viernes, 15 de octubre de 2010

1524.- ARTURO CORCUERA


Daniel Arturo Corcuera Osores (Trujillo, Salaverry, 30 de septiembre de 1935) es un poeta peruano.
En 1963 finaliza sus estudios de literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima; luego realiza su perfeccionamiento, en Literatura, en la Universidad de Madrid, entre los años 1964-1966.
De su poemario Noé delirante se han realizado, hasta el momento, once ediciones, cuatro de ellas con ilustraciones de la paisajista Tilsa Tsuchiya. Una de las reimpresiones, en 1990, alcanzó una edición de cuarenta mil ejemplares, en el diario Página Libre.
Corcuera, llamado por cierta crítica el mago de la palabra, ha sido invitado y ha asistido a más de un centenar de acontecimientos poéticos y culturales en América, Asia y Europa.
En 1972 representó al Perú en la Bienal de Poesía de Knokke, en Bélgica. En 1974 integró el jurado del concurso Casa de las Américas de Cuba y en 1984 dirigió la asamblea poética del Congreso Mundial de Escritores La Paz, Esperanza del Planeta, efectuado en la ciudad de Sofía, Bulgaria. En la actualidad dirige en Lima la revista de poesía Transparencia.
En su obra, de fina y delicada expresión, alternan lo intimista y lo social.

Obra
Noé delirante ((1963)
Primavera triunfante (1964)
Las Sirenas y las estaciones (1976)
Poesía de clase (1968)
La Gran jugada o crónica deportiva que trata de Teófilo Cubillas y el Alianza Lima (1979)
Puente de los suspiros (1982)
Corea Monte de diamante (1984)
Los amantes (1978)
Prosa de juglar (1992)
Canto y gemido de la Tierra (1998)
Puerto de la memoria (2001)
Sonetos del viejo amador (2001)
Parajuegos (2002)
A bordo del arca, Premio Casa de las Américas 2006
Colecciones
Cantoral 1953
El grito del hombre 1957
Sombra del jardín 1961
Premios
Premio Nacional de Poesía 1963
Premio internacional de poesía Atlántida 2002
Premio Trieste de poesía 2003
Premio Casa de las Américas 2006 por A bordo del arca






CANCION DE LA ESPERA

Granito de mi cariño
-siembrita del corazón
cuándo darás tu cosecha,
cuándo tu primera flor


La quiero como a la lluvia
para mi surco de amor;
la semilla de mi ruego
germinará en su querer


Sus labios de limón dulce
me tendrán que responder,
el riego de mis canciones
los tendrá que madurar.


No habrá rayo que destruya
la espiga de mi cantar
ni montaña que detenga
el río de mi pasión.


Granito de mi cariño
-siembrita del corazón
cuándo darás tu cosecha
cuándo tu primera flor.

Cantoral, Lima 1953.






LA FUGA

¡Espinita de la tierra
hiérele sus pies desnudos!
Mi Camucha, tan porfiada,
se quiere fugar con otro
degollando mi cariño.
¡Espinita de la tierra
hiérele sus pies desnudos!

¡Avispa de los aires
pícale en el corazón!
Si ahora niega quererme
por qué no lo negó
aquella noche en la yerba.
¡Avispa de los aires
pícale en el corazón!

Cantoral, Lima 1953.







METÁFORA DEL GALLO

Reloj despertador,
hijo apócrifo del papagayo,
pico alerta y clarinero.

¿Qué tiene el gallo
que se ha callado?

-Hay que llevarlo al relojero.







FÁBULA DE LA PARRA BOHEMIA

Hipa, canta,
se tambalea
la parra.

Bebe su propia aroma
y se embriaga.

¡Qué locuaz y bullanguera
tocando la guitarra,
abriendo otra botella
la parra

NOÉ DELIRANTE
Ediciones Jonás. Madrid, 1966.






