jueves, 19 de febrero de 2015

PAUL VINICIUS [14.956] Poeta de Rumanía


Paul Vinicius

Poeta, dramaturgo, periodista, nació el 24 de enero de 1953, en Craiova. En 1954 se traslada con su familia a Bucarest donde vive en la actualidad.

Es licenciado por la Facultad Politécnica de Bucarest, pero en diciembre de 1989 renuncia a la carrera de ingeniero para dedicarse al periodismo. En 1994 tras ser examinado por una comisión del Ministerio de Cultura, recibe el atestado de concejal editorial, y en septiembre de 2012 es doctorando de la Universidad de Bucarest, Facultad de Letras, con el proyecto que enfoca la biografía y la obra literaria de Vintilă Ivănceanu, un importante representante del grupo onírico rumano.

Debut literario y en la prensa en 1982, en la revista Anfiteatro, con poesía. Desde el año 1982 y hasta la actualidad publica poemas en la mayoría de las revistas literarias y culturales de Rumania, entre ellas: La Llama, SLAST, El Contemporáneo,  El Lucero, Lucifer, ArtPanorama, Rumanía Literaria, La Estrella,  Euphorion, La Crónica, Coloquios Literarios, El tiempo,  La Poesía, La Calendas, El Hogar, La Tribuna, El Dilema, La Familia, La Vida Rumana, El Mosaico, El Ateneo, Poesis, Hyperion, El Contrafuerte, etc.

Miembro fundador del cenáculo literario Universitas (1984-1990), coordinado por el profesor universitario y crítico Mircea Martin. En 1987, la censura comunista le prohíbe la aparición del opúsculo de poesía El Martes azul, el miércoles blanco,  que tenía que ser editada sobre papel de periódico, en la colección El libro más pequeño  –colección donde han ”debutado” la mayoría de los miembros del cenáculo Universitas y el núcleo de la ”Generación del `90” (tal como lo llamó Laurențiu Ulici) y que se publicaba como suplemento literario del semanal Convicciones Comunistas, periódico editado del Centro Universitario Bucarest. En el mismo año es laureado del Festival Nacional de Poesía Sighetu Marmației y recibe el premio ”Nichita Stănescu” – de las Tardes de Poesía de la Desești.

Entre 1990 y 1998 trabaja en la prensa central – La llama, El Cotidiano, Zigzag, Exprés, Exprés Magazín, El evento del día, La mirada y en la Fun Radio Bucarest –, firmando artículos y editoriales en calidad de redactor, reportero especial, jefe de departamento y director. Entre 1994 y 1998 es director literario de la editorial de la Editorial Nobile de Cluj-Napoca. Entre 2005 y 2009 colabora con una columna fija de reseñas y crónicas literarias en la revista Agora online, del Internet, firmando al mismo tiempo reseñas y artículos literarios en La Palabra, El Lucero, Argeș, Tomis y Calende, y crónicas de arte plástica y notas de viajes al extranjero. Desde el junio del 2011 hasta el marzo del 2012 ha sido redactor jefe adjunto, luego secretario general de redacción del semanal Academia Cațanencu.

Debuto editorial en el año 1998, con el poemario El camino hasta el hospicio y el retorno a mitad (Editorial Cráter, Bucarest) – los premios de la Unión de los Escritores de Rumanía (USR) y de la Asociación de los Escritores Profesionistas de Rumanía (ASPRO) – seguido de los poemarios Eclipse (editorial Cráter, Bucarest, 1999) – los premios del Festival Internacional de Poesia Sighetu  Marmaţiei y del Festival de Poesía „George Coșbuc” de la Bistrița –y Estudio de hombre (Editorial el Museo de la Literatura Rumana, Bucarest, 2002) –premio de la Asociación de los Escritores de Bucarest (ASB). En 2004 se edita la obra de teatro Nosotros también hemos estado en América (Editorial Palimpsest, Bucarest, 2004) –premio Theatrum Mundi y premio del ayutamiento de Bucarest –, y en el 2005, Un poema para Ioan Flora (Pagoda Press, EE UU, 2005), seguido del volumen de dramaturgia Colonia Grafitti/ Working class, heroes class (Editorial MLR, Bucarest, 2006) – nominalizado a los premios USR y ASB. En el año 2011 se edita el poemario El silencio antes del silencio (Editorial Tracus Arte, Bucarest) que ha recibido los premios nacionales de poesía del año 2011, „Mircea Ivănescu” – del Campamento Internacional de Poesía „Artgothica” Sibiu–el del Festival Internacional de Poesía „Sighetu Marmației” y el premio ”Cezar Ivănescu” del APLER, para el autor del año 2011. En noviembre de 2012 publica el poemario Kemada (Editorial Tracus Arte, Bucarest), que ha recibido el Premio el Libro del Año de la Filial Bucarest a USR de Poesía para el año 2013, (libro traducido al francés por Letiția Ilea, en curso de aparición en la Editorial Charmides.).Figura en muchos diccionarios literarios y antologías poéticas de Rumanía y del extranjero. Ha participado en numerosos festivales internacionales de poesía. En 2006 recibe el título de „Ciudadano de Honor de la ciudad de Durres” y en 2007 hace parte del jurado del festival internacional Poeteka. Poemas de su autoría se han publicado en revistas y antologías de más de diez países.

