Venezuela. Nace en Mérida, Edo. Mérida en 1986. Integrante del Grupo Musaraña. Premio del IX Concurso “Rafael José Álvarez” de la Universidad Francisco de Miranda en la mención de poesía. Coordinador editorial de Ediciones Madriguera en Coro, co-editor de la revista Cubile y la hoja poética Madriguera. Co-autor del libro colectivo de edición artesanal Antología de la Cueva (2006). Ha publicado en revistas nacionales y regionales. Poemas de su autoría figuran en los libros colectivos Esta Bolero es nuestra (2008) y el primer producto colectivo de la Red de Escritores por el ALBA (2008). Compila y selecciona junto a Gladys Mendía, la Antología Arbitraria Me Urbe, impresa y digital (2009).
EL POEMA DE LA FLACA
Flaca
Córtame una pierna
Hoy quiero faltar al trabajo
Y hacerte desayuno
Me quedaré contigo
Y el sonido del día al otro lado de la ventana
Córtame la pierna por hoy
Mañana regresaré al trabajo y al mundo
Sabes que no puedo pasar tanto tiempo fuera del mundo
Sabes que necesito estar sin piernas para pensar en ti
Saber que me traiciono cada vez que puedo
Por eso te digo flaca
Córtame una pierna y deja el cepillo donde está
Hoy no me lavaré la cara
No cepillaré mis dientes
Sólo te prepararé el desayuno
Córtame una pierna y regresa a la cama
No la prepares para el almuerzo
Quédate conmigo y ayunemos juntos
Yo un nuevo mocho
y tu mi despeinada
sólo por hoy
hazlo
córtame una pierna y regresa a la cama
SINCERO PÉSAME A LOS DÍAS HIPÓCRITAS
Sombríos días de gente y marketing
monedas y billetes prometen acabar con todos
vomitando la comida sobre-condimentada
días hipócritas de saludos plásticos
con tallas B-36 y súper eses
y una que otra bata pa’ la abuela
cantando la canción de moda
pregonando en el tráfico
con párrocos y políticos y estudiantes
y no olvide regresar
lo atenderemos como siempre
días bambalinas de colores
arbolitos santas y pesebres
de Querido Niño Jesús
que no se vaya la luz y no llueva
que no he comprado el juguetito
pa’ comenzar a matar gente
HOY 12:58AM
Algunos viejos visitan las capillas
prenden velitas
para que sus espantos los esperen ahí
no más y sin moverse
aligeran su carga
y se van ligeritos a sus casas
o a tomarse las modestias del día entre amigos
Hay una hora en la noche
que no paran de ladrar
los perros de la cuadra
parece que los despertaran
que les cogieran la cola
parece que caminaran sobre sus techos
hay una hora en la noche en que no callan
se llaman unos a otros
dicen hay alguien aquí hay alguien
un poeta difunto que canta al viento
y el viento en los orificios de los bloques
cantando
Primero los de la calle de atrás
van ladrando uno a uno
como si vieran al espectro
sobrevolar de solar en solar
buscando una vela dónde guarecerse
luego todos los perros están en lo mismo
y hasta las gallinas de los vecinos se alborotan
Los poetas vierten tintas en la noche
vacían bolígrafos a veces
pero siguen los ladridos en los patios
hay alguien conmigo que no sé
tan vez un rezagado sin vela
de cualquier modo ahí están ladrando
¿los escuchas? Están más cerca
más cerca desde los patios ladran
cuando siento que la puerta se abre
dejan de ladrar los perros de la cuadra
como si los poetas siguieran de largo
hacia otros barrios cantando en los techos
las catedrales repletas de esta ciudad
hoy 12:58am.
LOS NIÑOS QUE COMEN MANGO
En esta orfandad de acentos cotidianos
te veo componiéndole canciones
a todos los niños que comen mango.
Los niños que comen mango son buenos.
Las manos tiñen de sabia,
tiñen sus franelas escolares,
se manchan de amarillo las caritas
y aflojan sus estómagos de indios.
Pero saben tirar piedras los niños,
tumban las frutas a pedradas,
se las comen del suelo y sin lavar.
Cultivan pues lombrices amarillas
curiosos animales se los comen por dentro,
cultivan dolores de estómago y diarrea.
Ahora que hay médicos por todos lados
les quitan sus dolores y sus mañas
con pastillas, jarabes y tópicos bucales,
los padres con televisión y juegos virtuales.
Entonces ya no comen mango los niños,
se miran con enojo plástico,
lloran por un billete roto,
todo lo sacan de neveras y microondas,
y sus mangos se pudren bajo las matas.
Hay toda una generación de niños sanos,
matando gente a cambio de celulares,
comiendo en las esquinas como zamuros.
Amargos hombres de 12 y 13 años
con pistolas y puñales y polvos,
con moto y reloj de pulsera,
y calles y sobres y Adidas,
que no bajaron mangos a pedradas.
Porque los niños que comen mango
son dulces, como esta tierra.
TODO EL POEMA CONTRA USTEDES
A nuestros burócratas endógenos
Ustedes y su ego no caben ya en ninguna parte
Ustedes sistematizan los saludos
sus besos son como contratos
siempre limitan las libertades
Ustedes jamás bajan la mirada
nunca nos ven a los ojos
Ustedes nunca rompen un plato
eso lo dice el título que llevan a cuestas
suelen saltar por encima de los demás como otros
pero exigen orden en la fila que les corresponde atender
Ustedes trabajan en los mercados del gobierno
y aspiran ocupar sus altos puestos
Tal vez nunca vayan a prisión
aunque lo merezcan
porque ustedes son jueces también
y policías
Nadie sabe más que ustedes
Sacuden sus traseros con delicadeza
después de recibir un ascenso
Suelen comprar sus perfumes en el Centro Comercial
y nunca preguntan por el precio
Consideran indigno el abrazo
hablando del Feng Shui
No dejan de estar a la moda
aplastados en sus oficinas
Nunca comen en la calle
por aquello de la mala educación
Ustedes siempre quieren rascarse el culo con alguien más
nunca trabajan bien
pero ascienden más rápido que cualquiera
Ustedes… ustedes
los que siempre nos han cerrado la puerta
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