Sharif S. Elmusa
Sharif S. Elmusa es un poeta palestino, erudito y traductor. Además de sus publicaciones académicas, es el autor de Paisaje Flawed : Poemas 1987-2008 y co-editor de la antología, Grape Leaves: A Century of Arab-American Poetry. Sus poemas han aparecido en muchas publicaciones impresas y online, y sus artículos han aparecido en los principales periódicos de los EE.UU. y Egipto. Elmusa, quien posee un doctorado del MIT, es actualmente investigador visitante en la Universidad de Georgetown. Enseñó durante muchos años en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de El Cairo. Enseñó también en la Universidad de Georgetown en Qatar, y en Yale. Él es palestino por nacimiento, americano por ciudadanía, y se mueve entre los Estados Unidos y el Medio Oriente.
De vuelta a casa
Quedándome dormido en el tardío tren de la noche,
pierdo mi parada. Estoy cansado
y apenas puedo caminar escaleras arriba
al otro lado.
Pienso en el anciano que me contaba
cómo solía caminar por tres o cuatro horas
en el campo, luego se tomaba las pantorrillas
y nos preguntaba a cada uno si podíamos hacer más.
Mis piernas sienten sus piernas mientras suben.
Deambulo alrededor de la plataforma gris.
Un hombre inspecciona una colilla de cigarro
casi con actitud de estar admirado
y luego la aplasta suavemente bajo su zapato.
Un hombre y una mujer hablan de hacer
un largo viaje al Sur, tal vez inspirado
por la luna llena del desierto.
En esta estación lejana del centro
no hay atónitas estatuas
de los Antiguos Egipcios
recordándote cómo todo está marchando mal.
Tratando de caminar por una pared
veo una fila de hormigas corriendo ferozmente
arriba y abajo a lo largo de una grieta en el cemento.
Las que se arrastran hacia abajo acarrean pequeñas piezas
de paja; las que suben apuntan a la tienda.
Sus oscuros cuerpos, brillantes bajo una luz fuerte,
se tocan mientras corren. Ninguna se aparta o se detiene.
¿Qué las impulsa, la paciencia o la esperanza?
¿No se resisten sus piernas?
El cuerpo le da un toque a la entrometida mente
para que se ocupe de sus propios asuntos. Aguzan
sus oídos para escuchar el dulce rumor
del tren. Se anhela la cama amplia,
y la mujer ausente
para arrastrarse a su lado.
Versión de Juan Carlos Villavicencio
El poeta palestino y profesor de Ciencias Políticas, Sharif S. Elmusa, escribió el poema "Sobreviviente", en homenaje a los presos de las cárceles israelíes:
Sopravvissuto
Quando sono entrato nella cella
ho guardato il soffitto
si muoveva
stava venendo giù
tormentandomi
ho fumato una sigaretta
e con un'altra
mi sono toccato il naso
come per ricordare a me stesso perché fumavo
mi giravo e rigiravo il mozzicone ancora in bocca
come qualcuno che passa al setaccio i suoi pensieri vaghi
certi giorni ne ho aspirate quattro pacchetti
e ho buttato fuori una dozzina di demoni
Ho tenuto un secchio d'acqua accanto a me
per inumidire la mia bocca secca
raffreddare le mie budella in subbuglio
e tenere bassa la mia pressione
quando ho mangiato i miei occhi hanno fissato un punto distante
lontano dal cibo marcito
ho cantato canzoni per ricordare
il bagliore della luna
frutto maturo dell'estate
ho ascoltato la sua voce di Sirena
due toni sotto
la voce della donna diurna
ho sentito che ero il marinaio predestinato
prima che giungesse la mia ora
Uno che è dentro mi ha confidato
che quando il suo compagno di cella ha perso la testa
lui ha chiesto alla guardia
di dargli solo un momento
in cui si è inginocchiato al cospetto della testa persa
l'ha baciata
l'ha tenuta a sé contro il suo petto
e ha detto alla guardia
di fare ciò che era pagato per fare
Quando sono ritornato al mio buco
ho sentito i passi della guardia
avvicinarsi alla porta d'acciaio
ho alzato la testa
e ho guardato l'insinuarsi del soffitto.
"Flawed Landscape" (Interlink Books, 2008).
The Little Prince and the Air Force Pilot
“You should have seen the imploded children
you have killed in your last air raid,”
said the little prince to the air force pilot
he had chanced on planet F52.
“I did not mean to kill children,
when I dropped the bombs,”
answered the pilot.
“If you had not meant to kill them
why, then, did you let your bombs fall
on a tall building, full of apartments?
Apartments are where children live
like bees live in beehives
and birds live in nests on the trees,
and ants in anthills.
What a lethal life you lead.”
Unfazed, the pilot retorted,
“I was after the monsters
who hid in the building.”
“May I point out,”
said the little prince,
pointing his forefinger at the pilot,
“children are children,
they spend their time bonding
with important toys and ball games;
they cannot be responsible
for who lives with them in the building.”
Still, deeply upset, the little prince turned
to the small fox lying by his feet;
and, without preface, he said,
“the logic of grown-ups is odd, isn’t it?”
This poem originally appeared in the collection "Flawed Landscape" (Interlink Books, 2008). It is dedicated to the children of Gaza and all children in war zones.
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