A. R. Ammons
-Archie Randolph Ammons-
Nació en Whiteville, Carolina del Norte, EE.UU. en 1926. Comenzó a escribir poesía a bordo de un destructor de la marina estadounidense en el Pacífico sur. Después de completar su servicio en la Segunda Guerra Mundial, asistió a la Universidad Wake Forest. Luego trabajó como vendedor de propiedades, editor, ejecutivo de la fábrica de vidrio de su padre antes de comenzar a enseñar en la Universidad de Cornell en 1964. Ammons escribió cerca de treinta libros de poesía, entre ellos Glare (W. W. Norton, 1997); Garbage (1993), que ganó el Premio Nacional del Libro (National Book Award) y el Premio Nacional de Poesía Rebekah Johnson Bobbitt de la Biblioteca del Congreso; A Coast of Trees (1981), que recibió el Premio Nacional de Poesía del Círculo de Críticos ; Sphere (1974), que recibió el Premio Bollingen; y Collected Poems 1951-1971 (1972), que ganó el Premio Nacional del Libro. Sus muchas otras distinciones incluyen el Premio Wallace Stevens de la Academia de Poetas Estadounidenses, el Premio Ruth Lilly, la Medalla Robert Frost de la Sociedad de Poesía de Estados Unidos, y membrecías de la Fundación Guggenheim, Fundación MacArthur y de la Academia de Artes y Letras de Estados Unidos. Vivió en Ithaca, Nueva York, donde fue Profesor en la cátedra de Poesía de la Universidad de Cornell hasta su jubilación en 1998. A. R. Ammons murió el 25 de febrero de 2001. Ammons escribió cinco libros que contienen un solo poema largo: Tape for the Turn of the Year (1965), Sphere: The Form of a Motion (1974), The Snow Poems (1977), Garbage (1993), y Glare. Él suele organizar sus poemas largos en torno una imagen central: la tierra como si fuera fotografiada desde el espacio exterior (Sphere), un gigantesco montón de basura (Garbage), como el que vio una vez en Florida y que inspiró Garbage. Se imaginó “una especie de rito secular sagrado”, dice. “El humo era el incienso, el basurero era el sacerdote, la pila de basura era la iglesia”.
Obra:
Ommateum, with Doxology (1955)
Expressions of Sea Level (1964)
Corsons Inlet (1965)
Tape for the Turn of the Year (1965)
Northfield Poems (1966)
Selected Poems (1968)
Uplands (1970)
Briefings: Poems Small and Easy (1971)
Collected Poems: 1951-1971 (1972)
Sphere: The Form of a Motion (1974)
Diversifications (1975)
The Selected Poems: 1951-1977 (1977)
Highgate Road (1977)
The Snow Poems (1977)
Selected Longer Poems (1980)
A Coast of Trees (1981)
Worldly Hopes (1982)
Lake Effect Country (1983)
The Selected Poems: Expanded Edition (1986)
Sumerian Vistas (1987)
The Really Short Poems (1991)
Garbage (1993)
The North Carolina Poems (1994)
Brink Road (1996)
Glare (1997)
Bosh and Flapdoodle: Poems (2005)
Selected Poems (2006)
Prosa
Set in Motion: Essays, Interviews, and Dialogues (1996)
Ommateum, with Doxology (1955)
Expressions of Sea Level (1964)
Corsons Inlet (1965)
Tape for the Turn of the Year (1965)
Northfield Poems (1966)
Selected Poems (1968)
Uplands (1970)
Briefings: Poems Small and Easy (1971)
Collected Poems: 1951-1971 (1972)
Sphere: The Form of a Motion (1974)
Diversifications (1975)
The Selected Poems: 1951-1977 (1977)
Highgate Road (1977)
The Snow Poems (1977)
Selected Longer Poems (1980)
A Coast of Trees (1981)
Worldly Hopes (1982)
Lake Effect Country (1983)
The Selected Poems: Expanded Edition (1986)
Sumerian Vistas (1987)
The Really Short Poems (1991)
Garbage (1993)
The North Carolina Poems (1994)
Brink Road (1996)
Glare (1997)
Bosh and Flapdoodle: Poems (2005)
Selected Poems (2006)
Prosa
Set in Motion: Essays, Interviews, and Dialogues (1996)
Diciéndolo diciéndolo sin cesar
El sentido de un poema es quedar sin palabras, encontrar
la conclusión que asimila la reductividad y
la afirmación en un todo inexpresable: la finalidad del poema
es reconstruir el silencio, una cura de palabras, subvertir
lo fragmentario, discursivo, parcial, definitorio
en actitud y sentimiento: cuando la actitud de un poema se torna
un todo y constante, sus movimientos son como viajes de luz
y surgen a través de los aspectos de una obra escultórica:
ningún acto de análisis ve el todo de una vez: el poema
reconcilia, termina, y contiene sus movimientos: sus imágenes
pierden sus contornos y colores definidos en tonos y
modos de paisajes, en la inacabable sugestividad
del impresionismo: la finalidad de un poema es perderse él mismo
en sí mismo, abandonar las parcialidades del ritmo,
imaginar y percibir coherencias adonde las palabras no pueden dar acceso
y donde no tienen acceso, un lugar donde la distinción
entre el significado y el ser se borra en el significado del
ser: lo que un poema dice puede ser su menor y más
equívoca maniobra: cómo mantiene su conducta y abre al poema
a la indefinibilidad e inexhaustividad, ontología
y teología se hacen una, en el punto enfocado donde al
ponderar y meditar sobre el poema podemos clasificar
su conducta y la nuestra y definir nosotros mismos lo que
queremos y no entregar nuestras definiciones a la crítica
e instrucción, holgazaneando y caminando indiferentes.
