sábado, 22 de enero de 2011

2873.- CRISTINA JÁRBOLES



CRISTINA JÁRBOLES. Conocida como Kiki Járboles, fue la ganadora del XVIII Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza (2000). El pasado 2004 terminó su último libro de poesía “Limen”, el primero en ser publicado por la Ediciones del Berna. Ha participado en numerosos proyectos como 'A solas' de Proyecto Babel, con poemas y voz; colaboraciones en El Pollo Urbano; participación en el Festival Internacional de Poesía Moncayo, el ciclo 'Este jueves poesía' de la Facultad de Filosofía y Letras, la revista Olifante...



Cuando ya no hubo tiempo,
ni siquiera en el tiempo que no tuvimos,
cuando ya no quedó tiempo,
y el ojo giró, cerrado hacia otro lado,
cuando ya no hubo tiempo,
se oyó el grito enarbolado de los niños,
que llegaba hasta aquí, sin horizontes.


***




En aprender, hemos pasado la vida,
en encajar cada brillo, cada golpe.

A Eva

Con fuerza impenitente,
la misma que de niñas
cuando tomábamos cada cosa
como real, y así era,
estábamos ante el mundo,
y en lugar de hablar
de posibles partes,
nos hacíamos piedra
para ser la piedra
con su arma desnuda.

A un lado de la vida pesábamos la verdad.
¿Quién, entonces, nos va a domar?


***


Caigo en la noche y en el escrúpulo.
Bailo en la casa,
las manos impongo.
¡Que no suban los muertos!
Siento amor de savia de junco,
de catástrofe y desesperación.

Legados de historia
reúnen en mi boca las palabras.

Oscuridad de noche,
aún no sé dónde estoy.

¡Extiéndete, mundo!,
extiéndete y multiplica tu sueño.


***


Blanco es el oro entre
la cavidad y el brío.
¡Qué oscuro es saber
lo que tan claro se percibe!


***


Rotos los papeles, sólo flota lo
imprescindible:
el espejo.

Majestuoso, para el que lo penetra,
pues quien conoce esa puerta
sabe que al pasarla
no hay cuerpo ni cadena.

Su duna se mueve y cambia el paisaje.
Sólo al acostumbrarse a los astros entra a tiempo en su cordura
y es un desierto variable
para quien lo resiste.


***


Oírnos
más cerca,
cercar el sueño;
oírnos para amarnos,
como se oyen los niños.
Al soñar,
callar;
desoír la letanía
y volver
a ese blanco silencio
que nos tuvo.


Del libro LIMEN (Lola Editorial, Libros de Berna, Zaragoza 2004).

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