lunes, 20 de diciembre de 2010

2567.- HAKUSHU KITAHARA


HAKUSHU KITAHARA (1885-1942)
Nació en una familia tradicional de vinicultores de la Provincia Fukuoka, al sur del Japón. Empezó a escribir poemas al estilo japonés (tanka) a los dieciocho años. Cuando tenía veinte años se traslada a la capital, Tokio, donde entra al departamento de letras inglesas de la Universidad de Waseda, pero abandona los estudios. Poco después se hace miembro del grupo literario Shin-shi-sha (Grupo de la poesía nueva), colaborando para su revista Myodyo (El Lucero). Es uno de los primeros poetas japoneses que escribieron bajo la influencia baudelairiana. En 1909 publica su primer libro de poesía, Dyashumon (La herejía), en el que expresa su marcada inclinación hacia el erotismo decadente y exotismo simbolistas. Sin embargo, al igual que muchos otros poetas japoneses, Hakushu también atravesó por diversas tendencias poéticas: el sensualismo simbolista, romanticismo, naturalista muy a la japonesa, regionalismo japonés, el mundo transparente del shintoismo, la meditación profunda del budismo, etcétera. Dejó una gran cantidad de obras: poesía, canciones infantiles, canciones populares, poemas en prosa, tanka, crónicas, crítica literaria y novelas.





SEN RIKYU*

Sen Rikyu amaba el té
porque le complacía el espíritu del té.

Alma tranquila y noble del amanecer y del atardecer.
El humo era más amado aún que el té.

Mantener la sutileza en la apariencia
equivale a purificar el alma con sutileza.

Por eso Rikyu permanecía sentado
y le sonreía al sol tenue bajo el pabellón de té.








PALMA DE LA MANO

En la palma de mi mano reluciente
está un Buda de Oro.

De mi alma reluciente
desapareció el Buda en un parpadeo.

Volteando la palma de mi mano reluciente
busqué al Buda todo el día.








IMPRESIÓN DEL CREPÚSCULO

Delicia de los besos... murmullos...
Mas la sangre invisible gotea en el cielo
como el rugido de una bestia herida y agonizante.
¿Por qué duele tanto?
Ah, el color de la melodía crepuscular,
el silencioso resplandor.

Delicia de los besos... murmullos...








FATIGA

Ay, beso que vas aumentando en violencia,
melodía carnal...

De esa manera, el rostro de una bestia, pálido, fatigado,
ahora me contempla, fugaz, tan fugazmente,
y del otro lado de la ventana turbia me maldice, vacilando.

Oh, violín enloquecido que rechinas, oh, mis labios.
Un muro de arsénico quema mi cuerpo.
El sol de la tarde rebota en la pared.

* Sen Rikyu: Fundador de la escuela Urasen-ke de la ceremonia del té.


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