Lily Myers
Originaria de Seattle, Washington, EE.UU., primero comenzó a escribir poesía durante su primer año de la escuela secundaria después de que "accidentalmente" tomó una clase de escritura creativa. Terminó en la poesía amorosa y con el apoyo de su maestra, comenzó a asistir a noches de micrófono abierto. Slams -Fast Forward cuatro años, en donde Myers ha encontrado su vocación.
Estudiante de sociología en la Universidad de Wesleyan, Myers es un miembro del equipo de slam de la Universidad. Como parte del equipo, compitió en la Escuela Nacional de Poesía con su poema, "La disminución de la Mujer." Su recitación fue puesta en YouTube y ha ganado millones de visitas.
Mujeres que encogen
Al otro lado de la mesa de la cocina, mi madre sonríe por encima del vino tinto que bebe de su vaso de medir.
Dice que no se priva,
pero he aprendido a encontrar el matiz en cada movimiento de su tenedor.
En cada arruga de su ceja al ofrecerme los pedazos que no se ha comido de su plato.
Me he dado cuenta de que solo cena cuando yo lo sugiero.
Me pregunto qué hace cuando no estoy ahí para hacerlo.
Quizás es por esto que mi casa parece más grande cada vez que vuelvo; es proporcional.
Al encogerse, el espacio a su alrededor parece cada vez más vasto.
Ella mengua mientras mi padre se expande. Su estómago se ha vuelto redondo del vino, las noches tardías, las ostras, la poesía. Una nueva novia que tenía sobrepeso de adolescente, pero mi padre me informa de que ahora está “loca por la fruta”.
Fue igual con sus padres;
mientras mi abuela se volvía delicada y angular su marido aumentaba hasta unas mejillas redondas y rojas, un estómago redondo
y me pregunto si mi linaje es uno de mujeres que encogen
haciendo espacio para la entrada de los hombres en sus vidas
sin saber cómo rellenarlo de nuevo una vez se marchan.
Me han enseñado a acomodar.
Mi hermano nunca piensa antes de hablar.
A mí me han enseñado a filtrar.
“¿Cómo puede alguien tener una relación con la comida?” Me pregunta, riendo, mientras como la sopa de judías negras que he elegido por su falta de calorías.
Yo quiero decirle: venimos de lugares diferentes, Jonas,
a ti te han enseñado a crecer hacia fuera
a mí me han enseñado a crecer hacia dentro
tú aprendiste de nuestro padre cómo emitir, cómo producir, a que cada pensamiento ruede de tu lengua con confianza, solías quedarte sin voz una semana cualquiera de tanto gritar
Yo aprendí a absorber
Tomé lecciones de nuestra madre de crear espacio a nuestro alrededor
aprendí a leer los nudos de su frente mientras los chicos salían a comer ostras
y nunca pretendí replicarla, pero
pasa el tiempo suficiente sentada enfrente de alguien y adquieres sus hábitos
Es por eso que las mujeres de mi familia han estado encogiendo durante décadas.
Todas nosotras lo aprendimos de las otras, de la forma en que cada generación enseñó a la siguiente cómo tejer
entretejiendo silencio entre los hilos
que todavía puedo sentir al andar por esta casa que siempre crece,
la piel picándome,
adquiriendo todos los hábitos que mi madre ha dejado caer inconscientemente como pedacitos de papel arrugado de su bolsillo en sus incontables excursiones del dormitorio a la cocina al dormitorio otra vez,
Noches que la oigo deslizarse a comer yogur solo en la oscuridad, una fugitiva robando calorías a las que no siente que tenga derecho.
Decidiendo cuántos mordiscos son demasiados
Cuánto espacio se merece ocupar.
Observando la lucha o bien la imito o bien la odio,
Y ya no quiero hacer ninguna de las dos cosas
pero la carga de esta casa me ha seguido a través del país
he hecho cinco preguntas en clase de genética hoy y todas empezaban por la palabra “perdón”.
No conozco los requerimientos para la carrera de sociología porque me pasé la reunión entera decidiendo si podía o no comerme otro trozo de pizza
una obsesión circular que nunca quise pero
La herencia es accidental
todavía mirándome con los labios manchados de vino desde el otro lado de la mesa.
Poema slam
Traducido por Sol
http://pensandoenlila.blogspot.com.es/2015/10/mujeres-que-encogen-lily-myers.html
SHRINKING WOMEN
Across from me at the kitchen table, my mother smiles over red wine that she drinks out of a measuring glass.
She says she doesn't deprive herself,
but I've learned to find nuance in every movement of her fork.
In every crinkle in her brow as she offers me the uneaten pieces on her plate.
I've realized she only eats dinner when I suggest it.
I wonder what she does when I'm not there to do so.
Maybe this is why my house feels bigger each time I return; it's proportional.
As she shrinks the space around her seems increasingly vast.
She wanes while my father waxes. His stomach has grown round with wine, late nights, oysters, poetry. A new girlfriend who was overweight as a teenager, but my dad reports that now she's "crazy about fruit."
It was the same with his parents;
as my grandmother became frail and angular her husband swelled to red round cheeks, rotund stomach
and I wonder if my lineage is one of women shrinking
making space for the entrance of men into their lives
not knowing how to fill it back up once they leave.
I have been taught accommodation.
My brother never thinks before he speaks.
I have been taught to filter.
"How can anyone have a relationship to food?" He asks, laughing, as I eat the black bean soup I chose for its lack of carbs.
I want to tell say: we come from difference, Jonas,
you have been taught to grow out
I have been taught to grow in
you learned from our father how to emit, how to produce, to roll each thought off your tongue with confidence, you used to lose your voice every other week from shouting so much
I learned to absorb
I took lessons from our mother in creating space around myself
I learned to read the knots in her forehead while the guys went out for oysters
and I never meant to replicate her, but
spend enough time sitting across from someone and you pick up their habits
that's why women in my family have been shrinking for decades.
We all learned it from each other, the way each generation taught the next how to knit
weaving silence in between the threads
which I can still feel as I walk through this ever-growing house,
skin itching,
picking up all the habits my mother has unwittingly dropped like bits of crumpled paper from her pocket on her countless trips from bedroom to kitchen to bedroom again,
Nights I hear her creep down to eat plain yogurt in the dark, a fugitive stealing calories to which she does not feel entitled.
Deciding how many bites is too many
How much space she deserves to occupy.
Watching the struggle I either mimic or hate her,
And I don't want to do either anymore
but the burden of this house has followed me across the country
I asked five questions in genetics class today and all of them started with the word "sorry".
I don't know the requirements for the sociology major because I spent the entire meeting deciding whether or not I could have another piece of pizza
a circular obsession I never wanted but
inheritance is accidental
still staring at me with wine-stained lips from across the kitchen table.
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