miércoles, 22 de febrero de 2017

LUIZ CORONEL [19.962]


LUIZ CORONEL

Luiz Coronel (Bagé, Brasil 1938) es poeta, ensayista, cronista, compositor y editor. Está considerado uno de los mayores creadores del cancionero de la pampa brasileña y una de las voces poéticas más significativas del estado brasileño de Río Grande del Sur.

Bacharel em Direito, Sociologia e Política, reside em Porto Alegre, onde trabalha como diretor de publicidade. Criou e dirige a Exitus, empresa de publicidade. É compositor musical, possuindo diversos prêmios como letrista nas Califórnias da canção nativa. Poeta, sua obra é voltada preferencialmente para a temática da terra, no que retoma a tradição do cancioneiro sul-rio-grandense. Dentre suas obras literárias, destacam-se: Mundaréu, Retirantes do sul, Cavalos do tempo, Baile de máscaras, Pirâmide noturna, Clássicos do Regionalismo Gaúcho. sua obra recebeu diversos prêmios, entre os quais: Prêmio Influência Poesia Espanhola, Universidade de Pamplona, Espanha, em 1990, e Premio Octavio Paz, da Revista Plural, Universidade do México, pelo livro Pirâmide Noturna. 

                  



El espacio donde habita la poesía tiene una temperatura determinada y sus cielos pueden estar vacíos o circundados de nubes. En la poesía hay un clima como en cualquier región del mundo, donde surgen días luminosos y tardes lluviosas y, cuando llueve y luego escampa, sale el sol con su redoblar de tambores de luz y de calor. El poeta escribe entonces sus poemas como quien reparte sombrillas a los cegados y sudorosos veraneantes. Así inició su lectura el poeta Luiz Coronel, oriundo del estado de Río Grande de Sur, en la pequeña sala de la Residencia de Estudiantes, donde ya se escuchó la voz de Federico García Lorca o de Octavio Paz, y también las de los poetas brasileños Haroldo de Campos, Ferreira Gullar, Lêdo Ivo o Carlos Nejar.

La poesía y el poema nacen, de repente, como ráfagas luminosas en la tiniebla cotidiana. Vienen acompañados por su propia musicalidad como una canción, como una de esas melodías que se oyen en la distancia, en la noche, en lejanos parajes y extrañas ciudades. Llega y se presenta como un cuerpo hecho de palabras y de sonidos, con su aliento agitado y unos labios, donde arde “un áspero gusto de vida”. La poesía tiene la anatomía de una mujer, porque el poeta es un hombre y desea abrazar con todas sus fuerzas, hasta el “desvarío de los sentidos”, esa presencia que es semejante a un territorio con sus noches y sus días, sus nubes y sus cielos claros, con sus secretos, sus remolinos y ventiscas. Y fue así, a oleadas, como nos llegó la voz de un poeta de la pampa brasileña, llena de historias vividas o contadas que luego formarían parte de su propia epidermis, que más tarde alimentarían sus cuerdas vocales, y se habrían de convertir en gritos o en gemidos, en sensuales lamentos o en apasionados incendios, pues el canto se condensa en brasa y acaba por quemar.

Luiz Coronel es un poeta de la infancia y del amor. Y también de los gestos heroicos de todos aquellos que tiñeron con su sangre la pampa siempre verde y sedienta. Por sus versos cabalga Gaudêncio Sete Luas y la tropa de lanceros de la escuadra farroupilla. Por la noche, los cuerpos cansados, las gargantas resecas, se oyen contar los decires e historias a la luz del fuego y al calor del mate y la rapadura. Y entre los presentes alguien menciona, entre susurros, el nombre de Leontina das Dores, la que tanto sufrió de amor, de soledades y de encuentros furtivos. ¡Ah, el amor! Luiz Coronel gira y gira, viaja y recorre tierras, pero siempre vuelve al mismo sitio. Y ese lugar es una casa y un lecho de mujer.

Y nosotros, los que le escuchábamos, no sabíamos que la pampa era semejante a un mar verde, intensamente verde, que se encrespaba en oleajes de hierba. E ignorábamos que el viento, cuando sopla, trae aromas de jazmín y canciones de tierras distantes, que las mujeres son aguerridas, valientes y tejen con su sangre los colores de la bandera farroupilla, enseña que ondea al viento esa legión de guerreros que fundaron la República de Piratiní.

