Trumbull Stickney (1874-1904). Legendario poeta norteamericano nacido en Suiza. En 1871, el sobrino-nieto de Napoleón Bonaparte, Charles Joseph Bonaparte, fundó en la Universidad de Harvard la Signet Society, organización de estudio y práctica de las artes, con especial énfasis en la literatura. Esta sociedad ha contado entre sus miembros con poetas como T.S. Eliot, Robert Frost o Seamus Heaney. En esta ocasión, presentamos 5 poemas de uno de los menos conocidos de sus integrantes, el poeta, traductor y estudioso de los clásicos grecolatinos, Trumbull Stickney, considerado por algunos eruditos de su época como «la gran promesa de la poesía anglosajona y una de las probables influencias-raíz de Ezra Pound». La voz de Stickney, sin embargo, quedaría en el camino de consolidarse, dada su prematura muerte. Fue el primer editor de la Harvard Monthly en ser nombrado durante su primer año de universidad y fue, también, el primer estadounidense en doctorarse en letras por la Sorbona de París. A su regreso se convirtió en maestro de griego en Harvard y murió a causa de un tumor cerebral el 11 de octubre de 1904, a los 30 años de edad.
La traducción es de Sergio Eduardo Cruz (1994).
La traducción es de Sergio Eduardo Cruz (1994).
[Quieto…]
Quieto. Los jardines colgantes eran un sueño
que volaba entre rosas persas para besar
las pestañas enchinadas de Semiramis.
Nunca hubo Troya ni río de Samarcanda.
Son mentira la Provenza y los trovadores
y el cabello de Venecia era un rayo
de Tiziano. Los atardeceres son aparentes,
el mundo es viejísimo y nada es.
Quieto. Tú, cosa estúpida, no puedes
despertar, ni tus lágrimas
mantener separadas tus pesados párpados:
ellas chapotean por tu corazón.
Tu cerebro está enfermo. Eres lechuza asustada,
ciega con la luz de vida que no puedes olvidar
y nada más el Error ama y nutre tu alma
[Be still…]
Be still. The Hanging Gardens were a dream
That over Persian roses flew to kiss
The curlèd lashes of Semiramis.
Troy never was, nor green Skamander stream.
Provence and Troubadour are merest lies
The glorious hair of Venice was a beam
Made within Titian’s eye. The sunsets seem,
The world is very old and nothing is.
Be still. Thou foolish thing, thou canst not wake,
Nor thy tears wedge thy soldered lids apart,
But patter in the darkness of thy heart.
Thy brain is plagued. Thou art a frighted owl
Blind with the light of life thou ’ldst not forsake,
And Error loves and nourishes thy soul.
[Vive ciegamente…]
Vive ciegamente, aquí y ahora. El Señor
que era el Futuro hace mucho que murio.
El Conocimiento, que es Pasado, es tontería. Ve,
pobre niño, y no te aborrezcas de tí mismo.
Alrededor de tu tierra soplan los vientos con alas de sol
y circulan los planetas; un meteoro desenvaina la espada;
el arcoiris rompe su acorde de siete colores
y los largos torrentes de río plateado brotan.
Despierta! Ofrécete a las horas más hermosas.
Bebiendo de sus labios, alcanzarás el sueño volador
que hay entre el aéreo oro de sus frágiles cabellos.
Eres divino, vives, como antes
de ti Apolo emergía desnudo hacía la luz
y toda su isla vibraba convirtiéndose en flores.
[Live Blindly and upon the Hour]
Live blindly and upon the hour. The Lord,
Who was the Future, died full long ago.
Knowledge which is the Past is folly. Go,
Poor child, and be not to thyself abhorred.
Around thine earth sun-wingèd winds do blow
And planets roll; a meteor draws his sword;
The rainbow breaks his seven-coloured chord
And the long strips of river-silver flow:
Awake! Give thyself to the lovely hours.
Drinking their lips, catch thou the dream in flight
About their fragile hairs’ aërial gold.
Thou art divine, thou livest,—as of old
Apollo springing naked to the light,
And all his island shivered into flowers.
[Y, al llegar el último día, el Hombre…]
Y, al llegar el último día, el Hombre estaba solo
durante el amanecer del mundo destrozado,
esperando cómo de cada cosa habría de surgir
el Retorno del Señor. Y, miren, no llegó
Nadie, -Pero sin diferenciarse de cada reino
de tierra y aire y agua, creciendo más
y más violento, agudo, pesado, un rugido
perturbó de entre la atmósfera amarillenta
Sus oídos; y mientras buscaba, aterrado
una bestia de formas innumerables,
el chillido creció entre todas las sombras, hasta
que era un quejido de pasto por la tierra.
De repente, en lo humano de la bestia
la angustia de ambos, pues el hombre irguió su lanza,
y, como no existía agua que beber, la sed,
se disparó vital y compresa. -Mientras caía él,
Debajo en el Este que bellamente surgía
vio a la última irisada serpiente marina
que, con la lanza traspuesta, aún era capaz
de empujar al sol hacia dentro del muerto mar.
