Eliphas Lévi
Eliphas Lévi es el nombre adoptado por el mago y escritor ocultista francés Alphonse Louis Constant.
Alphonse Louis Constant nació el 8 de febrero de 1810 en el área no. 5 de la rue des Fossés Saint-Germain-des-Prés (denominada posteriormente rue de l'Ancienne Comédie) en París, hijo de Jean Joseph Constant y Jeanne Agnès Beaucourt. Gracias al abad J.-B.Hubault Malmaison, quien organiza en su parroquia un colegio gratuito de enseñanza básica para niños pobres, realizó sus primeros estudios, ingresando en 1825 en el seminario de Saint-Nicolas-du-Chardonnet, dirigido por el abad Frère-Colonna, quien probablemente lo orientó hacia el estudio de la magia.
En 1830, habiendo terminado sus estudios de retórica, pasó según la norma al seminario de Issy para acabar sus dos años de filosofía... en este mismo año fallece su padre. Tras Issy, ingresa en el seminario de Saint-Sulpice para estudiar teología. Allí es ordenado subdiácono y tonsurado. En 1835, estando a cargo de la catequesis de jóvenes muchachas de Saint-Sulpice, le es confiada la joven Adèle Allenbach por su madre, con la misión de «protegerla muy especialmente y de instruirla aparte, como si fuera la hija de un príncipe».
La madre, ferviente católica y esposa de un oficial suizo, había emigrado a Francia en 1830 porque la religión de su hija le parecía amenazada, y ambas vivían en una gran indigencia.
Poco a poco, el joven abad se va enamorando de su protegida, en quien cree ver a la virgen María aparecida bajo una forma carnal. Ordenado diácono el 19 de diciembre de 1835, finalmente abandona el seminario en junio de 1836 antes de recibir el Sacramento del orden; pero mientras tanto la joven de la que se había prendado lo había abandonado.
Suicidio de Jeanne Agnès (madre)
Su vieja e impedida madre, que había depositado todas sus esperanzas en él, se sintió muy abatida por la salida de su hijo del seminario y se suicidó, asfixiándose con las emanaciones de su estufa de carbón. Constant sintió el impulso de ingresar en la Orden de la Trapa, pero sus amigos le disuadieron. Pasó un año en un internado cerca de París, y luego acompañó a un amigo, un comediante ambulante llamado Bailleul, en una gira por provincias.
En 1838 se hace amigo de la socialista Flora Tristán (futura abuela del pintor Paul Gauguin), y colabora con Alphonse Esquiros (a quien conoció en el pequeño seminario) en una revista: les Belles Femmes de Paris, revelando al público sus dotes de dibujante. Mientras recorre los salones para la revista, conoce un día a Honoré de Balzac, entonces en plena fama, en casa de Mme de Girardin.
Sacerdocio
Acariciando aún la idea de acceder al sacerdocio, parte hacia la abadía de Solesmes, decidido a pasar allí el resto de sus días. La abadía poseía una biblioteca con cerca de 20.000 volúmenes, de cuyo conocimiento bebió abundantemente. Estudió la doctrina de los antiguos gnósticos, la de los Padres de la Iglesia primitiva, los libros de Cassien y de otros ascetas, los escritos piadosos de los místicos, y especialmente los libros de Mme Guyon. Durante su estancia en Solesmes, publica su primera obra: el Rosier de Mai (1839). Debido a un desacuerdo con el abad de Solesmes, A. Constant abandona finalmente la abadía al cabo de un año.
Al interceder ante el obispo de París, Monseñor Affre, termina por conseguir un puesto miserable de inspector en el colegio de Juilly. Sus superiores lo maltratan, y en su malestar compone, con gran escándalo del clero y de los biempensantes, la Biblia de la libertad (1841). La obra apareció el 13 de febrero y fue secuestrada en Versalles una hora después de su puesta en venta. A pesar de todo, se pudo salvar un gran número de ejemplares, y el abad Constant fue detenido a principios del mes de abril. El juicio tuvo lugar el 11 de mayo de 1841, y el abad fue condenado a 8 meses de prisión y 300 francos de multa. En la prisión de Sainte-Pélagie, donde pasó 11 meses (probablemente no tenía con qué pagar la multa...) se reencontró con su amigo Esquiros y con el abad de Lamennais. Se emplearon todos los medios para hacerle morir de pena y miseria. Se interceptaban sus cartas para desvirtuar su sentido, se le acusó de ser un vendido a la policía, y por otro lado debía soportar la aversión de otros detenidos. Buscó consuelo en la lectura, leyendo por vez primera los escritos de Swedenborg. Pero sus amigos del exterior no lo habían olvidado. Una tal Mme Legrand, amiga de Flora Tristán y muy rica, intentaba aliviar un poco su vida en prisión haciéndole llevar una comida más variada.
Al salir de la cárcel en abril de 1842, obtuvo un encargo de pinturas murales para la iglesia de Choisy gracias al limosnero de Sainte-Pélagie. En 1843, mientras vivía en el presbiterio de Choisy, empezó a escribir la Mère de Dieu. Su conducta era tan ejemplar que Monseñor Affre decidió recomendarlo a Monseñor Olivier, obispo de Evreux. El obispo estaba dispuesto a acoger al abad a condición de que cambiara su nombre por el de su madre, para así evitar todo escándalo relacionado con el asunto de la Biblia de la libertad.
Es entonces el abad Beaucourt que parte hacia Evreux en febrero de 1843. Sus sermones cosechan un gran éxito pero suscitan muchos celos entre los sacerdotes de la diócesis. En junio el periódico L'Univers publica la muerte del abad Constant, información desmentida rápidamente por Le Populaire; después, el 22 de julio de 1843 aparece en L'Écho de la Normandie un artículo titulado Le Nouveau Lazare, donde se desvela toda la historia del abad Beaucourt: su identidad, su juicio y condena. Obligado a dejar el seminario, el obispo de Evreux no lo olvida, procurando por su subsistencia e incluso intenta ayudarlo con un encargo de una pintura mural para un convento. Desgraciadamente, Monseñor Olivier estaba muy afligido por la publicación de La Mère de Dieu (1844), y a finales de febrero de 1844 el abad vuelve a París dejando su pintura inacabada.
Volvió a ver a su amiga Flora Tristán, que moriría poco tiempo después en Lyon. Dudó mucho tiempo antes de publicar el manuscrito integral de Flora Tristán, pensando que se lo tendría a él como responsable, y abandonó finalmente el proyecto editando solamente el primer manuscrito bajo el título L'Émancipation de la femme ou le Testament de la paria. En otoño de 1844, Mme Legrand le pidió venir a Guitrancourt para completar la educación de sus hijos. Permaneció allí un año, volviendo después a París y publicando su manifiesto pacífico, inspirado por Silvio Pellico, La Fête-Dieu ou le Triomphe de la paix religieuse (1845).
Las ideas utópicas y humanitarias del tiempo le absorbieron totalmente. Especialmente dos movimientos suscitaron en él profundas y largas meditaciones: el Saint-Simonismo y el Fourierismo.