Su obra disfruta de una valoración que incluye una larga lista de nombres de críticos literarios rumanos. En los últimos trece años ha colaborado con TVR Cultural y Radio Rumanía Cultural.

Es miembro de la Unión de los Escritores de Rumanía, de la Sociedad de los Periodistas de Rumanía y el fundador de la Asociación de los Periodistas Independientes de Rumanía.

Desde el año 2003 trabaja como redactor de libro en la Editorial El Museo Nacional de la Literatura Rumana de Bucarest.


Traduceri Paul Vinicius


Kemada

Ejercicio de articulación

este libro debería haber sido otra cosa

de otra forma
en otros tiempos
pero
sobre todo
debería tener una vida
más larga

esta carne habría podido ser más viva
más excitada
más radiante
podría haber florecido algunos años más
a la luz de su voz de ángel

es solo que de sus palabras
(las del libro)
(ocurre que:)
gotea
pus

es solo que de su voz
(la de la kemada)
surgió la noche




septiembre – 6,45 a.m
el año del tigre blanco y del
alma de corcho

pausa de sueño
y de un cigarro
para ganar tiempo.

frío extraño
en una casa
igual de extraña.

una luz borracha
avariciosa y fea
tamizada a través de las nubes

el temblor temeroso de las hojas
como una virgen
frágil

y yo –
bueno
yo –
estoy cada vez más lejos
que lo lejano

aunque
el castaño de la ventana
se me parece cada vez más

y la tristeza
(su hermana menor)
sigue hablando
en sueños




una rumanía
de chicas
listas

sigo teniendo días malos (no
necesariamente lluviosos)
en los que mis sesos
aunque decentemente
pintados
por fuera
empiezan a ronronear
segregando una secretaria
con más de dos piernas
vistiendo una despiadada agresiva y
tres veces x –
más sado que maso.

y de esos días queda el polvo.
pero también tengo días buenos
que se vengan
en los calendarios
en que mis neuronas están en toda clase de cenas
bebiendo sin fin
semanas tras semanas
en una fila india
que no encuentra su final
provocando grandes catástrofes
en los bolsillos.
y de esos días queda el polvo.

pero hay noches
en que mis ojos
de chino
contemplan una europa bien asfaltada
en la que
una rumanía de chicas listas
inventan y hacen la calle
con indisimulada inclinación
y de esas noches queda el polvo.
venga
ven
ven
alejandro;
los cerebros son complicados;
ven tú
con el estetoscopio
pero
sobre todo
con tus instrumentos
penetrantes
niquelados
y echa
un vistazo
hacia adentro
para que entendamos yo
por qué
en esta tarde solo tengo
tres dedos
con el gato
siete



un poco de ciencia ficción le viene bien al hombre

encima de la ciudad
en el cielo
ha empezado a crecer la hierba.

pasado el tiempo
los arqueólogos del cuarto milenio –
de hecho
la población de la tierra de aquellos días
estará formada
exclusivamente
por arqueólogos –
se alegrarán
(como unas pollas herméticamente acogidas por preservativos de marca)
para constatar
que ellos no fueron
los únicos estúpidos
que soñaron
y miraron
las estrellas como si de una bendición
se tratara

mientras
debajo de nuestros pies
pisamos
casi siempre
las luces futuras
que habrán sido

y el libro
ahora abierto
y el cerebro perdido en la ensoñación
contiguo al vapor del café en la mañana
no eran
por aquel entonces
más que nuestros platillos volantes



un paraíso despoblado y tranvías nocturnos

no es que solo estuviera pensando en malicias
pero el cielo se nos había echado encima acribillado por estrellas y solo
el polvo sonajero de la luna
(enana – enana)
resonaba en nuestros bolsillos
mientras la bella codana
la camarera ojuda
había dado ya tres tumbos
llegando a ser verdaderamente fea y calva
andando ciega
entre mesas
tentándonos con su grupo sanguino
y pidiéndonos imperativa
que nos acostáramos con ella
a cambio de lo que habíamos consumido.

