domingo, 26 de septiembre de 2010

1289.- NORMA ETCHEVERRY


Norma Etcheverry: nació en la localidad de Ranchos, provincia de Buenos Aires (Argentina) en 1963. Reside en la ciudad bonaerense de La Plata, donde se recibió de periodista y estudio letras y Filosofía. A fines de los ‘80 participó, entre otros, con E. Tomaz, Caso Rosendi, Rezzano, Patricia Coto, Carlos Ríos, Susana Dakuyaku, Ralveroni, de la Feria del Autor Inédito, un proyecto que llevó la poesía a la calle mediante la difusión de producciones artesanales en plazas y espacios públicos. Colabora en la revista de poesía "El espiniyo", y publicaciones del interior. Produce "Diagonal Converso", revistual breve que se distribuye periódicamente por correo electrónico. Ha participado en Talleres de escritura en la Casa de la Poesía de Buenos Aires (Coordinación: Alicia Genovese). Ha publicado los libros “Máscaras del tiempo” (1998), “Aspaldiko” (2002) y “La ojera de las vanidades y otros poemas” (2009). Comparte antologías en Argentina y México y algunos de sus poemas están traducidos al francés y al euskera.







Loca de amor

Aunque la boca
cante
con su boca de
roca
es boa
y vaca sagrada,
rota
en el grito de la otra
yo digo
que es
piedra
tijera
y papel.





Juegos nocturnos

Juguemos al scrabel a la noche
en la lengua que prefieras
armemos palabras
con cabos sueltos del álbum familiar
con mi nombre por ejemplo
puedo escribir amor
y roma
y mano y mar y no -porque si quiero puedo
empezar diciendo que no a todo-
al final siempre
hay un culpable en el desorden
que habla alrededor pero
lo que nos pierde en el juego nocturno
es la oración al santo padre
porque distrae
del deseo grabado a fuego
en la letra maternal
cada falta nos inscribe de nuevo
y nos devuelve intactos de placer

tal como predican las santas escrituras.







La ojera de las vanidades

Junto mis huesos
en la hoguera de las vanidades
porque según la abuela Jana
nadie teje con agua del propio río
nadie cruza
a nado el fuego
nadie nada sabe
de las cosas que realmente
pasan en el mundo
tengo un esqueleto
que brilla en la noche
y le alumbra
voy tras él
veré de reunirme con mi espalda
huesito quemado y ceniza
seré carbón tizne tinta
hilo sin hilar
haré crochet con las memorias
de mi origen.






Destinos

Dije
Ya no escribiré
No me importa escribir o no en tanto vivas
Respires
Cerca del niño
Cerca -aún- de mí.

Pero he aquí
Que no hubo nada que ofrecer a los dioses.






Amigas

Las tres se miran
pero una sola se ve
“¿me queda bien el cinto o
mejor sin cinto?”
segura de saberse avispa
zumbona etérea
brillante luz que cautiva a insectos
de alrededor
apenas
se reconoce la segunda
y ella, la otra,
la que prefiere no verse
porque no lleva
ni flores
ni cintas
ni nada
que devele su obeso pudor
sonríe
fugaz relojeo al espejo
demasiado muslo
demasiada nota sobresaliente
sería perfecta en otra cultura
piensa
pero acá lo que se premia es
su discreción de séquito:
“te queda bárbaro,
el ciento”.






Internéteama

(Poema I)

Lluvia dice
y mira caer
la lluvia
sobre los zapatos
lluvia tiene esa forma
del gentío
que arrastra
el descarado rostro
la mano del desastre
el ojo de la perversión
el dios amoneyrado del
servirtual
que cloquea con su reflejo
en el espejo
del agua sucia que llueve.







Mandatos

Aprendió a ser hombre
alguien tenía que emular al
Padre
ser el emergente
decir puedo
alguno debía arremangarse
los pantalones
para llevarlos bien puestos
rescatar la sangre
del recato
y tirarla por la borda
alguien debía ponerse el nombre
alfombro
y dejar para más tarde
la compostura
el maquillaje
la cara boba del rebaño
habrá tiempo luego
para parir
pensó
para ponerse labios de rouge
y ojos
de ternura degollada.





El movimiento de las cosas


Es desandar el olvido,
integrar la memoria,
incorporar el aroma a café
que llega de nuevo hasta la cama,
es darme vuelta sobre mi yo íntimo
último débil,
y despertar en el costado izquierdo
de la espalda
que antes abandoné.

Es volver y volver,
es la marea
el movimiento de las cosas
lo que separa
y aleja.

En la pequeña imperfección que muestra
el vapor de la mañana
¿dónde está escrito el futuro del día?

Es lo que enseña la vida en plena juego.

Así cuando el amor
el viento
esa bendita costumbre de girar sobre las cosas
vuelve
es tan fácil encontrar el rumbo
de las islas amadas.


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