« La escuela Saint-Simoniana, a pesar de sus estimables cualidades, me ha inspirado siempre una viva repulsión. Tienen todo de la verdadera religión, excepto el espíritu de piedad; su mujer libre me horroriza y no pueden comprender la caridad puesto que no reconocen el amor. Son fríos como el industrialismo, cortantes, déspotas y calculadores. Me enfado cuando los veo tocar tan cerca nuestras grandes verdades que su sequía de corazón compromete y profana. Enfantin tiene ciertamenta puntos de vista remarcables pero está lleno de egoísmo y de fatuidad. » (Correspondencia con el barón Spedalieri)
« Fourier ha vuelto al sistema de Swedenborg, para crear sobre la Tierra el paraíso de las atracciones proporcionales a los destinos. Por atracciones entendía las pasiones sensuales a las que prometía un expansión integral y absoluta. Dios, que es la razón suprema, marcó con un sello terrible estas doctrinas reprobables: los discípulos de Fourier empezaron por el absurdo, y acabarán por la locura. » (Histoire de la magie, p. 470)
En 1845, en Le Livre des larmes, desarrolló por vez primera nociones esotéricas. Durante este periodo compuso también canciones e ilustró dos obras de Alejandro Dumas: Louis XIV et son siècle y El Conde de Monte-Cristo. Adèle Allenbach, que se había convertido en actriz, le visitaba a menudo. Siempre conservó la misma admiración por su pequeño padre, a tal punto que a su muerte acompañó el ataúd hasta su última morada.
Constant vivió algún tiempo en Chantilly, fijando luego su residencia en el número 10 de la rue Saint-Lazare de París. Se hizo amigo de Charles Fauvety y ambos fundaron en 1845 la revista mensual La Vérité sur toutes choses, que sólo se editó durante 4 meses.
Desde su vuelta de Évreux, viajaba frecuentemente a Choisy-le-Roy donde había reencontrado en 1843 a la señorita Eugénie Chenevier, suplente en la Institution Chandeau. Entre las internas de la institución estaba la joven Marie-Noémi Cadiot, que se había hecho amiga de Eugénie. Cuando ambas jóvenes salían los domingos, Constant solía acompañarlas, y los tres disfrutaban de buenos momentos.
Eugénie Chenevier aceptó ser su mujer delante de Dios. Confiada en el porvenir, ya se había entregado a él y esperaba un niño. Este hijo, Xavier Henri Alphonse Chenevier, que nació el 29 de septiembre de 1846, y vivió hasta 1916, tuvo un hijo, Pierre (por la línea de Eugénie, la descendencia de Eliphas Lévi representa en la actualidad más de 40 personas, en la sexta generación).
Pero Marie-Noémi Cadiot cayó enamorada... Después de haber mantenido una apasionada correspondencia con A. Constant, un buen día se escapó de casa de sus padres para ir a refugiarse en la buhardilla de él. Su padre exigió entonces el matrimonio, bajo la amenaza de una acusación de corrupción de menores, ya que la joven muchacha tenía entonces 18 años. Constant tuvo que resignarse.
La ceremonia civil tuvo lugar el 13 de julio de 1846 en el ayuntamiento del distrito X. La familia Cadiot no quiso dar la dote a Noémi, y los dos esposos estaban tan privados de recursos que cocinaron su comida en el Pont Neuf con patatas fritas compradas con algunas pocas monedas.
Desde el escándalo de la Biblia de la libertad (1841), se impedía a A. Constant expresar su pensamiento rechazando la inserción de sus artículos en los periódicos. Presionado por Noémi, se introdujo en el mundo de la política. Colaboró en particular en La Démocratie pacifique, y escribió un virulento panfleto, La Voix de la famine. El 3 de febrero de 1847 se le condena a un año de prisión y 1000 francos de multa. Su mujer pide gracia para ella y para el niño que lleva ante los ministerios y obtiene finalmente su liberación al cabo de 6 meses. Mme Constant pare en septiembre de 1847 a una hija, Marie. La pequeña Marie murió en 1854 a la edad de 7 años, para desesperación de A.Constant, que la adoraba.
La revolución de febrero de 1848 le dio mayor libertad y empezó a dirigir una revista de izquierdas, le Tribun du peuple, que sólo tuvo cuatro números, del 16 al 30 de marzo de 1848. Fundó a continuación con sus amigos Esquiros y Le Gallois un club político, el Club de la montagne, integrado principalmente por trabajadores. Llegaron las jornadas de junio, insurrección de las clases trabajadoras incitada por reacción para derrocar la República naciente. El 23 de junio de 1848 estuvo a punto de ser fatal para A. Constant: se fusiló, creyéndole implicado, a un comerciante de vino que se le parecía en el cruce entre la rue Saint-Martin y la rue d'Arcis. El día 24, Monseñor Affre, queriendo apaciguar a los insurrectos, recibió una bala y murió tres días más tarde. A. Constant deseaba representar al pueblo en la Asamblea Nacional, pero su tentativa fracasó. En cambio, su amigo Esquiros fue elegido el 13 de mayo de 1849, y los dos hombres ya no se frecuentaron más. Le Testament de la liberté (1848), que resume sus ideas políticas, será su última obra del género. En esta época, la señora Constant, que ya había publicado en la revista de su marido y frecuentaba el Club des femmes de Mme Niboyet, se lanzó a la sociedad parisina. Escribió varios seriales literarios en Le Tintamarre y Le Moniteur du soir, bajo el seudónimo de Claude Vignon (sacado de una novela de Balzac). Fue un periodo de relativo desahogo para la pareja. Noémi tomó lecciones del célebre escultor Pradier, y gracias a esta influyente relación A. Constant obtuvo del Ministerio del Interior dos encargos de cuadros.
Paralelamente, leía la Kabbala Denudata de Knorr de Rosenroth, y estudiaba los escritos de Jakob Böhme, Louis Claude de Saint-Martin, Emanuel Swedenborg, Antoine Fabre d'Olivet, Chaho y Goeres.
A finales de 1850 se encuentra con el abad Migne, fundador y director de la librería eclesiástica de Montrouge, que le encarga para su colección un Dictionnaire de la littérature chrétienne. Publicado en 1851, la obra sorprende por la profunda ciencia que encierra. Sobre esta época A. Constant conoció al sabio polaco Hoëné-Wronski, cuya obra le impresionó firmemente y le orientó hacia el pensamiento matemático y el mesianismo napoleónico. Inició entonces la redacción del Dogme et rituel de la haute magie. Adoptó el seudónimo de Eliphas Lévi, o Eliphas Lévi Zahed (traducción en hebreo de Alphonse-Louis Constant).
« La fe no es más que una superstición y una locura si no tiene como base a la razón, y no se puede suponer lo que se ignora más que por analogía con lo que se sabe. Definir lo que no se sabe es una ignorancia presuntuosa; afirmar positivamente lo que se ignora es mentir. » (Dogme et rituel de la haute magie, p. 307).
La sra. Constant, que tenía una aventura con el marqués de Montferrier (cuñado de Wronski) desde hacía algún tiempo, se fugó un día para nunca más volver. Profundamente herido, se enfrascó en el trabajo para intentar evadirse de la pena.
