martes, 24 de febrero de 2015

JUANA GARCÍA ABÁS [15.051] Poeta de Cuba


Juana García Abás 

(La Habana Vieja, Cuba  1950). Escritora. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. 

Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2006, otorgado por el Instituto Cubano del Libro y la Fundación Nicolás Guillén; Premio de Crítica de Artes Guy Pérez Cisneros 2003, del Consejo Nacional de las Artes Plásticas; Premio Centenario de Arthur Rimbaud de Traducción (Alianza Francesa, Embajada de Francia y Ministerio de Cultura de Cuba); primera finalista del Premio Internacional de Teatro Margarita Xirgü, Madrid, 1985. 

Poemas suyos han sido incluidos entre otras publicaciones en la Antología de la poesía judeo-latinoamericana, S. Sadow & Isaac Goldemberg, Hostos Review, 2006, New York City; Conspire, C. K. Tower, Barnes & Noble, New York, 2000 (poemas originales en inglés); Poemas descerrajados, antología, Luis Arias Manzo, Apostrophe ediciones, Chile, 2005; Antología de poesía Centroamericana y del Caribe, Isola Nera, G. Impaglione y G. Mulas, Cerdeña, 2006; Contemporary Cuban Literature, New Laurel Review, Josefa Salmón y Andrea Musa, Loyola University, 2005; Ellas, las culpables, Jorge Camacho, Ediciones “Z”, La Habana, 1994; 2000; Cuban Literature 1985-2000, Author Index, Wayne H. Finke, City University of New York; Anuario de Poesía de Ediciones UNIÓN, Luis Marré, 1994. y en las revistas literarias Cauce, Pinar del Río 2003; Francachela, Buenos Aires, 2005; La Jiribilla, La Habana, 2006; Isola Nera, Cerdeña, 2006 y algunas plaquettes en La Habana, Venecia y Valencia. 

Ha publicado ensayos en revistas especializadas en literatura y artes. Invitada al Festival Internacional de Poesía de Copenhague 2006. En Las palabras son islas (Letras Cubanas, 2000), Jorge Luis Arcos reconoce a esta escritora entre aquellos que “no pueden dejar de nombrarse en una historia del proceso poético cubano”. Se inició como poeta bajo las tutorías de José Lezama Lima y Roque Dalton. 

Escribieron en prólogos, notas, cartas, ensayos o comentarios, sobre la obra de esta escritora: Dulce María Loynaz, Cintio Vitier, Fina García-Marruz, José Kozer, Josefina Ludmer, Víctor Fowler, Jorge Luis Arcos, Samuel Feijóo, Roque Dalton, Renato Prada Oropesa, Virgilio López Lemus, Julio Ramos, Nara Araújo, Antón Arrufat, Nancy Morejón, Luis Marré, Ernesto Fundora, Félix Pita Rodríguez, José Antonio Portuondo, José Prats Sariol, Alberto Rodríguez Tosca y Elisha Porat, entre otros. 

Ha ofrecido lecturas de poemas en La Habana, Palm Beach y New York. Profesora Titular, miembro de la Comisión de Categorías Docentes y Jefa del Departamento de teoría e historia, de la Facultad de Artes Audiovisuales del Instituto Superior de Arte (1988-1993), funda la asignatura Estética de las artes audiovisuales, junto al Dr. José Massip, y el primer Taller de Postgrado de Semiótica en la educación superior de las artes en Cuba, junto al Dr. Renato Prada Oropesa, discípulo de Greimas. Licenciada en Historia General por la Universidad de La Habana, cursó Diálogos de Altos Estudios con Armand Mattelart, Herbert Schiller e Ivan Schullman. En 1991 la Academia de Ciencias de Cuba aprobó su tesis Análisis diacrítico en las estética de las artes audiovisuales, con vistas al doctorado en Filosofía. 

Estudió artes plásticas con Víctor Manuel y Servando Cabrera en sus estudios, y con Luis Martínez Pedro, Antonia Eiriz y José Masiques en la Escuela Nacional de Artes, de 1966-69, donde expuso en dos muestras colectivas con curaduría de José Masiques a raíz del Salón de Mayo, con Roberto Fabelo, Pedro Pablo Oliva, López Oliva y Tomás Sánchez, entre otros, siendo aún estudiantes. Asistió a conferencias magistrales de Ivon Thailandrier (Director del Salón de Mayo) Matta, Adami y Siqueriros). Figura en el Allgemeines Künstler-Lexicon (diccionario de artistas plásticos, maestros y críticos de esas artes de todas las épocas, sucesor del Thieme-Becker), Michael Nungesser, Leipzig (en proceso editorial). Vicepresidenta de la Sección de Investigadores y Críticos de Artes Audiovisuales de la UNEAC (1981-1988). 