De "Brink Road", 1997
Viejo chiflado
La forma
más rápida
de
cambiar
al
mundo es
gustarle
a uno
tal
como
está.
De "Brink Road", 1997
como
está.
De "Brink Road", 1997
http://atlasdepoesia.blogcindario.com/2006/06/00124-poemas-de-archie-randolph-ammons.html
CANCIÓN DE AMOR
Como colinas al ocaso
te desprendes de la luz:
te ahondas: la verde
luz se oscurece
y casi te has perdido:
en tu cara sólo
se manifiesta una luz como
la de las estrellas:
la noche total que hay
en mí delira
por la luz del borde de tus labios
(Traducción de Marcelo Cohen)
http://ustedleepoesia2.blogspot.com/
Los límites de la ciudad
Cuando piensas en el resplandor, que en vez de contenerse
vierte su abundancia sin seleccionar en toda
ranura o recoveco no cubierto o escondido; cuando piensas
que los huesos de los pájaros, sin estrépito,
van quedos por la luz como en alto testimonio; cuando piensas
en el resplandor, que da en los ramales más culpables
del urdido corazón y no rechista en influirlos,
sin disfraces ni oscurecimientos; cuando piensas en
la abundancia de esa fuente que ilumina los rielantes
cuerpos azules y las doradas alas de las moscas arremolinadas
sobre la mierda o las tripas de una carnicería natural
y cuya tormenta generosa no flaquea nunca; cuando piensas
que vacío o aire, nieve o pedernal, sepia o lobo, rosa o liquen,
cada uno es aceptado en cuanta luz pueda tomar,
el corazón se amplia, el hombre se incorpora y mira alrededor,
la hoja no se alza por encima del hierbajo, la oscura
obra de las más profundas células afina con los arbustos de mayo
y el miedo encendido por tamaño aliento se trueca sereno en alabanza.
(H. R. Ammons. Basura y otros poemas.
Versiones de Daniel Aguirre y Marcelo Cohen.
Barcelona, Lumen, 2014)
Acciones evasivas
Los poemas son formas de coloración protectora mediante las cuales
una persona insegura de sus verdaderos colores hace pruebas
de coloración para imitar los colores verdaderos o para
engañar la detección, ya sea por el engaño simple o
adoptando el disfraz de las convenciones comunes o para
atraer la atención de sus diferencias asumiendo
el acto no convencional, semejando ser normal por
la abierta y flagrante imitación de lo anormal: cómo
se va a volver uno invisible a veces a no ser por el
más llamativo de los anuncios de visibilidad cómo va uno
a ocultar la verdad a no ser que ciegue la
verdad con la verdad: cómo va uno a suprimir
el encuentro a no ser que confunda los términos del encuentro
luego de la averiguación: poemas, poemas, ¡cómo navegan!
avistando como cuando se hace un reconocimiento de enemigos y
llevándoselo lejos bajo las delicias del vuelo,
una liberación: o poemas para mantener la atención
de otros hasta que no tengan voluntad propia, perdida,
encantada, y con la impresión de que es dulce
quedar perdido por encantamiento: qué imposturas, farsas, fuegos de artificio
para despojar el aroma mediante un suave aroma: qué humillación
y súplica del piadoso poeta mientras conduce a los otros
a los pantanos sin persecusión: para no ser encontrados,
de modo que queden muchos poemas por encontrarse: los poemas
dicen, únete a mí en las fidelidades de
la igualdad, o en la confiada apariencia de lo aparente,
una unión de amigos: mientras tanto, la verdadera obra se realiza.