Imagen de Baphomet
En la primavera de 1854 viajó a Londres, donde conoció al Dr. Ashburner y a Sir Edward Bulwer-Lytton, célebre autor de novelas fantásticas (Zanoni, le Maître Rose-Croix es su obra más conocida), que se convirtió en su amigo y lo introdujo en los círculos rosacruces. Alentado por una amiga de éste iniciada de alto grado, intenta una serie de invocaciones. En el transcurso de las mismas, el fantasma de Apolonio de Tiana se le aparece indicándole el lugar de Londres donde podrá encontrar su Nyctemeron (véase el relato de la estancia en Dogme et rituel de la haute magie, páginas 132 a 135). Con todo Eliphas Lévi sigue siendo contrario a las experiencias de magia. Cuando más tarde tuvo algunos discípulos, les hizo prometer que no intentaran jamás la más mínima experiencia y que no se ocuparan más de la parte especulativa de la filosofía oculta.
Eugénie Chenevier estaba en Londres desde hacía algunos años, tratando penosamente de sacar adelante a su hijo. A.Constant le escribió para pedirle perdón y lo obtuvo. Durante este tiempo en París, su amigo Adolphe Desbarolles tomó con la ex-señora Constant los acuerdos necesarios y se ocupó de los asuntos personales del Maestro.
De vuelta a Francia en agosto de 1854, Eliphas se instala temporalmente en el taller de pintura de su amigo Desbarolles, y luego habita en una modesta habitación de estudiante en el primer piso del número 120 del boulevard du Montparnasse, donde acaba Dogme et rituel de la haute magie, que se publica de 1854 a 1856. Entonces comienza el éxito, pero no la fortuna.
En 1855, funda con Fauvety y Lemonnier la Revue philosophique et religieuse que aparecería durante tres años y donde escribiría numerosos artículos sobre la Cábala. Dejando un poco de lado la filosofía oculta, reanudó el tema de la composición de canciones. Una de ellas, en que compara a Napoleón III con Calígula le valió una vez más la cárcel. Pero pocos días después de su encarcelamiento escribió otra canción donde explicaba satíricamente que los jueces cometieron un error, que él nunca había comparado a Calígula con nadie, y la hizo entregar al emperador para que le perdonara. De abril a junio de 1856 publicó diversas canciones en le Mousquetaire de Alejandro Dumas gracias a Desbarolles.
El 3 de enero de 1857 un sangriento acontecimiento sume a París en el estupor. El arzobispo de París, Monseñor Sibour, es asesinado por un sacerdote excomulgado, Louis Verger, mientras inauguraba la novena de Sainte-Geneviève en Saint-Étienne-du-Mont. Las dos noches anteriores, Eliphas tuvo un sueño premonitorio que acababa con las palabras « ¡ve a ver a tu padre que está a punto de morir! ». No comprendió inmediatamente el sentido del sueño, ya que su padre había muerto hacía mucho tiempo. El 3 de enero, hacia las cuatro de la tarde, Eliphas se encontraba entre los peregrinos que asistían al oficio durante el cual el arzobispo sería asesinado. Pero sólo leyendo más tarde la descripción del asesino en los periódicos se acordó de un sacerdote de tez pálida que se había entrevistado un año antes con Desbarolles en casa de Mme A. y que buscaba el grimorio de Honorius. Este episodio está relatado con todo detalle en La Clef des grands mystères (1861), páginas 139 a 151.
Después de tres años pasados en el boulevard du Montparnasse, hacia junio de 1857 alquiló el número 19 de la avenue du Maine. En esta habitación soleada, que decoró aprovechando su talento artístico, viviría los siete mejores años de su vida.
En 1859, la publicación de la Histoire de la magie le reportó 1000 francos, una respetable suma para la época, y le consagró atrayendo a la mayoría de los esoteristas franceses (en particular, Henri Delaage, Luc Desages, Paul Auguez, Jean-Marie Ragon, Henri Favre, y el Dr. Fernand Rozier, que más adelante estaría próximo a Papus). Conoció también al cartomante Edmond y al magnetizador Cahagnet.
A instancias de sus amigos Fauvety y Caubet, se hizo masón. Iniciado el 14 de marzo de 1861 en la logia Rosa del perfecto silencio, de la que Caubet era el Venerable, declara en su discurso de recepción:
« Vengo a aportar en medio de vosotros las tradiciones perdidas, el conocimiento exacto de vuestras señales y emblemas, y por lo tanto, mostraros el motivo por el cual vuestra asociación fue constituida... » (CAUBET, Souvenirs, París, 1893).
La ceremonia tuvo lugar en presencia de multitud de Hermanos a quienes intentó explicar que el simbolismo masónico fue extraído de la Cábala. Pero fue en vano, no le creyeron. Mientras tanto, Eugénie Chenevier y su hijo habían vuelto a París, y Eliphas le hizo saber que quería ocuparse del niño. La madre cedió a su deseo, pero en 1867 surgió una querella por motivos económicos y ya no volvería a ver más ni a la madre ni al niño hasta su muerte. En 1861 publica La Clef des grands mystères, último episodio de la trilogía empezada con Histoire de la magie y Dogme et rituel de la haute magie.
El Maestro trabaja mucho, iniciando en las ciencias ocultas a eruditos pertenecientes a la más rancia aristocracia, e incluso al obispo de Evreux, Monseñor Devoucoux, a quien da lecciones de Cábala. Gracias al dinero percibido como remuneración por sus lecciones, vive con una relativa comodidad material, enriqueciendo sin cesar su biblioteca. Con el conde Alexandre Branicki, hermetista, consigue algunas experiencias convincentes de la Gran Obra en un laboratorio instalado en el castillo de Beauregard, en Villeneuve-Saint-Georges. Este castillo pertenecía a la viuda de Honoré de Balzac y Eliphas pronto hizo amistad con el yerno de la viuda Balzac, el conde Georges Mniszech. El castillo, saqueado por los prusianos en 1870, es el actual ayuntamiento de Villeneuve-Saint-Georges.
En mayo de 1861, vuelve a Londres, acompañado del conde Alexandre Branicki, a pasar algunos meses junto a Bulwer-Lytton, nombrado cabeza de la Rosicrucian Society of England ese mismo año. Durante esta segunda estancia, Eliphas Lévi visita varias veces a Eugène Vintras, quien un par de años antes le había enviado a dos de sus discípulos para invitarlo. Le considera no como un profeta, sino como un médium singular, un interesante sujeto de estudio, y le compra incluso su libro L'Évangile éternel.
En julio de 1861, el barón italiano N-J Spedalieri compró en una librería de Marsella el Dogme et rituel de la haute magie y decidió contactar con el autor. Se siguió una correspondencia de más de 1000 cartas que duró desde el 24 de octubre de 1861 hasta el 14 de febrero de 1874. Es un curso de Cábala único, preciso, repleto de figuras explicativas y de anécdotas. Spedalieri fue uno de los más importantes mecenas del profesor de Ciencias Ocultas.
De vuelta a París, Eliphas Lévi publica Le Sorcier de Meudon, dedicado a la viuda de Balzac. A partir de su vuelta de Londres, asiste regularmente a las reuniones masónicas de la logia Rosa del perfecto silencio. El 21 de agosto de 1861, le es conferido el grado de Maestro Masón. Tras un largo discurso sobre los Mystères de l'initiation que pronunció el mes siguiente, un Hermano, el profesor Ganeval, queriendo presentar algunas observaciones sobre lo que se había dicho, se enfrentó con las protestas de Eliphas, que se retiró y no apareció ya más por la logia. Las tentativas de Caubet del día siguiente para hacerle cambiar su decisión fueron infructuosas. La logia Rosa del perfecto silencio se sumió en el sueño en 1885, pero quizá no es necesario buscar, como Oswald Wirth, una relación de causa y efecto.
