martes, 15 de febrero de 2011

LUDMILA BIRIUKOVA [3.047]



Ludmila Biriukova 

(Alma-Ata, 1947), mexicana de origen ruso, geógrafa, poeta y traductora. Es investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla. Hizo estudios en geografía en la Universidad Estatal de Moscú (1970), y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (maestría, 1993, y doctorado, 2000). Reside en México desde 1975. 
Coordinó, con Bernardo Mayorga, la edición en español del libro de A.V. Gúsiev (editor), Víctor Serge. Humanismo socialista contra totalitarismo (Siglo XXI Editores-Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla, 2009). 

Entre sus publicaciones se encuentran:


Ludmila Biriukova, Adagio con una taza de té, Alforja, revista de poesía y la Universidad Autónoma de Puebla, 2001, 72 p.

Ludmila Biriukova y Jorge Bustamante García, coords., “La poesía rusa en el cruce de dos siglos”, Alforja núm. 30. Universidad Autónoma Metropolitana, ciudad de México, otoño 2004.

Ludmila Biriukova, “Siete poetas de la diáspora rusa”, Arquitrave, Año IV, núm. 23, Febrero de 2006, Bogotá, Colombia, pp. 11-25. (www.arquitrave.com)

Ludmila Borisovna Biriukova, Vivir un espacio. Movilidad geográfica… ICSyH, Universidad Autónoma de Puebla, 2002, 294 p. (tesis de doctorado).
Otoño desnudo. Poesía rusa no oficial de la segunda mitad del siglo xx. Introducción, selección y versiones / Ludmila Biriukova. La Cabra Ediciones, México, 2011


Puente


A Zoila González de Olivos


El verano amasa el dolor con la leche materna, sin remedio.
Nutre con esta mezcla
las estructuras del sueño que invento,
justo en el tramo
donde tiendo a cruzar la noche.
Tallo al desnudo un idilio,
alternativo
de los lugares problemáticos,
es mi puente que moldeo
entre las lianas.
Quisiera fortalecer sus bordes
cuando cierro los ojos,
en el lujo del diálogo silencioso
que entablo con la vida.
A ella también invento
en una canción de cuna,
mi narración se arrodilla
ante un nuevo momento.



Aljibe

A Domitila Ávila


El agua es turbia,
del cántaro quisiera desterrar su boca.
Pero es inútil
buscar la comprensión en la orilla
donde un viejo sauce
me observaba,
día a día,
cómo yo subía y bajaba
la vereda
para llenar el tiempo
de mi alma
con los aljibes
del océano frío
repletos.





Siberia


A Svetlana Alexiévitch 


Tu voz,
racimos de la nieve,
deslinda mis paisajes
ineludibles en la huida
tan ávida de un recuerdo.
Los sedimentos
que resguardas en tu alma
con todos mis parajes
¿explicarán la lejanía?
Contemplo el Sol
en el espejo,
brebaje de mi propio agave,
cenizas, lo exótico de la espera,
un caracol
en la encrucijada.




A Ángeles Guzmán


Descendí una vez
Y pisé los rincones
Que he llegado a amar y detestar
Con la misma fuerza
Ahora
Que me estoy elevando de nuevo
Una cuestión me inquieta
Si somos pájaros o peces
Si la materia pinta los resplandores
O es gris-blancuzca
Y la Tierra
Es como yo la imagino desde el Cosmos
Mientras sueño
Desenredo el arrecife
En el dibujo de una tela flotamos
Los ríos, árboles y las flores
Sendas colmadas de animales
Está compuesta del aire
Frágil sobremanera Observo sus hilos
Que jalan la penumbra
Y ahí estamos
Un punto
Y yo
Y el todo
La Nada
¿o sólo es su sombra?
Se nos adelantó




UN PASADIZO DE TIEMPO

I

Soñaba que dormía
en medio del campo de las amapolas rojas. 
Mientras tanto,
la suave tristeza penetraba otros espacios
hace mucho tiempo también olvidados.
Sentía lo dorado de los girasoles
y de los pinos azul verde, que competían.
De pronto… nieve.
Mucha nieve. 


II

Quisiera pisar las hojas
de la sonrisa de otoño
y que florecieran miradas 
como el manzano fresco.
Pero abro los ojos… y está nevando.
Toco nubes de sueños extraños,
bebo tiempos que no son deshielo.
Despiértenme sólo en el verano
derretida entre la yerba.


III

Hay espacios 
donde la soledad apenas cabe
tiene el tamaño de un círculo.
Ni entradas ni salidas.
¡S.O.S.!
Se busca… 

un pasadizo de tiempo. 






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