Marianella Sáenz Mora
…Poeta…
Nació en Barrio Aranjuez, ciudad de San José, Costa Rica, el 29 de Noviembre, 1968.
Graduada de la carrera de Turismo de la Universidad Metropolitana Castro Carazo y ULACIT, cuenta también con estudios en Diseño Gráfico, Mercadeo y Ventas, Servicio al Cliente, Relaciones Públicas y más recientemente en Community Management. Se ha desempeñado en varios hoteles y empresas privadas en el área de Ventas y Relaciones Públicas.
Se ha interesado en manifestaciones artísticas como la fotografía, la cual ejerce como aficionada y ha formado parte de diversos grupos culturales desde su formación secundaria, integrándose a rondalla, teatro, coros, revistas musicales, asociaciones así como a grupos de proyección social y voluntariado.
Descubrió su vocación a los 9 años, escribiendo relatos cortos y prosa. Fue durante la adolescencia que descubrió la poesía para nunca más alejarse de ella, considerando que es el género literario que le permite compartir mejor su perspectiva de vida y su sentir.
Inicia su formación poética en 2005 cuando participa en un taller impartido por la escritora Julieta Dobles en la Alianza Francesa, luego del cual, ella le invita a unirse a los talleres del Círculo de Escritores Costarricenses, cuyas sesiones se realizaban en su casa. Estos talleres contaban con la participación de otros importantes escritores del país como Ronald Bonilla y Laureano Albán. Más adelante se integra al Taller Literario Poiesis, al que continúa vinculada hasta la fecha ya este como Grupo Literario POIESIS.
Gracias a este quehacer literario, ha participado en varios festivales y recitales y homenajes nacionales e internacionales con sede en Costa Rica. Con frecuencia es invitada a participar en variedad de actividades organizadas por otros grupos literarios y talleres, como son programas de radio, recitales a estudiantes de secundaria y universitarios, en empresa privada y otros. Su obra ha sido incluida en revistas virtuales y físicas, así como en la antología BITACORA ABIERTA 31 LATIDOS EN EL ANDEN, de la Editorial Poiesis.
Tiene varios poemarios inéditos y felizmente está por ver la luz, su primera publicación individual: el poemario titulado MIGRACIÓN A LA ESPERANZA del cual nos comparte estos primeros poemas:
TRAVESÍA HACIA LA SED
Ahora lleno de ofrendas el aire
y mi voz inscrita en la nada
teme desaparecer si la silencias.
Ráfagas de la oscuridad, mirada ciega,
canela y especias en nuestra piel,
remolinos que recorren como antojos
los campos del tacto y sus mariposas
casi eternas.
Tu presencia flagela mis últimas telas,
desatando Pandoras,
inventando travesías.
¿Quién puede describir el encuentro
entre dos amantes que todavía no saben lo que son,
cuando el tacto traduce las tinieblas
y resquebraja simientes en la evasiva concéntrica del polen?
INTANGIBLE
Beso tu ausencia donde acaba mi fe,
temerle más al acierto que al capricho,
confabular el retén de los antojos y falacias
en mi desacierto de tatuar el aire
y detener el tiempo.
Media sombra lacerante
vertiendo sobre el claroscuro de tu rostro
algunos rastros de luz
mimetizados con la despedida
y la voz desgarradora del bolero.
En el suelo, el equipaje.
Coincidentemente vestidos
una vez más,
nos abrazamos al andén del tiempo
y percibo la melancolía herrumbrada,
que se adueña de nuestro suspiro inconcluso
anclándonos a la pausa resignada
en el ciclo eterno de las estaciones.
Del poemario ESCRITORIO DE INJUSTICIAS
ESTADO
Me he desprendido ya
de las pretensiones que jamás tuve
de las lágrimas como empaques abiertos
volando rotos por la calle...
Me he quedado desnuda,
con la piel del alma abrigada de recuerdos,
varada en una esquina cualquiera de esta ciudad,
anónima, invisible...
esperando tu abrazo,
tu pecho, guarida de mis ansias,
que revolotean en un murmullo de palomas,
en la plaza vecina.
Me he quedado sola,
en la inmensidad eterna de las sombras,
siendo una pintura a medias que jamás fui,
la musa del poema que jamás me diste,
el sabor del beso que no olvidas.