« He dejado de ser Francmasón porque los francmasones, excomulgados por el Papa, ya no creían en tener que tolerar el catolicismo. » (le Livre des sages)
El 29 de agosto de 1862 aparece Fables et symboles, obra en la cual Eliphas Lévi analiza los símbolos pitagóricos, de los Evangelios apócrifos, del Talmud, etc. A menudo frecuenta de incógnito las reuniones espiritistas para documentarse. Pierre Christian, autor de la extraña novela L'Homme rouge des Tuileries, fue vecino y amigo de Eliphas y aprovechó sus conversaciones y sus lecciones benévolas. En 1863 muere Louis Lucas, químico iniciado en los secretos de Hermes, discípulo de Wronski y amigo de Eliphas. Sus escritos contienen la primera síntesis científica que combina Ciencia Oculta y Ciencias Experimentales. Fue el inventor de un aparato capaz de medir el equilibrio del magnetismo vital, que bautizó con el nombre de biómetro. Este aparato se aplicó después a un uso bien curioso: ¡un aparato muy similar forma en efecto parte de la panoplia de los cienciólogos!
El 15 de mayo de 1864, Eliphas se muda a un piso de tres habitaciones en el segundo piso del número 155 de la rue de Sèvres, su última residencia. En 1865 aparece la Science des espirits, recopilación de ensayos que tratan nuevamente del simbolismo de los Evangelios apócrifos, del Talmud, etc (absolutamente nada que ver con el espiritismo). En verano de 1865, el editor Larousse le pide escribir algunos artículos de Cábala para su Grand Dictionnaire. Al mismo tiempo trabaja en una magnífica obra, aunque de un valor histórico discutible, el Livre des splendeurs, que trata principalmente de la Cábala del Zohar y que no se publicará hasta después de su muerte. En esta época comienza a sufrir frecuentes dolores neurálgicos en la cabeza, que le provocan mucho sufrimiento. Durante el sitio de París en 1870, su vida fue más penosa ya que las comunicaciones con la provincia estaban cortadas, y no podía recibir más subsidios de parte de sus alumnos. La dureza de su servicio como Guarda Nacional revela una enfermedad de corazón. Una vez acabada la Comuna, el Maestro, completamente privado de recursos una vez más, encuentra en casa de una de sus alumnas, Mme Mary Gebhard, que vivía en Elberfeld (Alemania), una larga y cálida hospitalidad. Los acontecimientos le inspiran algunas reflexiones que reúne bajo el título les Portes de l'avenir.
A su vuelta de Alemania, se entera de la muerte de la baronesa Spedalieri. La muerte de su mujer afecta tan fuertemente al barón que cree haberse vuelto materialista y ateo y acaba por alejarse del Maestro. En diciembre de 1871, Eliphas Lévi termina otro manuscrito: el Grimoire franco-latomorum, dedicado a la explicación de los ritos de la Francmasonería. En otoño de 1872, su ex-mujer, escritora y escultora desde ese momento reconocida, se casa con el diputado de Marsella Maurice Rouvier, que llegaría a ser ministro de comercio. Su salud sigue deteriorándose. Debido a una enfermedad de corazón es propenso a desvanecimientos durante los cuales dice tener visiones extáticas. Durante 1873 acaba el manuscrito del Évangile de la science.
En noviembre de 1873, Judith Mendès, hija de Théophile Gautier, necesitaba información sobre la Cábala caldea para una de sus novelas orientales. La fama la había conducido directamente hacia Eliphas Lévi, quien invitado un día en casa del padre de ella, predijo a la muchacha sus éxitos de joven mujer leyéndole la mano. Su marido Catulle Mendès presentó Eliphas al escritor Victor Hugo, que al parecer conocía las obras del Cabalista y las apreciaba mucho.
El año 1874 fue muy doloroso: una bronquitis bastante grave, sofocamientos, y una fiebre persistente casi no le daban reposo. Sus piernas se hincharon poco a poco y una especie de elefantiasis se declaró pronto. En enero de 1875, el Maestro acaba su último manuscrito: Le Catéchisme de la paix. El 31 de mayo de 1875, se extingue su vida en el número 155 de la rue de Sèvres, a la edad de 65 años. Fue enterrado en el cementerio de Ivry, y una simple cruz de madera marcaba la ubicación de su tumba. En 1881, su cuerpo fue exhumado y sus restos trasladados a la fosa común.
Leyendo a Eliphas Léví:
Los escritos de este autor no dejan de ser sorprendentes en más de un sentido poniendo en evidencia sus curiosas creencias acerca de temas tan puntuales como el mesmerismo (en este sentido, recordemos que Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, en su condición de médico investigó la hipnosis en profundidad, siendo discípulo del Dr. Charcot y de la Escuela de Nancy, con el Dr. Bernheim, Freud utilizó la hipnosis para el tratamiento de la neurosis y tomó la idea de transferencia del mesmerismo; pero mientras que para Mesmer lo que se transmitía de una persona a otra era un fluido magnético, para Freud este fluido eran más bien las fuentes creativas del inconsciente).
Quizás hoy la ciencia se burlaría de estas ideas sobre el magnetismo animal pero acerca del mesmerismo Léví en su obra El Gran Arcano del Ocultimso Revelado escribió:
"El magnetismo es una fuerza análoga a la del imán; está diseminado en toda la naturaleza. Sus caracteres son: la atracción, la repulsión y la polarización equilibrada. La ciencia ha captado y aceptó los fenómenos del imán astral y del imán mineral, pero observa con desconfianza el imán animal que se manifiesta todos los días por hechos que, si bien ya no puede negar, espera, para admitirlos, concluir su análisis por una síntesis incontestable. Sabemos que la imantación producida por el magnetismo animal determina un sueño extraordinario, durante el cual el alma del magnetizado cae bajo el dominio del magnetizador, con la particularidad de que la persona adormecida parece dejar inactiva su vida propia para manifestar solamente los fenómenos de la vida universal. Refleja el pensamiento de los otros; ve sin valerse de los ojos; se torna presente en todas partes, sin tener conciencia del espacio; percibe las formas más que los colores; suprime y confunde los períodos del tiempo; habla del futuro como si fuese el pasado y de éste como si se tratara del futuro; explica al magnetizador sus propios pensamientos y hasta las acusaciones secretas de su conciencia; evoca en sus recuerdos a las personas en quienes piensa el magnetizador, y las describe del modo más exacto, sin haberlas visto jamás. Habla el lenguaje de la ciencia con el sabio y el de la imaginación con el poeta; descubre las dolencias y adivina los remedios; da muchas veces sabios consejos; sufre y, en ocasiones, con un grito doloroso nos anuncia los tormentos que sobrevendrán. Estos hechos extraños, pero incontestables, nos llevan necesariamente a la conclusión de que existe una misma vida para todas las almas o una especie de reflector común de todas las imaginaciones y de todas las memorias, en el cual podemos vernos mutuamente, como si una multitud pasara delante de un espejo (Capítulo I, El Magnetismo)".
