LILIÁN ZULIMA GONZALES
1973. Bogotana de nacimiento y quindiana por adopción.
Abogada en ejercicio y Profesional en Literatura. Ha publicado en diversas revistas y antologías, y participado en talleres literarios con Juan Manuel Roca, Feferico Cóndor, y Jaime García Mafla. En la ciudad de Armenia, se ha vinculado a la red nacional de talleres literarios Renata y actualmente hace parte del grupo de escritores dirigido por Gene Tye Jacob
Tiene dos libros inéditos: LOS MARGINADOS, conjunto de poemas inspirados esencialmente en la vida de los suburbios bogotanos., Y AMATISTA, compilación de poemas centrados en reflexiones sobre lo cotidiano. Tiene varios proyectos literarios, entre los cuales se encuentra una novela denominada EPISTOLAS A ANNE MARIE o DIVAGACIONES SOBRE UN TEMA RECURRENTE y otra llamada EL HOMBRE SIN DESTINO, de naturaleza psicológica.
Ha participado en encuentros nacionales e internacionales de poesía.
La obra poética de Lilian Zulima Gonzales se inscribe dentro de una nueva tradición de poesía urbana, intimista y con un tratamiento psicológico de sus personajes. La sociedad contemporánea somete a sus individuos a una masificación en medio del ruido en donde la comunicación se reduce a un intercambio de señales monetarias dentro de un trafico alienado; solo cuando estamos con nuestros propios fantasmas, podemos establecer diálogos de significados reales en nuestras existencias. Se puede advertir en sus textos una incomunicación que a veces cruza las fronteras de los discursos bien pensantes, de las normativas que se dan al interior de los núcleos familiares y los contratos sociales. El poema deja abiertas sus cartas para expresar y gritar sueños y pesadillas.
En una parte de sus recientes trabajos la escritora marcha hacia el ruido de las calles; los bares, la lucha cotidiana por el pan; los arrabales de la miseria. Su mirada no es complaciente, no cede frente a las escenas grotescas que a diario pueden ser contempladas en cualquiera de nuestras ciudades. Conserva además una pequeña reserva de sensibilidad y de humor para poder abordar la metrópolis decadente sin hacer proposiciones redentoras, ni parodias de indignación rosa. Es una mirada personal, distante y subjetiva que muchas veces se mete en la chaqueta del personaje para poder expresar con mayor libertad dramática el pensamiento de los desheredados de la tierra. Su obra de teatro en la ciudad esta compuesta de cientos de voces que buscan su propia y genuina diferencia.
Liliam Gonzales es una poeta que labra sus poemas con una economía de recursos en donde un empeño de síntesis, se manifiesta en la totalidad de un gesto. Sus textos, como un río de caudal poderoso, albergan una extraordinaria riqueza literaria en sus profundidades ––sedimento de aplicadas y selectas lecturas––. Es, sin lugar a dudas, una de las escritoras que en la escena Nacional, busca caminos y senderos de espíritu e intuición personal, demostrando de esa manera que la poesía de género no existe; que solo existe una frondosa ceiba florida en poesía, cuyas lenguas espirituales y poderosas dialogan con su tiempo y con su mundo.
Omar García Ramírez
Para GRIFFOS DE NNEONN
http://griffosdenneonn2.blogspot.com.es/
TONADA
Señora!
Son dos o tres centavos
Promoción de aniversario por una noche sin mosquitos.
Admito pasajeros de pie
ó tréboles incestos,
No lo dude
Soy central de servicios a bajo costo
Son dos o tres centavos
Ahí, en mi cartera
Gallardo nido de labiales rotos
Me gusta su mano
Celosa bofetada de la cruz vencedora.
También yo entretuve panes duros de centeno.
Dos o tres centavos
Recibo dólares viejos en mi centro de lavado.
Ya mis gritos se aquietaron en el primer castillo.
Pude retornar a la selva de mi vientre para inmolar el cirio del olvido.
Mas estoy en esta calle
Sin temores de niño
Ni manos que destrocen las hojas secas.
Sólo río
Libre al fin de la piel sudorosa
y los lunes insomnes.
Penélope insurrecta,
ya no canto su retorno
Acaso pido destemplada
dos o tres centavos
que se revelan oro en la indolencia de su ego,
y que han de llegar al paso de la oruga.
Señora
Son dos o tres centavos!
MUJER DE BAR
Te sentaste en la silla azul y te acomodaste la falda de medio metro.
Dijiste que Ibas a estudiar en la Universidad.
Bellas Artes, dramaturgia, qué se yo.
En unos años, cuando salieras de las deudas
del frío
del cigarrillo
de las piernas eruditas.
Habías bebido porque hoy venía el gordo
El que te golpeaba con cada polvo
Pero pagaba
Pagaba.
Me fui sin despedirme.
Todavía me sacude el extravío de tus ojos.
La súbita inocencia apenas perturbada
La oportuna costumbre de ser única.
NIÑO DE AVENIDA
Nació cuando la noche vomitaba llanto y el día, fragmentos de ingratitud.
Dormía arrullado por los pitos
los madrazos
los anuncios de periódico
los lamidos de perro
los besos de las putas
Un día oscuro le dio por besar a su madre, quien exangüe en marihuana,
lo pateó sin escrúpulos.
Con el sedimento calizo pegado a los dientes
supo al fin que nació para nada.