En el Cedar´s Hospital

¿Y si a los taitantos años de mi edad
los resultados del examen clínico resultaran preocupantes?
No se cohiba, doctor, en decírmelo
aún si fueran mortales.
Que si hay necesidad de cambiar el filtro a los riñones... (en buena hora) ;
que si el colesterol vuela alto... (aterrizaremos juntos) ;
que si el corazón se fatiga... (el precio de tanto amor) ;
que si el hígado está chiflado... (qué le vamos a hacer) ;
que si existe amenaza de embotellamiento en las arterias, (sería una catástrofe) ;
que si el azúcar... (y uno es tan dulce hasta en las amarguras) ;
que si el páncreas... (no olvidar que el páncreas mató a mi madre) ;
que si una sombra en los pulmones,
que si la próstata...

Dígame, doctor, los resultados
aunque los días que me aguardaran no fueran numerosos.
Comprenda que todo tiene su fin de fiesta
y uno debe dejar sus papeles en orden,
reunir y dar los últimos toques
a unos versos a mediohacer, desaliñados,
empaquetar sus chibas,
mudarse lejos, muy lejos,
irse con su música a otra parte.





LOS AMANTES

Mientras caminas
por bosques y parques
sólo por besar tus pies
el otoño desnuda sus árboles
sólo por besar tus pies.

El te ama como yo
con ojos infinitos
y como yo
también quisiera
desnudarte de otoño.

Nosotros los amantes
sobre nosotros
la lluvia y el amor
la lluvia sin cesar
sin cesar el amor
sobre nosotros
la lluvia que como el amor
humedece a los amantes.





Rosa

Tímida rosa ósea y encarnada
que amo y me ama y junto a mí se posa,
rosa que me rozó con la mirada,
¡oh mi amorosa y aromosa rosa,

sumisa y envolvente llamarada!
Llamándote me enllamas, ardorosa,
y erguida en mi alma, rosa incorporada,
entre mis brazos, caes temblorosa.

Talle, su tallo. Y hojas. Y ojos. Sueño
–que con mis manos toco– que me toca.
Buscada rosa que encontró su dueño.

Escogida entre muchas minuciosa-
mente. Lozanos muslos, ansias, boca,
y no la mires más que así es mi rosa.





«TARZÁN Y EL PARAÍSO PERDIDO»

Aaauaúaaa...!Aaauaúaaa...!

Tarzán (Johnny Weismuller) es internado en un manicomio por creerse Tarzán.

Su grito, que asusta a médicos y enfermeras, no es el clarín con el que hacia su victoriosa aparición en la pantalla.
El grito a Tarzán no le pertenece.
Fue un collage de sonidos confeccionado y patentado por la Warner Brothers: decantaron en el laboratorio los gruñidos de un cerdo y las notas de un tenor.

Tarzán en el sanatorio para artistas (retirados) de Hollywood,
abatido y vencido por la camisa de fuerza (él que encarnó la fuerza sin necesidad de camisa).
Hoy casi a oscuras y ayer mimado por los reflectores.
Tarzán víctima de una dolencia cardiaca se toca el corazón y piensa en Jane.
Desamparado llama en su desesperación a Chita (entre sombras ve y besa a Chita como si fuera su madre.
Chita se limpia la boca, hace morisquetas y dando volatines desaparece),
llama a Chita para que lleve un recado pidiéndole ayuda a Jane.

Pero Chita no podrá acudir. Chita no existió en la vida real.
(Eran ocho monas chimpancé, ocho monas que parieron su estampa cinematográfica).

Y Jane,
la bella silvestre de los níveos brazos,
ya no lucirá más su silueta junto a Tarzán,
porque Jane ya no filma.
Hace mucho tiempo que se le venció el contrato con la Warner: las piernas de Jane ya no están todo lo tersas que uno quisiera para hacerlas figurar en el reparto.