Agradecimientos al sr. Paul Chenevier, descendiente directo de Eliphas Lévi, por su valiosa información complementaria:
Alphonse Chenevier (nombre completo Xavier Henri Alphonse Chenevier), hijo de Eugénie, no fue reconocido por su padre natural, y fue por tanto registrado como « hijo de padre desconocido ». Fue educado principalmente por su tío (Pierre Lemaître, marido de la hermana de Eugénie), ya que su madre, para poder atender a sus necesidades y a las de su hijo, emigró a Inglaterra para emplearse como gobernanta y profesora de francés; en 1860, estuvo un año con su padre natural, que estaba separado de su mujer (Noémi Cadiot) desde hacía 7 años (un año antes de la muerte de su hija Marie, hecho que afectó a la salud mental de Noémi). La pelea definitiva que se produjo en 1861 entre Alphonse Constant y Eugénie Chenevier (por una sórdida historia de dinero) le separó de su padre, a quien no volvió a ver hasta que se encontró en su lecho de muerte. En 1865, Mme Constant consiguió delante de un tribunal civil una sentencia de nulidad matrimonial, basán dose en que el estado religioso de Alphonse Constant no permitía el matrimonio (ley orgánica del Concordato de Germinal del año X). De hecho no existe certificado de matrimonio. Convertido en mecánico cerrajero (reparador de cajas fuertes en Fichet), Alphonse Chenevier se casó en 1868 con Marie Octavie Lefèvre, florista, y tuvo una hija en 1869, Marguerite (que murió en 1901). El 6 de noviembre de 1888, 19 años después de Marguerite, nació en París su hijo, Pierre Chenevier, en el distrito 15 (Cité Talma, convertida hoy en la rue Dalou). Pierre fue probablemente para sus padres un regalo tardío de la Providencia, porque sin él, Eliphas Lévi no habría tenido descendencia directa (o conocida).
Pierre Chenevier fue un alumno estudioso y brillante. Pasó los exámenes (Université Polytechnique, Normale), y escogió la Escuela Normal de Matemáticas. Se convirtió en profesor y tuvo una carrera brillante, enseñó matemáticas especiales a Luis el Grande bastante joven, y sus libros de matemáticas, que tuvieron un éxito considerable en las librerías escolares en los años 30 del s.XX, eran tenidos como valores seguros hasta el inicio de los años 50. Llegó a ser inspector general y se jubiló anticipadamente por haber ocupado un cargo técnico en el ministerio de la Educación Nacional bajo el régimen de Vichy. Murió el 8 de noviembre de 1977.
Pierre Chenevier tuvo 4 hijos: Jean, Hélène, Henri y Claudette. Jean, nacido el 30 de abril de 1918, fue un excelente escolar, siendo el primero de su promoción en la Escuela Politécnicaen 1939, y realizó una carrera destacada en la industria petrolífera entre 1947 y 1978, participando activamente en actividades extraprofesionales (y altruistas) dirigidas hacia la formación y la prospección (fundó entre otros el Instituto de la Empresa con François Dalle, y presidió el CRC – Centre de Recherche des Chefs d’ Entreprises – durante más de 20 años). Casado en 1941 con Andrée Dontot, la más joven catedrática de matemáticas de su tiempo, tuvo nueve hijos (todos vivos). Jean murió el 20 de julio de 1998, a los 80 años, en la confianza de una intensa fe cristiana, puesta a prueba por la enfermedad (Parkinson).
Jean era mi padre (yo soy el tercero de sus nueve hijos), y el retrato de Eliphas Lévi, pintado por Ch. Revel en 1874, se encuentra todavía en casa de nuestra madre en Versalles. Por la línea de Eugénie, la descendencia de Eliphas Lévi está representada hoy día por más de 40 personas, en la sexta generación.
Obras
Obras de Alphonse Louis Constant[editar]
1832: Nemrod (publicado en el Dictionnaire de littérature chrétienne)
1839: Le Rosier de mai o La Guirlande de Marie
1841: La Bible de la liberté
1841: L'Assomption de la femme o Le Livre de l'amour
1841: Doctrines religieuses et sociales
1844: La Mère de Dieu, épopée religieuse et humanitaire
1845: La Fête-Dieu o Le Triomphe de la paix religieuse
1845: Paix! Paix! Réprimande adressée par un abbé et un théologien à Timon qui n'est ni l'un ni l'autre
1845: Le Livre des larmes o Le Christ consolateur, Essai de conciliation entre l'Église catholique et la philosophie moderne
1845: Les Trois Harmonies
1846: La Dernière Incarnation
1846: La Voix de la famine
1847: Le Deuil de la Pologne. Protestation de la Démocratie française et du Socialisme universel
1847: Rabelais à la Basmette
1847: Les Trois Malfaiteurs
1847: Le Sorcier de la Devinière
1848: La Marseillaise du peuple (canción)
1848: Le Règne du peuple (canción)
1848: Le Testament de la liberté
1851: Dictionnaire de la littérature chrétienne
Obras firmadas bajo el seudónimo de Eliphas Lévi
1854 : Dogme et rituel de la haute magie
Dogma y Ritual de la alta magia, Ed. Kier, Argentina, ISBN 950-17-0903-5
1859 : Histoire de la magie
Historia de la magia, ed. Humanitas, ISBN 84-7910-318-3
1859 : La Clef des grands mystères suivant Hénoch, Abraham, Hermès Trismégiste et Salomon
La clave de los misterios, ed. Humanitas, 2000, ISBN 84-7910-310-8
1861 : Le Sorcier de Meudon
1862 : Fables et symboles avec leur explication
Fábulas y símbolos, ed. Humanitas, ISBN 84-7910-378-7
1863 : Appel de la Pologne à la France par un Polonais
1865 : La Science des esprits
La ciencia de los espíritus, Edicomunicación, Barcelona, 2002
Obras póstumas
En esta sección, la fecha indicada es la fecha de redacción y no la de publicación.