la parte mala no es que no somos inmortales;
sino que
a veces
a causa de una exagerada ligereza
o vileza
se nos cae algún vaso
al suelo.

hasta dios nos perdona el desperdicio
y por eso
zigzagueando
a casa
incluso
los tranvías nos evitan
y la llave parece entrar por sí sola en el cierre con aspecto de rana
aunque el lago está lejos
y solo
debajo de los nenúfares
y el sueño
tampoco



cuando tomas cerveza
no queda demasiado tiempo para
enamorarte

así que
me buscaré una abogada
joven sensual delgaducha
delicada
y denunciaré
a mis riñones

su lunar
el secreto
el que gana uno tras otro
¿todos los casos?

su lunar secreto
a partir de él todo –
pero absolutamente
todo –
¿ocurrirá de una manera penal?

pues bien:
su lunar secreto
(como un pezón de la luna
en la tierra
como un punto de partida
para cualquier
novela
posmoderna
en verso)

empezará
a recitarme la piel
de memoria



zozo – o cómo evitar
la adicción

qué color te alegraría
(acaso)
y cómo tendría que ser él
(el corazón)que te arropa para que no tengas frío
en el que te escondes del coco
y de los días de lluvia
o
por el contrario
no avergonzado por el brillo
en el que consigues concebir
(solita sola)
un eclipse mucho más denso
y aún más embriagador
que los tilos

venga
vosotros
seguramente sabéis – es decir
tú y tu hermano gemelo
tu celular listillo y parlanchín
con el que hablas día tras día de la situación meteorológica
y de la cocina
incluso cuando comes helado de palito
en el bus
dejando sin vista y sin volumen
a los pasajeros.

mándales a tus pies autoritarios
que se acerquen
a la falda – que se tranquilice
y a las fresas de tus labios
que se harten
pero
no justamente aquí
en el paso de cebra
podríamos
producir un par de encarcelamientos
dulcissimo;

y dile
a tu osito de peluche
(para que también se entere)
que eres un acidillo nitrogenado diáfano
(ahora
a tus dieciocho añitos)
en camino a convertirse en nitroglicerina
mil y uno por cien
e
incluso una suegra nuclear
con su bazooka en el cinturón

lo que no deseo ni siquiera para mí
que ya tengo una edad
aunque no sé muy bien qué hacer con ella
aunquede todas las posiciones del yoga
solo me quedé con una:

peniscaptivus
y el cigarro sin filtro
después



algunas veces me tiro en el vodca
como en mi mamá

hoy por la mañana
me alcanzó una palabra
que también
me propinó
una patada en la boca

no me había sido dirigido
no había salido de algún arma
tampoco hizo ningún agujero
en la tierra

provenía de
un par de buitres decrépitos
a los que hacia tiempo que se les habían caído las medallas
los uniformes
el rango.

terrible
cuánto hedor
puede difundir una palabra

así que volví
con bastante mucha prisa

a mi isla
de una balda de la biblioteca
agarré la botella de vodca
y empecé a hojearla

página tras página
cielo dividido por los pájaros cielo dividido por la lluvia
inmersión tras inmersión

buceador buceando
hasta que
en pedacitos quedó
aquella palabra



ploiesti –catelu
(vía madrid)

algunas veces
soy ubicuo
y me sale bien

la noche pasada
por ejemplo –

mientras estaba
tranquilamente
en la apabullante ciudad de madrid
en compañía de la esposa de cobre
de un torero
al que acababa de ponerle los cuernos

pero también en la imposibilidad
de pagar la cuenta
del hotel
motivo por el cual gritaba
endemoniado tanto en el móvil
como en las hectáreas virtuales
a los amigos de mi tierra
para que me enviaran dinero –

maletas de dinero
al mismo tiempo
me había despertado
de un modo máximamente brutal