Consultora de la C. C. de la UNESCO. Delegada a dos Congresos de la UNEAC. Participó en el Festival de Cine de Varna como crítica de arte (1982). Jurado en más de cincuenta concursos nacionales (teatro, poesía y audiovisuales) y en dos ediciones del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Promovida en The Contemporary Who’s Who of Professionals 2005, y por The Contemporary Elite, es editor consultante del American Biographical Institute. Laboró como periodista, dramaturga, guionista, crítica de arte, asesora, directora de programas y especialista en mass media de 1970 a 1990. 

Ha asesorado obras de literatura, artes plásticas, teatro, video y cine producidas en Cuba y en el extranjero. Traductora de francés e inglés. Posee la Medalla por la Campaña de Alfabetización y la medalla Centenario de Máximo Gómez del Consejo de Estado. Tiene en preparación un libro de ensayos y una novela de perfil autobiográfico. Asesora proyectos de artes plásticas, literatura, cine y video. Nació al fondo de la manzana contigua a la Catedral de la Habana y reside en El Cerro, La Habana, Cuba desde 1969. 

La mayor parte de su obra poética de más de tres mil poemas, permanece inédita. Su libro de poesía Circunloquio, (Premio de Poesía Nicolás Guillén 2006) editado por el sello Letras Cubanas. De ascendencia judeo-sefaradita y canaria, posee la nacionalidad cubana y la española.



Juana García Abás, entre la intuición y la intelección

Por Luis Rafael

Anclada en su «lomita» del Cerro, el barrio habanero de las casas derruidas, los capiteles desgajados y las grandezas condenadas al polvo del recuerdo, Juana García Abás (La Habana, 1950) resiste a los ciclones y entretiene sus horas bruñendo versos. Si para otros un poema es la estampida, para ella resulta parto cabalístico, hecho a las concurrencias del azar, en la espera de quien teje y desteje haciendo tiempo.

Recuerdo ahora cuando, ahijados por la fronda de su jardín, isla de paz en medio del barullo, conversamos en tardes de lento discurrir, viendo el manar sereno de las sombras y los silabeos, que tomaban cuerpo en la realidad del arte, escapando, ya color, a cartulinas y lienzos estampados por la mano del hijo, que es parte del propio cuerpo. Escucho la voz de Juanita, cual susurro de colibrí libando verbos. Observo el silencio de José Luis Fariñas, su imagen en la carne y en el verbo. Quisiera perpetuar los momentos de éxtasis al arrullo, y me los devuelven los versos de una rara avis que ha sido llamada hermética sin serlo. Al cabo de sucesivas versiones, la escritora dio a conocer Circunloquio (poesía, 2006), libro que mereciera el Premio Nicolás Guillén de 2005 y que asombró a quienes no conocían a su autora, por la rareza de su estilo, el entramaje de sus oraciones y los múltiples sentidos de su léxico.

Hecha a la alquimia de las palabras, Lina de Feria escribió, sin embargo, sobre este cuaderno: «busca el agresivo ambular de los fonemas, para aumentar la traslación contenidista». Sus iluminaciones, intuiciones que lindan con el razonamiento, tienen que ver con la cubanía «secreta» que Cintio Vitier descubrió en la poesía del paisaje insular, de las esencias subsumidas bajo la apariencia. Imbricando al autor de Nieve y al de los Versos sencillos, hacia el final del poema «Savia de almácigo» afirma García Abás: «No sabe a canistel, el fruto del nogal».

Asiática ironía, tropos meditados y plasticidad simbólica, mixturan el discurso de transtextuales sobreabundancias. Juana lleva el nombre de su Isla y quizás por eso, habitante ella misma de la excepción, aventura en su poesía «el espacio inabordable». Al decir de Cintio Vitier: «Estamos, entonces, en el logos circulatorio de las caminatas nocturnas por el Prado mientras Penélope descifra el tapiz que está deshecho». Su tanteo en lo desconocido, su abrevar del silencio, hacen lumbre al porvenir desde nuestra mejor tradición literaria.

En la composición titulada «Aporía» el mito esclarece sus hilos vinculantes: «Como esperando a Ulises / la virtualidad teje y desteje / lo que palpita en la supuesta nada». Desde sus lecturas y angustias vitales, la escritora corresponde, en su dibujada caligrafía, intuiciones y preguntas, que forman un único, intermitente cuerpo, sobre la volátil página. Entre la intuición y la intelección, entre la luz y el misterio, Juana García Abás reconstruye su tiempo y monologa en versos.