En Luiz Coronel late el aliento épico, como la voz lírica o el epitafio fúnebre. Contaba en Madrid que los muertos cuando mueren se llevan su sombra y nos dejan su luz. Y, en el claroscuro de las vidas, los héroes legendarios son semejantes a los más cotidianos, a aquellos que recorren sus existencias junto a las nuestras: unos y otros se pierden igualmente en la distancia inalcanzable, pero dejan su recuerdo luminoso, ese aroma inconfundible que se hace un hueco en los recodos de la memoria.

De Luiz Coronel se han dicho muchas cosas. Los poetas que ya estuvieron leyendo sus versos en la Residencia han comentado su “alegría y dolor de vivir con los ojos y los oídos atentos a las imágenes y los rumores del mundo” (Lêdo Ivo), su expresividad poética que es como “una tempestad de la pampa, como una nube cargada de lluvia o un sol generoso” (Marco Lucchesi), o han resaltado la conjunción, en sus canciones, de la melodía con las imágenes que “hablan mágicamente con el lector de forma sorprendente” (Carlos Nejar).

Entre los grandes escritores de Río Grande, en cuyos orígenes habría que situar al maestro Érico Veríssimo, en todos aquellos que han cantado y narrado esas tierras del sur, fronterizas y combativas, tiernas e indomables, están el narrador Luiz Antonio Assis Brasil, el cronista Luis Fernando Veríssimo o el poeta Armindo Trevisan. Y entre todos ellos, a su vera, con trote ligero de gaucho, está Luiz Coronel.

Dijo Carlos Drummond de Andrade que su poesía era una combinación feliz de humor, poesía y arte, en definitiva, una fiesta. Y por eso la vieja Residencia de Estudiantes rejuveneció con su voz y la Casa de las Conchas, de Salamanca, se inundó de melodías. Cantaba Luiz Coronel: todos acogimos su voz luminosa y él se llevó la sombra.

Antonio Maura



La poesía

Antes de ser palabra,
figura,
la poesía
se anuncia por el clima,
aroma,
aura.

Así como la lluvia
después de que desembarcaran las palabras
con sus instrumentos.

El sol con sus tambores.
El amor,
con su triste violoncelo.



Pesquisa

Fui a buscar en tu cuerpo
moras recién cogidas.
Quedó, ardiendo en los labios,
un áspero gusto de vida.

Quise dejar en tu cuerpo
las marcas de mi deseo.
Si extiendo las manos, no alcanzo.
Si cierro los ojos, no veo.

En tu cuerpo yo busco
el desvarío de los sentidos.
Por valles y montañas
avienta el viento tus gemidos.

Quería porque quería
destapar tus secretos.
La noche me dice: es tarde.
Las nubes responden: es pronto.

Siempre pensé en tu cuerpo
como en un velero sobre las ondas.
Si decido gritar tu nombre
tal vez el eco responda.



La pasión

La pasión es un incendio
en la fábrica de fuegos de artificio.
La pasión es un baile
al borde del precipicio.

La pasión afila las uñas
con gestos angelicales.
Enseñan a coger petunias
mientras que afila puñales.

Cuando la pasión acaba
el mito se quiebra.
Y queda la sensación de un viaje
contra una lluvia de piedras.



Gaudêncio Sete Luas

La luna es un tiro al blanco,
y las estrellas, bala y bala.
Viene el minuano y yo me salvo
bajo mi sombrero de ala.

Si retumba la gritería,
relampaguea mi machete.
Quien no muestra valentía,
en la pelea, desaparece.

Marqué la paleta de la noche
con el sol que es hierro en brasa.
Y el día llegó mugiendo
para bañarse en agua calma.

Para calentarme, mate caliente,
para refrescarme, helada fría.
No se queda para ser simiente
quien nació en la ventisca.

1 Minuano: viento del sudoeste, seco y frío, que sopla en invierno, después de las lluvias, en el sur de Brasil.



Extraídos de
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BRASILEÑA
Org. de Xosé Lois García
Santiago de Compostela: Edicions Laiovento, 2001
ISBN 84-8487-001-4


GAUDENCIO SIETE LUNAS VALORA SU GUITARRA

Lo que me prende a la guitarra
no es su forma de abrazo.
Esta guitarra me amarra
con sus redes de acero.

Guitarra es cuya con bomba,
observen la semejanza:
si en el mate  la pampa es sabia
en la guitarra la pampa es danza.

