Alicia De León Epp
Poeta y educadora uruguaya reside en Delta,British Columbia, Canadá.
En el año 2001 publicó el poemario “Jornada Azul”.
En el año 2006, se le otorgó el primer premio al mejor trabajo en el certamen internacional de Poesía y Cuento “Don Antonio M Hernández” (Uruguay).
En el año 2009, se le otorgó mención de honor en el certamen internacional de Poesía y Cuento breve “Don Antonio M Hernández” (Uruguay).
Miembro de los grupos en línea de poesía Tu Voz I, Tu Voz II y Tu Voz Lirica, ultimo del cual obtuvo el premio La Lira Oro 2014 y premio mensual “Alma del Campo”.
Ha sido incluida en la Antología Nuestra Voz (2015) y Nuestra Voz (2016).
Algo
Se abren las puertas del recinto rojo
y gimen las bisagras oxidadas
algo huye, se va, cruzando lágrimas
dejando sobre el alma sus pisadas.
Va escalando suspiros y silencios
se trepa por recuerdos y emociones
se desplaza y en su metamorfosis
va perdiendo su piel de inhibiciones
corre por la garganta entre los nudos
ríe bajo la seda de un sonrojo
asciende despertando los sentidos
se asoma a la ventana de mis ojos.
Más tarde se desliza por mi brazo
pulsa en mis venas con latidos de miel
fluye de mis dedos, salta a mi pluma
y cae azul sobre el blanco papel.
Alzeheimers
Él la mira con ojos de enamorado
y la ve joven, feliz y apasionada
su negro pelo muy largo y ondulado
su piel fragante, muy suave y sonrojada.
Ella lo mira con ojos sin pasado
y ve una imagen apenas delineada
no reconoce el rostro del amado
sólo ve sombras que no le dicen nada.
Pero él la ama y su amor obstinado
no la deja marcharse totalmente
le basta oírla respirar a su lado.
¿Extrañarla? ¡OH si, constantemente!
¿Llorarla? ¡Si, claro que la ha llorado!
¿Dejarla ir? Talvez; más lentamente.
Campesina
Se escucha en el sonido
azul de la alborada
un bostezo de niebla.
Se despereza el campo
entre mugidos
Ella escucha el llamado
impregnado de la vida
y con vida responde.
La mañana la busca
como anhelosa madre,
su delantal repleto
de recientes milagros
y la encuentra inocente,
llevando el rosado
ósculo de la aurora
en sus mejillas. Siente
que el pastoril llamado
se eleva de su pecho,
de su piel, de su alma.
Y aquel sonido azul
dice su nombre.
De Rebeldía y Perdón
He discutido con el alfarero
yo, la arcilla,
en rebeldía deseché su esmero.
“Yo he de formarme con mi propio empeño”
dejé su mano
e imprudente perseguí mi sueño.
Más lejos de su mano y de su rueda
yo la arcilla
fui tan sólo un puñado de greda.
Pero greda que le pertenecía…
tierno me recogió
y con amor moldeó ésta vida mía.
Fluyó la gracia de divino venero
y yo la arcilla
fui la obra maestra del alfarero.
Dicen
Dicen que es muy raro, que escucha al silencio
y dicen que dice que el silencio le habla
que la luna llena le cuenta secretos
y que el cielo mismo se inclina y le canta.
Dicen que en su huerto planta pensamientos
porque le complace cosechar palabras
y que sus desvelos son su tierra fértil
y sus soledades son su roca alta.
Dicen que el llanto de este mundo herido
es el fuego amargo que arde en sus lágrimas
que siente muy hondo las penas de otros
y que la injusticia le retuerce el alma.
Dicen que es muy raro, que sobre sus labios
caen los más claros matices del alba
dicen que las musas lo llaman poeta
y dicen que dice que el silencio le habla…
En Vano
Se oyen en el silencio
los pasos de un recuerdo
la mente le dice al corazón
¡No escuches!
En el santuario del pecho
se cierran las ventanas
y a las puertas
le florecen candados
la mente le dice al corazón
¡No le des paso!