(ah
puños amenazadores
no
la voz de hojalata oxidada
sobre cojinetes
de un gigantesco chófer de autobús)

en la petrolífera ciudad de ploiesti –
me había percatado de ello
por unos árboles
por la forma aburrida de los arbustos
pero también por algunas naves comerciales
en las que ponía
for sale
teniendo el aspecto de unas ballenas
recién fracasadas
en tierra firme

y
sin saber cómo había llegado ahí
tampoco cómo arreglarlo
llamé al poeta fintis
(que
de todas formas apesta
incluso cuando lee la chica de las cerillas
a gasolina)
para que viniera a arrastrarme
a su casa

estaba describiéndole
con lujo de detalles
las calamidades abombadas de alrededor
para que pudiera tener
el hombre
un punto de referencia
cuando desde la noche
me vi interrumpido
por la voz de un cerrajero
de un contable noctámbulo
que me comunicaba
(seco
cífrico
inteligible, de todas formas)
que me hallaba
en carne y hueso
en la caprichosa ciudad de bucarest –
cierto es
al límite con el pueblo el perrito

¡al cuerno contigo
pavlov!



mi cerebro es un local nocturno
llegan los amigos
se sientan
hablamos fumamos pedimos algo de beber

llegan los recuerdos
se sientan
hablamos fumamos pedimos algo de beber

llegan las mujeres
(amigas
amantes
novias)
se sientan
hablamos fumamos pedimos algo de beber

las amantes
visten colores adrede gritones
que electrocutan
sus piernas nunca acaban
estas te encuentran
vayas donde vayas
las novias
llevan lascivas soledades en sus caras
pero se han atrincherado en sus adentros
porque conocen de un modo casi orgánico
la necesidad de eco que
mi corazón tiene
y me llevarían a casa

muchos de los aquí presentes
llevan tiempo muertos
aunque seguimos viéndonos
de vez en cuando
porque nos hemos querido
y más remedio
no hay

en mi cerebro nunca se hizo de madrugada;
es un local nocturno
de circuito cerrado

aquí se conversa
se bebe
se fuma veinticuatro horas

y nadie se va
nunca
a casa



una noche – hacia el final del siglo
es más simple así:
ella
y
en definitiva

qué importa
nunca he visto
un féretro
más vistoso



algunas veces – sí (igual que ahora)
soy una estación por la que se pasean hombres irritados.
algunos recortan las huellas del pintalabios
y porciones adyacentes
de ellos mismos
con la navaja

otros hablan una lengua
sólo por ellos conocida
con sus propias sombras
a través del único ser vivo
del humo de tabaco

todos miran con deseo
y sed
sus venas
(deseo y sed).

relax
queridos:

somos un país bonito
en toda su ausencia.

muy pronto
mi vida
las vuestras también
llegarán a un campo amnésico
recién nevado
escrito con largos pájaros
negros



ella o
tres fases de la luna
para cualquier astronauta
que perdió su paz
(un sueño)

ella es una gata
de la que baja la noche

sus ojos verdes me encuentran en cualquier parte
llega
se pega
calienta la
parte donde duele

o
todavía no
todavía no duele –
aunque
seguramente
algo extraño y grave se infiltró
ahí
una especie de principio infinitesimal de muerte
una especie de reacción en cadena
no física
tampoco química
nada conocido

cuando me deja y se va
a la otra habitación
ya nada me queda

ella es un cristal extraño en cuyas facetas
un fascículo ácido
azul
vibrando
descompone mis pensamientos
que nada tienen que ver con ella
que nada significan ya.

ella es un guerrero masai
que no conoce la misericordia
y entonces
la noche acaece extremadamente rápido
y sin dolor.

ahora observa con sus ojos verdes
el cielo azul
los pájaros blancos helados en vuelo
y mi mano –
veréis –
mi mano
deja caer letras
de un alfabeto olvidado
sobre el papel



kemi – kemilinha:
mi alma se perdió
en ti
como un niño pobre
descalzo
en la maleza
lunática
de hierbajos

no le riñas
si
te respira
el aire

porque es feliz
no quiere saber nada
de salir de ahí

feliz
de morir
joven



japonismos
dejando de lado el hecho
de que yin y yang no significan
necesariamente
amor
tampoco que yo
pueda todavía aplastar el pedal de aceleración
hacia los 200 – 250
kilómetros por hora
justo para dejar nuestra huella
de amor
juntos
en un muro;

propongo un armisticio:
un beso
con un poco
(solo un poco)
de sangre
que
no me turbará la mente

un simple
beso
y todo lo que conlleve
a partir de ahí –

mientras tus piernas me dicen
claramente
x

mientras tu boca
fracasa
en una isla
desierta



las noches sin
y – casi nada
mal
cuando la lengua de serpiente
del reloj
me atraviesa la medianoche
es solo que entonces
ni siquiera la soledad
puede decirme
algo memorable
algo que no necesite de anestesia
o
simplemente
otro matiz de negro

y entonces:
9
7
53
1

pero ella baila
y eso vale
mil noches
cerca de una central eléctrica
o a las puertas de una fábrica textil
(ay
¡el olor del sudor & tergal inglés!)