Puesta en abismo

¿Qué se busca del otro lado?
JULIO RAMOS

La fabulación no borra engendros ni con resinas persas.
(Me abruma el desgaste de tanto mesías
bajo la férula de estas ambivalencias
donde todo tiene su instante de virtud.)
Patanas a la deriva. (Transbordo fractales
líneas de fuga a terra aliena por las estigias
donde las paralelas unen sus caminos,
angosturas sin rasgos equívocos:
crimen de leso duende.)
Los marcos son violados sin norma ni ley
 inflorescencias tumularias, descalabro.
(Me precipito al infierno del nombre sin su don.)
Proliferación del fragmento
¿futuro de hibridez y malas copias?:
clones en podre mordiente.
(Entresijos de la pregunta por el ser
Transvasada a mi pregunta por el existir.)
Supuestos capítulos de culpa en lo divino
eliden la imagen del desastre.
Implosión de las urbes
glomérulos de catástrofe tuercen las zonas,
trasmutando anejos sangrientos.
(Las líneas de mi palma urden escalas entre clústeres;
 culminan, con piruetas de animal desbocado,
 sometidas a cierta disciplina del cómplice
 fijada por una alteridad que me rebasa
y abre las rutas prohibidas.
Con guadaña decoro mis hojaldres.
La ruina del ego abate mis fronteras:
cárceles, constituciones, códigos;
monedas, sacramentos, gramáticas... ¿civitas?)
Márgenes infamadas 
consagran diferencias compartidas
 estancos vulnerarios del crisol;
el belfo ignora el fuste y los dogales,
a la figuración de los rugidos.
Larvas discontinuas, neo-cruzadas
cismas de indicio posthumano
carne huérfana que brota sobre vidrio.
Hibridez, deconstrucción: parodia.
Desgracias en línea.
¿Un vaho ferruginoso que emana de los píxeles?
anacronía, blasfemias y contaminaciones.
El lino bíblico desgarra el lienzo del remiendo
la desgracia no entraña obediencia
sino estas crisis de la ilusión.
(Mis abalorios, sus facetas vagas
¿delirio, en parodia fatal de la utopía?)
Todos los pos en arco sobre lindes
nuncios de cementerio. Amasijos.
(Me inilio entre las redes,
zona virtual donde navego sin baquiano,
con la impertinencia del yo que se desangra
en éxodo hacia la disolución
las alteridades me despliegan,
socavan mis marcos;
me silencian donde la esperanza me diluye.)
Autos de duda.
(Soy mi objeto pamplina en diseminación.
No necesito prueba de mismidad.
El derrumbe del todo en cada exilio viola mis confines
 ¿cárcavas de infinito?
bajo el cisma toral que sume estos linderos
donde mis bordes son pasto de las crisis.
Transverval, ubicua: me extravío.
Callo lo que me anula entre paréntesis de lábaros
 donde no hay mono sabio, fiera mansa,
poder virgen, genio holista ni dios inocente
para este cuerpo que se tensa y quiebra
sin mar segura ni tierra cierta, cielo firme,
 derecho justo, pleno arbitrio, poder cabal,
recta pura, sexo franco, amor perpetuo,
edén extraviado, paraíso viable,
destino fatal ni fin supremo
de algún rol estelar de lo profano
en ningún drama cósmico
metáfora por siempre transmigrada:
paradoja del desastre que funda y muele
propiciando esta flor de ceraciones inestables, 
sin consultar con Dios.)
Cínicas angulemas del fin pasto de la renuncia
clausuran estas jácaras
y sólo caben relatos de jardines perpetuamente diferidos.
Como esporas de pascua, un sujeto múltiple
polen y drupas propaga círculos de misericordia
multiplicando el yo que ahoga en plurales
 ¿ausencia de una diretta vía? la gracia del vuelo
(Me descentra la infamia
tanto cadáver con flores de Coleridge.)
Con la injuria de la linde en tanto ejido,
las selvas fuerzan al silencio
¿ordenada furia del último desorden?
Terrores de leva y faustos con livores
arrasan estas costas de fe del laberinto.
(Einstein me saca la lengua desde su sinsabor,
más que desde la plata de la cámara oscura.)
Escasean heterodoxos,
anegados por cartas de Urías
¿quién podrá ir sacando, de la baya, el lino?
(Siembro malvaviscos triaca virtual y de tierra.)
Prótesis, géneros, ablaciones, injertos:
resplandores trocados por alguna otredad.
Algaradas de heterónimos.
Bajo urdimbre y espeiras, revelación y dolo.
Un material viscoso abduce:
dos babeles colapsan ab æterno,
el espanto en el desierto no concluye
y un hongo irradiante despliega corolas
en rémora almagre de las certidumbres.
El gesto del exterminio suprime los ecos del Qumram.
(Me inferna tanto caos [shoah] nunca “holocausto”:
ultraje dilatado con voz de ofrenda.
Señuelo de mí, niego mis límites ¾abstraigo lo absoluto
perdiendo mis ámbitos de confirmación.)
En los tinglados la justicia parece una gracia posible
como si la esperanza fuese algo más que el lastre
de un calce que abre larvas al final del fuego.
 (Animal de incertidumbre,
soy un cimbel para cazar mártires:
algo sublime y fiero, iluminado y roto.
Esto no es esta página, y ya no estoy aquí
ni mi cerro es este albor ni estas letras son mis guijos
ni el confín es la buzonera que me disemina
hacia el vano de esta andana obscena expuesta,
por dominios donde los ejes y los marcos extravían.)
Algo hiede en Ciberia. 




