TÁLATA RODRÍGUEZ
Nació en Bogotá, en 1978. En 1986 publicó Los pájaros de la montaña soñadora, un libro de poesías y dibujos. Desde 1999 se dedica al activismo cultural en Buenos Aires, ciudad en la que habita desde 1989. Participó en la producción de incontables eventos vinculados a la difusión de la música, la literatura, las artes visuales y la gastronomía. Escribió letras de canciones junto a músicos de su generación. Desde hace unos años se dedica a la difusión de poesía oral bajo el aspecto del performance poético y la generación de contenidos audiovisuales literarios que pueden verse en su canal de youtube. Los clips han participado de diversos festivales alrededor del mundo y ganado menciones y premios.
El sonido
Alcanzamos una velocidad peculiar,
no íbamos a caballo,
caminábamos.
Los portales de los edificios
devolvían nuestros reflejos caprichosos.
Un colectivo nos mojó la espalda
con agua sucia,
casi podrida. Nos detuvimos
en un kiosco de diarios. Te quise mostrar un secreto,
escondido
en una parte de mi cuerpo,
y te asusté.
Alcanzamos una velocidad peculiar,
y no íbamos a caballo; la velocidad
de los suburbios
tan parecida a la de los gatos
cuando están en celo. Gritábamos.
Desde las terrazas, las viejas y las amas de casa
lanzaban sus insultos
como flores a una carroza.
Los taxistas solo entienden
el lenguaje de la trampa, incluso ellos
nos juzgaron mal. Alcanzamos una velocidad peculiar,
no cabalgábamos pero los perros murmuraban.
Quisimos acariciar uno pequeño
y se escondió debajo de un tacho rojo. “Ellos también prefieren la belleza
de la ignorancia”, dijiste
cambiando el final de una canción. Alcanzamos
una velocidad peculiar,
como la de los postes de luz vistos desde un auto,
o la de un recuerdo antes de dormir; la de las bailarinas
en los bares nudistas o la de los gordos al comer un dulce.
Alcanzamos la velocidad del presente,
los frutos silvestres, las orquestas,
las palomas haciendo círculos concéntricos,
o la del sol
al rayar el alba.
Ahora, sin mirar,
alcancemos la velocidad del trueno.
Aconseguim una velocitat peculiar,
no anàvem a cavall,
caminàvem.
Els portals dels edificis
tornaven els nostres reflexos capriciosos.
Un autobús ens va banyar l’esquena
amb aigua bruta,
quasi podrida. Ens vam detenir
en un quiosc de diaris. Et vaig voler mostrar un secret,
amagat
en una part del meu cos,
i et vaig esglaiar.
Aconseguim una velocitat peculiar,
i no anàvem a cavall; la velocitat
dels suburbis
tan pareguda a la dels gats
quan estan en zel. Cridàvem.
Des de les terrasses, les velles i les ames de casa
llançaven els ses insults
com flors a una carrossa.
Els taxistes sols entenen
el llenguatge del parany, fins i tot ells
ens jutjaren malament. Aconseguim una velocitat peculiar,
no cavalcàvem, però els gossos murmuraven.
Vam voler acariciar-ne un petit
i es va amagar sota un cubell roig de les escombraries. “Ells també prefereixen la bellesa
de la ignorància”, vas dir
canviant el final d’una cançó. Aconseguim
una velocitat peculiar,
com la dels postes de la llum vistos des d’un cotxe,
o la d’un record abans de dormir; la de les ballarines
en els bars nudistes o la dels grassos quan mengen un dolç.
Aconseguim la velocitat del present,
els fruits silvestres, les orquestres,
els coloms que fan cercles concèntrics,
o la del sol
en fer-se de dia.
Ara, sense mirar,
aconseguim la velocitat del llamp.
[Traducció de Joan Navarro]
Vietnam
El espacio está lleno de enemigos.
Dos.
Siete.
Quinientos.
Luego de cambiar de forma
me detengo frente a su escondite:
un animal hecho con caracoles,
“recuerdo de Miramar”.
Quisiera saber si viste llover
o si todos los días hubo sol
y fueron a la playa.
Mis huellas están húmedas,
pero el camino es inflexible.
Vamos.
Sigamos y que sean ellos,
los traidores, los únicos reales.
El odio es un sentimiento fiel;
no tiene pliegues.
¿Y el amor?
¿Qué es el amor?
L’espai esta ple d’enemics.
Dos.
Set.
Cinc-cents.
En canviar de forma
em detinc davant el seu amagatall:
un animal fet amb caragols,
“record de Miramar”.
Voldria saber si vas veure ploure
o si va fer sol cada dia
i van anar a la platja.
Les meues petjades estan humides,
però el camí es inflexible.
Anem.
Seguim i que siguen ells,
els traïdors, els únics reals.
L’odi és un sentiment fidel;
no té plecs.
I l’amor?
Què és l’amor?
]
[Traducció de Joan Navarro]
Tálata Rodríguez nació en Bogotá en 1978. En 1986 publicó Los pájaros de la montaña soñadora, un libro de poesías y dibujos. Desde 1999 se dedica al activismo cultural en Buenos Aires, ciudad en la que habita hace 24 años. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Participó en la producción de incontables eventos vinculados a la difusión de la música, la literatura, el arte plástico y la gastronomía. Regentó durante tres años el emprendimiento cultural y gastronómico colomboargentino La aromática. Escribió letras de canciones para músicos de su generación como Pablo Dacal, Julieta Rimoldi y Manuel Onís. Actualmente presenta sus poemas evocando la performance trovadoresca y sus derivas contemporáneas, la poesía callejera, el spoken word, el rap, y el hiphop.
Primera línea de fuego es una publicación de poemas multimedial que invita a sus usuarios a ser lectores y espectadores al mismo tiempo; pues ofrece la oportunidad de ser leído, visto y escuchado en simultánea. Esto es posible gracias a que su versión impresa y digital (próximas a lanzarse) cuentan con la presencia de códigos QR encargados de enlazar el texto a la reproducción de cada uno de los videos homónimos que Tálata Rodríguez -su autora-, grabó en lugares tan propios de Buenos Aires como ‘La bombonera’ o las líneas del subterráneo.
Ocho videoclips componen este poemario interactivo, y su objetivo ha sido situar la palabra poética en espacios urbanos elegidos por su poder simbólico: la bombonera, el taller mecánico, bajo Flores, los vagones de madera de la línea A, rutas y fragmentos nocturnos. Estos pueden ser vistos en estos canales:
https://www.youtube.com/user/talatax
http://primeralineadefuego.tumblr.com/
https://www.youtube.com/user/talatax
http://primeralineadefuego.tumblr.com/
Para Tálata el objeto de este proyecto nace desde una reflexión por resituar y contemporizar lenguajes conocidos como tradicionales, a la vez que se ofrece una nueva forma de lectura. En sus palabras:
Es una obra acerca de la memoria: la memoria biográfica, la memoria como artefacto (pues interpreto mis poemas sin recurrir a dispositivos de lectura) y la memoria virtual. Los videoclips fueron realizados para evidenciar este vínculo personal, memorias dichas de memoria, y resituar la palabra poética en espacios urbanos, populares, abiertos o cerrados: la cancha de fútbol, el taller mecánico, el subte, el cementerio, con el fin último de demostrar la vigencia de la palabra y, especialmente, la vigencia de los símbolos poéticos
A continuación el video de “Torres Gemelas” con dirección y puesta de Viki Comune y Alan Steinberg
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