pero ella baila
y eso duele

porque no puedes bailar sobre un corazón
sin infiltrar
noche
en un alma



tus pasos – cada vez más desoídos –
inventando el aire
y la noche

y yo
tengo que entender
(¿no es cierto?)
todo lo que tú no puedes llevar
sola
a cabo

porque
tu boca:
como una frase que mis labios
no saben ya concluir

tu cuerpo:
al que solamente mis dedos
de borracho
saben descubrir
del braille

tu sonrisa:
de bella ahogada
sobre la que
(esto es)
cae
la noche

(y el frío)
(y el alcohol)
y
(al mismo tiempo que ella)
a inquietud:

dedos azules
sonámbulos
en las teclas de un piano

infinito



una tarde perezosa
un dibujo en tinta
en un papel amarillo
viejo
de los cuadernos de dibujo

un dibujo que parece figurar
una niña frágil
atravesando un bosque embrujado por el otoño.
pero yo –
yo
¿por qué veo otra cosa? pues
veo unos peldaños
y desde ellos empieza la oscuridad
y tú –
tú estás ahí (al otro lado)
adentro
hermética
sin una palabra;

y cuando empiezo a sentir miedo
(de lo que te ocurre
de lo que debería hacer
pero no me veo capaz
porque soy témpano
piedra
yacimiento)

su café
señor

y
los ojos
los dedos
(largos
blancos)
la sonrisa que podría iluminar una de tus noches
o cubrir un folio de papel
después el pelo color castaño

alejándose
y el mar
(en alguna parte
detrás)respirando e tu lugar.



la noche en que desnudé las estatuas

y el frescor del día a través del cristal entreabierto
las colillas
aplastadas con enfado
casi enteras
por una mano que se dejaría cortar
por un cigarro

el hecho de que no
o simplemente la idea de que sí
y entonces
ya no sé –

pero
en el polvo de la plaza
¿cierto?
no es fácil
(agarrado por el pelo
e invadido ya
por los gusanos)

solo que ahora
tendrás que esperar
aproximadamente unas dos guerras
un par de buenas noches
con los gusanos apegados

y tú
putita vieja

corazón
le tendiste una alfombra roja
y la dejaste
peinarse
en sangre
como si
os hubierais conocido
desde el origen
de la tierra

como si yo
no fuese
más que la rama.



239 km
tanto me había acostumbrado con todas las traiciones
que este mundo
de cuatro duros
en el que las apariencias son la únicas que resisten
más de cinco minutos
y ahora
hasta tú misma
serpiente rojiza
niña triste
al que le hice un hueco en mí

te di de comer
vodca te di
tabaco sin filtro ducados marrón sin filtro gauloise caporal pall mal
(sin)
noches sin sueño sin un trozo de luna
y momentos en los que hubiéramos podido calmar nuestra curiosidad
de lo que fuera que esté hecho
el corazón
(cuando todavía late)
y todo mi amor
de vigilia
cerca de ti
delante de todas las clínicas
y de los centros de recolección de la arena
de la clepsidra que tengo en mí
a todas partes fui contigo
tú, salvaje
fiera
amigo mío
mi dios

y ahora
me dejas como a una prenda sucia
y te vas
al lugar donde ya no puedes sin

cariño
mi sangré
salió hacia ti



vacío sobre la oscuridad
pero no ocurre nada en aquel lugar
aunque fuera un momento
o tal vez dos
cuando vi
la sangre
y escuché los gritos

por la puerta entreabierta:
solo la oscuridad
jugando
con todo lo que él hubiese podido
abrazar

en mi mesa de trabajo:
una carta
al principio
sin terminar

y la sombra de la mano derecha
(al principio
sin terminar)
exceptuando el hecho
de que había entendido
ya
que soy
una implosión

y que nada
ocurría
en aquel lugar



ella sabe nosotros sabemos él sabe
que pasará –
porque mis manos
hicieron posible que su piel
soñara
con todos los colores del otoño

porque la avaricia de mis palabras
respiraron todo el aire

y su cuerpo
su cuerpo
ya no se sabe
solamente suyo

mientras tanto la ciudad
se disolverá
en silencio
átomo tras átomo
en
el alcohol de las mañanas impares

el mendigo de la esquina
con su armónica oxidada
¿de la que caían las hojas?

