jueves, 27 de agosto de 2015

JAVIER TEMPRADO BLANQUER [16.916]


Javier Temprado Blanquer

Javier Temprado Blanquer (Albacete, 1992) es Graduado en Historia por la Universidad de Alicante. Ha publicado el libro de poemas Los vértices del tiempo (Siltolá, 2015). Sus textos han sido recogidos en las antologías Una generación de fuego (Ed. Fractal, 2012) y Cosmoanónimos 2.2 (Festival Cosmopoética, 2014). De igual modo, ha colaborado en la revista Barcarola, en antologías digitales como Abisal Fanzine, Tangram Proyect o Ciudades Esqueleto y en iniciativas como Versos de Pizarra. Así mismo, Se alzó con el “Premio Nacional de Poesía Joven Ciudad de Albacete en 2014, y durante ese mismo año disfrutó de una beca en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. Es, además, miembro organizador del Festival Poético Fractal.



Se prende la llama.
Inspiro. Espiro.
Luz. Luego nada. Silencio.

No buscar hoy, ni mañana, el delirio de la locura.
La creación en el caos. Creo que ella seguirá allí
después del tercer o cuarto parpadeo.
Ir construyendo esta carretera
con pequeñas certezas.
La suma de realidades
que puedo agarrar con las manos
arrojará un futuro tan incierto
como un puzzle de siete mil millones de piezas.

Luego un aullido en pleno día.
Un pequeño delirio en la lengua del miedo.
Un acto altruista a favor del cambio.

Mañana otro sueño. Un sueño distinto.
La luz del silencio.
Nada. Una certeza distante.





Título: Los vértices del tiempo
Ediciones de La Isla de Siltolá
Colección TIERRA, nº 51 (Poesía)
Sevilla, julio 2015.


I

En mi bostezo caben mil mundos.
En la circunferencia metálica
de un cañón, que supongo tu boca,
no cabe más que la propia vida.

Y preparo café, cierro las persianas,
doy de comer a mis recuerdos
dos nostalgias al día.

Y pienso que la vida no es un asunto tan grave.

Encuentro la violencia de lo cotidiano,
mirar por la ventana,
teclear números y palabras,
saberme perdido.

Lo subversivo de las cosas
que te matan en silencio.


II

Cruzas la noche
con el cerebro gris
y lees las noticias en internet.

Exhiben cuerpos sin vida,
deshechos de sombras a plena luz,
sangre habitando con la suciedad.

Circulan tus ojos por el mundo,
Tombuctú, Alepo, El Cairo, Gaza,
Newton, São Paulo.
Nombres sin imágenes, mancillados
de olvido y portadas.

Click y cierras la página.

Clausuras el dolor, ignoras sus nombres.
Su memoria desaparece
entre el fuego de la muerte.

Y a ti no te importa ni lo más mínimo.



*


Abres la puerta. Lees los nombres
en el buzón. No los conoces.
No intuyes su rostro bajo el metal.

Y te sientes extranjero.
Piensas
en cuánto tiempo hace
que no te llaman por tu nombre.

Y encajas tu ruptura.

Te desligas del pasado.




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