Tiene pájaros cautivos
esta guitarra sonora.
Si enteabro sus cuerdas
los pájaros se alejan.

Es guitarra de alambrada,
donde el viento llora por la mañana.
Guitarra, tienes potros salvajes
galopando en las entrañas.


GALLINEROS

La gallina nube-blanca
pone un huevo, luna llena.
Una nidada de estrellas
por la hierba del cielo pasea.

Gallo-sol, plumas doradas
abre las alas, nace la aurora.
Tus nubes cambian de plumas
cuando la nieve cae afuera.

Nube blanca cubre la luna
está incubanco otro pollito.
La madrugada está clareando.
Es otro gallo. Presiento.


LOS SANTURRONES DEL FERRABLÁS

Masacre 1 – Sapiranga 1874

(monólogo de Jacobina)

Del abismo de mi sueño
traigo la luz de la verdad.
Anuncio el Fin de los Tiempos
para los campos y ciudades.
La Divina Naturaleza
hace de mí su voluntad.

A los enfermos traigo cura
que me revela la Divinidad.
De las Sagradas Escrituras
anuncio el amor y la caridad.
Ni bayonetas caladas
callarán mi verdad.

Los ángeles están conmigo,
yo traigo la Resurrección.
Al cerco del enemigo
no damos rendición.
Será la paz sobre cenizas.
Morimos con las armas en la mano.



QUÉ POBRES SON LOS POBRES DE MI PAÍS

Qué pobres son los pobres
los pobres de mi país.
En la piel morena de América
herida sin cicatriz.

Qué pobres son los pobres
los pobres de mi país.
Pobres a la orilla de la carretera
y en los peldaños de la matriz.

Qué pobres son los pobres
los pobres de mi país.
En la piel morena de América
herida sin cicatriz.

Qué pobres son los pobres
los pobres de mi país.
Todo el mundo oculta las culpas
solo es maldito quien maldice.

Qué pobres son los pobres
los pobres de mi país.


         Clássicos do Regionalismo Gaúcho (1994)



RELATO DE LAS RELACIONE DEL SOL
COM LAS AGUAS DEL GUAÍBA

Relato las relaciones
del sol
con las aguas del río.

Un sol amoroso penetra
lentamente
las aguas en celo.

Suave brisa
alevanta las sábanas
y el sol
se acuesta
en el lecho

Las aguas
con manos de seda
acarician un sol
aceptado.

Con el sol inmenso
en las aguas
una colcha púrpura
revela
que mismo en el fondo del lecho
mantiene encendidas el sol
sus claras
linternas.

                   Um Girassol na Neblina (1997)



                        A PAIXÃO

                   A paixão é um incêndio
na fábrica de fogos de artifício.
A paixão é um balé
à beira do precipício.

Quando a paixão termina
o mito se quebra.
E resta a sensação de uma viagem
contra uma chuva de pedra.



O BANHO

Como demora esse banho.
Envolta em toalhas
ela desfila entre espelhos
embaçados.

As lamparinas da nudez
conferem à pele
os vários tons da madrugada.



AS CHEIAS

Nessas ruas sem consolo
há um hidráulico erotismo.
Revelam formas fêmeas
os encharcados vestidos.

No aquário dos sapatos
sinto os pés como dois peixes.
Há dez dias que nas calhas
lê a chuva o mesmo texto.



LUA CHEIA

Duas gotas de sangue nas dunas,
duas rosas rubras na areia.
Se foi prazer ou suplício,
sabe o amor e a lua cheia.

Foi de amor esse gemido?
Ou foi de gozo esse grito?
Sabem tudo e nada dizem
as estrelas no infinito.

                            Amor, seja lá como for



GAUDÊNCIO SETE LUAS FALA DE CARTEADOS

Faço de banco a montanha,
ponho o sol de lamparina.
Um carteado tem mais manhas
que o vento na casuarina.

Se é mesa verde a colina,
Gaudêncio é carta marcada.
Rei-de-ouros para as chinas,
pros valentes rei-de-espadas.

Carteador dança ciranda,
nestas noites de serão.
Se o destino é quem nos manda,
tenho o destino nas mãos.

Clássicos do Regionalismo Gaúcho



PILCHAS

Não pensem que são pirilampos
essas estrelas lá fora.
É a lua clara dos campos
refletida nas esporas.

Se uso vincha na testa
é pra ver o mundo mais claro.
Não vendo o mundo por frestas
lhe posso fazer reparos.