para enriquecerse
y él se irá;

vivirá en una ciudad
con nombre de planta
carnívora



el primer día
(después de la división)

son las 15:27 –
a las 15:27 horas
cuando ya no eres
enteramente
tuyo
las 15:27 horas
ni siquiera existen

en realidad
no es más que
un muy relativo
punto de referencia temporal
de la mitad de un tú
que se esfuerza
(sigue esforzándose)
en pensarse completo
para poder
(sin embargo)
hacer algo –
no necesariamente importante
(en realidad);
como sería
encender un cigarro
empezar a beber
darles una monedita a los mendigos
o
(simplemente)
tocar
la nueva herida
que le quedó
cuando fue roto
separado
desvalijado
por la otra mitad

es un ejercicio de identidad
este
en el abdomen de una madre
que no nació aún

pero ahora
solo el dolor de la concepción
y el cielo
cada vez más sombrío
pesando encima
desde el momento en que el tiempo discurrió al revés
(volviendo de la herida
a la navaja)

son
(pues)
las 15:27
y
(como por la neblina)
recuerdas que a la otra mitad
no le gustan para nada
el tabaco
el alcohol
las noches derretidas en botellas y vasos
la gran muralla china y
esa célula tuya
que siempre ve a las mujeres
como características juguetonas
de niño

y te diviertes
un poquito
(¿cierto?)
con la idea

de que realizas
(no sin un calor fresco
que te invade)
que sí
tampoco ella
la otra mitad
no va por libre

y
(casi se lo
comentas):

cariño
tengo mucho miedo de que te conviertas
en un viejo ansioso por cigarros sin filtro
un adicto a la vastedad del alcohol
y un gran desdichado del olvido
del osito de peluche

y mi corazón late
y late
como si hubiese entendido

y algo
(alguien)

de esta composición incompleta
degradada
desierta
(que quedó)
trepa al cerebro
y se ríe
se ríe
se ríe

como si hubiera llegado el otoño
con toda su cosecha



mi carne enamorada

mis dedos malhumorados
seguramente
hubiesen continuado tocando
acorde tras acorde
en el mástil de aquella guitarra
de aire
olvidando que la piel de una mujer
sabe cantar mejor
que un alma vacía

pero mi carne enamorada no me oyó
no me vio
me había olvidado incluso –
me mandaba sin embargo postales
de un país lluvioso
con la piel caliente y piernas largas

otro día gris
como el interior
deshabitado
de la ballena
y
claro que sí
(¡claro que sí)
deseaba yo
el viento
la corriente
o tal vez mi cansancio
nos echasen de una vez en alguna parte
en una orilla
en la que hubiese podido dormir
pero mi carne enamorada no me oyó
no me vio
me había olvidado incluso –
me mandaba solamente postales
de un país lluvioso
con piel caliente y
largas piernas 
y cuando se hizo de noche
claro que sí
me escondí en una botella
y dejé que el alcohol que contenía
hablara
en mi lugar

solo que su voz
hacía tiempo
hacía mucho tiempo que no era
solo mía
y las mariposas ebrias que chocaban con la lámpara
habían dejado de ser
mis camaradas
en la soledad

pero mi carne enamorada no me oyó
no me vio
me había olvidado incluso –
me mandaba solamente postales
de un país lluvioso
con piel caliente
y piernas largas

un país
que había soñado conmigo
y que ya no quería
olvidarme



un bumerán de luz
haciendo pedazos la oscuridad

…porque
noche tras noche
fajos de noches
no entendí
(y ni un poquito al menos
me veo
entender
alguna vez)
algo de tu cuerpo
de tu cosmos enmarañado
alienígena

aproximadamente cuántos átomos tienes
amor mío
y cuántas lunas llevas
cuando la soledad
me saca a pasear atado a la correa
por la ciudad

cuando el otoño
enciende los colores de la guerra
ladridos de perros
como unas radiografías
de la ansiedad