(Ah, Jane, paraíso perdido, divino tesoro,
ya te vas (para no volver),
cuando quiero llorar pienso en ti, mi dulce Jane.
Cuánto hubiera dado por tenerte en mis brazos, por confesarte mi amor: Yo querer mucho a Jane.
Silencio insensato que guarde por culpa de mi testaruda timidez.
Por culpa de los barritos de mi precoz adolescencia.

Ah, Jane, ya no adoro tus senos besados por las lianas.
Tus senos asediados al centímetro por flechas y lanzas.
Ya no adoro tu rostro que el tiempo implacable ha ido modelando a su capricho.
Tu rostro que acaricie con ternura (a escondidas del público) en todas las carteleras.

Que no me digan nunca que te quitaste el maquillaje.
Que no me enseñen nunca tus cabellos de desfalleciente plata.
Para mi tú serás siempre la linda muchacha que yo amé matalascallando,
que yo ayudé a inventar con mis ensueños en los destartalados cines de mi barrio, mi inolvidable Jane).

En su cuarto Tarzán da vueltas como condenado y en su rayado papel de loco repara en el espejo del lavabo y quisiera lanzarse.
Tarzán varias veces campeón olímpico de natación.
Amor, juventud y dinero, la veleidosa gloria:
todo desde el trampolín se le fue al agua.
Todo se lo devoraron con voracidad las fieras.

Entre paredes pálidas que su insomnio decora de enredaderas por sentirse libre (al final de la película) se aferra a sus sueños:
se sueña sobre el lomo de sus elefantes y sonríe.
Se sueña venciendo a sus repujados cocodrilos de cartón.
Ve acercarse a sus leones de felpa (pura melena) y Tarzán siente miedo y tiembla y grita como un desventurado niño de pecho:
Aaauaúaaa...! Aaauaúaaa...!

Pobre Tarzán indefenso y desnudo,
descolgado del ecran por inservible,
loco, completamente solo entre los locos,
aullando perdido en su paraíso perdido,
sin Jane, sin chita, sin fuerzas, sin grito,
solo con su soledad y sus taparrabos.

POEMA DEDICADO A MARIO BENEDETTI

(En: “Puerto de la memoria”, Noceva 2001)






EL PERFIL DE FIDEL

Para hablar de Fidel
hay que cederle la palabra al mar,
pedir su testimonio a las montañas.

El Turquino canta y cuenta su biografía,
los pájaros la propagan,
saben su edad y repiten su nombre.

La edad de Fidel
es la edad de los framboyanes en flor,
la enhiesta edad de su barba verde olivo.

Todos lo sabemos,
los héroes no tienen edad,
tienen historia,
hacen la historia,
son la historia.

No lo arredra la cuadratura del Pentágono
ni las bravatas al rojo de cara pálida
en la hora oscura de la Casa Blanca.

Quien lo dude puede ver en alerta al héroe
y un millón de cubanos cara al Norte
en el malecón de La Habana.

Él es América Negra,
América Hispana,
América Andina:
el perfil de Fidel
es el perfil
de América Latina.




FÁBULA DEL CANARIO

Trino,
lloro
fino, rubia
lluvia
de oro.

Saltando de alba en alba,
en una y otra rama
extiende su estribillo.
Cantarina jaula,
breve cántaro de cantos,
amarilla fontana.

El canario es el grillo
en la edición de la mañana





FÁBULA DE MAESE CUERVO

Sombra de plumas
que empolló la noche.

La noticia funesta,
las defunciones,
de maese cuervo
son lectura diaria.

“¡Ah –exclama-,
si tuviese
agencia funeraria!”








FÁBULA DE LA LUCIÉRNAGA

Diamante en trizas.

Semáforo diminuto
que señala el rumbo
de las libélulas.

Posada sobre un madero
cantas intermitente,
astilla de lucero.







FIEBRE AMARILLA

Amarillo,
amarillo, amarillo,
amarillo, amarillo, amarillo,
¿de qué color nacerán los canarios,
la retama, el limón y el membrillo,
si el otoño sigue despilfarrando
todo el amarillo,
amarillo, amarillo,
amarillo?