De "Brink Road", 1997
Servicios financieros
Un hombre
de tal
avaricia que
si
le dieras
un
universo él
pediría
hoyos
negros.
De "Brink Road", 1997
Para mi amado hijo
Las moras que maduraron
poco después que te fuiste están
madurando de nuevo y las tormentas de truenos
tras el desgastado invierno
pasan por aquí de nuevo:
sigo esperando la estación
que te traerá a casa:
no sé cuántas veces
he plantado la semilla, regado
las plantas, contado los capullos.
De "Brink Road", 1997
Su vida sexual
Un fracaso
encima del otro
De "The Really Short Poems"
Quietud
Dije: buscaré lo que es humilde
y pondré las raíces de mi identidad
allí:
todos los días despertaré
y encontraré lo humilde cerca,
un centro focal y recordatorio apropiado,
una medida dispuesta de mi significado,
la voz mediante la cual sería escuchado,
las voluntades, los tipos de egoísmo
que podría
libremente adoptar como propios:
pero aunque he buscado en todas partes,
no puedo encontrar nada
a lo que entregarme:
todo es
magnificente con la existencia, está en
la cúspide de la gloria:
nada está disminuido,
nada ha sido disminuido para mí:
dije: qué es más humilde que la hierba:
ah, debajo,
una corteza de suelo de musgo seco quemado:
lo miré bien de cerca
y dije: éste puede ser mi hábitat: pero
al anidarme allí
encontré
bajo el pardo exterior
mecanismos verdes más allá del intelecto
esperando la resurrección con la lluvia: de modo que me incorporé
y corrí exclamando que no hay nada más humilde en el universo:
encontré un mendigo:
un muñón en vez de piernas: nadie le prestaba
ninguna atención: todos pasaban sin mirar:
me anidé y encontré su vida:
allí, el amor sacudió su cuerpo como una devastación:
dije
a pesar de que he buscado en todas partes
no puedo encontrar nada humilde
en el universo:
di vueltas a través de transfiguraciones de arriba abajo,
transfiguraciones de tamaño, forma y lugar:
en un punto de pronto llegó la quietud,
yo quedé maravillado:
musgo, mendigo, maleza, garrapata, pino, yo, magnificente
con el ser!
De The Selected Poems: 1951-1977, Expanded Edition
De "Glare"
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óyeme, Oh Señor, de la altura
del alto lugar, donde hablar no es
necesario para oír y oír es
en todas las lenguas: óyeme, por favor,
ten misericordia, porque he herido a la gente,
aunque pienso que no mucho y donde
mucho nunca intencionalmente y he
acumulado un recuerdo (y alguna fantasía
pesada) lleno de culpa y como
persona no religiosa, no tengo manera
de mitigar, remediar, o perdonarme:
trabajo y trabajo para tratar de
redimir viejos agravios con bien actual:
pero ni siquiera estoy seguro de que mi bien sea bueno
o para quién es realmente: creo que
puedo ser perdonado, casi, al menos,
perdonando: es decir, comprendiendo
que otros también son cogidos por
las rachas de la pasión, de la ira y
el arrepentimiento y, vaya, vaya, los celos y
esas coincidencias y accidentes
no intencionales de resolver las cosas no pueden
saberse de antemano: lo que comenzó aquí,
digamos, no puede decirse adónde
irá y no se puede detener a medio camino y
peor, no se puede volver
atrás y comenzar de nuevo: no estamos,
Oh Tú, en la gran altura, quienquiera
o cualquier cosa que seas, si eres algo, nosotros
no estamos a cargo, aunque les
ponemos acertijos a los lugares con planes,
proyectos, también, y mecanismos, algunos de
ellos vergonzosos o desvergonzados: semiculpables
en la mayoría de los casos, algunas veces en todos,
somos semiculpables, y vivimos en
dolor pero ojalá suframos en tu fría
presencia, ojalá lloremos en tu entorno
que ya ha sido comprendido:
no pudimos caminar aquí sin nuestras
piernas, y los pies nos matan, nuestros
pasos, sin embargo, son cuidadosos: si no puedes
enviar una palabra de silenciosa sanación,
quiero decir si no es apropiado o realista
enviar una palabra, labios reales que dicen
estos sonidos interrumpidos, por qué se nos
podría permitir suponer que podemos obtener
esta cosa de la mejor manera posible y
habiendo sondeado nuestros pecados hasta sus
más profundas definiciones, ojalá podamos caminar
contigo como a lo largo de una fila de árboles, de vez
en cuando tu claridad y calor
