miércoles, 14 de enero de 2015

JUAN CHABÁS MARTÍ [14.476]


Juan Chabás Martí

De ascendencia burguesa y educación francófona, Juan Chabás (Denia, 1900 - La Habana, 1954)fue licenciado en Derecho y doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid. Comenzó su breve itinerario poético en las revistas España, Índice, Horizonte (que fundó con Pedro Garfias y José Rivas Panedas) y Ultra, con poemas recogidos más tarde en Espejos 1919-verso-1920 (1921) y reservados para un nuevo poemario, Ondas, que nunca llegó a editarse. Participó activamente en el homenaje sevillano a Góngora de 1927 y fue colaborador durante los años veinte de revistas literarias La Verdad de Murcia, La Gaceta Literaria, Revista de Occidente, así como en la prensa diaria La Libertad y Diario de Barcelona. A finales de los años 1920 inició una dilatada relación sentimental con la actriz de teatro y cine Carmen Ruiz Moragas (previamente había sido esposa del torero Rodolfo Gaona y luego amante del rey Alfonso XIII), relación que mantuvo hasta la muerte de la actriz un mes antes del comienzo de la Guerra civil.

Pensionado por la Junta para Ampliación de Estudios profesó en la Universidad de Génova y fue colaborador del Centro de Estudios Históricos de Madrid. Comprometido ideológicamente con Izquierda Republicana, primero, y con el Partido Comunista después, participó con grado militar en la Guerra Civil, antes de verse impelido a iniciar un dilatado exilio en Francia y, tras la ocupación nazi, en la República Dominicana, Venezuela y, finalmente, Cuba. Se casó en el frente de batalla con Simone Téry y, con posterioridad, ya en Cuba, con Lydia de Rivera y, posteriormente, con la doctora en Química Aída Valls Fernández.

Juan Chabás se perfila hoy como uno de los grandes prosistas de los años veinte. Su militantismo de izquierdas y el exilio político propiciaron que su obra fuera relegada, sólo reconocida en su justo valor por críticos avezados. Su escritura es reflejo excepcional de la variedad de estéticas que conformaron la primera mitad del siglo XX: iniciado en el ultraísmo poético, terminó volcado en la literatura del compromiso después de haber creado una prosa de ascencencia mironianas (Sin velas, desvelada, 1927) y luego de resonancias proustianas que, dentro de los cánones de la deshumanización, combina el tono poético-intimista con la plasticidad modernista y las experiencias de vanguardia en Puerto de sombra (1928) y Agor sin fin (1930).

El compromiso social influirá definitivamente su literatura y su crítica, centrada en métodos sociológicos, pero también atenta a la estilística, por lo que resulta especialmente interesante. Sin duda, su mejor contribución a la crítica literaria española la realizó en medio de penurias y adversidades durante el exilio cubano: Literatura española contemporánea 1898-1950 (1952), reeditada por su mejor estudioso, el catedrático universitario Javier Pérez Bazo. (JPB)

Obras

Crítica

Historia de la literatura española, Barcelona: Iberia, 1932.
Italia fascista (1929)
Vuelo y estilo (1930)
Literatura española contemporánea (1898-1950), La Habana, 1952 (edición de Javier Pérez Bazo, Madrid, Verbum, 2001).

Poesía

Espejos 1919-verso-1920 (1921).
Ondas (inédito)
Árbol de ti nacido (1956)
Veinte poemas de amor y una canción dedicada (1996).
Sueño perseguido (Antología poética), edición de Javier Pérez Bazo, Alicante, 1998.
"Mías"

Narrativa

Sin velas desvelada, Barcelona, Gustavo Gil, 1927.
Puerto de sombra, Madrid, Caro Raggio, 1928. Reedición: Puerto de sombra / Agor sin fin. Fábula de ayer y de hoy, edición de Javier Pérez Bazo, Madrid, Espasa Calpe – Colección Austral, 1998.
Agor sin fin, Madrid, CIAP (Ediciones Ulises),1930 Reedición: Puerto de sombra / Agor sin fin. Fábula de ayer y de hoy, edición de Javier Pérez Bazo, Madrid, Espasa Calpe – Colección Austral, 1998.
Fábula y vida, Santiago de Cuba, Universidad de Oriente, 1955. Reedición de Javier Pérez Bazo, A Coruña, Ediciós do Castro, 2000; y Valencia, Biblioteca El Mundo (Las mejores obras de la Comunidad Valenciana), 2000.