EL HEREJE

Nadie podrá convencerme
que el tren
no es larva de mariposa
que el avión no tiene plumas
que el mar no bebe cerveza
que la luz no es una flor







JUEGO DE ESPEJOS

(el poeta)
Para buscar imágenes
me sumerjo en el sueño,
para cazar sirenas
tiro mi anzuelo al espejo

(álbum de familia)
¡Oh, antiguo espejo,
adónde habrás guardado
la cara del abuelo!

(leyenda)
Cuentan los viejos
que los ríos
de antes
desembocaban
en los espejos

(suspenso)
¡Cuántos rostros por la borda,
ay, si el espejo se rebalsa
y se desborda!

(hallazgo)
habita un cisne de bruma
en el fondo del espejo:
ayer le arranqué una pluma

(ego)
¿Algún día, espejo,
enseñarás mi rostro
cuando no era viejo?








PREGUNTAS DE JAVIER EL ADIVINO

Nadie como yo pregunta,
¿nadie a responder alcanza?
Adivina
adivinanza:

Alumbra sin ser estrella,
relincha sin ser caballo.
(el rayo)

Nadie niega que es un mundo
que a medio mundo alborota
(la pelota)

Con una túnica blanca
por la noche se desliza
(la tiza)

No llegará a ser caballo
ni su dueño a ser jinete
(el caballete)

Un pájaro de metal
ora y canta esta mañana.
(la campana)

Para mirar lo que pasa
piden prestados los ojos
(los anteojos)

Una vida por los suelos
y además soba que soba
(la escoba)

Jamás se cansa de andar
este humilde peregrino.
(el camino)

Tiene la vida en un hilo
dando vueltas al garete.
(el carrete)

Es luz que el aire se lleva,
es luz que vuelve y se posa
(la mariposa)

Dama que cuida a su reina,
hiriendo a quien se avecina.
(la espina)

Va pisando nuestros pasos
la espía que nadie nombra.
(la alfombra)

Llevan gafas sin cristales
y saben morder de veras.
(las tijeras)

Teclas de un piano embrujado
que permanecen calladas.
(las gradas)

Blanca sombra que interroga
y a responder nadie alcanza.
¡Ah, divina
adivinanza!







LA GUITARRA

Mujer de nogal
mujer nacida en el centro de un bosque
mujer con un mirlo en la garganta
mujer que pudo ser sirena
mujer que se transmuta en pájaro
mujer sobre góndolas navegando
mujer de un sólo ojo como la Luna
mujer ojerosa
mujer voluble
mujer oculta en un gramófono
mujer prendada de un violín
mujer de rompe y raja
mujer gimiendo al pie de una ventana








LA LUNA Y SU ANTIGUO HABITANTE

La luna no es astro,
la luna no es blanca,
la luna no sale de noche,
la luna no es redonda,
Ia luna no será habitada,
la luna nada tiene que ver con las mareas
ni con los cosmonautas,
la luna es una flor amarilla hecha de vapor niquelado,
la luna es el atisbo inquietante de Narciso desorbitado y loco,
a la luna en su mansedumbre sólo le falta el cisne,
en los crepúsculos la luna funde su metal
para enchapar la cola de las sirenas,
una mujer desnuda sumergida en un estanque
es la otra cara de la luna,
por la cascada sabemos que la luna precipita sus represas,
las bestias engullen la luna en los abrevaderos,
presa de pánico la luna acepta que los lobos
acicalen el colmillo en sus escamas,
la luna es el ojo del náufrago en el temblor
supremo del sobresalto,
los lancheros decapitan la luna con sus remos,
la luna es la sombra amoratada del ahogado
persiguiendo sin sosiego a los navegantes,
la luna ronda los sueños,
la luna es el atajo por donde huyen los enamorados.

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