Sem cinturão nem guaiaca
me sinto quase em pêlo.
Quando meu laço desata
sou carretel de novelo.

Da bodega levo um trago
para matar aminha sede.
Meu chapéu de aba quebrada
beija-santo-de-parede.

Atirei as boleadeiras
contra a noite que surgia.
Noite a dentro entre as estrelas
se tornaram três-marias.

Lunarejo - antologia poética regional



GAUDÊNCIO SETE LUAS AVALAI SUA GUITARRA

O que me prende à guitarra
não é sua forma de abraço.
esta guitarra me amarra
com suas rédeas de aço.

Guitarra é cuia com bomba,
reparem a semelhança:
se no mate o pampa é selva
na guitarra o pampa é dança.

tem pássaros cativos
guitarra sonora.
se entreabro suas cordas
os pássaros vão embora.

é guitarra o aramado,
onde o vento chora as manhas.
guitarra, tens potros xucros
galopando em tuas entranhas.



POLEIROS

A galinha nuvem-branca
pôs um ovo, lua cheia.
Uma ninhada de estrelas
na relva do céu passeia.

Galo-sol, penas doiradas
abre as asas, nasce a aurora.
As nuvens mudam de penas
quando a neve cai lá fora.

Nuvem-branca cobre a lua
ta chocando mais um pinto.
Madrugada tá clareando.
É mais um galo. Pressinto.



OS SANTORRÕES DO FERRABRÁS

Massacre 1 – Sapiranga 1874

(monólogo de Jacobina)

Do abismo de meu sono
eu trago a luz da verdade.
Anuncio o Fim dos tempos
para os campos e cidades.
A Divina Natureza
faz de mim sua vontade.

Aos enfermos trago a cura
que me revela a Divindade.
Das Sagradas Escrituras
prego o amor e a caridade.
Nem baionetas caladas
calarão minha verdade.

Os anjos estão comigo,
eu trago a Ressurreição.
Ao cerco do inimigo
nós não damos rendição.
Será a paz sobre cinzas.
Morremos de armas na mão.



COMO SÃO POBRES OS POBRES DO MEU PAÍS

Como são pobres os pobres,
os pobres do meu país.
Na pele morena da América
ferida sem cicatriz.

Como são pobres os pobres,
os pobres do meu país.
Pobres de beira de estrada
e dos degraus da matriz.


Como são pobres os pobres,
os pobres do meu país.
Na pele morena da América
ferida sem cicatriz.

Como são pobres os pobres,
os pobres do meu país.
Todo mundo oculta as culpas
só é maldito quem diz.

Como são pobres os pobres,
os pobres do meu país.



RELATO DAS RELAÇÕES DO SOL
COM AS ÁGUAS DO GUAÍBA

Relato as relações
do sol
com as águas do rio.

Um sol amoroso penetra
lentamente
as águas em cio.

Suave brisa
ergue os lençóis
e o sol
se deita
no leito.

As águas
com mãos de seda
acariciam um sol
aceito.

Com o sol imerso
nas águas
uma colcha púrpura
revela
que mesmo no fundo do leito
mantém acesas o sol
as suas claras
lanternas.


                   Um Girassol na Neblina (1997)




De
Luiz Coronel
CORAÇÃO FARROUPILHA
A poesia regional de Luiz Coronel. 
Porto Alegre:  Projetos editoriais, 2001.  74 p.  formato  26x26c, capa dura.   Capa e projeto gráfico de Péricles Gomide. Responsabilidade editorial de Nádia Franck Bergman. Impressão e acabamento da Edebra Indústria Gráfica e Editoral Ltada.  Patrocínio da Companhia Província de Crédito Imobiliário. Ilustrado com fotos e imagens coloridas manipuladas, algumas em páginas desdobráveis. Inclui um CD musical.  Col. A.M. (EE)



CORDAS DE ESPINHO

Geada vestiu de noiva
os galhos da pitangueira.
Ainda caso com Rosa
caso ela queira ou não queira.

Acordei minha viola
com seis cordas de espinho.,
Meu canto em cor de sangue
teu beijo gosto de vinho.

Pra domar o meu destino
comprei um buçal de prata.
Nenhum pesar me derruba
qualquer paixão me arrebata.

Fui aprender minha milonga
na água clara da fonte.
O canto do quero-quero
mais que um aviso é uma ponte.







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