1854: la Clavicule universelle des clavicules de Salomon ou le Grimoire des Grimoires
Las clavículas de Salomón, ed. Edaf, 1992
1856: Carnet de notes d'Eliphas Lévi
1860: la Clavicule prophétique des sept esprits de Jean Trithème
1861: les Mystères de la Kabbale ou l'Harmonie occulte des deux testaments
Los misterios de la Kabbala, ed. Humanitas, ISBN 84-7910-028-1
1861: Cours de philosophie occulte. Lettres au baron Spedalieri
Curso de filosofía oculta: Cartas al barón de Spedalieri, ed. Mascarón, 1981
1868 - 1869: le Grand Arcane ou l'Occultisme dévoilé
(El Gran Arcano del Ocultismo revelado, ed:kier, Argentina, ISBN 950-17-0074-7)
1869 - 1870: le Livre des splendeurs
1869 - 1870: le Livre des sages
El libro de los sabios, ed. Humanitas, ISBN 84-7910-031-1
1870: les Éléments de la Kabbale
1871: les Portes de l'avenir ou les Dernières Paroles d'un voyant
1871: le Grimoire franco-latomorum
1872 - 1874: le Voile du temple déchiré
1873: L'Évangile de la science
1873: La Religion de la science
1873: Les Paradoxes de la haute science
1874: La Sagesse des Anciens
1874: Le Livre d'Abraham le Juif retrouvé
1875: Le Catéchisme de la paix seguido de Quatrains de la Bible y de La Bible de la liberté
Fecha desconocida: Le Livre d'Hermès restitué et expliqué par Eliphas Lévi et commenté par Eliphas Ben Zahed, avec quarante-sept figures in texte et un álbum cartonné contenant les soixante-dix-huit lames du Tarot
Fecha desconocida: L'Annexe de Salomon
Poema del Tarot
1 Todo anuncia una causa de inteligencia activa
2 Lo corrobora el número que es la unidad viviente
3 Porque nada limita lo que todo contiene
4 Antes del principio Solitario está presente en todas partes
5 Es el maestro único y el único adorable
6 Que revela a los limpios de corazón el dogma puro simple y verídico
7 y nombra el jefe solo que hará cumplir su obra
8 Pues no tenemos otro altar ni hay otra ley que ésta para todos los hombres
9 no cambiará el Eterno jamás su pedestal
10 Él regula sus días y el cambio de los tiempos y los tiempos y el día a nosotros nos tocan
11 Rico en misericordia potente en el castigo
12 Un rey al pueblo suyo dará en el porvenir
13 La tumba es el pasaje hacia la tierra nueva sólo la muerte muere la vida es inmortal
14 Este es el ángel bueno que calma y que atempera
15 El malo es este espíritu de cólera y orgullo
16 Pero Él comanda el rayo y hace brotar el fuego
17 La estrella matutina y el agua le obedecen
18 Como un mudo vigía anda en nuestros caminos la luna que Él coloca
19 y su sol es la fuente donde todo renace
20 El soplo de su boca germina entre las tumbas
0 o 21 donde habita el rebaño callado de los muertos
21 ó 22 Ha coronado el cielo de lo propiciatorio
Más alto que los ángeles se ve planear su gloria
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Extraído de: http://www.letralia.com/ciudad/barbarito/131102.htm
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La ciencia Fatal
La Esfinge está sentada en su roca solitaria,
proponiendo un enigma en toda frente prosternada,
y si el rey futuro cedía al misterio,
el monstruo decía: ¡muere, no adivinaste en absoluto!
Sí, para el hombre aquí abajo, la vida es un problema,
que resuelve el trabajo bajo guadaña de la Muerte.
Del futuro, para nosotros, la fuente está en nosotros mismos,
y el cetro del mundo pertenece a más mucho.
¡Sufrir es trabajar, es acabar su tarea!
¡Desgracia al perezoso que duerme sobre el camino!
El dolor, como un perro, muerde los talones del cobarde
que de un solo día perdido sobrecarga el día siguiente.
Vacilar, es morir; equivocarse, es un crimen
previsto por la naturaleza y por anticipado expiado.
El ángel mal liberado recae sobre el abismo,
¡Reino y desesperación de Satanás fulminado!
Dios jamás tiene lástima ni de clamores ni lágrimas,
¿Para consolarnos totalmente no tiene el futuro?
Es a nosotros quienes de la desgracia forjamos las armas,
¡Es a nosotros a quienes encargó del cuidado de castigarnos!
Para dominar a la muerte, hay que vencer la vida,
hay que saber morir para revivir inmortal;
hay que pisotear la naturaleza esclavizada.
¡Para convertir al hombre en sabio y la tumba en altar!
De la Esfinge, la última palabra es la hoguera de Alcide,
es el rayo de Edipo y la cruz del Salvador.
Para engañar los esfuerzos de la serpiente deicida,
¡hace falta al santo amor consagrar el dolor!
La frente de hombre de la Esfinge habla de inteligencia,
sus ubres de amor, sus garras de combates;
sus alas son la fe, el sueño y la esperanza,
¡y sus costados de toro el trabajo aquí abajo!
Si sabes trabajar, creer, gustar, defenderte,
si por necesidades viles no eres encadenado,
si tu corazón sabe querer y tu espíritu comprender,
¡Rey de Tebas, adiós! ¡Tú he aquí coronado!
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Extraído
de: http://decaminantesycaminos.blogspot.com.ar/2013/09/eliphas-levi-francia.html
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FABULAS Y SIMBOLOS ELIPHAS LEVI
PRIMERA FÁBULA
EL POETA Y LA CIGARRA.
Sobre el verdor puesto,
Y embriagándose al sol
De una gota de rocío,
La cigarra, a su despertar,
Bendice la naturaleza y canta:
A lo lejos, su voz inocente
Anuncia el bello verano.
Bajo un gran roble protegido
Anacréon la escucha, concede su lira,
Es la cigarra que lo inspira;
Canta la cigarra, canta los bellos días,
Y la inocencia y los amores;
Canta los corazones puros que, como la cigarra,
Llevan delante de los dioses una existencia igual,
Y confiando su vida a los favores del sol,
¡ Se duermen sobre, la fe del horizonte bermejo!
Una picadura importuna
Viene interrumpirlo; cree que él ve
Agitarse como una espinilla:
La hormiga deforme y morena,
El avaro y la hormiga tonta
Que no canta para nadie,
Presta poco, jamás da,
Y no conoce a amigo.
Quiere aplastar la bestia;
Pero la cigarra, cantando,
Conmueve su corazón contento:
Como podemos, cuando somos poetas
Tener un corazón sin bondad
¿ Y sin generosidad?
La cigarra, que adivina,
Dicho al viejo Anacréon:
- En ahorrador mi vecina,
Me pagaste mi canción
La hormiga negra y apenada
Grande tuvo la culpa de herirlo;
Pero para salvar al mal,
Canté, soy muy contento de allí,
Ahora voy a bailar.
FABULA II
EL LOBO ATRAPADO A LA TRAMPA.
En lo mejor de un cepo
Un lobo se echó por ventura,
Fue tomado allí: ¡ buena captura!
Sobreviene Robin carnero, que pasaba por casualidad.
Entonces, forzado por ser hipócrita,
Con tono de chattemite
El lobo, por primera vez
Suavizando su voz gruesa:
- Carnero mi hijo, carnero mi hermano,
Carnero mi amigo, mi cómplice,
Cree en mí, siempre te quise.
Soy un pobre lobo cautivo y desarmado,
¡ Sácame de esta trampa maldita!
- ¿ Cuándo lo querría, lo podría?
Dice el otro; no lo haré nada
A pesar de todo: te conozco bien.
¿ Di, no mascaste a mi madre?
- No completamente apenas falta mucho.
- ¡ Si no te es, es pues tu hermano!
A mi vuelta, cómplice el lobo:
Cuando van a venir los perros, hazles queja.
¡ Oh! Creías que más mucho
¡ Siempre a razón cuando muerde!
Te morderemos, ten paciencia.
De audacia y de poderes que un malo sea armado,
Cuando la hora suena, hace falta que expíe y cuando muera.
Y la razón del oprimido
Se hace tarde o temprano el mejor.
FABULA III
EL FAQUIR Y EL BRAMIN.
Llevando una hacha en la mano,
Un faquir encuentra un brahmán:
- ¡ Hijo maldice de Brama, todavía te reencuentro!
¡ Yo, es a Eswara a quien adoro!
Confesión delante de mí que el dueño de los cielos
Es el mejor de dioses,
Y qué yo soy su profeta,
¡ O voy a henderte la cabeza!