despedazando nuestro sombrío camino
7
cuando era joven bajo los
manzanos, el solo susurro de las
brisas parecía la autoridad paternal (y
societal): así es que quedé
cautivado por la naturaleza de las cosas:
cuando aprendí que la brisa y la
represión no eran lo mismo, sin embargo
no hice nada al respecto, porque me
parecía irrespetuoso criticar
a los creadores (después de todo ellos (o
él o ello) hicieron los manzanos) de modo que
inmediatamente pensé que estaba equivocado
(de alguna manera lo estaba) y el superego
acertado: he andado soportando,
literalmente afianzando a mis victimarios,
estableciéndolos en cubículos de adulación
cuando, uf, estaban tan confundidos
como yo e hicieron un lío de la creación,
a saber, yo: Señor, aquí estoy viejo, y
mi vida de servicio me ha secado
y he trabajado para ganar el respeto
de aquellos que ya no respeto: ten misericordia
de mí: supongo que no puedes darme
otra oportunidad: ¿verdad? Bueno,
nunca lo esperé: pero ciertamente
desearía haber trabajado toda mi
adolescencia y haber dado un beso de despedida
al pasado (sólo para volver más tarde libre
para una adoración diferente.)
supongo que no querrás oír algo
más acerca de mí hoy día: bueno, tú sabes
que después de una gran helada, digamos a fines
de noviembre o muy a comienzos de diciembre,
las efímeras y las polillas brincan y aletean
por ahí en un día cálido como basura
póstuma: qué significan estas cosas,
que comienzan tan tarde como fantasmas cuando el
agua pesada gotea de su
profesía de lo que vendrá: entidades
con alas polvorientas de vuelo suave, no un zumbido de abeja
o gemido de mosquito entre ellos, los
muertos vivos o condenados, el escarnio del
verano, del otoño, ya cerrado,
los grillos silenciados de sorpresa donde
estaban como pequeños cargueros de
recuerdos: supongo que no
quieres oír más sobre bichos:
cuando estaba en el segundo grado,
llegué a casa un día y mi madre me hizo
arrodillarme ante sus rodillas cubiertas con delantal,
y me pasó una peineta de dientes finos por
el pelo, y el rollizo y pequeño
piojo se escurrió sobre el blanco
delantal: yo los estaba mirando:
sus finas patas culebreaban en su
nueva ubicación: el cuero cabelludo que me picaba
se sintió tan bien: mi madre por días
removía y raspaba en busca de liendres: éramos
gente limpia: alguien me pegó los bichos,
pero nunca me pegué la
sarna, aunque algunos pobres
llegaron oliendo a rayos (a
la escuela, quiero decir) porque sus padres
los habían engrasado por la sarma: una
vez un alumno le dijo a la maestra que su
madre había dicho "ella no se engrasa
para la sarna hasta la otra Navidad":
olía tan mal, quiero decir: mejor rascarse
que heder para las fiestas, es mi
opinión también: yo tenía un par limpio
de overalls todos los lunes por la mañana:
así es como eran las cosas
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de dónde vienen los poemas: tal vez
quisieras saber: te has alguna vez preguntado:
acaso te importa el bebé, no el
feto: si eres como mucha gente
no te importa el poema, entonces por qué
preocuparse de dónde viene, si a ti
la mayoría de las veces sí te importan los bebés e incluso
te saltarías lo antes posible la filogenia:
adivina qué viene primero, el impulso
del sentimiento o el evento, la percepción,
la conexión: hacia el océano podrías
decir que una fisura de movimiento comienza en
las calmas chichas, forma una progresión,
pero no puedes derivar de dónde derivó:
lo que agitó un poco de aire:
fue el propio peso del aire, un cambio de
temperatura y fuerza ascencional, o tal vez
un ala se deslizó, o un meteoro, o
sin duda no un neutrino, tan pequeño: entonces
qué causa que algo comience: cuándo
es el comienzo de algo, todos
los comienzos comienzan: bueno, eso es:
hay una corriente del sentimiento y
fluye informe, si se nota, como
un impulso, y describe una forma de
sí misma, o bien su energía coge
algún cuerpo aquí o allá y se acopla
con él, creando la narración:
movimiento que va de aquí allá,
describe un viraje o arco o prominencia
y ésa es la forma: ésa es la semilla
de la forma, nacida del mismo seno de
su substancia, que es el movimiento: a continuación
de eso, dime lo que piensas de