y cuando
en cada mujer
de la calle
explota una hiroshima
de solamente una gotita infinitesimal
de la droga que
eres

mientras tus manos me encuentran en cualquier parte
mientras tus manos
sonámbulas
asustan las cigarras metálicas
de mi verde
de mi azul
piel

mientras tus manos sonámbulas
acarician mi sangre
haciéndolo tiritar
suspirar
fluir
inversamente



alguien

te despiertas solamente cuándo
cuánto
y cómo quiere
tu sueño
mensajero de la lluvia
y resbalas
deseoso de vida
en la jungla de la ciudad

pero ahí
nada está bajo control

¿te irritó el conductor
con esa preposición
menos leñosa que estúpida
con su cara de pekinés honrado?
no pasa nada:

te llevas las líneas de su tren
las arrancas y las colocas
en una calle
que te vendría mejor

despistado
aplastas un autobús
que no atravesaba civilizadamente
un paso de cebra – hecho que
según puede verse
tiene sus
consecuencias

¿qué se puede hacer
entonces?
te meas y meas y te meas y meas
imperturbable
en el policía que vociferaba
precisamente porque mojabas su uniforme
en el trabajo
tu jefe te llama a un lado
te explica
(más manos que palabras)
que se hartó de la catástrofe que eres
y a la que
encima le paga

escucha
puré de patatas
(le dices)
nosotros
(es decir tanto paul
como también vinicius)
ni siquiera necesitamos
un documento de identidad
o número en la puerta de la calles;
nosotros estamos directamente representados
por nuestros zapatos
de la talla 44 y medio
que
de verdad te lo digo
estaría bien que no se enterara
qué talla de calzones
llevas tú

después le mandas
de vacaciones
a la facultad
a la mili
al bachillerato
al colegio
a la guardería
la pre-guardería
y la maternidad
directamente a su madre
ahora está mucho mejor
y hasta el futuro
te guiña el ojo
y echas de menos a tu madre

como a una arcada rota
así que empiezas a beber

solo que hasta las cuatro y media de la madrugada
cuando por fin llegas
a casa
has estado extremadamente ocupado
visitando distintos monumentos históricos
y objetivos culturales
de nuestra querida capital
entre las cuales el hospital de urgencia
la comisaría del sector número seis
la sala de juicio del tribunal cercano al reloj sin cuco
no son más que algunas
vagas
referencias ontológicas

por fin
en casa
donde ningún gato te espera
solo el caserón
ligeramente tocado
la caserona
como un zepelín averiado
y
por supuesto
las omnipresentes cucarachas de uniforme
sin las que ni siquiera la tele
funcionaría
más que en blanco y negro
en fin
otra vez
en casa
y te ves por primera vez
en los últimos nueve años
en el espejo sucio y torcido
y
lo que ahí ves
es un barbudo
sobre el que el tiempo pasó y las cisternas de leche
y que
en menos de 34 botellas de vodca
cumplirá sesenta codos
así que enciendes un cigarro
y sonríes
mentalmente
como solamente robert de niro
supo hacerlo
en los últimos sesenta metros de película
en once upon a time in america
(una sonrisa sin tiempo
sin espacio
sin objetivo
una sonrisa bonita
la sonrisa más bonita del mundo
flotando en opio
y volviendo al opio)

alguien
en alguna parte
en esta ciudad
te quiere



hace 147 horas que

bebo
bebo
bebo
solamente
bebo;

aún así:
¿en qué se basa
este fiambre
que se imagina ser
yo?

mientras yo
de pequeño
crecí
como un griego
en el cerebro

que repetía siempre:
ex nihilio nihil fit
ex nihilio nihil fit
ex nihilio nihil fit

y ahora
¿qué más puedo creer
aparte de excretar
mis propios órganos?