Que soñar y morir era lo mismo
Que bastaba inyectarse para navegar en el agua podrida de su balde
Vivió por terquedad
para fastidiar al mundo
enredarlo
compadecerse de nosotros, los sensatos.
MARCHA FÚNEBRE
“ Podéis creerlo, la tumba tiene más poder que los ojos de la amada.
La tumba abierta con todos sus imanes.
Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar en el comienzo del mundo”.
Vicente Huidobro. “Altazor”.
Se me antoja que todos están muertos
Que desde el carro principal se escucha “la chica de ipanema”
Y que mientras suena la voz de Astrud Gilberto,
las gentes bailan ingrávidas , al compás del bajo.
Se mueven al unísono, pero el muerto,
el verdadero muerto,
dormita como los poemas en otoño.
Se me antoja que en medio de la calle
Yo misma me hallo muerta
Ojos hundidos
Labios oscuros
Majestuosa
Y que me embiste un carro
Y no me duele
Y me levanto
Y camino y bailo con los otros
Se me antoja que me acerco a la limosina
Miro el ataúd, y al muerto
“Todo está bien”, me dice
Pero tengo frío
Claro que me gusta el frío
Y los otros
Y no esperar mi despedida.
VADEMECUM DEL RECICLADOR
La calle, el tiradero de todos
es una cálida cuna, muy cercana al centro de la tierra
De la basura emanan extraños tesoros olvidados.
Hay en ellos un oscuro valor imperceptible.
La calle.
Puede dejarla o tomarla cuando quiera
porque a diferencia de su casa, es un estado natural de la materia.
Usted puede escabullirse en las barriadas,
cambiar de identidad,
Puede, además,
dejar de comer y dormir por varios días
y olvidarlo por completo
En la calle habitamos los discípulos de los pies cansados.
Los poetas de las flores amarillas
Los felices infelices.
EL SEÑOR DE LA BIBLIOTECA
Es viernes en la tarde y usted y yo estamos aquí sentados releyendo textos, escribiendo lo obvio,
aprendiendo lo que no ha de servirnos para nada,
tratando de ignorar la infinita y extraña soledad que no logra abrigar nuestro silencio.
Es viernes en la tarde y secretamente envidiamos las gentes del bar contiguo
corruptibles
locuaces
envueltas en la ignota simplicidad
Viernes en la tarde escuchando murmullos
Incapaces de decir cualquier cosa o de levantar apenas la mirada.
De ser libres, digo,
para no seguir viviendo desde afuera.
INCERTIDUMBRE
Pagué diez mil por una foto .
Con el ceño fruncido y el gesto adusto, podría pensarse que bebo wisky, y que mi marido es la reencarnación de Borges .
Podría pensarse.
Así son todas las apariencias.
No se notan los malos ratos, ni los perversos anatemas.
Sólo la resignación, síntoma supremo, casi virtud, que todo lo resiste.
Y tú, que crees que me miras,
es mejor que no estés seguro de nada.
CINCO MINUTOS EN EL INFIERNO
Almas jóvenes con trajes grises y miradas lánguidas
Débiles como hojas de papel que se desmayan
Luces de neón
Mosaico de bemoles y guernicas pidiendo descanso
Huyendo del oprobio de los ojos antiguos
He aquí mis derrotas, mis laureles, mi esencia más profunda.
Mi desquiciado
y prohibido
y dulce deseo.
Mi necesidad no hastiada de su cuerpo
Mis pecados, todos innombrables!!!
Las dudas emergen.
En mis manos ya no existe la respuesta.
Me busco entre los cabellos de medusa
pero mi alma se encuentra despojada.
Las olas centelleantes la distancian de los ritmos de vulcano,.
Más, es ella
No es otra
Aunque su presencia me perturbe.
Aunque sólo me recuerde los favores que me hacías cada tarde
Los libros que me dabas
Los mensajes cifrados,
tan claros para mi
Y como ya conozco el precio de nuestra debilidad
y no existe ningún indicio de asonada,
me resigno a la sentencia
CONFESIÓN
Me siento como una muñeca de trapo.
Vulnerable, casi insulsa
Con el cuerpo mustio al que una niña caprichosa ha envuelto en retazos de tela
Con pinceladas inertes en lugar de labios
con la piel yerta , y el cabello árido
con los ojos como botones negros en un rostro inalterable
con las mejillas reducidas a punticos estrellados
Como consumida
como extinta
Sin el milagro del hada que complació a Gepetto
Para que mis ojos se agiten en pestañas y ausculten cada línea suya
Para que mi boca renazca y yo lo bese despacio, y lo muerda, aunque se agote el tiempo
Para que mi cuerpo, cubierto por encajes, se contagie
Y lo abrace
Y lo apriete
Para recobrar las formas, y jugar con las suyas
Como dos leones en el ruedo
ansiosos por la otra piel
por olerse,
por comerse ,
Por ganar la partida a costa de un pedazo de carne
Por no ser los payasos de la noche
Ni muñecos de trapo
Por ser bailadores
Amantes
Amados
RECLAMO
No debió decírmelo
Hay rumores nefastos
Verdades que se callan con el mismo sigilo de un secreto de estado.
Estaría invariable,
Pagando facturas, llevando los niños,
Almorzando sin conservantes ni grasas
En mi oficina, resolviendo lo del día
Pero ahora
Por temer que sus besos me fatiguen
Mandé los niños sin comer
No me puse zapatos
Y me parece, no estoy segura,
Que me estoy comiendo la mascota de la casa.
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