- Tecleo(impresión), le responde el brahmán,
No quiero a un dios que te hace inhumano.
Los dioses no asesinan a nadie.
Cree o no crea que el mío
El este más indulgente que el tuyo:
Pero en su nombre, te perdono.
FÁBULA IV
LA VIEJA RATA Y EL RATONCILLO.
Una vieja rata muy baldada, muy calva, muy grisona,
Mi en peligro por su edad provecta,
Manda cerca de él su ratoncillo
Y tuvo este lenguaje prudente:
- Consérvate, mientras vivas,
Festines que encontrarás
Totalmente preparados en logettes
Demasiado bien construidas y demasiado nítidas;
A los hoyos más profundos resto a menudo acurrucado,
Jamás muerdas nada sin mirar detrás.
¡ Aparta al gato y la ratonera!
Adiós, cógete para advertido.
Muerto el padre, Ratoncillo sale del hoyo, luego se esconde allí,
Vaya, vuelva, póngase en cuclillas frotando su bigote,
Luego hecho saltando algunos pasos.
- ¿ Por Júpiter, dice, que percibo allá?
¡ Una cabaña abierta un pedazo de queso!
Es sin duda mi herencia.
Alrededor no percibo ratonera ni gatos,
Entremos muy rápidamente en goce.
En cuatro botes Ratoncillo se lanza,
En dos mordiscos in es tomado.
Juventud jamás comprendió
Las lecciones de la experiencia.
FÁBULA V
EL MONTAÑÉS Y EL HOMBRE DEL VALLE.
Cuando el cielo sonriente
Entreabre las cortinas de Oriente espléndido,
Y más recién que un niño a los párpados nacidos,
Hecho sacar el sol de su lecho de rosas,
Un valle fue cubierto de niebla,
Y el habitante del valle,
Bajando su cabeza desolada,
Decía: - el cielo de nosotros desvía su mirada,
¡ A la naturaleza de luto le ponen las velas!
- No, le respondió un montañés,
De momento el cielo se enciende;
En la inmensidad del azul
Todo es radiante, todo es puro.
Al día no le ponen las velas, es la tierra que fuma.
En lugar de murmurar en tu casa
Contra la noche que cubre un rincón del campo,
Sé ágil, y ven conmigo
Ver el sol sobre la montaña.
Misántropos y perezoso,
Se arrastra siempre tierra a tierra,
Y encuentre sólo miseria,
Infamias, lodo y polvo,
Incorpórese, levante la mirada:
Este mundo, que siempre su vanidad censura,
No es el hoyo de topo donde el aburrimiento le sorprende;
Suba la montaña, ensanche su alma,
Deje de ser pequeño, el mundo será grande.
FABULA VI
EL CABALLO Y EL BUEY.
La cabeza baja y la nariz humeante,
Paseando sobre el suelo sus miradas largas bastidores,
Avanzando paso a paso, y el espinazo tenso,
Un buey tiraba un arado.
Llega un caballo que salta,
Muerde su freno, levanta su melena,
Esparce a lo lejos el polvo,
Mira el buey y decirle:
- Bastante trabajo y pena,
Bastante yugo, bastante cadena,
El clarín toca, despiértate;
¿ Tú no es tan fuerte como yo?
Sal de la tierra húmeda y negra,
Ven al combate, sueña con la gloria;
¡ Está orgulloso, sea libre, sea ligero! …
Pero el buey, sin moverse
Responde con una voz apacible:
- Creo, mi querido conciudadano,
Qué me hables para mi bien;
No tengo ni tu grupa flexible,
Ni tus corvas siempre dispuestas;
Los jinetes temerían los ángulos de mis huesos;
Espantado por la trompeta,
Daría golpes de mi cabeza;
Comprendo mi viejo yugo mejor que un arreos muy nuevos;
Iríamos juntos a la guerra,
Saldrías de un mal paso;
Sería siempre el buey.
Tribunos, artesanos de discordia,
Phraseurs, gente de saco y de cuerda,
Promete al trabajador
De devolver su destino mejor,
Sus mentiras y sus cóleras
No harán que el ignorante
Sin estudios sean padres.
Dios creó a animales diversos,
Hizo unos bueyes y caballos.
Comprendo el caballo que cocea
Contra el yugo y el arado,
Pero un buey que hace el caballo
Sería el bien tonto animal.
FABULA VII
LA ARMÓNICA Y EL RUISEÑOR.
( A Sr. Alphonse de Lamartine.)
Una armónica resonaba,
Sin juegos de palabras tomo la cosa,
Aspiraba pues, y con razón,
Que el ruiseñor desentonaba.
- ¡ Oh! Las malas cancioncillas
¡ Que las de esta ave triste!
No tiene este sello por muy bello,
Estas notas tan claras, tan nítidas,
Este acento cristalino del que puedo jactarme.
Nos dormíamos a escucharlo.
La noche comenzaba a difundir
Su calma y sus perfumes; entonces con una voz tierna
Una ave preludió, luego se echó a cantar.
Era una canción dulce, ingenua y pura
Así como el alma de la naturaleza;
Las lágrimas venían con los ojos, el corazón fue encantado:
Todo se fundaba en melodías;
Las almas más enfriadas
Se acordaban de haber gustado.
La armónica tocaba siempre con cólera,
Pero un buen viejo lo impuso silencio
Diciéndole: - máquina en bécarre y bemol,
Haces el ruido sin comprender nada;
El ruiseñor podría oírte,
Pero tú jamás oirás al ruiseñor.
Los sordos pueden negar tu divina armonía;
Lamartine, tú por pudor,
Respeta Fontaine y su genio tierno:
Harás no fiarte de tu corazón.
FABULA VIII
EL PERRO Y EL LOBO.
Al lobo el perro perseguía;
Tomarlo era poco difícil:
De hambre, de cansancio agotado,
El lobo caía de guerra cansada.
- Esclavo vil dice al perro,
¿ Por ti hace falta que perezca?
Suelta a perseguidor y traidor la justicia,
¡ Callado me envidiaste siempre mi libertad, mi bien!
¡ Devoras mi derecho! - tu derecho, decir el moloso,
Era el del más feroz;
El mío, es el de más mucho,
Y el del más débil así, como libro.
Para cumplir un deber jamás supiste vivir,
¡ Tienes derecho sólo a la muerte!
Libertad, libertad querida,
Es bello morir para ti,
Pero es mucho más bello obedecer a la ley
¡ Y de vivir para la patria!
FABULA IX
LA COLINA Y LA MONTAÑA.
La montaña en la frente altiva
Desde lo alto de su desprecio miraba la colina,
Que siempre despacio se levanta y se inclina
Bajo los pasos de los rebaños, los hombres y los dioses.
Adórame, terrón de tierra,
Decía con sus ecos:
Sobre ti suspendo el trueno,
Tormentas gruñidoras mi frente quebranta los flujos.
- Mi gran hermana, tú no es sabia,
Respondía la colina, y si truena en tu casa,
Temo sólo tu vecindad,
Porque podrías caer sobre mí.
Entonces, un día sobrevino la guerra
De Olimpo y Titanes,
Los inmortales sobre la tierra
Se exiliaron por un tiempo.
