Cristina Pérez Díaz
Nació en Puerto Rico en 1985. Estudia un doctorado en filología clásica en el Graduate Center de la City University of New York, donde se especializa en teatro griego y romano. Es licenciada y maestra en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Escribe en www.cristinaperezdiaz.com
Si sumaras
las más exquisitas exequias del papa
no armarías un cuerpo
pero yo te abrazo
al cansancio de los
entierros la voz
encontró su punto álgido
“pop”
“pop”
“pop”
burbujas brotan de un balbuceo
seamos de baja frecuencia
ella dice
con calma
tengo una playa en el baño
otros llevan una pistola en el bolsillo
tsunamis o disparos pueden suceder en cualquier momento
me acuesto
bajo tu ropa tendida
bebo las gotas de tinta
si saben a Tide
eres una buena persona
las palomitas son bellas
la Blue Ribbon (Pabst)
es fantástica
en mi bolsillo mi alma es feliz
así que es hora de comprar una colcha preciosa
es hora de tender una colcha preciosa
con parches de diversas texturas
las instrucciones para quemar las naves
se encuentran al reverso pegadas
en un lugar visible para todos los hombres
¿abrirás alguna casa sorpresa?
no es fácil encontrar puertas rojas
en calles gentrificadas
ojalá tengas
un pase secreto
enseñarme a jugar billar con paciencia
ascender en la escala de la iluminación
las puntas de los cigarrillos iluminan
el pasado cercano tan cerca
que ningún coche va a pasar sobre nuestra felicidad
nadie se va a morir
menos ahora
si plumas grises salieron
de tus pulmones por el ombligo
quise soplar
a trompadas
un globo en tu barriga
los dioses de juguete
sonaron sus sonajas
esas
las compramos en México en el mercado de artesanías
los mexicanos a menudo superan
las expectativas estéticas
Japón y otras culturas orientales
le disputan la supremacía en el uso del color
fue una explosión de escarcha
una fiesta
de cumpleaños de boda de navidad
un descojón
de envoltorios destripados a prisa
cajas
me acosté en tal basurero de manera distinta
a como lo hacen los perros
no quiero más
no quiero más
que un diosecito de papel
si se posa en mi mano
Krishna bailó aquí
la danza de los conejos en los campos magnéticos
o todos los muertos de las guerras nos saludan con amor
cuando teníamos uno dos tres cuatro cinco seis
años estábamos muy lejos
la ciudad sintetiza los mares
no es verdad que en I ❤ NYC
los departamentos odian a los seres humanos
en Times Square todo es tan grande
que estamos una isla y un continente
en una cama matrimonial
en la esquina de tu calle
hay una piscina pública
a la extensión de mis brazos le parece
satisfactorio
las piernas tienen sus aceras es bello
antes he pisado la tierra tierra es extraña
¿no irás a ser una lombriz?
el amor
de mi madre advertía
que usara zapatos
en el río hay
gusanos mortíferos
gustan de entrar en el cuerpo
por las uñas de los pies
así pasa en Puerto Rico
está muy irrigado se llega al nirvana
por la vía express
a falta de un sistema educativo
tendrías que aprender a vivir bajo el agua
pero no
en este cuarto seco pequeño oscuro
se lee verdaderamente bien
“Hicieron pasteles de fango”
para la cena
fotos de familia
aquí usaba pañales
en esta salgo así que
no mires
me tomaron desprevenida
por qué tienes puesto ese sombrerito chistoso
no te protegería del sol
mira la luna
mira el sol
mira la calva
de ese señor
le decía idiota
mi hermano a mi padre
mi hermano
me orientó
en la poesía
estabas gordito a los trece
qué lindo
un recetario
un pan de pueblo
zarzamoras
gotitas del limón
que estalló
de una canción infantil
de las manos maternas
azúcar
mantequilla
mejor si proviene
Tenemos palas
azadas
podadores
de rosas regaderas
azul celeste ansiedad
floreando en los jardines
Disparar palas azadas podadores
es un gesto pacifista los jóvenes
dejamos de matar en serio
era una mala costumbre
Queremos cagarnos de la risa
Queremos cagarnos de la risa
Queremos cagarnos de la risa
Queremos cagarnos de la risa
Las herramientas del hogar
nos proveen casos
de utopía fértiles
La ansiedad bola amarilla
que tanto buscaron nuestros padres
Morir es un espacio público
Me gustas mucho.
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