Aporía

Como esperando a Ulises,
la virtualidad teje y desteje
lo que palpita en la supuesta nada
si la constante fuera cero,
estas figuras de lo vertiginoso
podrían salvarnos al través de las trampas;
pero Aquiles no vence a la tortuga. 





Nodos

-¿Y qué pasa con Dios?
STEVEN WEINBERG

Me salvarán las aporías,
la imposible confinación del cuásar,
algún místico estado de gracia
y mi escarabajo de amatista,
revelándome la vis de estos umbrales
donde todo final es un comienzo
[una radiante que abortará hiperones
-o cualquier otra formación anónima por
espirales desmemoriadas,
multiplicándome en relevadas lindes
sin origen ni término].
Me atraen los cercos: los halos de estos puntos
que irradian fragores terminales
-y no temo descentrar fronteras
precipitando mi cáscara discreta
hacia esta fuga con cintas proteicas
adonde la rueda del infortunio gira.
[Ya no me aturde este desinterés divino
-un poder sin compromiso difuminaría culpas
por filos destemplados en las absoluciones.]
Me tientan estas cuerdas sin punición ni premio
y prefiero a mi apático criador sin teodicea,
antes que esos dioses que absuelven o castigan
por sus ínclitos yerros.
Me deslumbra esta materia que se invierte
donde las rectas se vuelven curvas críticas
que embeben las drásticas incursas
de un canon centrado en todas partes.
Me ampara una fórmula apenas aplazada
[cierto poder que ensarta las esferas,
con los polos y el centro en todas partes]
hilando esta constante que une lo distinto
al mutar estos confines turbulentos.
En fin, me absuelve un trígono salvaje:
la inocencia de mi dios sin arbitrio en plena incordia,
esta variable del vaivén de lo raudo
y cierta economía de cundiamor silvestre
en el sinfín que me tengo prometido. 





Cantor

Si existiera el vacío (carne de invención)
existiesen la recta, el tiempo y hasta el círculo;
y no este inconmesurable espacio dilatado
sin principio ni fin, y quizá ni retorno.
Nada es curvo ni recto en lo absoluto
si el aquí ya es todo sitio al mismo tiempo
y cada recta es curva, vista desde otro punto.
Algo desastra el cero:
¿una grieta fantasmal infundida en sí misma,
o quizá un resquicio omitido en lo inerte,
entre lo que comienza y lo que termina?
Por esa quebradura se nos perdió la nada
y ahora todas las cifras son el mismo número:
cronotopo sin primero ni último: numen
donde vibra el continuo que anuló el vacío,
su imagen circular y aun el silencio;
sólo cambia el nombre:
siempre álef es tau. 






Circunloquio


Omnia ab uno, ergo omnia ad uno.
J. G. A.

Empty words.
JOHN CAGE


El cuerpo de un ejemplar magnífico
palpita repartido en cuencos rotos;
las chispas lo pudren, se autofagia
supurando infinito desde exilios discretos.
[Esta pizca de sal para el café de monte,
enlaza los pulsares
y las cábalas bufan la respiración de la graveza
-¿nadie pudo escoger el batimiento
que de lo uno surge y a lo uno retorna,
sin salvador que deba ser salvado
por este absoluto con intervalos de finitud?]
Vuelta de noria: la luz quedó atrás, pánfila
-todo empieza y termina en todas partes-;
la energía oscura invierte su vibrar:
quizá no haya suceso
ni difieran los cuantos de los cuásares
-una elástica cinta de Moebius se divide
en geométrico avatar mientras se multiplica.
Y este encauce del ordenado caos,
fuera o no fuese un dios: bien podría serlo
-«todo desde el uno, luego todo al uno»-
si lo invisible dispone el concierto del
 co                           y del cuark.