un soneto o algún maldito cortador de galletas:
no me debo poner arbitrario: soy
más miserable que la mayoría de la gente lo
sé, así es que no te parezcas a mí: estoy
o.k. al tipear esto, también:
estoy en movimiento y el gusano que estoy
sacando tiene un largo culebreo:
me parece que al mirar en torno
conozco bien algunas cosas: pero es
acerca de nada: no hay maíz para semilla,
no hay ojos de papas en mi material:
mis poemas surgen de un pequeño tirón
de una grieta en una calma oceánica: es un
barquito, una nave aérea: la niebla
podría ahogarlo, saturar su vela:
quién podría llegar a Marte con eso: si
no voy a tener una vida, al menos déjame
contarte de ella, es decir, que
no la estoy teniendo: eso me hará
casi pensar que la tengo: imagina
¡una vida! de palabras: mejor que
nada, mejor, mejor, mejor que
amargo como bilis: porque lo que quería decir era amor:
ahora, no llores a mares: pobre consuelo,
tan pobre consuelo: tonterías:
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qué tamaño tiene una gota de agua: cuánto
pesa: cuán grande es una gota
en relación a una común aguja de coser doméstica
o un alfiler o la punta
de un lápiz: la punta del
dedo, un cigarro: cómo la tensión
de la superficie forma una cuenta: existe una constante
tan difícil ser preciso como seguro:
haz espacio para algunos giros del lenguaje: la preciosa sustancia es
más resbalosa que un oponente en
una lucha de barro: mancha, empaña,
se mueve, se parte: pero define una gota
estrictamente, un modelo, la realidad derramada
a su alrededor en cada grado
desintegrándose: de modo que la multiplicidad y
la mezcla disuelven categorías o bien
con categorías realmente apretadas, duras
la categoría se desliza de la existencia
material y se convierte en una constante
abstracta, allí donde puede estar
no erosionada por el cambio y la diferencia:
una fantasía en la que estuve entretenido esta
mañana -y es una fantasía- era
de una calle desnuda, digamos desierta
en la noche o sumergida en el calor
temprano de un nuevo día de agosto (o incluso el
vacío se puede sentir en una calle
llena, la continua conmoción,
igualada en un borrón): un joven
sale a la calle vacía
pero no hay nada que lo atraiga:
falta el diente de sable, no hay
ningún elefante pegado en el barro azotando su
trompa a los pequeños humanos semejantes
a lombrices que arrojan sus dardos y piedras
a la gruesa piel tratando de matar: no hay
un avistamiento inquietante de un leopardo
más allá despertando con el movimiento de abajo:
está el joven dotado de habilidades
y violencias para no encontrar un foco todo
el día excepto para holgazanear en torno de
los escalones de su apartamento: bromeando,
fumando, a la espera de ver si otro
día puede terminar: no tendrá que encontrar
substitutos de la vida para la que fue hecho:
la violencia interior no tendrá que
encontrar o fabricar alguna exterior: o deben
las drogas suavizar energías no expresadas:
bueno, no hay dientes de sable
ya pero qué le va a hacer un hombre si
no hay ninguno
27
qué maravilloso poder escribir:
es algo que no puedes hacer como
tocar el piano, sin pensar:
no es un pensamiento importante, pero la
cinta tiene que enrollarse, deben golpearse
las teclas correctas, tienes que comprobar
si estás escribiendo bien las palabras:
tal vez no es el pensar
sino la concentración, lo que significa
que la atención está dirigida hacia fuera
y enfocada lejos del ser, lejos
de los obsesivos auto-monitoreos:
esos auto-monitoreos crean problemas
donde no los hay: llenan
la iniciación de miseria, pues si
puedes mirar alrededor y hacer cosas,
la iniciación se va y asimismo la
miseria: pero yo, yo tengo una larga historia
de miseria: he sufrido suficiente,
debería saber cómo: se ha ido
y venido muy a menudo, debería esperarla:
pero a veces se va por
años y entonces el regreso es difícil:
tengo (tienes, uno tiene que) aprender todo
de nuevo para afrontarla: una cosa que
uno aprende, supongo, es que hay
poco valor poético en escribir
sobre la miseria: tantas otras cosas
son más interesantes para la mayoría de la gente:
casi todo lo es: unas pocas de aquellas
pequeñas polillas de las alfombras vuelan en esta época del