(llegado a este punto
de alguna parte
de los cielos
mi más grande crítico –
y no solo eso
puesto que él en verdad nos lee a todos
como a unas diarreas artístico-plásticas
dispersadas por las paredes
con el indicador en la mano –
mueve
desaprobador la cabeza
y da la vuelta
enfadado
a la página)

entonces ¡dale la vuelta
de una vez
a la página!



démosle (entonces) al gris
lo que es del gris

en la otra orilla
de cualquier mujer amada
me encontré siempre
(pero siempre)
aunque fuera en la última gota de sudor
que se separaba de la piel amada
al buen dios

claro que
a ti te gusta
seguir viéndote
(incluso arreglas tu peinado)
en la fosforescencia browniana
agonizante
de mis palabras de amor
y en los trapos de estas carnes
lunáticas
todavía extrañas
todavía impregnadas de ti
que ya no me reconocen

pero en ellos
hasta un patinete oxidado
podría adquirir
la gracia de una mariposa traslúcida

porque
(eso es lo que me ocurre:)
todo lo que toca
mi cerebro enamorado
deviene imponderable
armonía
vuelo

todo lo que tocaste tú
en mí
se transformó
(mira:)
en cenizas
dinamita

incluso este charco deforme
de palabras
como un cáncer
del papel
que se ha transformado
en libro





que te dolerá
alguna vez
también a ti

sé que sentirás
también
una partícula infinitesimal
un átomo asustado
petrificado al lado de un grito monstruoso
vertical
parecido al de un tornado
que jamás cesará
de quitarle calcio a tus huesos
de vaciar
día tras día
tu vida

y también sé
que eso
me entristece

hubiese querido
que siguieras siendo
hasta el final
la misma guillotina brillante
inconsciente
bien afilada
como siempre fuiste
como te vi en sueños
siempre

acerca de las células de esta carne
que quedé

(ahora –
solo fosforescencia);

ellas te indicarán siempre el norte
incluso en las tórridas noches de verano
cuando tu piel suspirará
en los seísmos del placer
porque para todo
para absolutamente todo
hay un principio



uno de esos días

con el sol al revés –
al que no alcanzas a ver

que sin embargo
dibuja para ti
hojas y árboles
en la pared de un edificio
de oro

y ya nada te apetece
nada






septiembre – 6.45 a.m.

el año del tigre blanco y 
del alma de corcho

pausa para dormir
con un cigarro
ganador de tiempo.
frió extraño
en una casa
igual de extraña.
una luz trastabillada
pobre y fea
cribada en las nubes
el temblor miedoso de las hojas
como una virgen
delgada
y yo–
¡eh!
yo–
estoy cada vez más lejos
que
lejos
aunque
el castaño del frente de la ventana
se parece
cada vez más
a mi
y la tristeza
(mi hermana pequeña)
sigue hablando
en sueños




septembrie – 6.45 a.m.

anul tigrului alb şi al
sufletului de plută

pauză de somn
la o ţigară
câştigătoare de timp.
frig străin
într-o casă
la fel de străină.
o lumină-mpleticită
calică şi urâtă
cernută prin nori
tremurul fricos al frunzelor
precum o fecioară
subţire
iar eu –
ei
bine
eu –
sunt tot mai departe
decât
departe
deşi
castanul din faţa ferestrei
seamănă
din ce în ce mai mult
cu mine
iar tristețea mea
(sora mea mai mică)
continuă să vorbească
în somn





breve historia del esquive

todos los sucesos de mi familia
se han consumido entre el verde legionario
el rojo pecerista*
y
más tarde
el ojal
de la bandera.

hemos sido gente ruinosa
pero con un sistema nervioso
endiabladamente sofisticado.

dormíamos las mañanas
dormíamos los mediodías
dormíamos las tardes –
sólo las noches eran nuestras.
sólo y sólo así
hemos logrado pasar de todo.

sólo miradme
como estoy brillando
aquí
en la oscuridad
como la moneda
de un mundo
desaparecido desde hace mucho tiempo.

(*pecerista=abreviacion del Partido Comunista Rumano)




scurtă istorie a eschivei
toate întâmplările familiei mele
s-au consumat între verdele legionar
roşul pecereu
şi
mai târziu
gaura
din steag.
am fost nişte oameni păguboşi
dar cu un sistem nervos
al naibii de sofisticat.
dimineţile dormeam
după-amiezele dormeam
serile dormeam –
numai nopţile erau ale noastre.
numai şi numai aşa
am reuşit să le trecem pe toate.
priviţi-mă numai
cum mai strălucesc eu
aici
în întuneric
precum moneda
unei lumi
demult apuse.





a veces sufro
de la enfermedad de las paredes

como si
un pájaro alborotado
con pico agudo
amarillo
me surgiera de la vista
y cruzara
la pared del frente




câteodată sufăr
de boala pereţilor

ca şi cum
o pasăre zburlită
cu cioc ascuţit
galben
mi-ar ţâşni din privire
şi ar traversa
peretele din faţă.




.











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