Y por momentos o años
se mantienen,
el pecho amurallado
y el corazón inexpugnable.
Hasta que desde adentro
se levanta un poema
y en el poema
se escuchan claramente
los pasos de un recuerdo.
Imposibles
Si yo pudiera abandonar mi piel
como se deja un vestido viejo
si pudiera evadirme de la forma
y ser tan sólo lo que llevo dentro
si no arrastrara éstos pies de greda
si no crecieran rosas en mi pecho
si mis labios no fueran la fontana
de donde emanan ígneos los anhelos
¿Cómo sería nuestro amor entonces?
¿Cómo sería éste mundo nuestro?
Si yo pudiera abandonar mi nombre
y dejarlo caer en el silencio
¿Cómo me llamarías en tus noches?
¿En tus susurros rojos y en tus versos?
si no arrastrara estos pies de greda,
si no crecieran rosas en mi pecho…
Improbable Cita
Encontrémonos
en el guiño de una estrella
en la esquina del viento
en el beso del rocío
en el rubor del pétalo.
Encontrémonos
en la espuma de las olas
en la sonrisa del mar
en el ala cargada de cielo
en el misterio
de un trino nocturno.
Encontrémonos
en una gota de tiempo
en un minuto de lluvia
no en un lugar
si no en un sentimiento.
Encontrémonos
y desandemos la vida
hasta llegar al latido
un instante antes del adiós.
Encontrémonos
a la orilla de una esperanza
y al amparo de la inocencia.
La Absurda Razón
No son las llamas negras
que hasta mis pies se estiran
ni son las rojas olas
que se rompen
contra mis acantilados.
Son más bien los gritos
del silencio
los rincones vacíos
las horas devoradas
por los roedores
de mis remordimientos.
No son las mariposas
que emergen de mis dedos
ni son mis diálogos
con la espalda del tiempo
son más bien los besos deshojados
sobre la ajena piel de la costumbre
y éste ir y venir sobre la línea
desde la incumbencia hasta lo adecuado.
no son mis ojos abiertos a la nada
que ven el lado reverso de éste mundo
ni son los papeles estrujados
que caen cual pétalos
de una flor malograda.
Es más bien éste encogerse de hombros
éste vivir apático
la absurda razón de mi locura,
éste dejar que pase la tormenta
sin mirar hacia el cielo
éste resguardarme de la lluvia
éste pálido latido
ésta carencia de mi
es más bien esto
la absurda razón
de mi locura mi locura.
Lienzos
En el lienzo del tiempo
pintamos nuestro amor en rojo
un rojo sin disculpas
un rojo escandaloso y atrevido
con tonalidades de esperanza.
En el lienzo del tiempo
pintamos nuestro adiós en rojo
un rojo sin excusas
y sin remordimientos
con matices de nunca
y trasfondos de siempre.
En el lienzo del tiempo
pintamos un recuerdo en rojo
un rojo sin rencores
con suaves pinceladas de nostalgia
y con trazos extraños
cómo si sobre el rojo
hubieran caído lágrimas.
Nosotros
Tienen un matiz gris, pero no siempre,
a veces se salpican con colores
tienen audible voz pero no siempre,
a veces son completamente mudos.
De cerca huelen como a piel ajena
y de lejos huelen a indiferencia
los miro sin verlos y si los veo
velozmente se van hacia el olvido.
A veces son cual sombras que se mueven
paralelas a mí, pero no siempre
hay circunstancias en las que me tocan
con sus dedos sin huellas digitales.
Creo que existen fuera del cuadrado
de mi comodidad y mi altruismo
de tiempo en tiempo me suscitan miedo
y alzo entonces puños indignados.
No se si tienen nombre o historia
naufragan en el mar de mi apatía
quiero ignorarlos pero no me dejan
me llaman con sonidos casi humanos.
Son los otros, los que son distintos
los que detrás de mi perjuicio moran
los que lloran un llanto como el mío
y preguntan mis interrogaciones.
