaga su zumbido
y clikeamos salir para entrar en la sangre.
[http://www.confinesdigital.com/textos/osvaldo-costiglia-poemas.html]
No hay comentarios:
Publicar un comentario