año y dan con la pared: yo les
doy con el matamoscas, pero
no sé si eso sirve para terminar el
problema de las polillas: cuándo se aparean:
cuándo ponen huevos: cómo saben
qué hacer: probablemente lo hacen
sin pensaar: la manera en que
escribo: escribo para escribir: no es
que piense que ésa es la manera de
escribir: es que esta manera de escribir
me ocupa: es una manera de existir
que es más cómoda que no
escribir: por supuesto la mayoría de los escritores
tiene dificultad, como estoy seguro que deberían tenerla,
para escribir, y escribir bien: no
quiero decir que esto es bueno a pesar de
mi despreocupación, y no tengo intención de
degradar al lector (¿qué?) pidiéndole
que gaste su tiempo en tiempo meramente
gastado: desde que comencé esto, 15
minutos más o menos agradables han transcurrido:
mi gratitud por eso es, casi,
sin límites: me atrevo a pensar
que tal vez pueda pasar todo
el fin de semana escribiendo cuando lo
necesito: cuando no puedo encontrar nada
(¿mejor?) que hacer: créanme, no
haría esto si estuviera mejor conectado,
si estuviera mejor comprometido: caminar
es bueno, pero las articulaciones de la rodilla de mi
varicosa pierna me duelen (toda la pierna
se hincha con el calor): nadar es
agradable, pero devolví mi membrecía
cuando me enfermé: leer es a veces
posible: cuando no puedo leer otra
cosa, a veces puedo leer lo que
he escrito (eso es generalmente inocente
y lo suficientemente no violento): he dicho
antes que escribo para así tener
algo que leer, y eso sí
duplica el placer y el tiempo que
ocupa el placer: estoy básicamente
perfectamente sano: pero justo ahora
tengo cosas que hacer en el futuro que
parecen un desafío: estas cosas
no son desafíos sino excitantes
oportunidades: las he amarrado
para cuando me temo no
las podré hacer, y eso es desafiante:
como para un registro, generalmente cuando
hago tales cosas (por ejemplo recitales
de poesía o cenas con presidentes
(de colleges o universidades) las hago
lo suficientemente bien como para hacer amable
a la gente: qué podría ser menos desafiante
que la amabilidad: es mucho menos
desafiante, digamos, que el amor, que
es tan invasivo y profundamente comprometedor:
(Traducción Oscar E. Aguilera F. © 2001)
Basura (2)
Basura tiene que ser el poema de nuestra época porque
la basura es lo bastante espiritual y creíble como para
embargarnos la atención, estorbando, poniéndose por medio,
amontonándose, apestando, manchando los arroyos
de marrón y de blanco cremoso: qué otra ocas nos aparta
de los errores de nuestros ilusorios usos, no la tentación
de carecer de porquería, eso resulta remoto, y,
en cualquier caso, inimaginable, poco realista: yo nos soy un
abreboquetes o tapaboquetes: métele el dedo
a la dama (qué digo, mierda, al dique), que no derrame
el fluir de la cratividad, lo que viene aflorando, futurista,
los orígenes que fomentan la porquería: junto a la I-95, en
Florida, dond es raso el terreno como son rasos océano
y golfo, surgen montones de desechos (porque si sacas una
cosa para hacer sitio y meter otra dentro, qué ocurre con
la cosa que has sacado: lo mismo pasa con las tumbas),
se arrastran los camiones de basura como con reverencia,
como si ascendieran por zigurats hacia las altas aras
que conservan con vida gaviotas y basura, ofrendas
a los dioses de la basura, la represalia, la expectativa
realista, las deidades de ingratas necesidades:
jóvenes y refinadas lombrices de tierra, ahogadas
por lluvias primaverales en pozas de macadán, se vuelven
en día y pico blancas de humedad, redondas motas
con aspecto de esputo o cremonísismos moluscos,
crudos y machacados: si este poema no es el mejor
del siglo, acaso puede tratar del peor poema
del siglo: al menos aparece hacia el final,
y así debajo de su medida puede cundir un
largo reguero de bazofia: pero arriba, en las alturas,
un humo mínimo emana día y noche la munificencia
sacrificial hasta entoldar el cielo de marrón y encerrarnos
como en una tetera bien tapada, la sempiterna llama
alimentada por esta intendencia de acres de profundidad:
la oferta gratuita de una silla de plástico paticoja:
un harapiento atuendo deportivo: la impresión de un
mainá pringada de gelatina: cómo escribir
