sábado, 29 de agosto de 2015

ABU TAMMAM [16.934] Poeta de Siria


Abu Tammam

Abu Tammam (Habib ibn Aws) árabe, أبو تمام حبيب بن أوس (Siria, c. 805 – c. 845) fue un poeta árabe de la tribu Tayy (aunque algunos afirman que fue el hijo de un boticario cristiano llamado Thaddeus, y que su genealogía fue falsificada). Nació en in Jasim (Josem), Siria, un lugar al noreste del Mar de Tiberíades cercano a Manbij. Aparentemente pasó su juventud en Homs aunque de acuerdo con una historia, tuvo un empleo en su niñez vendiendo agua en una mezquita del Cairo. Su primera aparición como poeta fue en Egipto, pero al fallar en ganarse la vida ahí regresó a Damasco, y después a Mosul. De ahí fue llamado por el gobernador de Armenia, que le recompensó largamente como mecenas. Después de 833 se sabe que vivió en Bagdad, en la corte del califa Al-Mutasim

Abu Tammam es conocido en la literatura por su compilación del siglo IX de poemas tempranos conocida como Hamasa. La Hamasa (en árabe exhortación) es una de las más grandes antologías de literatura árabe jamás escritas.



Oh, victoria de victorias

¡Oh, victoria de victorias!, tan grandiosa
que no pueden contenerla los versos de un poema
ni de un discurso la prosa.
Victoria por la que se abrieron las puertas del cielo, una tras otra
y por la que la tierra estrenó nuevas galas.
¡Oh, día de Amorium!, colmaste nuestras esperanzas
con una respuesta
más dulce que la leche melosa.





La muerte del héroe

Entre golpes de sables y de lanzas el doncel sucumbió:
por aquella victoria no alcanzada,
fue una muerte con rango de victoria.
Escapar de la muerte hubiera sido fácil,
pero se la trajeron
su ruda condición, su amargo celo,
un alma que evitaba el deshonor
como si resultara una blasfemia el Día del gran Espanto,
o la blasfemia misma.
Y en el podrido estanque de la muerte,
hincando el pie, le dijo:
desde debajo de tu arqueada planta,
para el Juicio final, retornaré.
Vistió el rojo ropaje de la muerte,
pero apenas la noche le envolvió con sus sombras,
se hizo verde brocado.
Y con las ropas, puro, se marchó.
Mas no quedó jardín en donde, a la mañana, descansara,
que no hubiera querido ser su tumba.

Abu Tamman, incluido en Poesía árabe clásica oriental (Litoral. Revista de la poesía y el pensamiento, año XVII, nº 177, Málaga, 1988, selec. y trad. de Pedro Martínez Montávez).







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