lunes, 18 de julio de 2016

ANDREA ABREU LÓPEZ [18.937]


Andrea Abreu López

(Tenerife, 1995)
Estudia Periodismo en la Universidad de La Laguna. Nació en Icod de los Vinos, la tierra de Emeterio Gutiérrez Albelo. Cuando tenía solo 10 años ganó el premio escolar de poesía Emeterio Gutiérrez Albelo. El realismo mágico y el surrealismo han sido sus vías para conocer y celebrar la realidad que no está, un mundo que vive bajo la corteza de los ojos. Julio Cortázar ha sido la curva del puente. Estudió un curso de poesía con Coriolano González Montáñez, quien deslizó en ella el amor por la poesía de mujeres como Sharon Olds, Wislawa Szymborska y Diane Di Prima. Busca en la poesía un escape de lo cotidiano, de lo sistemático, de las normas que el sistema impone para descodificar la realidad. Busca la sencillez de un gato, que escapa de la construcción humana, o la metafísica de un árbol. Algo que está más allá de las cosas que vemos y tocamos. Esta búsqueda la ha llevado a profundizar en el activismo ecologista y feminista. La poesía es una forma de observar el mundo, de entender la realidad, y nos abre a cambiarla y a construir. Es creadora y parte del equipo del blog literario Proyecto Garabatos (www.proyectogarabatos.wordpress.com), y en los blogs El bicho negro (www.elbichocarretero.blogspot.com) y Cielo raso (www.elcieloraso.blogspot.com).



Llueve en la calle herradores

Llueve en la calle herradores
dos niños
que juegan a morirse
pam              pam
un golpe certero en el pecho
tres monjas negras
que salen de un portal

oscurece en la calle herradores
no hay hojas
no importa
en el cielo
el aire
también balancea la calle
las luces más tenues
no hay flores

no tengo paraguas
solo una antena parabólica
un pequeño recuerdo de vida
dos niños
que juegan a morirse
pam              pam
un golpe certero en el pecho
tres monjas negras
que salen de un portal
el cielo sin hojas
el aire que porta la calle
las luces más tenues
la ausencia de flores
una palabra muy larga
la noche

la certeza

nosotros también moriremos

pam              pam.





Utilidad de mi casa

Para Aida González Rossi,
por aquello de los edificios interiores.


He hecho unas galletas de canela
están en la mesa de la cocina

no me mires así
gato

no ves que no tengo ojos
sino dos bloques
cemento
yo también quiero saber qué ocurre
nepal
hay gente que vive en mi ropa sucia
en las bragas que asoman de la gaveta

gato
te puedes quedar este domicilio
yo ya no lo quiero
sabes lo que hay en Gokayama
tejados como naipes en actitud de reyerta
sabes lo que hay allí
la nieve

me preocupo por ti
gato

gato barroquismo
no ves que no queda comida en lata
pack ahorro gourmet gold mousse
surtido catessy bocaditos

nada
NADA

no quedan sino edificios aquí
y yo ya no soy de carne
gato
nagual
quién sabe si tú no eres yo
o si yo soy tu comida en lata

sweetness sweetness i was only joking
when I said I’d like to
smash every tooth in your head
gato

apaga la maldita radio de una vez
no ves que no soporto más la
casa distopía
que me duele el cuerpo de la fm

gato
escúchame
no ves que
yo soy presa por partida doble
cárcel de esta casa                                                                  
cárcel de mí

de la lombriz verde que se posa
en mis esquinas.




SEI LA TERRA E LA MORTE*

Yo soy como la Tierra, siempre
sola, siempre viva. Siempre
gravitante. Siempre giratoria.
Siempre trescientos sesenta y cinco.
Y cuatro. Años bisiestos
y estaciones.

Fantaseo con la niña que duerme
en la otra cama. Se ha hecho amiga
de gallinas hacinadas y ratas
con ojos de sangre. Ella y yo
vivimos en una casa con muros
descubiertos, pilares enormes,
ventanas sin vidrios, alfileres en
las fotos, veneno para gatos.

Me quiere, pero me habla cerca
de la oreja y no consigo ver
lo que me dice. Todo porque soy
una mujer sin párpados ni boca.
Hueca.

Vacía como la Tierra.
Oscura como la Tierra

*Cesare Pavese




UNA, NESSUNA…

es imposible ver desde dentro
desde dentro solo soy yo
ciega del mundo y de mí




EDREDÓN DE PATITOS DE COLORES

doctor
tengo veinte años y aún no sé dormir sola
mi madre me ha dicho que me olvide
de compartir cama con los ángeles
que los ángeles se han ido
que los ángeles antes eran tres

miguel gabriel rafael

uno en cada esquina
pero también eran tenebrosos
y mudos como mi cama
los ángeles se han ido doctor  y yo
tengo los dedos con forma de rombo
no paro de meter las uñas en los muros
y saco trozos de fotos
verdes
como los ojos de mi padre
doctor
los ángeles se han ido
doctor
los ángeles
¿qué voy a hacer yo si no tengo párpados?




Utilidad de mi reloj

Un pájaro azul se ha alimentado
de mis ojos todo este tiempo.
Ciego las horas como topos.
Muerte, me dueles en la sangre.




Adiós

A Fernando Angulo Herrera

amiga de este cuerpo
me caminas
como la noche
y la noche
me despierta en llamas
te vas
y me quedan los cercos azules
de tu ausencia
ese olor a flores moribundas




Mutismo selectivo

Camino vulnerable, como se camina con la luz apagada en una casa que no es la propia. Solo habla una voz que no es la mía. Los sonidos los articulan mis labios. Pero otra cara toma mi apertura para salir de su escondite. Nadie me conoce. Nadie ha oído nunca lo que digo. Yo no existo. Me limito a morir. A no nacer aún. Y aquí: solo habla una voz que desconozco.



Viaje

A Alejandra Pizarnik, por ser hermosa sin saberlo.

qué extrañas formas
del agua prismática y la distancia
sólida
detrás del azul
y la ventana y lo otro detrás del
vidrio
y lo otro se me asemeja huraño
rostros destapados
pero solo corteza
en las monedas los bolsos
los pájaros los tickets
los brazos cruzados y los zapatos
de los que esperan el próximo tranvía




La Ciudad húmeda

I

paseo por la herradores
con un libro de anne carson
pegado al brazo
plegado con delicadeza
como un pañuelo valiosísimo
sorprendentemente
estoy hablando sola
y veo otras locas aproximarse
que también hablan con sus espíritus

en la noche
en la calle de la ciudad despierta


II

no ha parado de llover
desde esta mañana
intento escribir
pero no hago otra cosa que observar
esas lámparas que cuelgan del techo
como mocos translúcidos y fríos
prohibido hablar, esto es una biblioteca
yo no pretendía hacer ruido
ahora mi miseria quiere cantar


III

pequeñas bombillas centelleantes
pequeñas amapolas imberbes
o peludas               sus cabezas bullen
como el viento            en este bar
no logro concentrarme
me mata el olor a pieles descompuestas




La Ciudad de la calma

Hoy me tiemblan las piernas Gritamos Canté Canté con los dientes como cuchillas que relucen a las puertas de la universidad Nosotras Las chicas que leen a las chicas Las chicas que besan a las chicas Gritos Hicimos parar por última vez al tranvía de la ciudad mojada Mojada como mis dedos Mojada como nosotras mojadas La calzada cubierta de ojos gatos callejeros que nos persiguen Aún Un último grito Un último aullido Hoy

ha sido

un día de lucha en la ciudad de la calma







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