este poema; debería ser corto, una pequeña explosión de
dúplex, o largo, pieza que caza sin veda, llega a casa
tarde, pierde la pista y la vuelve a encontrar;
debería actuar, representarse, dar ejemplos,
ilustraciones, colores, atuendos, o intensificarse
y quedar reducido a proclama, osamenta que un corpus
cualquiera alcanzaría a rodear, o acaso no debería ser nada
de nada a menos que se encuentre a sí mismo: el poema,
que trata de la idea presocrática del
eje disposicional que va de piedra a viento y veinto
a piedra (junto con elaboraciones mías, si alguna cabe),
está completo antes de comenzar, así que no es preciso
que me apresure a abreviar, aunque cualquier lector cansado
podría concluir en breve: el eje quedará bastante
claro si se embadurna aquí y allá con un poco de tinta
o está bien afinado en toda forma o tonalidad
de su revelación: este es un poema científico,
y afirma que la naturaleza modela valores, que nosotros
inventar hemos inventado poco (hemos copiado), reflejos
de posibilidades que ya estaban aquí, donde vinimos
a parar y la forma de venir: un director sacerdotal tras el
buldózer que echa negros bufidos ladea las cosechas y
lee las aves, millones de solitarias que van circundando
una cumbre común, cayendo sobre las vetas carnosas
y los inflados panecillos (¿frailecillos?): hay un montón,
además, en la mente del poeta hasta donde se remolca
la lengua muerta para que arda entera, la energía se conserva
y cobra hechura de giros y conjuntos nuevos, y la mente
se fortalece con lo que ella misma fortalece, y es que
dónde sino en el culo mismo de una caída está
la redención, dónde sino en el rebajamiento, dónde
sino en el dolor del fracaso, la pérdida y el error discernimos
nosotros las feroces aflicciones que nos hacen girarnos,
dónde sino en los arreglos a los que el amor nos arrastra
del todo, donde no queda ni un resto de nuestros alardes
sin humillar, hallamos dulce semilla de nuevas
rutas; pero somos naturales: fue la naturaleza, no
nosotros, quien nos dio pie: aun así no estamos, aun siendo
naturales, divorciados de más altas y más finas configuraciones:
tejidos y hologramas de energía circulan en
nosotros, y buscan y encuentran representaciones de sí mismo
fuera de nosotros, de forma que podemos participar en
altas celebraciones y conocer alcances de sentimiento
y vista y pensamiento tales que penetran (realmente
penetran) lejos, más lejos que estas húmedas células nuestras,
y van alzándose y pasando nuestras historias, los planetas,
las lunas y demás cuerpos localmente hasta llegar al otro lado
del polo, odnde las formas de la materia se difunden
y la energía pierde todo medio para expresarse excepto
en cuanto espíritu: ah, sí: allí, en lo que dura, donde
dura la mente y nada más, lo eterno,
hasta que pasa a ser otra pera o pez sol,
ese destello pasajero en el ojo del pez que hace
tanto que está allí, yendo y viniendo: es el
destello de la eternidad: todo se vuelve a desenvolver,
cobra forma y la pierde, palpable e impalpable,
y en una sola fase, la misma del dolor y del amor,
nosotros conocemos al otro, donde lo perdurable viene a
prevalecer, bien y sin trabas: ese cielo que mayormente
queremos es, sin embargo, este infernal fondo infestado
por reacción, el sobrecogedor culo del cielo: hay que escribir y
reescribir hasta que bien rescrito esté: si estoy en
contacto, dijo ella, entonces llevo delantera: qué
infernal forma de hablar es esa: no me puedo creer
que yo ya sea un simple viejo, cuya madre está muerta,
cuyo padre ha fallecido y muchos de cuyos
amigos y colegas se han ido para terminar bajo
tierra, que solo es viento con peso, o convertidos
en polvo, brisa más leve: pero es que, francamente, todo
esto era de esperar y no de desear: incluso
viejos árboles, recuerdo algunos de ellos, el lugar
donde se alzaban: las fotos tomadas junto a algunos:
y viejos perros, sobre todo uno negro, uno imperial,
los cuatrillizos con sus jerarquías (arquías como en Archie)
sucediéndose unos a otros, ladridos y retozos van pasando
hasta perderse como transparencias en un proyector: qué
eran entonces ellos que son ahora lo que son:
en Basura y otros poemas.
