miércoles, 17 de noviembre de 2010

1953.- JUAN RAMÓN GALLO


Juan Ramón GALLO (1969), España. Es poeta y traductor. Su producción hasta la fecha se recoge en tres volúmenes: Éxodo (2003), Libro de los cuadros (2005) y Todos los argumentos (2008). En 2004 publicó la plaquette colectiva Variaciones (Ayto. de El Escorial). Sus traducciones de obras filosóficas han aparecido en Sígueme (Salamanca).

Entre 2003 y 2004 fue coordinador de talleres, encuentros y lecturas en la sierra de Madrid. Se ha acercado a las artes plásticas y ganado algún certamen de fotografía.

Desde hace varios años reside fuera de España, en el ejercicio de su profesión de intérprete y traductor. Actualmente reside en Berlín. Trabaja sobre varios proyectos de próxima aparición.


Dirección BLOG: http://juanramongallo.wordpress.com/









VIENES DE NO SABES QUÉ AGUAS
pisas sobre masa confusa
tocas el mundo en bajamar

es el delirio
más antiguo que la memoria
es la batalla
una marca natal

qué quieres decir si
nadie ilumina tu calle
ostentosamente desamparada

qué rastro pretendes borrar
si la estampida sobreviene
con fingida indiferencia de ciclo lunar

(Inédito, 2010)








SE SENTÓ A ESCRIBIR
piezas tan brutales que sintió náuseas

juzgar la perversidad de un poema
no nos atañe: es asunto de psiquiatras

quedó la manera absoluta,
quedó en el arte conocimiento
tras los escombros de realidad

se da en naturalezas anómalas,
no en triunfadores

el poder, la ley
piezas de un juego extraño
donde debe alzarse tu vida

(Inédito, 2010)









LA PERSEVERANCIA ATRAPA AL FANTASMA,
al que desliza telas,
al que pasa por las luces,
luces de las tardes del tiempo.

Vigila el centinela.
Percute el semáforo.
En el escaparate se miran los que pasan.

Ya
ha caído la luz,
vacía y sin coches.
Ya se ha platonizado la tarde,
tarde de las luces del tiempo.

Estará pronto
de imágenes limpio el cristal.
Estará él,
el atrapado entre telas fantasma.

(Inédito, 2010)








SALES DE CASA entre los pinos y el aire.
Tendremos pues que cerrar los ojos.

Cómo confunde la naturaleza,
cómo vas y vienes
y en el mundo dejas
apoyado el peso de los planetas.

A quién importan sus tormentas,
qué envuelve su lluvia,
quién llama celestes
a mundos inertes de piedra.

(Todos los argumentos, 2008)









SACARSE LOS OJOS
fue conclusión de antiguos;
el cuándo, el luego de ver qué,
permanece en cambio en tinieblas,
minuciosamente se nos oculta.

¿Qué es el ver? ¿Qué la luz?
–Se alisó los cabellos, las hirsutas
cejas en su semblante ciego– Homero,
sobrevenida ya la noche,
gana la costa. Se detiene. Ante sí descubre
el inconfundible color del vino.


(Todos los argumentos, 2008)



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