miércoles, 8 de febrero de 2017

SUBHASH JAIRETH [19.930]


Subhash Jaireth

Soy escritor, poeta y ensayista. Nací en Khanna, una pequeña ciudad en Punjab, India. En 1969 fui a Moscú a estudiar geología. Regresé a la India en 1978 y enseñé geología en la Universidad de Roorkee. En 1986 vine a Australia para trabajar en la Oficina de Recursos Minerales. En 1996 terminé un Ph.D., en teatro y teatro ruso en la Universidad Nacional de Australia.

He publicado tres colecciones de poesía: Before the Bullet Hit Me (Vani Prakashan, Delhi, in Hindi); Unfinished Poems for Your Violin (Penguin Australia, in English); Yashodhara: Six Seasons without You (Wild Peony, in English)

Subhash Jaireth: Canción de amor para una página con caligrafía china




Canción de amor para una página 
con caligrafía china

Si mi corazón fuese
una página en blanco,
te pregunté aquella mañana,
¿qué palabras querría
pintar tu pincel?

«No me extrañes
cuando me haya ido», escribiste.
¿Una premonición
o sólo un juego inofensivo:
fácil de jugar y olvidar?

Te extraño, sí;
de qué otro modo podría ser:
como cometas, las palabras recorren los cielos
de mi ser, contigo y sin ti:
un sueño y su sombra caminan juntos.

Píntame
la palabra agua, dije.
Sonreíste, y en la página apareció un pez: 
fuego, te reté una vez más,
y pintaste una hilera de linternas rojas.

Aquella noche
Llovió en mis sueños
empapándome; la página
debe estar en mí, dijiste, y al girarte
y vi una serpiente tatuada en tu espalda.

Hay un carácter
llamado Caoshu, dijiste;
se sujeta el pincel con firmeza
y se gira la muñeca como el cuello de un ganso
que nadara en los arrozales.

El Kaishu es estricto
pero no riguroso, austero pero exacto.
Como mi abuelo
rara vez sonríe, pero cuando lo hace
flotan las líneas y vuelan las formas.

Enséñame Caoshu,
te pedí entonces,
y me sacaste a bailar;
caía la nieve y se fundía
mientras trazábamos figuras en el suelo.

Es como un baile,
me explicaste, que como el agua
se escapa entre los dedos:
fluir es su propósito,
desvanecerse, su glorioso destino.

«Debo irme.»
No lo hagas, quise decir,
Pero no, te marchaste,
dejando el día manchado,
como una sábana por las semillas de una granada.

Mientras dormía aquella noche
envuelto en la sábana teñida,
soñando con berenjenas espléndidas,
en un lejano continente explotó una bomba,
allí donde esperabas que parara un autobús.

Y ahora, llamo silencio a mi casa,
y el silencio, amor mío, eres tú.
Pero el pincel ha hallado un nuevo objeto:
las pinceladas son fuertes, los cordeles no tienen costuras
y la tinta, oscura como las moras, reluce.


Un poema de una sensibilidad exquisita, mesurado en sus cadencias, gentil en las metáforas al tiempo que ambiguo en los juegos de palabras. Construido en torno a un monólogo de un hablante inquisitivo y curioso, el dilema de la canción de amor queda perfectamente esbozado en las tres primeras estrofas. Incluso el título plantea una disyuntiva al lector de la que es imposible escapar.

El mensaje que deja la amada en una página (o la sábana, si así lo prefiere el lector, dado que “white sheet” tiene perfectamente ambas lecturas, que la traducción no podría en ningún caso transmitir con éxito). Ella escoge escribir/pintar (este es, al fin y al cabo, un poema de amor con caligrafía china) un aviso/consejo para evitar el dolor que le conllevará a él su ausencia. «No me extrañes/ cuando me haya ido». El ideograma, el dibujo como palabra, la imagen del trazo curvo y altamente estilizado del Caoshu, que solamente puede lograrse mediante la firmeza. Alcanzar la delicadeza a través de la tenacidad.

Hay naturalmente algunos problemas de traducción en los que he tomado decisiones que pueden resultar difíciles de justificar. Por ejemplo, en “como cometas,/ las palabras recorren los cielos/ de mi ser, contigo y sin ti” he optado por interpretar el “without” del original como correlativo del “with” que le precede, cuando todo parece indicar que debería interpretarse como en el exterior de mi ser. Opciones personales que hacen de la traducción un juego arriesgado, pero deliciosamente entretenido.

Agradezco a mi amigo Subhash su enorme gentileza al permitirme republicar este poema tan íntimo. Como él, yo también he llamado a mi casa, en un no tan distante pasado, silencio. Espero que te guste.

Creado por J.Salavert
http://downunder-literatura.blogspot.com.es/




Love Song for a Sheet with Chinese Calligraphy

This poem from the Meanjin archives was first published in 2014.



If my heart
were a white sheet,
I asked you that morning,
what words your brush
would like to paint?

‘Don’t miss me
when I am gone,’ you wrote.
Was it a premonition
or just a harmless game:
easy to play and forget?

But I miss you;
How could it be otherwise:
the words like kites roam the skies
of my being with you and without:
a dream and its shadow walking side by side.

Paint for me
the word water, I said
you smiled and a fish appeared on the sheet;
fire, I dared you again,
and you painted a row of red lanterns.

That night
it rained in my dream
wetting me and the sheet
must be me, you said, and turned
and I noticed a snake tattooed on your back.

There is a script called Caoshu, you said,
the brush is held firm
and the wrist turns like the neck of geese
swimming in the rice field.

The Kaishu is strict but not harsh, austere but exact:
Like my grandfather
it rarely smiles but when it does
the lines float and the shapes fly.

Teach me Caoshu,
I asked you then and you took me out to dance;
the snow fell and melted
as we traced figures on the ground.

It’s like a dance,
you explained, which like water
seeps through fingers:
to flow is its purpose
to vanish its glorious fate

I have to go;
Don’t, I wanted to say,
but no, you went away,
leaving the day stained
like the sheet from the pomegranate seed.

As I slept that night
wrapped in the painted sheet
dreaming of blissful aubergines
a bomb went off on a distant continent
where you waited for a bus to stop.

Now, I call my house silence
and the silence, my love, is you.
But the brush has found new purpose:
the strokes are strong, the strings seamless
and the ink, dark as mulberry, glows.

Meanjin Volume 73 Issue 1 2014


Subhash Jaireth was born in a small town in Punjab, Northern India. He spent nine years in Moscow (1969 to 1978) studying geology. In 1986 he came to Australia as a geologist but soon began work on a Ph.D thesis on modern Russian drama and theatre. In 1993 he visited Moscow again, watching lots of theatre and interviewing writers, poets and journalists who were learning to cope with the onslaught of free market of Yeltsin's times. He has published poems in Hindi, Russian and English. A verse-narrative Unfinished Poems for Your Violin was published by Penguin Australia in 1996. In Yashodhara: Six Seasons without You, his latest collection of poems (to be released in September 2003 by Wild Peony), he tells the story of Yashodhara, the wife of Sidhartha, the would-be Buddha.




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