La montaña es arrancada,
Se derrumba en pedazo,
Cuando bajo refugios tranquilos
La colina humilde es escondida.
Venus huye a su vallejo,
Bacchus planta allí su vid,
Pronto se vuelve digna
Visitas de Apollon.
Construimos allí, fundamos allí
Palacios y altares:
Los dioses sobre su verdor atraen los mortales;
Es, por fin, el oráculo y la reina del mundo.
La riqueza fértil viene allá por todas partes,
Los reyes le hacen la corte y dejan aparte
Estos grandes montes eternos nutricios de las tormentas
Que pasan las nubes
Y qué el Dios solo domina de una mirada.
Prefiramos a las glorias estériles
El trabajo que hace la felicidad:
La altura no es el tamaño.
Para ser grandes, seamos útiles.
FÁBULA X
LAS EXEQUIAS DEL RUISEÑOR.
( A Eugenio Pelletan)
A un ruiseñor había encantado mucho tiempo
El pueblo alado de los bosques sombríos,
Luego sobrevino a finales de sus años;
La muerte lo repitió en sus sombras.
Todas las aves entonces creyeron que harían bien
De rendir homenaje a su memoria.
El bosque lo lloró como un gran ciudadano.
Mil gritos dolorosos atestiguaron su gloria.
Sólo sin embargo un mirlo silbador
Se atrevió a censurar este dolor:
Impotente y celoso, es la regla común.
- Que hizo, después de todo, a este chantre tan alabado,
Si quería ser sentido,
¿ Por qué no era una águila?
- Pero tú mismo, por qué estos discursos superfluos,
Le responde un pinzón más sabio,
No eres una águila tampoco,
Y del ruiseñor dulce no tienes el ramaje.
Pelletan, mi amigo, por qué pues ultrajar
¿ La memoria de Béranger?
Sin duda hacía falta, para gustarte,
Dilo ahora sin modos,
Qué Béranger sea militar
¡ Y jamás hizo canciones!
CREDO FILOSÓFICO
De Eliphas Levi
Creo en lo desconocido que Dios personifica,
probado por el propio ser y por la inmensidad.
Ideal sobrehumano de la filosofía,
perfecta inteligencia y suprema bondad.
Creo en el infinito que el finito proclama;
creo en la razón que no se debilita;
¡creo en la esperanza y he adivinado el alma,
sentando que el amor desprecia la muerte!
Creo que el ideal para nosotros se realiza
en los hombres con amor, espíritu y bondad.
Justos de todos los tiempos, vos sois mi Iglesia;
¡Y mi dogma tiene por ley la universalidad!
Creo que el dolor es un esfuerzo para nacer,
que el mal es para nosotros la sombra o el error del bien;
que el hombre trabajando debe conquistar su ser, que el
bien es el amor y que Satán no es nada.
Creo que la misma esperanza vive bajo todos los símbolos,
que el mundo tiene por ley la solidaridad;
yo derroco el altar de todos los ídolos,
pronunciando dos palabras: justicia y verdad.
Creo que por el derecho el deber se mide,
que el más fuerte debe más y el débil menos;
que tener miedo del verdadero Dios, es injuriarle. ya
que necesita unir nuestros esfuerzos a los suyos.
Creo que por el derecho el deber se mide,
del que jamás nuestro error abusa impunemente; el
mal hace al pensamiento activo y vigilante, pero
él es el remedio y no el castigo
Creo que de la muerte desgarrando los velos,
volveremos todos al hogar paterno;
la ignorancia y el error sombras son de las estrellas
¡de las que el bien radiante es el centro eterno!
LA MORAL – LOS AXIOMAS
Saber sufrir, saber abstenerse y saber morir, son las tres reglas principales del mago.
Aprender a sufrir, aprender a morir es la gimnasia de la eternidad, es el noviciado inmortal.
La Magia y el Esoterismo no son ocultos más que para los ambiciosos e ignorantes
LAS CIENCIAS OCULTAS
Hay hombres que como la luz los irrita y fatiga vuelven su espalda al sol, mirando siempre a su sombra.
Se creen cristianos pero adoran al diablo, otorgándolo los atributos de Dios.
Se llaman filósofos, mas adoran la nada y la anarquía, poniéndolas en lugar del ser eterno y del orden inmutable que preside la jerarquía de los seres.
La afirmación temeraria y la negación absurda tienen también sus fanáticos, estos son los búhos de la inteligencia.
Los que sólo ven en la noche de sus pasiones al clarear el día quedan ciego.
Jamás esos hombres comprenderán nada de la filosofía oculta.
Para ellos solamente es oculta.
Oculta como el sol para los búhos.
Oculta como el buen sentido para los fanáticos.
Oculta como la razón para los insensatos.
Pues es la filosofía de la luz; es la filosofía del buen sentido; es la filosofía exacta como los números, rigurosa como las proporciones de la geometría, regulada y ordenada como la naturaleza, evidente como el ser, infalible como las matemáticas eternas.
¡Ciego el que no lo vea, pero más ciego aún quien pretenda verlo en la noche!
El temerario que ose mirar al sol sin pantalla queda ciego y entonces para él el sol es negro.
Nunca el estúpido vulgar comprenderá la alta ciencia de los magos. Orfeo canta y los monos hacen muecas y gestos, esperando que el poeta elogie su cola. La gloria que se pide a la muchedumbre es ambrosía bien amarga, pues contiene mucha hiel y poca miel. Además, las palmas inmortales tardan en crecer y suelen no dar sombra más que a los féretros.
Los verdaderos grandes hombres son poco ávidos de escuchar su gloria, saben que si el trueno ahorra el laurel, éste estará por especie de complicidad entre azotes y azahares; la corona de laurel es con frecuencia corona de vértigos. La savia del laurel contiene el más sutil de los venenos.
Es necesario atreverse para ocuparse seriamente de esta filosofía oculta, tratada con tanto desprecio por aquellos que la niegan, y con tanto odio por los que la atribuyen al demonio. Es preciso tener osadía, para mandar a los fantasmas de la imaginación y las inquietudes del espíritu; es necesario ser audaz para pensar de diferente modo que el vulgo, para oponer el inmutable y buen sentido de los sabios a las divagaciones siempre variables de la multitud. Dios ha puesto a nuestra disposición la paz y la dicha, pero es preciso atreverse a extender las manos hasta esos frutos del árbol de la vida, prohibidos por tantas quimeras, y no temer robarlos, porque una vez cogidos la naturaleza nos los donará. Recordemos que el cielo soporta violencia y quiere ser tomado por asalto.
Si el infierno fuera el patrimonio de la inteligencia valerosa que lucha en nombre de la razón y si el cielo estuviera reservado a la estúpida temeridad que obedece al misterio, las gentes de honor y de corazón deberían ir todas al infierno, y este sería entonces el cielo.
AMOR, he aquí el gran secreto de la Magia, pero hay que saber distinguir entre el amor que inmortaliza y el amor que mata.
Escribimos para los hombres sin prejuicios.
Saber es ser. Dudar es ignorar. Pues bien, lo que dudamos o ignoramos no existe aún para nosotros.
Tales son las consecuencias del dogma filosófico de Hermes y tal es la filosofía de los Rosa Cruz, herederos de todos los sabios de la antigüedad.
FINIS CORONAT OPUS
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