Praxis


...una porción sutil e inimaginablemente pequeña de la materia difundida a
través de la masa, de la cual, si se la separara, no quedaría sino tierra muerta e
inactiva.
ISAAC NEWTON


Trastrocada en desorden, la figura del caos
privilegia la subversión del gesto en los portentos
con que la diseminación destruye las simientes.
Anima mundi -clones por clades, homúnculos,
espirales radiantes sobre materia oscuraasordinada
por el vino hostil de los filósofos
y la tangencia de los Principia con el Toisón de oro.
Los ungüentos refulgen tras la acción vegetal,
corruptos, en la trampa de las cavas.





Juana García Abás: décimas de Circunloquio


Con su poemario Circunloquio, Juana García Abás mereció en el 2006 el Premio de Poesía Nicolás Guillén, el más alto galardón que se concede en Cuba a libros inéditos de poesía. El volumen ha aparecido ahora bajo el sello editorial de Letras Cubanas, con cubierta admirablemente ilustrada por el destacado artista plástico José Luis Fariñas, hijo de la autora.

El conjunto ha sido valorado de este modo por el también poeta e investigador literario Virgilio López Lemus: “Circunloquio se halla en la mejor tradición de la poesía culta cubana, de hondas raigambres del saber, devenida de Casal y Martí a Lezama y Baquero. La poesía cubana necesitaba un libro así. Juana García Abás se ha metido en el mundo de la matriz, en el diálogo con la eternidad, y ha elevado la poesía cubana coetánea a un nivel ahora inusitado y sorprendente”.

Juana García Abás, nacida en La Habana Vieja en 1950, además de su quehacer como poetisa, es profesora titular y ensayista de larga trayectoria. Ha sido jurado en más de 50 certámenes de arte, ha representado a Cuba en festivales internacionales y ha ofrecido lecturas y conferencias en Cuba, Estados Unidos, Bulgaria y Dinamarca.

En Circunloquio, poemario donde predomina la poesía en versos libres, la autora quiso sin embargo la presencia de la estrofa de diez versos, con el intenso y extenso poema titulado Décimas tercas, del cual ofrecemos una muestra.




DÉCIMAS TERCAS


(fragmento)


a Virgilio López Lemus


Bastión de dudas, misterio;
pasión, alma; basilisco;
vino, espadas, fuego: cisco,
animal de cementerio;
canción de cuna, salterio;
héroe, tirano, traidor
o mártir. Arte mayor
(o menor) -según aliente
su vibrar por las vertientes
del bien o el mal, y el amor.
Somos un pobre turbión
de este caótico artificio
-y esto ya se ha vuelto un vicio.
Más que un poema o una canción,
pareciera una adicción
que ni se cura ni mata.
Dime, ¿qué hacer?, si nos ata
esta rima retadora…
¡Porque ya es la timadora
que nos dora la barata!


II

Nace el hombre con su arbitrio
como un saco de amargura;
da un paso, y la sepultura
le amaga por todos lados
y hundido por estos vados
de arbitrarias pesadillas
arma villas y Castillas
para ascender desde lo hondo
y al final se ahoga en el fondo
de su Babel en astillas.
(Creo en un Dios sin compromiso,
sin mal ni fatalidad;
sin criterio, sin edad,
sin nada que lo conmueva:
ni tan siquiera Adán y Eva
con la serpiente, ni el Sol,
ni la sombra del crisol
hirviente en la podredumbre,
ni las lunas; ni la lumbre
del verbo, con su charol.)
Y el mal, ¿existe por ser
parte del amor divino,
que reparte su poder
en incógnitos destinos
como el del pan y el del vino,
o el del antes y el después?
-¿o es que acaso Dios es dios
por inmensamente bueno
(o es bueno por ser un Dios
que el mal y el bien concibió
y el merecimiento es menos)?



III

Sin Beatriz y sin Mercucio,
sin Hamlet y hasta sin Sancho
voy por camino tan ancho
que, de Quijote, ni el sucio
rocín ni bacía ni lucio
que hervir en bodas de amigo
tengo -y menos que un mendigo
tendré si sigo cantando
torpemente, como andando
sin Dios ni musa, contigo.









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