[And, the last day being come, Man…]
And, the last day being come, Man stood alone
Ere sunrise on the world’s dismantled verge,
Awaiting how from everywhere should urge
The Coming of the Lord. And, behold, none
Did come,—but indistinct from every realm
Of earth and air and water, growing more
And louder, shriller, heavier, a roar
Up the dun atmosphere did overwhelm
His ears; and as he looked affrighted round
Every manner of beast innumerable
All thro’ the shadows crying grew, until
The wailing was like grass upon the ground.
Asudden then within his human side
Their anguish, since the goad he wielded first,
And, since he gave them not to drink, their thirst,
Darted compressed and vital.—As he died,
Low in the East now lighting gorgeously
He saw the last sea-serpent iris-mailed
Which, with a spear transfixèd, yet availed
To pluck the sun down into the dead sea.
Solía pensar
Solía pensar
que la mente era esencial en el cuerpo, justo
como el cuerpo era esencial para la mente:
dos cosas inseparables, idénticas en naturaleza
y similares, y hechas dos mitades
de la escala total de la creación: no es así.
Desiguales y horrendas llegan como estacas
mal dispuestas por el soso lodo: montón de pino,
tabla de palo de rosa: cada uno destrozado
por golpes y fricciones, o en mortal sufrimiento
enterrándose las espinas del otro: hasta que,
al fin, sin forma ni fondo son separados
hacia donde el húmedo azul de la putrefacción
fue vomitado, asustado, del mar.
I used to think
I used to think
The mind essential in the body, even
As stood the body essential in the mind:
Two inseparable things, by nature equal
And similar, and in creation’s song
Halving the total scale: it is not so.
Unlike and cross like driftwood sticks they come
Churned in the giddy trough: a chunk of pine,
A slab of rosewood: mangled each on each
With knocks and friction, or in deadly pain
Sheathing each other’s splinters: till at last
Without all stuff or shape they ’re jetted up
Where in the bluish moisture rot whate’er
Was vomited in horror from the sea.
[Déjenlo ahora quieto por el camino]
Déjenlo ahora quieto por el camino
descansar.
Sé qué es lo que le aferra a la ceniza
y le hace esconder en la cal de los albañiles:
es el horror del tiempo.
Lo escuché golpeando en su pecho
hace apenas un minuto;
parpadearon sus ojos humanos,
se irguió con la violencia de una bestia asesina
y como una cosa sobrepasada por el ruido
se dejó caer hacia la tierra.
Déjenlo, porque sólo el descanso puede curar-
si hay cura-
a este tonto sobre el mar.
Él es de los que se arrimaron al gran portal
y escuchó -pobre jovenzuelo-
lo que ahí se decía.
[Leave him now quiet by the way]
Leave him now quiet by the way
To rest apart.
I know what draws him to the dust alway
And churns him in the builder’s lime:
He has the fright of time.
I heard it knocking in his breast
A minute since;
His human eyes did wince,
He stubborned like the massive slaughter beast
And as a thing o’erwhelmed with sound
Stood bolted to the ground.
Leave him, for rest alone can cure—
If cure there be—
This waif upon the sea.
He is of those who slanted the great door
And listened—wretched little lad—
To what they said.
I Hear a River thro’ the Valley Wander
I hear a river thro’ the valley wander
Whose water runs, the song alone remaining.
A rainbow stands and summer passes under.
Be Still. The Hanging Gardens were a Dream
Be still. The Hanging Gardens were a dream
That over Persian roses flew to kiss
The curlèd lashes of Semiramis.
Troy never was, nor green Skamander stream.
Provence and Troubadour are merest lies
The glorious hair of Venice was a beam
Made within Titian’s eye. The sunsets seem,
The world is very old and nothing is.
Be still. Thou foolish thing, thou canst not wake,
Nor thy tears wedge thy soldered lids apart,
But patter in the darkness of thy heart.
Thy brain is plagued. Thou art a frighted owl
Blind with the light of life thou ’ldst not forsake,
And Error loves and nourishes thy soul.
And, the Last Day Being Come, Man Stood Alone
And, the last day being come, Man stood alone
Ere sunrise on the world’s dismantled verge,
Awaiting how from everywhere should urge
The Coming of the Lord. And, behold, none
Did come,—but indistinct from every realm
Of earth and air and water, growing more
And louder, shriller, heavier, a roar
Up the dun atmosphere did overwhelm
His ears; and as he looked affrighted round
Every manner of beast innumerable
All thro’ the shadows crying grew, until
The wailing was like grass upon the ground.
Asudden then within his human side
Their anguish, since the goad he wielded first,
And, since he gave them not to drink, their thirst,
Darted compressed and vital.—As he died,
Low in the East now lighting gorgeously
He saw the last sea-serpent iris-mailed
Which, with a spear transfixèd, yet availed
To pluck the sun down into the dead sea.
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