Me he despojado del brillo de las luces,
desperdigado por las ciudades
vencidas de soledad
y he susurrado como una oración tu nombre:
epitafio de la noche.
ALGORITMO DE LA NOCHE
Toma el grafito de la noche,
unge con él tus labios
y un instante después
recórreme como a un lienzo,
mientras me llueves lento
hasta las profundidades oscuras
de mis conjuros eternos.
Cúbreme de hojas con tus manos,
repite una vez más los ritos hedonistas,
perpetuados en mi alcoba,
ahora que estoy cansada
de lapidar deseos en las sombras.
Desándame.
Arráncame este frío fundido a mis ríos y ponientes
desde el tacto sinuoso de mi espalda.
Invócame en medio de tornados furiosos
que oscurezcan el alba a mis temores.
Haz que lágrimas de petróleo
se deslicen hasta el andén impávido del sueño,
ahuyentando la claridad mezquina
de una aurora inconclusa,
que por perenne y eterna
se quede siempre en el quicio de la puerta,
regalándome amnesias de sal
desde las minas florecidas de tu cuerpo
ballet ingrávido de aire y tiempo.
Lléname.
Lléname de expectativas los rincones
que tu aliento recorra disfrazado de ladrón,
el mercado amurallado de mi pecho en llamas
que termine una vez más
este viaje y sus ciclos,
en el sextante en espejo de mi aroma,
donde este surrealismo
de delirios inquietos te convoca,
deshecho y atómico,
suspendido y etéreo,
resquebrajando los cristales heridos de luz,
antes de lanzarse suicida hasta la alfombra.
AGUACERO DE NOCHE
Me reinventas
comunión de verdores y lluvia,
trueno y tormenta,
murmullo suave que se desliza por mis techos,
haciendo que me broten caminitos de agua
que juegan a esconderse
bajo las macetas florecidas de gozo
en mis caderas.
Desnuda de gotas suicidas,
voluptuosas,
cayendo y acumulándose en tus baldosas
humedeciendo la banca de hierro y la madera
anatomía que disfruto dichosa,
despertando semillas y bulbos
en tus andamios
flora exuberante y tropical
que nos salpica los rincones
que florecen nocturnos de rojos y geranios.
Deslizándose descalza,
despacio…
tu aliento me recorre fresco,
fiesta de tomillo y yerbabuena
gato inconfeso de murmullos y fonemas
en el corredor bendito de mi cuerpo,
éxtasis germinado del amor.
Jardín donde es tu pecho mi sombrilla
y mi cuerpo es tu cuerpo,
tu refugio y buhardilla
y me siento suave, profunda, femenina,
abrumada y salvaje,
llena de ternura, como la lluvia misma
según me dicte tu pasión y arrecie su llovizna.
ENCONTRAR
En algún lugar,
entre tu piel y mi alcoba
mi voz que desluzco y callo se contrae:
molusco retraído, húmedo y converso
retorciéndose en la sal.
No estarás: te he dicho que no estés.
Mi mano empuja este filo convulso,
que me abre el pecho
esparciendo flores de vino
desde la alcoba hasta el puente.
Nadie ve mis lágrimas,
pues he arrojado el cincel infame
con que taladro tu carne,
para arrancarte esa verdad
de querer verte por dentro.
De encontrar esa raíz carnívora de tu pasado,
y despojarte de su piel de hoja seca,
desboronando su nombre
en la ululante prisa del viento
para dejarte desnudo de rencores,
sin rieles, ni fronteras de lamentos.
Libérame del miedo
que se arropa infinito en el lenguaje,
en el temor de un rastro de abeja
que desdibuje mi jeans, mis botas y mis pecas.
Comprende mis poemas
que no se diluya su voz
en la humedad mohosa de las tinieblas
ni en la sonrisa de un gato turquesa,
flotando en la ironía rosa de las flores del Roble.
Que no me quede una vez más
con todas las emociones que dejé sin cosechar,
detrás del blanco inmaculado de tu puerta.
Bellísima selección de tu poesía, Marianela, abrazos de su compatriota, amiga y colega en estas lides.
ResponderEliminarBellísima selección de tu poesía, Marianela, abrazos de su compatriota, amiga y colega en estas lides.
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