El hombre libre siempre querrá al mar

El hombre libre siempre querrá al mar. 
Es cierto: y es también cierto que el
hombre marinero siempre amará la libertad.
Cienfuegos, ciudad de mar, ciudad de 
hombres de mar, siempre amará la
libertad.
Y hoy, en esta guerra por la
independencia del mundo,
lo dará todo por la
libertad, como lo hizo en la otra guerra
por la independencia de Cuba. Es que también
ahora, los hombres de Cienfuegos, se juegan su libertad





Con los mismos ojos

Con los mismos ojos, entornándolos 
para guardar las imágenes de la
nostalgia hemos mirado hacia nuestra patria, 
viéndola herida y enajenada. 
Y con esos mismos ojos, sí doloridos ya, 
siempre ávidos y enamorados de la luz, miramos la vida y
la obra de estos hombres de los cuales aquí hablamos.
Por ser ellos con su obra
consuelo y ejemplo a los ojos y haber mirado 
nosotros hacia sus vidas con el mismo
afán, me ha parecido que podía no ser disparatado, 
es decir, cosa impar y sin común
sentido reunir estos trabajos y llevan el título 
que los junta porque es verdad que he
mirado la obra en esos seis hombres 
con los mismos ojos con que miro la vida





Crecer siento profunda y dulcemente

Crecer siento profunda y dulcemente
hacia dentro del tronco de mi vida,
una raíz de savia renacida
que en ti tan solo encuentra tierra y fuente.
¡Oh qué inmenso fluir, qué ser presente
el ansia renovada y sin medida
que estalla a cada instante, y sin herida,
me inunda de una sangre más ferviente!
¡Oh tierra y cielo y flor y rama nueva,
árbol de ti nacido ya en la cumbre
del monte de mis días a deshora!






En esa ansia

En esa ansia, en esa desvivida angustia, 
está la grandeza trágica de la poesía
lírica y teatral de Lorca.
Angustia y ansia de eternidad 
encontrada en lo más profundo del
sentir español, hallada por él, 
como por ese otro gran trágico 
español, Miguel de
Unamuno, por haber puesto el oído 
muy atento, afanosamente despierto 
en el sueño, en
la vida de nuestro pueblo





FINAL

Oigo tus pasos cerca de los míos.
Como un rumor transitas por mis venas.
Tu tierra, tu marfil, hasta tus fríos …
Y tus manos de adioses tan serenas…
Recuerdo la balada de tus ríos,
/suspirando en el agua y las arenas:
espejo el sueño, pluma ya los bríos;
iguales navegando dicha y pena…
Y busco entre mis manos, tenue estambre;
el hilo que sujetas en las tuyas
y veo atada a su final tu barca…
“Es inútil que aceptes ni que huyas”,
me digo a solas…! Y hacia ti un enjambre





Un espejo de agua en los ojos puros 
    fragmento

Un espejo de agua en los ojos puros
de la ciudad, estaba
invirtiendo la imagen de las calles.
Las aceras calcaban
la desnudez mojada de las cosas.
Y todos los paraguas
eran cúpulas buenas
para nuestras palabras.





¡Hasta el más alto tallo       fragmento

¡Hasta el más alto tallo, sube y lleva
tu savia radical la ardiente lumbre
de este amor mío en rumbo hacia la aurora!.








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