martes, 24 de febrero de 2015

IVÁN ANDREEVICH KRYLOV [15.058] Poeta de Rusia


Iván Krylov

Iván Andréyevich Krylov, en ruso original Иван Андреевич Крылов (Moscú, 13 de febrero de 1769 - San Petersburgo, 21 de noviembre de 1844) fue un comediógrafo y poeta ruso.

Pequeño empleado de la burocracia imperial, se dio a conocer como escritor satírico y social en San Petersburgo con obras como El correo de los espíritus (1789), El espectador (1792) y El mercurio de San Petersburgo. Tras haber empezado una carrera dramática con diversos dramas y comedias satíricas como El negocio de moda (1806) y Lecciones a las hijas (1807), publicó en 1809 una primera colección de 23 fábulas que tuvieron un enorme éxito. A este volumen siguieron otros ocho entre 1810 y 1820 del mismo género que le valieron al autor una inmensa popularidad en su país y ser tenido en la actualidad como el fabulista por excelencia de la literatura rusa. En Moscú, el Estanque del Patriarca está adornado con estatuas referentes a sus fábulas.

Las fábulas de Krylov se inspiran a menudo en las de Esopo y La Fontaine y revelan un pensamiento pequeñoburgués lleno de sentido común y un cierto filisteísmo ético. Ataca todos los vicios humanos, pero en especial la incompetencia, la arrogancia y la estupidez con especial referencia a la vida contemporánea.



Iván Andréievich Krylov 

El más grande fabulista ruso, la libertad de la lengua es su rasgo más saliente, lo que lo vuelve realista. Gógol diría que bebió en el libro de la sabiduría del pueblo. E hizo pensar y hablar a los animales como rusos reales –su rasgo es la inmediatez de la expresión lingüística– y no como criaturas abstractas. Reelaboró a Esopo y a La Fontaine, pero pronto se independizó de ellos.
Algunos contemporáneos “cultos” se irritaban por la libertad de su lenguaje. Pushkin lo llamaría “auténtico poeta popular ruso”.




El cisne, el bagre y el cangrejo

Cuando entre socios no hay acuerdo
su asunto no ha de marchar bien,
y antes saldrá de allí un padecimiento.

Un cisne, un bagre y un cangrejo
a tirar de un carro se pusieron
y los tres juntos se engancharon de él;
¡Se afanan y se afanan mas el carro no marcha!
La carga para ellos no habría sido pesada:
pero es que el cisne tira hacia las nubes,
el cangrejo hacia atrás, y el bagre para el agua.
Quién de ellos es culpable, quién no lo es, no nos toca juzgar.
Sólo que el carro todavía está allá. 





El gato y el cocinero

Cierto Cocinero, inteligente,
dejó sus ollas y se hizo una corrida
a la taberna (era de pías costumbres y ese día
conmemoraba a un compadre finado),
y a cuidar de las lauchas lo que había preparado
dejó al Gato.
Pero al volver ¿qué ve? En el suelo
restos del pastel; y Vaska el Gato en el rincón,
detrás del barrilito del vinagre,
ronroneando y gruñendo trajina con el pollo.
“¡Ay, angurriento, ay, malhechor!
le reprocha a Vaska el Cocinero,
¿Y no te da vergüenza, aun de estas paredes?
(Pero Vaska así y todo se afana con el pollo.)
¡Cómo! Siendo hasta ahora un Gato honrado,
te ponían como ejemplo de humildad
y mira un poco... ¡ay, qué bochorno!
Qué han de decir ahora los vecinos:
“¡Vaska es un taimado! ¡Vaska es un ladrón!
Y a Vaska no ya a la cocina,
no hay que dejar entrar siquiera al patio,
como a un lobo cebado a los corrales:
¡es lo peor, es la peste, la llaga de estos lares!”
(Y Vaska escucha, y come.)
Tras darle rienda suelta a sus palabras,
mi orador no encontraba final a su sermón.
¿Y bien? Mientras cantaba,
el Gato Vaska dio cuenta del asado.

Pero yo a algunos cocineros
mandaría llevar al paredón
por que no gasten labia en vano
donde es preciso dar con el bastón.




O MACACO E OS ÓCULOS


Certa vez, um macaco, chegando à velhice, 
tornou-se míope. 
ouvira dizer que os homens não davam importância 
à essa coisa desagradável, pois bastava, 
para corrigi-la, usar óculos.
Portanto, o macaco muniu-se de meia dúzia de óculos, 
virou-se de cá para lá, colocou-os no alto da cabeça, 
prendeu-os à cauda, cheirou-os, 
lambeu-os e ainda assim os óculos não tinham efeito sobre sua vista.
-Boa droga! - indignou-se ele. 
Só os tolos devem dar ouvidos às asneiras 
que os homens dizem! 
Tudo quanto me contaram sobre óculos não passa de mentira!
Então atirou-os para longe, com toda a força. 
Indo ter contra uma pedra, os óculos espatifaram-se.

Moral da história: sempre falamos mal daquilo que não compreendemos.




O CUCO E O ROUXINOL

A águia promoveu um cuco à categoria de rouxinol. 
O cuco, orgulhoso de sua nova posição, 
sentou-se sobre uma faia e começou a cantar. 
Depois de algum tempo, olhou em derredor: 
todos os pássaros estavam a observá-lo, 
uns a rirem-se dele, outros insultando-o.
Zangado, o cuco apressou-se a ir ter com a águia, 
e disse-lhe, queixando-se dos pássaros:
-Tem piedade de mim.Por tua ordem fui nomeado 
rouxinol desses bosques. 
Mas os pássaros riem-se de meu canto.
- Meu amigo, disse a águia, sou rainha dos bosques, 
mas não sou Deus. 
Posso dar a um cuco o nome de rouxinol, 
mas não posso fazer um rouxinol de um cuco.






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