Si ahora yo dejara de temerles
y anchara mi cuadrado para incluirlos
creería que su historia y que mi historia
bien hondo, en la raíz, están ligadas,
que su clamor emana de mi pecho
y que las diferencias nos componen
que no son ellos y yo, sino nosotros
ya que del mismo barro fuimos hechos.
Peligro
Hay un acantilado
un rincón tenebroso
un ala de ceniza
que oscurece mi cielo
y una voz seductora
que pronuncia mi nombre
con acento de fuego.
De mi costado débil
se evaden los latidos
mariposas infieles
que se vuelven murciélagos
y en mis ojos son negras
las llamas infernales.
Hay un acantilado
bajo mi paso crédulo.
Pero
Me dormí en un lecho
entre las nubes
porque me dieron sueño
las nostalgias
allí no se escuchaban
los recuerdos
ni llegaban los ecos
de las lágrimas
creí poder dormir
hasta el olvido
pero mi alma es sonámbula…
Me perdí en una selva
inescrutable
mi único equipaje
era una máscara
allí las sombras
devoraron nombres
y callaron suspiros
y palabras
no creí hallar
un paso de regreso
pero es brújula mi alma.
Quizás
Hay rincones con sombras y ventanas cerradas
y silencios colgados en la percha del tiempo
hay fantasmas en rojo que habitan los altillos
y bajo el gris del polvo hay desecados sueños.
Hay paredes desnudas recostadas al frío
y un hogar que ha olvidado las caricias del fuego
y entre las telarañas yace un mustio diamante
un ideal exhausto y un corazón sin dueño.
Si se mira de afuera la casa abandonada
es un montón de lástima, un dolorido espectro,
y entre iracundas zarzas, bajo salvaje grama
se estira hacia su puerta la traza de un sendero.
Quizás alguien la compre con monedas de vida
y empiece a restaurarla desde el lado de adentro
“una gota de gracia, una herida al costado
un eterno suspiro y un madero sangriento.”
Quizás alguien redima los sueños y las sombras
y erija de esas ruinas algo precioso y nuevo.
Ser
Ser el aliento
ser el latido
de éste invierno
tan raro y blanco
sentir mis manos
como dos suaves
copos de nieve
que giran
en el parque despoblado.
Ser la mirada
que entre las lágrimas
acaricia el paisaje
y ser el viento
que helado y raudo
atiza mis mejillas
ser la rosa marchita
que se adhiere al gajo
marrón y obstinada
ser el gris de todos
sumergiéndose silencioso
en la noche…
Ser todo lo que comienza
y termina en invierno
ser cualquier cosa
pero no ser ésta
solitaria extranjera que soy.
Soy
A mi me componen trazos otoñales
Intensos dorados, marrones y rojos
Tiritan en mi alma desnudos rosales
y el gris de sus nieblas habita mis ojos.
A mi me componen todos los inviernos
con sus noches largas, sus tedios, sus fríos
y llevo en secretos lugares internos
sus gélidas lluvias, sus nidos vacíos.
A mi me componen claras primaveras
Soy la dulce aroma de tempranas fresas
Se extienden mis sueños en verdes praderas
Y mi piel se enciende en tibias promesas.
A mi me componen todos los veranos
soy cálida lluvia y soy sol quemante
llevo mariposas vivas en mis manos
y en mi pecho llevo sus flores fragantes.
Suma
Ella prefiere contar sus primaveras
y de renacer a renacer las cuenta,
renuevos más dorados, más renuevos
su suma ya ha pasado los cuarenta.
Ella dice que son besos de luna
las hebras plateadas en su pelo,
y prefiere teñir de azul sus días
y pintar con poemas sus desvelos.
Ella elije creer que las arrugas
son las sonrisas de la piel madura
que el amor no envejece, que los años
hacen mucho mas obvia la ternura.
Ella enamora al tiempo con su risa
no cree ser muy sabia ni muy cuerda
pero prefiere contar sus primaveras
y anotar sus inviernos a la izquierda.
Y aunque su suma excede los cuarenta.
y ha vivido etapas dolorosas,
ella se eleva en gracia y en su alma,
baila un ángel de alas luminosas.
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