Traducción de Daniel Aguirre y Marcelo Cohen
Lumen.
Gravelly Run
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I don't know somehow it seems sufficient
to see and hear whatever coming and going is,
losing the self to the victory
of stones and trees,
of bending sandpit lakes, crescent
round groves of dwarf pine:
for it is not so much to know the self
as to know it as it is known
by galaxy and cedar cone,
as if birth had never found it
and death could never end it:
the swamp's slow water comes
down Gravelly Run fanning the long
stone-held algal
hair and narrowing roils between
the shoulders of the highway bridge:
holly grows on the banks in the woods there,
and the cedars' gothic-clustered
spires could make
green religion in winter bones:
so I look and reflect, but the air's glass
jail seals each thing in its entity:
no use to make any philosophies here:
I see no
god in the holly, hear no song from
the snowbroken weeds: Hegel is not the winter
yellow in the pines: the sunlight has never
heard of trees: surrendered self among
unwelcoming forms: stranger,
hoist your burdens, get on down the road.
Eyesight
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It was May before my
attention came
to spring and
my word I said
to the southern slopes
I've
missed it, it
came and went before
I got right to see:
don't worry, said the mountain,
try the later northern slopes
or if
you can climb, climb
into spring: but
said the mountain
it's not that way
with all things, some
that go are gone
Easter Morning
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I have a life that did not become,
that turned aside and stopped,
astonished:
I hold it in me like a pregnancy or
as on my lap a child
not to grow old but dwell on
it is to his grave I most
frequently return and return
to ask what is wrong, what was
wrong, to see it all by
the light of a different necessity
but the grave will not heal
and the child,
stirring, must share my grave
with me, an old man having
gotten by on what was left
when I go back to my home country in these
fresh far-away days, it's convenient to visit
everybody, aunts and uncles, those who used to say,
look how he's shooting up, and the
trinket aunts who always had a little
something in their pocketbooks, cinnamon bark
or a penny or nickel, and uncles who
were the rumored fathers of cousins
who whispered of them as of great, if
troubled, presences, and school
teachers, just about everybody older
(and some younger) collected in one place
waiting, particularly, but not for
me, mother and father there, too, and others
close, close as burrowing
under skin, all in the graveyard
assembled, done for, the world they
used to wield, have trouble and joy
in, gone
the child in me that could not become
was not ready for others to go,
to go on into change, blessings and
horrors, but stands there by the road
where the mishap occurred, crying out for
help, come and fix this or we
can't get by, but the great ones who
were to return, they could not or did
not hear and went on in a flurry and
now, I say in the graveyard, here
lies the flurry, now it can't come
back with help or helpful asides, now
we all buy the bitter
incompletions, pick up the knots of
horror, silently raving, and go on
crashing into empty ends not
completions, not rondures the fullness
has come into and spent itself from
I stand on the stump
of a child, whether myself
or my little brother who died, and
yell as far as I can, I cannot leave this place, for
for me it is the dearest and the worst,
it is life nearest to life which is
life lost: it is my place where
I must stand and fail,
calling attention with tears
to the branches not lofting
boughs into space, to the barren
air that holds the world that was my world
though the incompletions
(& completions) burn out
standing in the flash high-burn
momentary structure of ash, still it
is a picture-book, letter-perfect
Easter morning: I have been for a
walk: the wind is tranquil: the brook
works without flashing in an abundant
tranquility: the birds are lively with
voice: I saw something I had
never seen before: two great birds,
maybe eagles, blackwinged, whitenecked
and -headed, came from the south oaring
the great wings steadily; they went
directly over me, high up, and kept on
due north: but then one bird,
the one behind, veered a little to the
left and the other bird kept on seeming
not to notice for a minute: the first
began to circle as if looking for
something, coasting, resting its wings
on the down side of some of the circles:
the other bird came back and they both
circled, looking perhaps for a draft;
they turned a few more times, possibly
rising—at least, clearly resting—
then flew on falling into distance till
they broke across the local bush and
trees: it was a sight of bountiful
majesty and integrity: the having
patterns and routes, breaking
from them to explore other patterns or
better ways to routes, and then the
return: a dance sacred as the sap in
the trees, permanent in its descriptions
as the ripples round the brook's
ripplestone: fresh as this particular
flood of burn breaking across us now
from the sun.
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